Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios
1. ¿Qué es lo que hace que este mundo parezca real sino tu negación de la verdad que se encuentra más allá de él? ¿Qué otra cosa sino tus pensamientos de aflicción y de muerte ensombrecen la perfecta felicidad y vida eterna que la Voluntad de tu Padre dispone para ti? ¿Y qué otra cosa sino las ilusiones podrían ocultar lo que no puede ser ocultado? ¿Qué podría privarte de lo que te pertenece sino tu propia decisión de no verlo, al negar que se encuentra ahí?
2. El Pensamiento de Dios te creó. Y no te ha abandonado, ni tú has estado nunca separado de él ni siquiera por un instante. Te pertenece. Gracias a él vives. Es tu Fuente de vida, pues te mantiene unido a él, y todo es uno contigo porque él jamás te abandonó. El Pensamiento de Dios te protege, cuida de ti, hace que tu lecho sea mullido y allana tu camino, al iluminar tu mente con gozo y amor. Tanto la eternidad como la vida eterna refulgen en tu mente porque el Pensamiento de Dios no te ha abandonado y todavía se encuentra en ti.
3. ¿Quién negaría su seguridad, su paz, su alegría, su curación y tranquilidad de espíritu, así como su sereno descanso y apacible despertar, si reconociese dónde se encuentran? ¿No se prepararía de inmediato para salir a su encuentro, abandonando todo lo demás como algo sin valor en comparación? Y una vez que los hubiera encontrado, ¿no se aseguraría de que permanecieran con él y él con ellos?
4. No niegues el Cielo. Hoy se te concede sólo con que lo pidas. No es necesario tampoco que percibas cuán grande es este regalo ni cuánto habrá cambiado tu mente antes de que te llegue. Pídelo y se te concederá. La convicción radica en él. Hasta que no le des la bienvenida como algo que te pertenece, seguirás en la incertidumbre. Mas Dios es justo. No tienes que tener certeza para recibir lo que sólo tu aceptación puede otorgar.
5. Pide con fervor. No tienes que estar seguro de que lo que estás pidiendo es lo único que deseas. Mas cuando lo hayas recibido sabrás que estás en posesión del tesoro que siempre anhelaste. ¿Por qué otra cosa ibas a querer intercambiarlo? ¿Qué podría inducirte ahora a dejarlo desaparecer de tu extática visión? Pues verlo te demuestra que has cambiado tu ceguera por los ojos videntes de Cristo, y que tu mente ha decidido abandonar la negación y aceptar el Pensamiento de Dios como tu herencia.
6. Y ahora las dudas son cosa del pasado, el final de la jornada es indudable y se te ha concedido la salvación. Ahora el poder de Cristo mora en tu mente, para que puedas curar tal como fuiste curado. Pues ahora te cuentas entre los salvadores del mundo. Ése es tu único destino. ¿Consentiría Dios acaso que Su Hijo permaneciese eternamente hambriento por haberse negado a sí mismo el sustento que le es menester para poder vivir? La abundancia mora en él, y la privación no puede separarlo del Amor vivificante de Dios, ni de su hogar.
7. Practica hoy lleno de esperanza. Pues tener esperanzas está ciertamente justificado. Tus dudas no tienen sentido, pues Dios goza de perfecta certeza. Y el Pensamiento de Él nunca está ausente. La certeza no puede sino morar en ti que eres Su anfitrión. Este curso elimina toda duda que hayas interpuesto entre Él y tu certeza acerca de Él.
8. Contamos con Dios, no con nosotros mismos, para que nos dé certeza. Y en Su Nombre practicamos tal como Su Palabra nos indica que hagamos. Su certeza se encuentra tras cada una de nuestras dudas. Su Amor, tras cada uno de nuestros temores. El Pensamiento de Él todavía se encuentra en nuestras mentes más allá de todo sueño, tal como Su Voluntad dispone.
* * *
Reflexión: Mucha gente sobrelleva algo que no saben con certeza lo que es, pero tiene que ver con un sinsentido en la vida que les genera con frecuencia preguntas sin respuestas y que no les deja vivir en paz. Y tienen dos alternativas: La primera es tratar de evadirse de su inquietud distrayéndose con diversas ocupaciones, cuantas más mejor, de manera que no piensan en el tema. La segunda es afrontar esa inquietud; ahí es donde aparecen en juego muchos sistemas filosóficos, los psicólogos, los sacerdotes e incluso los políticos de turno queriendo dar respuestas. Pero no te engañes que ninguno de ellos la solucionará, al menos no de forma definitiva. Sólo ofrecerán alivios temporales, pan para hoy y hambre para mañana.
Estamos tan perdidos en nuestra condición que uno no tiene "ni idea" de cómo solventarla; tienes que recurrir a pedir ayuda, pero ¡cuidado en manos de en quien te pones! Ya lo avisaba Jesús cuando decía: "Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo", o de ésta otra manera: "Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas". El común denominador de todos los agentes mencionados anteriormente es que confieren realidad al mundo y a ti como a una persona confinada en un cuerpo. UCdM da la vuelta a esa tortilla y te dice que tu problema es la negación de la verdad que se encuentra más allá del mundo y de tu vida aparente basada en el trabajo, tu familia, el ocio, etc. Has basado tu vida en todas estas cosas que son como arenas movedizas, y ahora no puedes ver lo que hay más allá de ellas.
UCdM trata de reponer tu guía interno, el E.S., a través de tu cambio de mentalidad. Uno de los principios que enseña es que un pensamiento no puede abandonar su fuente y que siempre permanece unido a ella. Si tu piensas algo, tú eres su fuente y el pensamiento no puede separarse de ti y tomar vida propia. El pensamiento existe mientras tú lo sustentas. Pues bien, el ejercicio de hoy te recuerda que tú eres un pensamiento de Dios, y que si existes es porque Él no te ha abandonado ni te puede abandonar pues es gracias a ese pensamiento que vives y eres. Dios es tu Fuente de vida lo que hace que seas uno con todo lo que Es, y es ésto lo que te protege y garantiza tu vida eterna ya que el Pensamiento de Dios no te puede abandonar. Pero tú si puedes abandonar la creencia de que eres Su Pensamiento y de que estás conectado a Él. De hecho puedes dejar de pensarlo y cuando lo haces piensas en otras cosas, en cosas del mundo, creyéndote tu ego y tu cuerpo.
Las cosas del mundo, como hemos dicho, son cambiantes, están sujetas a principio y fin y por lo tanto a extinción. ¿Quién pude vivir en paz bajo esa amenaza constante si te identificas con ellas?. Lo único permanente en el mundo es el cambio mismo; pero el Pensamiento de Dios es constante, no tiene principio ni fin pues no cambia y es verdadero. El Pensamiento de Dios no se parece en nada a tus pensamientos corrientes, ilusorios (los de tu mente errada o soñadora). Y sin embargo, en ti aún subsiste el Pensamiento de Dios que es similar a Él y te hace semejante a Él. Ese Pensamiento es el que te aporta seguridad, paz, alegría, curación... es el que compartes con el E.S. El problema es que lo has olvidado en un oscuro rincón sepultado debajo de todos tus pensamientos ilusorios, tus falsos ídolos.
La sentencia de la lección de hoy no sólo es un llamado a que no olvides tu condición, de que eres el Pensamiento de Dios, sino a que lo busques y no niegues el Cielo en ti. Pero tienes que darle la bienvenida sintiéndote merecedor de él o seguirás viviendo en la incertidumbre del mundo acosado por tus pensamientos comunes, si es eso lo que prefieres. Posiblemente no sientas certeza acerca de todo lo que digo y te dirás que tienes problemas que resolver y facturas que pagar. No es necesario que tengas certeza absoluta, no se te pide, pero sí que aceptes la idea. La práctica diligente de UCdM te ayudará poco a poco a eliminar todas las dudas que has interpuesto entre tu mundo y el Cielo, y las pruebas de ello te irán llegando y haciéndose evidentes después de que pase cierto tiempo.
1. ¿Qué es lo que hace que este mundo parezca real sino tu negación de la verdad que se encuentra más allá de él? ¿Qué otra cosa sino tus pensamientos de aflicción y de muerte ensombrecen la perfecta felicidad y vida eterna que la Voluntad de tu Padre dispone para ti? ¿Y qué otra cosa sino las ilusiones podrían ocultar lo que no puede ser ocultado? ¿Qué podría privarte de lo que te pertenece sino tu propia decisión de no verlo, al negar que se encuentra ahí?
2. El Pensamiento de Dios te creó. Y no te ha abandonado, ni tú has estado nunca separado de él ni siquiera por un instante. Te pertenece. Gracias a él vives. Es tu Fuente de vida, pues te mantiene unido a él, y todo es uno contigo porque él jamás te abandonó. El Pensamiento de Dios te protege, cuida de ti, hace que tu lecho sea mullido y allana tu camino, al iluminar tu mente con gozo y amor. Tanto la eternidad como la vida eterna refulgen en tu mente porque el Pensamiento de Dios no te ha abandonado y todavía se encuentra en ti.
3. ¿Quién negaría su seguridad, su paz, su alegría, su curación y tranquilidad de espíritu, así como su sereno descanso y apacible despertar, si reconociese dónde se encuentran? ¿No se prepararía de inmediato para salir a su encuentro, abandonando todo lo demás como algo sin valor en comparación? Y una vez que los hubiera encontrado, ¿no se aseguraría de que permanecieran con él y él con ellos?
4. No niegues el Cielo. Hoy se te concede sólo con que lo pidas. No es necesario tampoco que percibas cuán grande es este regalo ni cuánto habrá cambiado tu mente antes de que te llegue. Pídelo y se te concederá. La convicción radica en él. Hasta que no le des la bienvenida como algo que te pertenece, seguirás en la incertidumbre. Mas Dios es justo. No tienes que tener certeza para recibir lo que sólo tu aceptación puede otorgar.
5. Pide con fervor. No tienes que estar seguro de que lo que estás pidiendo es lo único que deseas. Mas cuando lo hayas recibido sabrás que estás en posesión del tesoro que siempre anhelaste. ¿Por qué otra cosa ibas a querer intercambiarlo? ¿Qué podría inducirte ahora a dejarlo desaparecer de tu extática visión? Pues verlo te demuestra que has cambiado tu ceguera por los ojos videntes de Cristo, y que tu mente ha decidido abandonar la negación y aceptar el Pensamiento de Dios como tu herencia.
6. Y ahora las dudas son cosa del pasado, el final de la jornada es indudable y se te ha concedido la salvación. Ahora el poder de Cristo mora en tu mente, para que puedas curar tal como fuiste curado. Pues ahora te cuentas entre los salvadores del mundo. Ése es tu único destino. ¿Consentiría Dios acaso que Su Hijo permaneciese eternamente hambriento por haberse negado a sí mismo el sustento que le es menester para poder vivir? La abundancia mora en él, y la privación no puede separarlo del Amor vivificante de Dios, ni de su hogar.
7. Practica hoy lleno de esperanza. Pues tener esperanzas está ciertamente justificado. Tus dudas no tienen sentido, pues Dios goza de perfecta certeza. Y el Pensamiento de Él nunca está ausente. La certeza no puede sino morar en ti que eres Su anfitrión. Este curso elimina toda duda que hayas interpuesto entre Él y tu certeza acerca de Él.
8. Contamos con Dios, no con nosotros mismos, para que nos dé certeza. Y en Su Nombre practicamos tal como Su Palabra nos indica que hagamos. Su certeza se encuentra tras cada una de nuestras dudas. Su Amor, tras cada uno de nuestros temores. El Pensamiento de Él todavía se encuentra en nuestras mentes más allá de todo sueño, tal como Su Voluntad dispone.
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Estamos tan perdidos en nuestra condición que uno no tiene "ni idea" de cómo solventarla; tienes que recurrir a pedir ayuda, pero ¡cuidado en manos de en quien te pones! Ya lo avisaba Jesús cuando decía: "Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo", o de ésta otra manera: "Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas". El común denominador de todos los agentes mencionados anteriormente es que confieren realidad al mundo y a ti como a una persona confinada en un cuerpo. UCdM da la vuelta a esa tortilla y te dice que tu problema es la negación de la verdad que se encuentra más allá del mundo y de tu vida aparente basada en el trabajo, tu familia, el ocio, etc. Has basado tu vida en todas estas cosas que son como arenas movedizas, y ahora no puedes ver lo que hay más allá de ellas.
UCdM trata de reponer tu guía interno, el E.S., a través de tu cambio de mentalidad. Uno de los principios que enseña es que un pensamiento no puede abandonar su fuente y que siempre permanece unido a ella. Si tu piensas algo, tú eres su fuente y el pensamiento no puede separarse de ti y tomar vida propia. El pensamiento existe mientras tú lo sustentas. Pues bien, el ejercicio de hoy te recuerda que tú eres un pensamiento de Dios, y que si existes es porque Él no te ha abandonado ni te puede abandonar pues es gracias a ese pensamiento que vives y eres. Dios es tu Fuente de vida lo que hace que seas uno con todo lo que Es, y es ésto lo que te protege y garantiza tu vida eterna ya que el Pensamiento de Dios no te puede abandonar. Pero tú si puedes abandonar la creencia de que eres Su Pensamiento y de que estás conectado a Él. De hecho puedes dejar de pensarlo y cuando lo haces piensas en otras cosas, en cosas del mundo, creyéndote tu ego y tu cuerpo.
Las cosas del mundo, como hemos dicho, son cambiantes, están sujetas a principio y fin y por lo tanto a extinción. ¿Quién pude vivir en paz bajo esa amenaza constante si te identificas con ellas?. Lo único permanente en el mundo es el cambio mismo; pero el Pensamiento de Dios es constante, no tiene principio ni fin pues no cambia y es verdadero. El Pensamiento de Dios no se parece en nada a tus pensamientos corrientes, ilusorios (los de tu mente errada o soñadora). Y sin embargo, en ti aún subsiste el Pensamiento de Dios que es similar a Él y te hace semejante a Él. Ese Pensamiento es el que te aporta seguridad, paz, alegría, curación... es el que compartes con el E.S. El problema es que lo has olvidado en un oscuro rincón sepultado debajo de todos tus pensamientos ilusorios, tus falsos ídolos.
La sentencia de la lección de hoy no sólo es un llamado a que no olvides tu condición, de que eres el Pensamiento de Dios, sino a que lo busques y no niegues el Cielo en ti. Pero tienes que darle la bienvenida sintiéndote merecedor de él o seguirás viviendo en la incertidumbre del mundo acosado por tus pensamientos comunes, si es eso lo que prefieres. Posiblemente no sientas certeza acerca de todo lo que digo y te dirás que tienes problemas que resolver y facturas que pagar. No es necesario que tengas certeza absoluta, no se te pide, pero sí que aceptes la idea. La práctica diligente de UCdM te ayudará poco a poco a eliminar todas las dudas que has interpuesto entre tu mundo y el Cielo, y las pruebas de ello te irán llegando y haciéndose evidentes después de que pase cierto tiempo.
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Muy buena reflexión. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarMuy buena reflexión. Gracias por compartirla.
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