Cuatro personas hacen cola en la puerta del cielo, pero en el cielo de Un Curso de Milagros, no en el que nos ha vendido siempre la religión. Por supuesto que me estoy refiriendo a las condiciones para entrar en él porque el cielo, ni tiene puerta, ni San Pedro recibe a nadie ni puede ser un sitio con el cupo limitado (Si no te has dado cuenta ya, ésto es un chiste, malo pero con moraleja).
Decía... cuatro personas hacen cola en la puerta del cielo.
Decía... cuatro personas hacen cola en la puerta del cielo.
A ver - Dice San Pedro - Nos hemos quedado sin espacio. Sólo nos queda una plaza. Quiero que me habléis de vosotros para ver a quien admito. Tú - dirigiéndose a uno de ellos - Cuéntame qué has hecho en la vida.
- ¿Yo? Yo he sido presidente de mi país por el partido democrático. Puedo prometer y prometo que he creado 2 millones de puestos de trabajo y he mejorado la calidad de vida del mismo número de familias. Vótame.
- ¿Y tú? - San Pedro se dirige a otro de ellos.
- He siiido un importaaante sientífico. Inventeeé una vacuuuna con la que salveeé siiinco millones de viiiidas. ¡Obtuve el premio nobel de medisiiina y otros muchos galardooones!
- Eso no es nada hermano Pedro - exclama el tercero - Aquí entre colegas, yo he sido el patriarca de mi religión. He aumentado la devoción de un continente entero, consiguiendo llevar a más de 20 millones de personas ateas a mis celebraciones. ¡He salvado el mismo número de almas!
El cuarto no paraba de reírse. San Pedro le pregunta:
- Bueno, ¿Y tú de qué te ríes?
- Jajajaja, de pequeño no me gustaba estudiar. Nunca me ha interesado la ciencia, ni la política y mucho menos la religión. Nunca me ha preocupado ser "alguien", así que terminé haciéndome payaso en un circo ambulante. Me pareció lo más honesto a mi manera de entender la vida porque siempre he creído que la vida es lo más parecido a una broma. Así que, con suerte, mis méritos han sido hacer reír a... ¿medio millón o quizás 1 millón de personas?, jajajaja.
- Vale, pasa tú - Dice San Pedro.
Los otros tres se quedan estupefactos y de inmediato empiezan a protestar.
- ¡¿Cómo es posible?! No lo entendemos. ¿Por qué tiene que pasar él?
Dice San Pedro:
- De los cuatro, es el único que NO se ha tomado la vida en serio.
Moraleja:
Los sueños son caóticos porque están regidos por tus deseos conflictivos, y así, lo que es verdad les trae sin cuidado. Son el mejor ejemplo de cómo se puede utilizar la percepción para substituir a la verdad por ilusiones. Al despertar no los tomas en serio, pues el hecho de que la realidad se viola tan radicalmente en ellos resulta evidente. Sin embargo, son una manera de ver el mundo y de cambiarlo para que se adapte mejor al ego. Son ejemplos impresionantes, tanto de la incapacidad del ego para tolerar la realidad, como del hecho de que tú estás dispuesto a cambiar la realidad para beneficiarlo a él. (T-18.II.2)
Moraleja:
Los sueños son caóticos porque están regidos por tus deseos conflictivos, y así, lo que es verdad les trae sin cuidado. Son el mejor ejemplo de cómo se puede utilizar la percepción para substituir a la verdad por ilusiones. Al despertar no los tomas en serio, pues el hecho de que la realidad se viola tan radicalmente en ellos resulta evidente. Sin embargo, son una manera de ver el mundo y de cambiarlo para que se adapte mejor al ego. Son ejemplos impresionantes, tanto de la incapacidad del ego para tolerar la realidad, como del hecho de que tú estás dispuesto a cambiar la realidad para beneficiarlo a él. (T-18.II.2)
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