miércoles, 26 de febrero de 2020

La Callada Respuesta


Hoy quiero escribir sobre el apartado IV. La callada respuesta, perteneciente al Tema 27. La Curación del Sueño. ¿Cómo se cura uno del sueño del mundo? Preguntándolo de otra manera, ¿cómo despierta uno del sueño del mundo?, pues curar y despertar son sinónimos en Un Curso de Milagros (UCdM).

Lo que caracteriza la vida en el mundo, sin duda, son los problemas. Vivir en el mundo, si estás dedicado de pleno a él, lejos de resolver tus problemas los crea porque, aunque resuelvas los que se vayan presentando siempre surgen otros nuevos, de modo que tu dedicación al mundo te mantiene atrapado en una rueda de problemas que siempre gira y de la que no puedes escapar. Digamos que el mundo está diseñado para que todo sea siempre una sucesión interminables de problemas. Esto tiene su reflejo, por ejemplo, en la actividad legislativa cuando se aprueban leyes o reglamentos para solucionar problemas en uno y otro ámbito social. No pasará mucho tiempo de su publicación y entrada en vigor cuando esa normativa ya ha quedado desfasada y haya que empezar a anular artículos o a reformarla. Si has estudiado legislación confirmarás su galimatías.
¿Cómo se sale de esa trampa? Aquí estaría bien recordar la frase "vive en el mundo sin ser de él", aunque no sea una frase precisamente de fácil aplicación para quien vive sumergido en el mundillo de las Administraciones Públicas, pero igualmente para cualquier mortal normal y corriente cuya dedicación principal se mueve entre el estrés del trabajo, las exigencias de la familia y el siempre escaso ocio.  
¿Cómo se hace eso de vivir en el mundo sin ser de él? Una de las prácticas que ayuda, aparte del tipo de perdón que enseña UCdM (distinto al perdón convencional), es el aquietamiento en silencio. ¿Por qué el aquietamiento en silencio? Aunque muchos lo deseamos son bien pocos los que son capaces de practicarlo porque nos saca de la rutina de conflicto que es la vida diaria, la cual hemos convertido en una especie de adicción.
1. En la quietud todas las cosas reciben respuesta y todo problema queda resuelto serenamente. Pero en medio del conflicto no puede haber respuesta ni se puede resolver nada, pues su propósito es asegurarse de que no haya solución y de que ninguna respuesta sea simple. Ningún problema puede resolverse dentro del conflicto, pues se le ve de diferentes maneras. Y lo que sería una solución desde un punto de vista, no lo es desde otro. Tú estás en conflicto. Por lo tanto, es evidente que no puedes resolver nada en absoluto, pues los efectos del conflicto no son parciales. No obstante, si Dios dio una solución, de alguna manera tus problemas tienen que haberse resuelto, pues lo que Su Voluntad dispone ya se ha realizado.

Einstein dijo algo así como que no se puede resolver un problema desde el mismo nivel de conciencia que lo creó, y esto es verdad. Desde el nivel mental en el que vives (o sueñas, que es lo mismo) no puedes resolver los problemas que crees tener mientras sigas dormido. Por seguir con el ejemplo anterior, ninguna política, ninguna ley, norma o reglamento conseguirán solucionar los problemas humanos en ninguna sociedad. Y en lo personal, ningún conocimiento adquirido, ningún cursillo o técnica New-age con el que trates de mejorar personalmente tampoco te evitarán los problemas.
UCdM te invita a aquietarte y estar en silencio para encontrar soluciones. Algunos alegarán, sino la mayoría de nosotros, que aquietarse un rato, practicar yoga o mindfulnes, ayuda sin duda a desestresarte y olvidarte de tus obligaciones, problemas y facturas por pagar..., pero luego vuelves al sueño de la realidad y te encuentras que todo sigue igual, ¡sin resolver! ¿Para qué ha servido ese rato de relax? La sensación de muchos será que se han perdido el tiempo porque lo que han hecho es agravar su urgencia por responder a las exigencias del mundo. Ésta situación sucede porque no has dejado del todo al ego apartado y sigues bajo su dominio queriendo controlar tus resultados. 
UCdM es un manual de instrucciones sobre la paz y cómo alcanzarla. La paz es básicamente un estado de la mente. Los milagros (los cuales son todos el mismo milagro) tienen que ver con la corrección de la mente errónea y todos sus pensamientos de inquietud y culpa. No tienen nada que ver con producir sucesos en el mundo que te vengan a solucionar tus problemas y la vida, porque la vida es como es. Los problemas son sólo puntos de vista en los que se desea que las cosas sean diferentes a como son. A lo mejor empezaste a estudiar el curso con la esperanza de que uno de esos milagros solucionase tus problemas para poder estar en paz, pero la verdad es que necesitas estar en paz para que, a partir de ahí, se pueda generar una solución a tus problemas, como da a entender la frase "No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él" (Introducción del Tema 21). 
Como la enfermedad, todos los demás problemas, sean de la naturaleza que sean, se generan en la mente soñadora. Luego, lo que hay que hacer es despertar a la mente soñadora para que ésta vea el mundo de otra manera. Sólo el ego, producto de la mente errónea, con sus creencias y sus juicios ve problemas por doquier pues cree que el mundo es su causa, desconociendo que es él quien genera los problemas los cuales proyecta afuera. Esos problemas están condicionados por el tiempo pues se crean en el pasado y se extienden hacia el futuro. Se puede decir que la ilusión de problemas crea el tiempo mismo.
2. Por eso es por lo que el tiempo no tiene nada que ver con la solución de ningún problema, ya que cualquiera de ellos puede ser resuelto ahora mismo. Y por eso es también por lo que, en tu estado mental, ninguna solución es posible. Dios tiene que haberte dado, por lo tanto, una manera de alcanzar otro estado mental en el que se encuentra la Solución. Tal es el instante santo. Ahí es donde debes llevar y dejar todos tus problemas. Ahí es donde les corresponde estar, pues ahí se encuentra su solución. Y si su solución se encuentra ahí, el problema tiene que ser simple y fácil de resolver. No tiene objeto tratar de resolver un problema donde es imposible que se encuentre su solución. Mas es igualmente seguro que se resolverá si se lleva donde se encuentra la solución.

Lo anterior suena increíble, ¿verdad?. Veámoslo mejor con un ejemplo. Tu problema, supón, es que crees necesitar una cierta cantidad de dinero que no tienes, y crees que la solución pasa por conseguirlo a través del trabajo, pidiendo un préstamo, jugando a los juegos de azar, o quizás incluso robándolo. Todas esas soluciones dependen del tiempo (un futuro) pues lo necesitas para encontrarlas. De todas esas opciones tampoco sabes cuál es la mejor pues entran en juego los antecedentes donde parece que se fraguó el problema (el pasado). Sin estar seguro de qué hacer, entonces puedes lanzarte al mundo a conseguir ese dinero probando primero una y luego otra cosa. O también, antes de intentar nada, puedes entrar en el instante santo y pedir al Espíritu Santo (E.S, ángel de la guardia, tu yo superior o como quieras llamarlo), que te inspire la solución que traiga paz a tu vida, porque si algo define a los problemas es la falta de paz. No es el problema en sí lo que te agobia sino el estado de angustia que te provoca. No te has dado cuenta aún de que igual la solución pasa por prescindir de eso que quieres pagar con ese dinero que crees necesitar, y que tu infelicidad te la estás causando tu mismo. 
Siguiendo en el ejemplo de tratar de solventar tu "problema" de falta de dinero, el mundo te ofrecerá mil posibles soluciones, pero si observas detenidamente, ninguna de ellas te genera seguridad ni paz. Cuando preguntas "¿cómo consigo el dinero que necesito?" la respuesta ya está implícita porque das por hecho que lo necesitas, y además das por hecho que la solución tiene que estar afuera cuando pudiera no ser así. Pero con tu pregunta y sin prever otras opciones refuerzas tu punto de vista y quedas atrapado en el problema.

3. No intentes resolver ningún problema excepto desde de la seguridad del instante santo. Pues ahí el problema sí tiene solución y queda resuelto. Fuera de él no habrá solución, pues fuera de él no puede hallarse respuesta alguna. No hay lugar fuera de él donde jamás se pueda plantear una sola pregunta sencilla. El mundo sólo puede hacer preguntas que se componen de dos partes. Una pregunta con muchas respuestas no tiene respuesta. Ninguna de ellas sería válida. El mundo no hace preguntas con la intención de que sean contestadas, sino sólo para reiterar su propio punto de vista.

Cuando preguntas "¿cómo consigo el dinero que necesito?" estando preocupado, temeroso o sintiendo necesidad, estás afirmando solamente tu manera de ver el mundo. Estás dando por hecho que necesitas el dinero para sentirte bien haciendo depender tu bienestar de algo externo a ti. Lo mismo ocurre si se trata de cualquier "problema" de pareja o de otra índole cuya "solución" crees te haría sentirte mejor. Pero que ocurra esa solución, al menos como tu deseas, es muy improbable y es por eso que nunca estarás completamente en paz. 
La vida es mucho más sencilla de lo que creemos y necesita realmente de muy poco. Somos nosotros quienes nos la complicamos.
4. Todas las preguntas que se hacen en este mundo no son realmente preguntas, sino tan sólo una manera de ver las cosas. Ninguna pregunta que se haga con odio puede ser contestada porque de por sí ya es una respuesta. Una pregunta que se compone de dos partes, pregunta y responde simultáneamente, y ambas cosas dan testimonio de lo mismo aunque en forma diferente. El mundo tan sólo hace una pregunta y es ésta: "De todas estas ilusiones, ¿cuál es verdad? ¿Cuáles inspiran paz y ofrecen dicha? ¿y cuáles pueden ayudarte a escapar de todo el dolor del que este mundo se compone?" Independientemente de la forma que adopte la pregunta, su propósito es siempre el mismo: pregunta para establecer que el pecado es real, y las contestaciones que te ofrece requieren que expreses tus preferencias. "¿Qué pecado prefieres? Éste es el que debes elegir. Los otros no son verdad. ¿Qué quieres que te consiga el cuerpo que tú desees por encima de todas las cosas? Él es tu siervo y también tu amigo. Dile simplemente lo que quieres y te servirá amorosa y diligentemente." Esto no es una pregunta, pues te dice lo que quieres y adónde debes ir para encontrarlo. No da lugar a que sus creencias se puedan poner en tela de juicio. Lo único que hace es exponer lo que afirma en forma de pregunta.

Para mejorar tu comprensión del párrafo anterior (si no eres asiduo a UCdM), puedes traducir la palabra "pecado" por "error", o mejor aún por "ilusión". Todo "pecado" no es más que la "ilusión" de hacer verdad la irrealidad al proyectar tus deseos en el mundo, ¿y qué es eso sino un error?. UCdM te dice que el mundo es irreal (literalmente), y establecer una pregunta presupone que tus circunstancias en él son de algún modo problemáticas ya que te están afectando negativamente. Estás haciendo el sueño del mundo realidad, si no, no preguntarías cómo puedes cambiarlo, y ese error se paga con dolor y sufrimiento.
Una vez hecha la pregunta el ego siempre responde, y te da a elegir de entre muchas ilusiones cual te satisface más. La respuesta siempre involucra tener que hacer algo, pues desconfías de cómo la vida se desenvuelve y piensas que tú tienes que hacer algo al respecto para controlar su resultado. Así, al obligarte a actuar haces de tu cuerpo el protagonista siendo inevitable que te sientas identificado con él.
UCdM te dice (insisto en esta idea porque es fundamental) que el mundo es irreal y que lo estás soñando, y si el mundo no existe, tu cuerpo tampoco. Se hace difícil creerlo cuando tus sentidos te muestran lo contrario, pero tienes que entender que el sueño sólo puede dar cuenta del sueño, así como un pez sólo puede dar cuenta del agua en la que nada.
Desconociendo que como cuerpo o personaje eres lo soñado dentro de ese sueño, y que no tienes ningún poder de control sobre él, corres detrás de soluciones que ubicas en el mundo, siendo así más que probable que pierdas tu ya escasa conexión interna. En tu afán por controlar, con impotencia, sólo alcanzas a intuir otra realidad y otra manera de ver las cosas, aunque te niegas a cuestionar tus creencias fundamentales. Te resulta verdaderamente incómodo y difícil desidentificarte con tu personaje en tu mente, pero si vences esa resistencia a prejuicios y miedos, podrías preguntarte otras preguntas apuntando a tu interior más profundo como "¿Por qué creo necesitar ese dinero?" ¿No existe otra solución alternativa?
Cuando preguntas creyéndote persona (o sea, desde tu personaje y no desde el espíritu que eres), el ego responde de muchas formas, todas apuntado hacia afuera. Cuando buscas una solución en el mundo es lógico que te sirvas de métodos que se amparan y sustentan en el propio mundo, y es normal que escuches lo que te dicta tu mente errónea la cual insiste en que lo que existe es lo que ves con tus ojos, y que dos más dos son cuatro. Puede que pidas consejo a la familia o a los amigos. A otros les gusta usar métodos más profesionales e independientes libres de los prejuicios del pasado y buscan ayuda profesional, un asesor o un coach personal. Y hay quien incluso recurre a lo esotérico utilizando algún método adivinatorio. 
No tiene nada de malo recurrir a ninguno de los métodos anteriores, pero cuando te los crees de verdad los conviertes en testigos de tu realidad; entonces quedas atrapado por ellos, por la ilusión, y no aprendes nada. Por ejemplo, usar métodos como el tarot para preguntar si vas a conseguir más dinero es posible que no te enseñe absolutamente nada sobre ti mismo, tu verdadero ser. Otra utilidad más benéfica de éste arte es saber qué esconde tu subconsciente al respecto de eso que te preocupa. Pero incluso entrar en la quietud silenciosa tiene ventajas sobre cualquier otro método adivinatorio o disciplina New-Age tan de moda hoy en día. 
Alejandro Jodorowsky dice que el correcto uso del tarot
es leer el inconsciente (uso psicológico), no adivinar el futuro

5. Una pseudo-pregunta carece de respuesta, pues dicta la respuesta al mismo tiempo que hace la pregunta. Toda pregunta que se hace en el mundo es, por lo tanto, una forma de propaganda a favor de éste. De la misma manera en que los testigos del cuerpo son sus propios sentidos, así también las respuestas a las preguntas que el mundo hace están implícitas en las preguntas. Cuando la respuesta es lo mismo que la pregunta, no aporta nada nuevo ni se aprende nada de ella. Una pregunta honesta es un medio de aprendizaje que pregunta algo que tú no sabes. No establece los parámetros a los que se debe ajustar la respuesta, sino que simplemente pregunta cuál es la respuesta. Mas nadie que se encuentre en un estado conflictivo es libre para hacer esta clase de pregunta, pues no desea una respuesta honesta que ponga fin a su conflicto.

Pseudo-preguntas son todas aquellas que haces de manera condicionada, y son también todas las preguntas que haces dirigidas a lograr algo en el mundo; p.e. "¿cómo consigo el dinero que tanto necesito?". Una pregunta honesta, sin embargo, es del tipo "¿Por qué creo necesitar el dinero?" o "¿Conseguir ese dinero va a solucionar mis problemas realmente?"
En la quietud silenciosa y en estado de desapego puedes preguntar de manera sincera sin presuponer ninguna respuesta. Tu pregunta será contestada intuitivamente y entonces podrás aprender lo que realmente necesitas, lo que te sacará de tus "problemas". Digo intuitivamente porque no es probable que escuches ninguna voz. La solución puede que venga más bien como un reconocimiento o una idea, o puede que te llegue más tarde inesperadamente como consecuencia de tu estado de rendición a la manera de un sueño en la noche, un ¡ajá! al escuchar una frase que alguien dice en tu presencia y que te resuena especialmente, o al leer un whatsapp, un libro o el titular de un artículo el cual te impacta. No existe una manera fija de obtener respuestas a tus preguntas honestas, pero la reconocerás inmediatamente una vez se manifiesten; y eso es porque el E.S. siempre te está hablando aunque tú no le escuches, porque un cosa es oír (todos oyen pero no entienden) y otra bien distinta saber escuchar.
Otro ejemplo de "problema"... Me siento sólo y doy por hecho que es porque no tengo pareja; entonces lo primero que suelo preguntar sin pensar es: "¿Cómo puedo conseguir pareja?" o "¿Dónde puedo conseguir una pareja"?. Sin embargo sería más correcto preguntarse: "¿Por qué me siento sólo?""¿por qué creo que una pareja solucionará mi soledad?", o incluso "¿Cómo puedo resolver mi problema de soledad?". Mientras estás agitado en tu inquietud es difícil pensar una buena pregunta porque estás alejado de tu consciencia, pero si estás aquietado podrás usar tu sentido común al observar lo que pasa por tu cabeza y cuales son tus sentimientos al respecto. Entonces puedes hacer preguntas que buscan la raíz del problema, a dónde éste surge, que es donde puede ser solucionado. 
Cuando nos planteamos pseudo-preguntas guiándonos por el ego, él mismo nos da sus soluciones las cuales exigen siempre el sacrificio de alguien, aparte de que podrás reconocerlas por usar un lenguaje y un estilo característico, a veces inquietante pero inconfundible: "Si te casas con una viuda rica, además de quitarte la soledad te solucionará los problemas económicos". Las respuestas del E.S., por el contrario, son más dulces y creíbles: "no necesitas una pareja para curar tu soledad ni más dinero pues Dios está contigo y nada te falta". Pero a nuestra personalidad no le gustan ese tipo de respuestas ya que van en contra de los deseos, de los sueños y del especialismo que confiere el que se puedan ver realizados. 
6. Sólo dentro del instante santo se puede plantear honestamente una pregunta honesta. Y del significado de la pregunta se derivará todo el significado que pueda tener la respuesta. Es posible entonces separar tus deseos de la respuesta, para que ésta se te pueda dar y también para que la puedas aceptar. La respuesta se ofrece en todas partes. Mas sólo se puede oír en el instante santo. Una respuesta honesta no exige sacrificios porque sólo contesta preguntas verdaderas. Las preguntas que hace el mundo tan sólo quieren saber a quién se le debe exigir sacrificio y no si el sacrificio tiene sentido o no. Y así, a menos que la respuesta indique "a quién", no se reconocerá ni será escuchada, y de este modo la pregunta seguirá en pie, ya que se contestó a sí misma. El instante santo es aquel en el que la mente está lo suficientemente serena como para poder escuchar una respuesta que no está implícita en la pregunta y que ofrece algo nuevo y distinto. ¿Cómo iba a poderse contestar una pregunta que no hace sino repetirse a sí misma?
7. No trates, por lo tanto, de solventar problemas en un mundo del que se ha excluido la solución. Lleva más bien el problema al único lugar en el que se halla la respuesta y en el que se te ofrece amorosamente. En él se encuentran las respuestas que solventarán tus problemas, pues no forman parte de ellos y toman en cuenta lo que puede ser contestado: lo que la pregunta realmente es. Las respuestas que el mundo ofrece no hacen sino suscitar otra pregunta, si bien dejan la primera sin contestar. En el instante santo puedes llevar la pregunta a la respuesta y recibir la respuesta que fue formulada expresamente para ti.

Como conclusión y respondiendo al por qué del título de este apartado de UCdM, diría que "La callada respuesta" obedece al hecho de que en la quietud silenciosa se crea el estado de receptividad en nosotros en el que todas las preguntas que nos podamos hacer pueden ser fácilmente contestadas, al tal grado que puede llegarse a no ser necesario tan siquiera preguntar nada, pues en ese estado (estado de Ser o Crístico) han desaparecido todos los deseos, todas las inquietudes, todos los miedos y todas las preguntas, existiendo sólo aceptación plena de todo lo que es, Amor.  

* * *

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...