La mente es muy poderosa y jamás pierde su fuerza creativa. Nunca duerme. Está creando continuamente. Es difícil reconocer la oleada de poder que resulta de la combinación de pensamiento y creencia, la cual puede literalmente mover montañas. A primera vista parece arrogante creer que posees tal poder, mas no es ésa la verdadera razón de que no lo creas. Prefieres creer que tus pensamientos no pueden ejercer ninguna influencia real porque de hecho tienes miedo de ellos. Eso puede mitigar la conciencia de culpabilidad, pero a costa de percibir a la mente como impotente. Si crees que lo que piensas no tiene ningún efecto, puede que dejes de tenerle miedo, pero es bastante improbable que le tengas respeto. No hay pensamientos fútiles. Todo pensamiento produce forma en algún nivel. (T-2.VI.9.5-14)
...nadie puede organizar su vida sin un sistema de creencias. Una vez que has desarrollado un sistema de pensamiento, sea cual fuere su clase, riges tu vida de acuerdo con él y lo enseñas. Tu capacidad para ser fiel a un sistema de pensamiento podrá estar mal situada, pero aún así es una forma de fe y se puede canalizar en otra dirección. (T-6.Int.2.3-5)
* * *
Question - Imagen de Anemone123 en Pixabay
Creer nada
¿Puedes creer que nada de lo que te muestra tus sentidos es como crees que es, que el mundo no es lo que crees, que la vida y la muerte tampoco son lo que crees que son, y que nada es aparte e independiente de ti? ¿Eres capaz de pensar que tú mism@ no eres lo que crees ser?. No parece ser así ¿verdad?
Lo preguntaré de otra manera: ¿Puedes abandonar tu sistema de pensamiento, para pensar y "ver" diferente?
Por supuesto que puedes, como dice el segundo párrafo conque comienza este post. No creer en nada de lo que has creído hasta ahora te obliga a creer en algo más. Es imposible dejar de pensar pues la naturaleza de la mente es hacerlo. Necesitas creer en algo porque no puedes vaciar tu mente.
Vivimos en un mundo de creencias. Puedes cambiar tu sistema de pensamiento y creencias generado por el ego, el cual da lugar al mundo que conoces, por otro sistema totalmente contrario de pensamientos y creencias, el del ES, el cual te mostrará otro mundo totalmente diferente.
Supón que es verdad que nada de lo que crees es como crees que es. Entonces estarías creyendo algo que es equivocado, puesto que en realidad no está ahí. Estarías soñando. De hecho, lo estás.
Cuando caes en el sueño, la única posibilidad que tienes de despertar es hacerte consciente de lo que te está ocurriendo. Es como cuando tienes una adicción; no la puedes empezar a curar hasta que no reconoces que la tienes.
¿Has tenido sueños lúcidos alguna vez? Sabes que estas soñando y puedes soñar con lo que deseas pareciendo totalmente real. Pero lo único que es real es el hecho de que observabas tu sueño e influyes en él con tus deseos. Eres el testigo y al mismo tiempo el generador de tu experiencia, experiencia que se traslada al personaje de tu sueño como si realmente fueses él.
En cualquier sueño la experiencia parece ser del personaje, pero en realidad es de la mente que sueña con el personaje. El personaje no tiene poder en absoluto, y mucho menos para despertar por si mismo. Dentro del sueño nada puede escapar de él porque es un efecto de la mente que termina por disolverse en la nada una vez que ésta despierta.
Los sueños no son más que conjuntos de creencias en acción, o procesos mentales que inducen estados alejados de la realidad. Por eso todas las creencias son falsas porque producen estados que en realidad no existen; aunque puedes soñar un estado parecido a la realidad sin ser la realidad misma, lo que te acerca a ella de alguna manera.
La creencia cuestionando tus creencias apunta al origen de las creencias; te vuelven lúcido poco a poco, más despierto y consciente del sueño en el que vives.
Casi nadie se cuestiona sus creencias porque casi nadie quiere despertar. No son conscientes de su sueño. Entonces, un día se las cuestiona en serio y se da cuenta de su relatividad, de su falsedad, y a partir de entonces ya no vuelve a ser la misma persona. Entonces el personaje empezará a actuar de manera diferente y la otra gente dirá que es@ se ha vuelto un poco (o muy) rar@; pero es el resto quienes son los anómalos: locos atrapados en los pensamientos del ego. El estado natural de la mente es el estado "despierto", no dormido.
El deseo de algo imposible es el inductor de los sueños (puesto que ya existe todo lo que es posible), y las creencias son los procesos que sostienen dicho deseo. No son más que distorsiones de tu pensamiento haciendo real tu deseo en tu imaginación. No desearías algo imposible si no lo creyeras posible; otra distorsión de tu pensamiento (o idea loca).
Como ejemplo, el deseo de sentirte especial y separado es lo que te permite creer que eres quien eres: una personaje distinto a todos los demás, y que veas el mundo como un lugar de competencia, escasez y peligro. Ves lo que quieres ver en él porque en origen crees y esperas ver lo que terminas viendo. Tus creencias sostienen todo el proceso que da lugar a tu falsa identidad y a su vez, a tus otras creencias, reforzándolas en un bucle retroalimentado que hacen que parezca que son todas verdad. Una vez impulsas la rueda del deseo y las creencias, ésta se mantiene girando sola por la propia inercia. Quedas atrapado entonces en el efecto de tus propios juicios, que en el fondo no son más que tus creencias acerca de ti mismo. El mundo que ves no es más un espejo de tu mente.
Aquello de lo que das fe demuestra tus creencias, y de esta manera las refuerza. (T-1.IV.4.7)
Cuando cuestionas tus creencias te cuestionas a ti mismo. Es un paso crucial hacia el despertar porque antes no te habías planteado que tus creencias fueran cuestionables. Simplemente las aceptabas como partes de ti mismo. Por eso poca gente cuestiona sus creencias, porque los hace sentir incómodos en el menor de los casos, y aterrorizados en el mayor. El ego siente miedo al saberse cuestionado; el espíritu nunca. Por eso el ego te dice que no mires dentro de ti.
No tengas miedo de mirar en tu interior. El ego te dice que lo único que hay dentro de ti es la negrura de la culpabilidad, y te exhorta a que no mires. (T-13.IX.8.1)
El ego es todo el sistema de pensamiento basado en la creencia en la separación y la escasez produciendo culpa y miedo. Sólo el ego siente culpa y miedo. Cuando los sientas es que te estás identificando con tu ego y con su sistema de pensamiento, lo que crea un estado irreal, pero que parece muy real y por ello justificado. Pero no está justificado más que la locura.
Crear Todo
Jesus - Gordon Johnson en Pixabay
Sin embargo, tu Ser real no siente ni culpa ni miedo. Él no necesita creer porque conoce, y ese conocer lo incluye a sí mismo. Cada vez que "saltas" de creer a saber, de proyectar a extender, del ego al Ser, de pensar con tu mente errónea a pensar con tu mente recta, de identificarte con tu personaje a identificarte con el testigo dentro de ti, del juicio al no juicio, del miedo al amor... vives lo que UCdM llama un milagro. El mundo no cree en los milagros porque el mundo y los milagros son antagónicos. Cada milagro deshace un poco el mundo de miedo, escasez, dolor y culpa que experimentamos al transmutar el sistema de pensamiento del ego al sistema de pensamiento del ES; y abre la posibilidad a observar el mundo real que no es más que el mismo mundo visto sin juicios y con ojos amorosos.
Todos los aspectos del miedo son falsos porque no existen en el nivel creativo y, por lo tanto, no existen en absoluto. En la medida en que estés dispuesto a someter tus creencias a esta prueba, en esa misma medida quedarán corregidas tus percepciones. En el proceso de separar lo falso de lo verdadero, el milagro procede de acuerdo con lo siguiente: El amor perfecto expulsa el miedo. Si hay miedo, es que no hay amor perfecto. Más: Sólo el amor perfecto existe. Si hay miedo, éste produce un estado que no existe. Cree esto y serás libre. Sólo Dios puede establecer esta solución y esta fe es Su don. (T-1.VI.5)
Recuerda: No existe ningún mundo; sólo existe el Cielo, el estado de consciencia del amor perfecto. El mundo real no es más que el mundo imaginario perdonado que pre-cede al Cielo en la mente soñadora justo antes de su despertar a Dios.
Conocer que el Ser que eres es amor perfecto empieza por creer que eres amor perfecto. Si una creencia te trajo al mundo de los sueños, una creencia de sacará igualmente de él. Creer en lo imposible (una loca idea) fue la puerta que abrió la posibilidad a fabricar todo un universo de fantasía a tu medida, el mundo fantástico del ego en donde vives sus aventuras encarnado en un cuerpo; pero también sus desventuras, placeres y sufrimientos. Dejar de creer en las creencias del ego, perdonando (entendiendo el perdón desde el punto de vista de UCdM como el reconocimiento de lo que no es verdad, de lo que es ilusorio) es dejar de apoyar esas fantasías para poder despertar del sueño a la realidad donde ya no creerás, sino que Crearás.
Perdonar sigue siendo una creencia pero es la creencia anti-creencias; o sea, la creencia que te libera de todas tus otras creencias. Entonces dejas de fabricar el universo. ¡Es el fin del mundo! ¡¿Cómo no va a sentir miedo tu ego si es su refugio?! Su destrucción es vista por él como un fenómeno terrorífico y devastador. ¡Apocalíptico! Sin embargo el verdadero significado de apocalipsis es "revelación de la verdad", y supone tu regreso al Cielo, tu estado natural. Cielo e infierno no son más que estados de consciencia; pero el cambio de uno a otro es tan radical que requiere que lo ejecutes de modo suave y progresivo, sino te volverías loc@ (el ego ya lo está pero se volvería aún peor). Por eso no puedes dejar de creer de golpe en las fantasías del ego. Las creencias, que están organizadas en niveles, no se pueden abandonar todas de una vez y porque sí. Se necesita tiempo para ir soltándolas poco a poco. Por cierto, el tiempo es otra creencia.
En última instancia, ni el espacio ni el tiempo tienen ningún sentido. Ambos son meramente creencias. (T-1.VI.3)
Las creencias se abandonan por niveles y haciendo uso del tiempo, desde las más enrevesadas, absurdas y evidentes hasta las más simples pero difíciles de ver, las cuales niegas creer en ellas y has ocultado en tu subconsciente más profundo, lejos de tu mirada donde las mantienes intactas. Esas son las creencias más difíciles de deshacer y las que más te condicionan. Una vez empiece el proceso de deshacimiento, el cual debes poner a cargo de tu Guía (la Mente Recta o ES), no te preocupes preguntándote cuánto tiempo te llevará. Llevará lo que tenga que llevarte.
Si sientes la tentación de desanimarte pensando cuánto tiempo va a tomar poder cambiar de parecer tan radicalmente, pregúntate a ti mismo: "¿Es mucho un instante?" ¿No le ofrecerías al Espíritu Santo un intervalo de tiempo tan corto para tu propia salvación? Él no te pide nada más, pues no tiene necesidad de nada más. Requiere mucho más tiempo enseñarte a que estés dispuesto a darle a Él esto, que lo que Él tarda en valerse de ese ínfimo instante para ofrecerte el Cielo en su totalidad. A cambio de ese instante, Él está listo para darte el recuerdo de la eternidad. (T-15.I.11)
Preocúpate sin embargo solamente de estar dispuest@ siempre que puedas, lo que es lo mismo que posiblemente habrás escuchado decir otras veces, a poner de tu parte una pequeña dosis de buena voluntad. No tienes que hacer nada más porque todo lo demás es intromisión del ego. El E.S. no puede deshacer tus creencias si tú no las examinas junto con Él. Tu trabajo consiste nada más que en eso, en mirarlas junto con Él sin tratar de corregirlas. Él lo hará por ti pues Él sabe cómo. Él sabe como liberarte del "nudo gordiano" que tú mismo te has provocado con tus creencias, proyectando su causa en el mundo. Mientras sigas creyendo que la causa de tus problemas está en él, no podrá liberarte.
El Hijo de Dios no está encadenado por nada excepto por sus propias creencias. (L-277.2)
Conocer la realidad significa no ver al ego ni a sus pensamientos, sus obras o actos, sus leyes o creencias, sus sueños o esperanzas, así como tampoco los planes que tiene para su propia salvación y el precio que hay que pagar por creer en él. (L-330.4.1)
Conclusiones sobre creer y Crear
- Todos tus pensamientos tienen efectos en la manera en que ves y experimentas el mundo, y lo sabes, pero no les pones atención porque les tienes miedo.
- Creer es proyectar deseos, soñar. Lo que proyectas y sueñas en el mundo lo experimentas como muy real, pero en realidad no existe y termina alejándose y desapareciendo con el tiempo.
- Cuando "crees" te expones a experimentar incompletud porque "creer" parte del deseo, el cual parte a su vez de la creencia en la carencia y la separación.
- Este mundo es un mundo de creencias. Al vivir sólo para este mundo estás condenándote a experimentar separación, escasez, vacío, miedo, culpa y sufrimiento.
- Dejar de creer en los sueños, en lo que no es nada, da vía libre a poder Crear lo que es Todo.
- Crear es extender el Todo. Todo lo que Es ya está creado. Si no estuviera creado no sería el Todo. Por lo tanto, Crear es algo así como re-conocer Todo lo que Es, experimentándolo; dicho de otro modo: Crear es Re-Crear. Cuando Creas sólo puedes experimentar completud (Amor y dicha).
- Amor y dicha es todo lo que existe pues es el Todo extendido. Cuando no experimentas Amor y dicha es que estas creyendo una situación que no existe, que tú mism@ fabricas en tu imaginación, la cual es falsa aunque tú la crees muy real.
- Creer y Crear se autoexcluyen. Tu personaje cree mientras que tu Yo Crea.
- No puedes creer una sola creencia falsa sin dejar de estar atado a este mundo. O liberas por completo a tu mente o no te liberas.
El ego siempre te hará creer que creer es Crear, como se escucha de boca de muchos coachs, animadores y líderes, los cuales te animan a que seas "creativo", a que persigas tus metas y sueños más ambiciosos y elevados. Razón no les falta si vives para el mundo pues el mundo se alimenta de tus deseos y necesidades. En el mundo, creer (o fabricar en el lenguaje de UCdM), te ayudará a conseguir muchas cosas que el mismo mundo te venderá como la panacea, pero cosas perecederas, que terminarán pasando de moda, declinando y desapareciendo. A nivel metafísico, que es el que nos interesa, Crear no tiene nada que ver con lo que cree el ego, sino con extender la realidad, la luz de la verdad.
Todo lo que el ego te dice que necesitas te hará daño. Pues si bien el ego te exhorta una y otra vez a que obtengas todo cuanto puedas, te deja sin nada, pues te exige que le des todo lo que obtienes. Y aun de las mismas manos que lo obtuvieron, será arrebatado y arrojado al polvo. Pues donde el ego ve salvación, ve también separación, y de esta forma pierdes todo lo que has adquirido en su nombre. No te preguntes a ti mismo, por lo tanto, qué es lo que necesitas, pues no lo sabes, y lo que te aconsejes a ti mismo te hará daño. Pues lo que crees necesitar servirá simplemente para fortificar tu mundo contra la luz y para hacer que no estés dispuesto a cuestionar el valor que este mundo tiene realmente para ti. (T-13.VII.11)
Pregúntate: ¿Para qué crees en lo que crees? No te preguntes "¿por qué?" sino "¿para qué?" El "¿por qué?" deriva tu razón y centro de gravedad afuera; lo proyecta cediendo tu poder a una autoridad externa a ti ubicada en el mundo, y te vuelve una marioneta (porque... así me enseñaron, porque...así me hicieron creer, soy de derechas/izquierdas, porque mi padre y mi abuelo siempre lo han sido yo también, porque el Gobierno dice, etc.). El "¿para qué?" te conecta con tu interior, con tu Ser y directamente con tu capacidad Creativa, donde se encuentra tu verdadero poder y tu responsabilidad.
Así que, en la inmensa mayoría de los casos, creer se ha vuelto la manera de escapar de la verdad. ¿Cómo sé que lo que creo es verdad? Te darás cuenta de la naturaleza ficticia o real de tus creencias por una cuestión de seguridad/inseguridad, que deriva a su vez de una cuestión de falta de autoconocimiento. Quien sabe no necesita creer. Por otro lado, sabrás que algo en lo que crees apunta a la verdad por la voz de tu intuición. Los actos que emanen de tus creencias basadas en la verdad te causarán paz en lugar de culpa.
No puedes dejar de creer en algo si no te apetece, aunque eso sea falso y te este causando daño a ti y a otros. Obligarte a dejar de creer es como obligarte a dejar de jugar con un juguete del que no te quieres desprender porque de uno u otro modo, aún lo estás apreciando. Las creencias caen por si mismas cuando llega su hora. Te das cuenta de lo que son y entonces dejas de jugar con ellas porque ya no te interesan.
El origen de las ilusiones es la creencia de que tienen un propósito; de que satisfacen alguna necesidad o de que conceden algún deseo. Si se perciben como desprovistas de propósito, dejan de verse. Al reconocerse su inutilidad, desaparecen. ¿De qué otra manera sino terminan todas las ilusiones? Se llevaron ante la verdad y la verdad no las vio. Simplemente pasó por alto lo que no tenía sentido. (M-14.1...)
Algunas creencias falsas y absurdas que dan lugar al mundo del ego.
Aquí no están todas las creencias pero son algunas de las más representativas. En cuanto a las referencias al curso, seguro que buscando podrás encontrar muchas más relativas a cada creencia.
No he podido evitar hacer algún comentario irónico. El humor es una manera de trascender lo que no es nada, demostrando su insustancialidad, aunque el ego muchas veces lo utiliza para maquillar su demencia y justificarla de algún modo. Todas las creencias derivan de una primera idea loca que el Hijo de Dios se tomó totalmente ¡en serio!, convirtiéndose precisamente en una creencia; la creencia de que es posible la separación de Dios. Desde entonces el ego intenta arreglar sin éxito, claro está, todos los problemas que surgen en el mundo a partir de esta creencia primigenia, aplicando una solución por problema los cuales están basados en creencias diferentes que a su vez generan otros problemas... ¡el cuento de nunca acabar! El E.S., sin embargo, te explica que existe un solo problema y una sola solución: deshacer tu creencia en la separación. A nivel metafísico, espiritual, tu unidad con Dios resuelve todos los problemas que crees tener.
Y ahora esas creencias absurdas, empezando por la principal:
- Estás separad@ de Dios. (T-4.III.3.2-4)
- Tú te creas a ti mismo y por eso tienes que preocuparte y valerte por ti mismo para todo, aún cuando no sepas qué hacer. Nadie va a venir a arreglarte la vida, a solucionar todos tus problemas (T-4.II.8.1), (T-9.IV.7.2)
- Es una ventaja no comprometerse con nada que sea eterno. Algunos lo hacen directamente no creyendo en ello. (T-4.V.6.1)
- Puedes usurpar el poder a Dios, atacarlo e ir contra Su Voluntad... Los que no creen o dicen no creer supuestamente en nada piensan lo mismo pero de manera subconsciente. De todos modos (pensamos), siempre haremos lo que nos da la gana (T-5.V.3.1-4), (T-7.IV.6.1-2), (T-7.6.8.1)
- Eres superior/inferior, más guap@/más fe@, más afortunad@/menos afortunad@... "especial" y como poco, diferente a todos l@s demás. Cualquier calificativo que aceptes acerca de ti mism@ demuestra que eres una persona y que habitas un cuerpo (T-15.V.5.1, T-15.V.8.2-3)
- Existe la escasez. Que te digan lo contrario casi llegando a final de mes (Prefacio, xiv, 2º párrafo, T-4.II.6.3-6)
- No vales para estas cosas de la espiritualidad y menos para hacer UCdM porque es un curso de entrenamiento mental. No eres dign@ de realizar el esfuerzo continuo en tu mente para despertar. Divagas continuamente porque no tienes concentración. Tampoco te gustaba estudiar en la escuela (T-4.IV.7)
- No eres dign@ de confianza. No se puede confiar en ti. (T-7.X.6.1-2)
- Alcanzar tus objetivos, tus metas y conseguir lo que quieres te hará feliz. Así que ya verás lo que voy a hacer con el curso cuando me toque la lotería. (T-11.V.12.3-4)
- Perdonar a otro es perderlo, así que mejor no perdonarlo para tenerlo bien amarrado y fastidiado de por vida, que por eso te hizo lo que te hizo. (T-15.VII.7.7)
- Eres una víctima de tu pareja, de la sociedad, del mundo, del Gobierno, de las élites, de los bichos infecciosos, de los extraterrestres, de la magia negra, de los arcontes o de quien sea o lo que sea, pero eres víctima. (T-21.V.2)
- Las situaciones dan lugar a la experiencia. Tú no tienes nada que ver con el modo que experimentas los sucesos de los que formas parte. Si no lo habías dicho antes: ¡Ay, pobre de mí! Que se oiga mi queja. (T-17.VI.5.8)
- La libertad y la sensación de completitud se consigue con la victoria. Hay que ganar a toda costa para sentirse uno ¡TOTAL!, aunque dure poco, pero se lo podrás restregar a los demás (T-16.V.5)
- Existe la separación y es lícito atacar y defenderte para mantenerte separad@, poderos@ y tener la razón (¡Porque tengo la razón. Vaya que si la tengo!) (T-11.V.12.3-4), (T-11.V.13.4)
- Castigarte a ti mism@ mitigará el castigo de Dios. Mal de much@s, consuelo de tont@s. Te está bien empleado. (T-5.V.5.6)
- Los conflictos, creados por las creencias del ego, se resuelven fragmentándolos. Por ejemplo, no aguanto a mi pareja, pero en la cama nos reconciliamos por un buen rato, hasta la siguiente discusión. (T-17.VI.6.9)
- Existe el diablo. No tiene cuernos pero muchas veces es el que los pone. (T-3.VII.5.1)
- Eres un cuerpo, cada día más viejo, mas gordo y más feo. (L-199)
- Existe el pecado. Si no, ¿Por qué no te ibas a sentir culpable? (T-26.VII.10.5, L-101.IV., L-259)
- Es imposible dejar de pecar porque además es deseable. Sarna con gusto no pica (T-19.III.1.6)
- El amor es romanticismo... ¡y sexo también, carajo! (Prefacio, xiv, 2º párrafo)
- Los juicios que emites no tienen ningún efecto. Es imprescindible juzgar de forma recriminatoria para dejar claro quien es o quienes son es@s desgraciad@s a l@s que te enfrentas, aunque eso no tiene ningún efecto en ti. ¡Que les parta un rayo! Se van a acordar de mi. Espera que aun no he terminado... (T-3.VI.1.4, T-3.VI.3, L-151)
- Y finalmente y nunca mejor dicho, la muerte existe. Descansa en paz. Améeeen. (T-3.VII.5.11, T-27.II.6.8, L-163, ...)
* * *