Judea, siglo I.
La tierra entera contiene el aliento.
Es un tiempo en que Judea espera al Mesías que rompería el yugo romano, que restauraría la gloria de Israel, que cumpliría las antiguas profecías. Pero en esta historia las cadenas no siempre son de hierro ni de ley extranjera.
Hay barrotes invisibles: los que forjan las creencias heredadas, los nombres impuestos, los deberes asumidos sin preguntas.
Quizá —como algunos descubrirán demasiado tarde— la libertad no venga desde fuera, ni a caballo ni con espada.
Nada permanece bajo el sol; todo pasa, se esfuma, se disuelve en el polvo del tiempo.
Y sin embargo, hay momentos que resisten en la memoria de la tierra. Fragmentos de un ayer que aún susurran en las sombras, en las grietas del tiempo, en cuevas ocultas.
Este es uno de esos momentos.
¿Y tú, dónde esperas encontrar la libertad?
¿Te has dado cuenta ya si la buscas en un lugar vano?
- PRÓXIMAMENTE -
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