viernes, 1 de junio de 2018

Lección 194 de Un Curso de Milagros

Pongo el futuro en Manos de Dios

1. La idea de hoy es un paso más en el proceso de alcanzar cuanto antes la salvación, y ciertamente es un paso gigantesco. 2Es tan grande la distancia que abarca que te lleva justo antes del Cielo, con el objetivo a la vista y los obstáculos ya superados. 3Tus pies ya se han posado sobre las praderas que te dan la bienvenida a las puertas del Cielo: el tranquilo lugar de la paz en el que aguardas con certeza el paso final de Dios. 4 ¡Qué lejos nos encontramos ahora de la tierra! 5 ¡Y cuán cerca de nuestra meta! 6 ¡Cuán corto es el trecho que aún nos queda por recorrer! 
2. Acepta la idea de hoy, y habrás dejado atrás toda ansiedad, los abismos del infierno, la negrura de la depresión, los pensamientos de pecado y toda la devastación que la culpabilidad acarrea. 2Acepta la idea de hoy, y habrás liberado al mundo de todo aprisionamiento, al romper las pesadas cadenas que mantenían cerrada la puerta a la libertad. 3Te has salvado, y tu salvación se vuelve el regalo que le haces al mundo porque tú lo has recibido. 
3. No hay un solo instante en que se pueda sentir depresión, experimentar dolor o percibir pérdida alguna. 2No hay un solo instante en que se pueda instaurar el pesar en un trono y adorársele. 3No hay un solo instante en que uno pueda ni siquiera morir. 4Y así, cada instante que se le entrega a Dios, con el siguiente ya entregado a Él de antemano, es un tiempo en que te liberas de la tristeza, del dolor y hasta de la misma muerte. 
4. Tu futuro está en Manos de Dios, así como tu pasado y tu presente. 2Para Él son lo mismo, y, por lo tanto, deberían ser lo mismo para ti también. 3Sin embargo, en este mundo la progresión temporal todavía parece ser algo real. 4No se te pide, por lo tanto, que entiendas que el tiempo no tiene realmente una secuencia lineal. 5Sólo se te pide que te desentiendas del futuro y lo pongas en Manos de Dios. 6Y mediante tu experiencia comprobarás que también has puesto en Sus Manos el pasado y el presente, porque el pasado ya no te castigará más y ya no tendrá sentido tener miedo del futuro. 
5. Libera el futuro. 2Pues el pasado ya pasó, y el presente, libre de su legado de aflicción y sufrimiento, de dolor y de pérdida, se convierte en el instante en que el tiempo se escapa del cautiverio de las ilusiones, por las que ha venido recorriendo su despiadado e inevitable curso. 3Cada instante que antes era esclavo del tiempo se transforma ahora en un instante santo, cuando la luz que se mantenía oculta en el Hijo de Dios se libera para bendecir al mundo. 4Ahora el Hijo de Dios es libre, y toda su gloria resplandece sobre un mundo que se ha liberado junto con él para compartir su santidad. 
6. Si pudieses ver la lección de hoy como la liberación que realmente representa, no vacilarías en dedicarle el máximo esfuerzo de que fueses capaz, para que pasase a formar parte de ti. 2Conforme se vaya convirtiendo en un pensamiento que rige tu mente, en un hábito de tu repertorio para solventar problemas, en una manera de reaccionar de inmediato ante toda tentación, le trans mitirás al mundo lo que has aprendido. 3Y en la medida en que aprendas a ver la salvación en todas las cosas, en esa misma medida el mundo percibirá que se ha salvado. 
7. ¿Qué preocupación puede asolar al que pone su futuro en las amorosas Manos de Dios? 2¿Qué podría hacerle sufrir? 3¿Qué podría causarle dolor o la sensación de haber perdido algo? 4¿Qué podría temer? 5¿Y de qué otra manera podría contemplar todo sino con amor? 6Pues el que ha escapado de todo temor de futuros sufrimientos ha encontrado el camino de la paz en el presente y la certeza de un cuidado que el mundo jamás podría amenazar. 7Está seguro de que aunque su percepción puede ser errónea, jamás le ha de faltar corrección. 8Es libre de volver a elegir cuando se ha dejado engañar; de cambiar de parecer cuando se ha equivocado. 
8. Pon, por lo tanto, tu futuro en Manos de Dios. 2Pues de esta manera invocas Su recuerdo para que regrese y reemplace todos tus pensamientos de maldad y pecado por la verdad del amor. 3¿Crees acaso que el mundo no se beneficiaría con ello y que cada criatura viviente no respondería con una percepción corregida? 4El que se encomienda a Dios ha puesto también al mundo en las mismas Manos a las que él ha recurrido en busca de consuelo y seguridad. 5Ha dejado a un lado las enfermizas ilusiones del mundo junto con las suyas, y de este modo le ofrece paz al mundo, así como a sí mismo. 
9. Ahora sí que nos hemos salvado. 2Pues descansamos despreocupados en Sus Manos, seguros de que sólo cosas buenas nos pueden acontecer. 3Si nos olvidamos de ello, se nos recuerda dulcemente. 4Si aceptamos un pensamiento que denota falta de perdón, éste queda prontamente reemplazado por el reflejo del amor. 5Y si nos sentimos tentados de atacar, apelamos a Aquel que vela nuestro descanso para que tome por nosotros la decisión que nos aleja de la tentación. 6El mundo ha dejado de ser nuestro enemigo, pues hemos decidido ser su Amigo.
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Reflexión: Deshacerte del sistema de pensamiento del ego requiere vivir en el presente. El tiempo no existe como verdad absoluta pues es una fabricación de la mente soñadora del Hijo de Dios. ¿Quién no ha experimentado que las horas se hacía larguísimas o que el tiempo volaba? Cuando vivimos desde el ego nuestros pensamientos copan nuestra mente y vivimos atrapados en el tiempo, viajando entre el pasado y el futuro. En esa situación se hace muy difícil liberarse ni alcanzar ningún tipo de paz porque siempre estamos aquejados por la culpa de las experiencias del pasado y/o por la preocupación por el futuro. 

Tu liberación requiere que vivas en el presente que en realidad es el único momento que existe. En el ahora tus pensamientos pasados/futuros pasan a ser simplemente observados en lugar de confundirte con ellos, aunque los utilizas para hacer cosas en tu vida cotidiana en lugar de ellos utilizarte a ti y verte arrastrado y agobiado por necesidades irreales. 

Vivir en el presente requiere confianza en la vida, en Dios o en la fuerza que creas lo sostiene todo, para dejar de pensar en preguntas del tipo ¿Qué voy a hacer cuando...? Por eso es que el apartado 4. ¿Cuáles son las características de los Maestros de Dios? del Manual para el Maestro, habla de la confianza como la primera característica que hay que desarrollar. Es la característica más difícil de conseguir, pero una vez que lo haces, todas las demás llegan en cascada, y con ellas tu liberación.

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