sábado, 2 de junio de 2018

Lección 195 de Un Curso de Milagros

El amor es el camino que recorro con gratitud 

1. Para aquellos que contemplan el mundo desde una perspectiva errónea, la gratitud es una lección muy difícil de aprender. 2Lo más que pueden hacer es considerar que su situación es mejor que la de los demás. 3Y tratan de contentarse porque hay otros que aparentemente sufren más que ellos. 4 ¡Cuán tristes y lamentables son semejantes pensamientos! 5Pues, ¿quién puede tener motivos para sentirse agradecido si otros no los tienen? 6¿Y quién iba a sufrir menos porque ve que otro sufre más? 7Debes estarle agradecido únicamente a Aquel que hizo desaparecer todo motivo de sufrimiento del mundo. 
2. Es absurdo dar gracias por el sufrimiento. 2Mas es igualmente absurdo no estarle agradecido a Uno que te ofrece los medios por los cuales todo dolor se cura y todo sufrimiento queda reemplazado por la risa y la felicidad. 3Ni siquiera los que están parcialmente cuerdos podrían negarse a dar los pasos que Él indica, ni dejar de seguir el camino que Él les señala a fin de escapar de una prisión que creían que no tenía salida a la libertad que ahora perciben. 
3. Tu hermano es tu "enemigo" porque lo ves como el rival de tu paz: el saqueador que te roba tu dicha y no te deja nada salvo una negra desesperación, tan amarga e implacable que acaba con toda esperanza. 2Lo único que puedes desear ahora es la venganza. 3Lo único que puedes hacer ahora es tratar de arrastrarlo a la muerte junto contigo, para que sea tan impotente como tú, y para que en sus ambiciosas manos quede tan poco como en las tuyas. 
4. No le das gracias a Dios porque tu hermano esté más esclavizado que tú, ni tampoco podrías, en tu sano juicio, enfadarte si él parece ser más libre. 2El amor no hace comparaciones. 3Y la gratitud sólo puede ser sincera si va acompañada de amor. 4Le damos gracias a Dios nuestro Padre porque todas las cosas encontrarán su libertad en nosotros. 5Es imposible que algunas puedan liberarse mientras otras permanecen cautivas. 6Pues, ¿quién puede regatear en nombre del amor? 
5. Da gracias, por lo tanto, pero con sinceridad. 2Y deja que en tu gratitud haya cabida para todos los que se han de escapar contigo: los enfermos, los débiles, los necesitados y los temerosos, así como los que se lamentan de lo que parece ser una pérdida, los que sienten un aparente dolor y los que pasan frío o hambre y caminan por el camino del odio y la senda de la muerte. 3Todos ellos te acompañan. 4No nos comparemos con ellos, pues al hacer eso los separamos en nuestra conciencia de la unidad que compartimos con ellos y que ellos no pueden sino compartir con nosotros también. 
6. Le damos las gracias a nuestro Padre sólo por una cosa: que no estamos separados de ninguna cosa viviente, y, por lo tanto, somos uno con Él. 2Y nos regocijamos de que jamás puedan hacerse excepciones que menoscaben nuestra plenitud o inhiban o alteren en modo alguno nuestra función de completar a Aquel que es en Sí Mismo la compleción. 3Damos gracias por toda cosa viviente, pues, de otra manera, no estaríamos dando gracias por nada, y estaríamos dejando de reconocer los dones que Dios nos ha dado. 
7. Permitamos, entonces, que nuestros hermanos reclinen su fatigada cabeza sobre nuestros hombros y que descansen por un rato. 2Damos gracias por ellos. 3Pues si podemos dirigirlos a la paz que nosotros mismos queremos encontrar, el camino quedará por fin libre y franco para nosotros. 4Una puerta ancestral vuelve a girar libremente; una Palabra -hace tiempo olvidada- resuena de nuevo en nuestra memoria y cobra mayor claridad al estar nosotros dispuestos a escuchar una vez más. 
8. Recorre, pues, con gratitud el camino del amor. 2Pues olvidamos el odio cuando dejamos a un lado las comparaciones. 3¿Qué podría ser entonces un obstáculo para la paz? 4El temor a Dios por fin es obliterado, y perdonamos sin hacer comparaciones. 5Y así, no podemos elegir pasar por alto sólo ciertas cosas, mientras retenemos bajo llave otras que consideramos "pecados". 6Cuando tu perdón sea total tu gratitud lo será también, pues te darás cuenta de que todas las cosas son acreedoras al derecho a ser amadas por ser amorosas, incluyendo tu propio ser. 
9. Hoy aprendemos a pensar en la gratitud en vez de en la ira, la malicia y la venganza: 2Se nos ha dado todo. 3Si nos negamos a reconocer esto, ello no nos da derecho a sentirnos amargados o a percibirnos como que estamos en un lugar donde se nos persigue despiadadamente y se nos hostiga sin cesar, o donde se nos atropella sin la menor consideración por nosotros o por nuestro futuro. 4La gratitud se convierte en el único pensamiento conque sustituimos estas percepciones descabelladas. 5Dios ha cuidado de nosotros y nos llama Su Hijo. 6¿Puede haber algo más grande que eso? 
10. Nuestra gratitud allanará el camino que nos conduce a Él y acortará la duración de nuestro aprendizaje mucho más de lo que jamás podrías haber soñado. 2La gratitud y el amor van de la mano, y allí donde uno de ellos se encuentra, el otro no puede sino estar. 3Pues la gratitud no es sino un aspecto del Amor, que es la Fuente de toda la creación. 4Dios te da las gracias a ti, Su Hijo, por ser lo que eres: Su Propia compleción y la Fuente del amor junto con El. 5Tu gratitud hacia Él es la misma que la Suya hacia ti. 6Pues el amor no puede recorrer ningún camino que no sea el de la gratitud, y ése es el camino que recorremos los que nos encaminamos hacia Dios.

* * *
Reflexión: ¿Qué clase de agradecimiento es el que depende de la comparación? La lección de hoy me recuerda la parábola del fariseo y el publicano, cuando el fariseo se jacta de no ser como el publicano y da gracias a Dios por ello. La parábola termina diciendo que cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido, lo que puede ser interpretado como que aquello que se separa para ser diferenciado de lo demás terminará deshecho (el ego, la forma, lo temporal...), y lo que pasa por desapercibido será lo que luego prevalezca (el ser, los sin forma, lo eterno...) 

La gratitud basada en la comparación es soberbia, arrogancia y enaltecimiento. Te hace sentir en una situación mejor, ser en algún sentido especial, y te separa del otro (es separativa). Literalmente da gracias por la des-gracias ajenas. Pero si das gracias a Dios porque tu hermano está peor que tú, también sería lógico enfadarse o envidiarlo cuando seas tú el que esté peor que él, ¿no?. Detrás de la gratitud basada en la comparación está el ego. La falsa gratitud o gratitud comparativa nos encierra más en el sueño y limita nuestra consciencia. 


La verdadera gratitud no establece comparaciones de ningún tipo, es honesta y además todo-abarcadora, lo que quiere decir que incluye lo que no nos gusta, lo que nos hace sentir mal, a las personas que nos desagradan, las pérdidas, los problemas, el dolor y las necesidades... y ello porque entendemos que todos ellos son parte de nosotros, y como reflejos, nos están mostrando algún aspecto propio que viene a abrirnos los ojos y el entendimiento. Así que le damos a esa persona que siempre tratamos de evitar las gracias porque en nuestro sentimiento hacia él nos muestra un aspecto de nosotros mismos que rechazamos o desconocemos ayudándonos a conocernos aún más. Las pérdidas nos ayudan a des-apegarnos y nos liberan de cosas que no necesitamos haciendo nuestra vida más ligera. Los problemas nos enseñan a superar situaciones que de otra manera nos impedirían aprender y crecer. El dolor nos ayuda a vencer el mismo dolor y hacernos más fuertes y resistentes. Las necesidades nos enseñan a distinguir lo que es verdaderamente importante de lo que no lo es. 

Resumiendo, la verdadera gratitud, al ser todo-abarcadora amplía nuestra consciencia y nos ayuda a despertar acercándonos más al estado de ¡GRACIA! (Agradecimiento = entrar en estado de Gracia). Digamos que ella es lo que se siente cuando perdonas conforme al significado que UCdM da al perdón; nada que ver con lo que el mundo entiende por perdón lo cual se acerca más a la falsa gratitud y a la actitud del fariseo en la parábola. Agradecer de corazón es perdonar, como el curso enseña, porque se ha comprendido que todo lo que vemos en el mundo, en sus diferentes aspectos, es en realidad una proyección propia, así que cuando agradeces por absolutamente todo estás agradeciéndote y perdonándote a ti mismo, aceptando lo que hay de “bueno y malo” en ti, por lo que eres y por lo que ha sido, es y será. Literalmente te estás liberando. La práctica de la verdadera gratitud te funde literalmente con el Amor que conduce directamente al Cielo al hacerte semejante a Dios. 

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2 comentarios:

  1. Que linda y poderosa leccion.Tambien que explicacion y reflexion tan bien abordada.
    Gracias infinitas por compartir

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