viernes, 22 de junio de 2018

Lección 6 de Un Curso de Milagros

Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí

1. Los ejercicios que se han de llevar a cabo con esta idea son muy similares a los anteriores. Es necesario, una vez más, que para cualquier aplicación de la idea de hoy nombres muy concretamente la forma de disgusto de que se trate (ira, miedo, preocupación, depresión, etc.), así como lo que percibes como su causa. Por ejemplo: Estoy enfadado con _________ porque veo algo que no está ahí. Estoy preocupado acerca de _________ porque veo algo que no está ahí.
2. Conviene aplicar la idea de hoy a cualquier cosa que parezca disgustarte, y puede usarse provechosamente durante el transcurso del día con ese propósito. No obstante, las tres o cuatro sesiones de práctica que hoy se requieren deben ir precedidas, como en días pasados, por un minuto más o menos de búsqueda mental, seguido de una aplicación de la idea a cada pensamiento de disgusto descubierto en dicha búsqueda.
3. Una vez más, si te resistes a aplicar la idea a algunos de los pensamientos que te causan disgusto más que a otros, recuerda las dos advertencias mencionadas en la lección anterior: No hay disgustos pequeños. Todos perturban mi paz mental por igual. Y: No puedo conservar esta forma de disgusto y al mismo tiempo desprenderme de las demás. Para los efectos de estos ejercicios, pues, las consideraré a todas como si fuesen iguales.
* * * 
Reflexión: Le lección de hoy quiere decir que nos solemos disgustar porque así lo elegimos sin ser conscientes de ello y por causas inventadas. Y eso ocurre así porque, identificados con el ego, interpretamos lo que vemos desde el propio punto de vista, los intereses, el estado de ánimo y la personalidad. Cuando juzgamos algo desde el ego para enfadarnos vemos cosas que no son tales; tergiversamos la realidad. El disgusto se convierte de esa manera en la escusa perfecta para mantener al ego activo y darle más vida. Eckhart Tolle lo llama el cuerpo dolor. Es por eso que no importa el grado de resentimiento que sientas pues, aunque sólo sea un poco, añade más combustible a un fuego que se mantiene en estado latente dentro de nosotros en espera de ser reavivado en cualquier instante, por cualquier motivo, para devorarlo todo a su alrededor arrasando con nuestra paz interna. 

Cuando consigas observarte atentamente a ti mismo tendrás la posibilidad de elegir hacer real tu enfado y expresarlo causando dolor, o por el contrario, podrás comprender que sólo se trata de tu interpretación de un hecho y que tu enfado no conduce a nada.
* * * 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...