16. No tengo pensamientos neutros. Tener pensamientos neutros es imposible porque todos los
pensamientos tienen poder. O bien dan lugar a un mundo falso o bien me conducen al mundo real.
Pero es imposible que no tengan efectos. Del mismo modo en que el mundo que veo procede de mis
errores de pensamiento, así también el mundo real se alzará ante mis ojos cuando permita que mis
errores sean corregidos. Mis pensamientos no pueden ser simultáneamente verdaderos y falsos.
Tienen que ser lo uno o lo otro. Lo que veo me muestra si son verdaderos o falsos.
17. No veo cosas neutras. Lo que veo da testimonio de lo que pienso. Si no pensase no existiría, ya
que la vida es pensamiento. Permítaseme mirar al mundo que veo como la representación de mi
propio estado de ánimo. Sé que éste puede cambiar. Y sé asimismo que el mundo que veo puede
cambiar también.
18. No soy el único que experimenta los efectos de mi manera de ver. Si no tengo pensamientos
privados, no puedo ver un mundo privado. Incluso la descabellada idea de la separación tuvo que
compartirse antes de que se pudiese convertir en la base del mundo que veo. Sin embargo, cuando se compartió esa idea no se compartió nada. Puedo invocar también mis pensamientos reales, los
cuales comparto con todo el mundo. Así como mis pensamientos de separación invocan
pensamientos de separación en otros, mis pensamientos reales despiertan en ellos sus pensamientos
reales. Y el mundo que mis pensamientos reales me muestran alboreará en su visión así como en la
mía.
19. No soy el único que experimenta los efectos de mis pensamientos. No soy el único en nada. Todo
lo que pienso, digo o hago es una enseñanza para todo el universo. Un Hijo de Dios no puede
pensar, hablar o actuar en vano. No puede ser el único en nada. Tengo, por lo tanto, el poder de
cambiar a todas las mentes junto con la mía porque mío es el poder de Dios.
20. Estoy decidido a ver. Puesto que reconozco que la naturaleza de mis pensamientos es que los
comparto con todo lo que existe, estoy decidido a ver. Veré los testigos que me muestran que la
manera de pensar del mundo ha cambiado. Veré la prueba de que lo que se ha obrado por mediación
mía ha permitido que el amor reemplace al miedo, la risa a las lágrimas y la abundancia a las
pérdidas. Quiero contemplar el mundo real, y dejar que me enseñe que mi voluntad y la Voluntad de
Dios son una.
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