jueves, 23 de marzo de 2017

¿A dónde vamos cuando morimos? (desde la perspectiva de UCdM)

Advertencia: si no conoces UCdM (Un Curso de Milagros) quizás te cueste entender este artículo.

Son muchos lo que opinan que cuando morimos vamos al cielo o al infierno. Personalmente he escuchado experiencias en ambos sentidos, y leído mucho más al respecto en más de 30 años que llevo interesado por la espiritualidad. Los casos más ampliamente documentados son los de tres famosos investigadores del tema, Brian Weiss, Elisabeth Kubler Ross o Raymond Moody, quienes han estudiado en profundidad miles relatos de personas moribundas que parecen aseverar que existe un cielo esperándonos allá a donde vamos después de morir. Dicho cielo podría ser tan real como este mundo en el que vivimos. Quiero decir que para quienes creen que este mundo es real (la inmensa mayoría de las personas), aquellos quienes creen en el cielo lo creerán igualmente real. Pero ese mismo cielo pierde todo su sentido para el estudiante de Un Curso de Milagros ya que no sería nada más que otro aspecto de la ilusión de la gran mente creadora del universo (la mente dormida del Hijo de Dios). En concreto, se trataría de un cielo ilusorio donde se nos hace creer que descansamos por un breve espacio de tiempo para reencarnar de nuevo, con la memoria borrada, y poder seguir nuestro periplo de aprendizaje y evolución en otras vidas repletas de experiencias, placeres pero también sufrimiento.

Pero... ¿qué dice Un Curso de Milagros? Al principio del apartado 24 titulado "¿Existe la reencarnación? del Manual del Maestro pone:
"La reencarnación es imposible. El pasado no existe ni el futuro tampoco, y la idea de nacer en un cuerpo ya sea una o muchas veces no tiene sentido"
Y casi al final del mismo apartado añade:
"El Cielo está aquí. No existe ningún otro lugar. El Cielo es ahora. No existe ningún otro tiempo. Los maestros de Dios no se interesan por ninguna otra enseñanza que no conduzca a esto"
En el libro "Las preguntas más comunes en torno a Un Curso de Milagros" de la editorial Grano de Mostaza (Preg. 22, págs 41-48), sus autores, los Wapnick, sin referirse para nada al mencionado apartado 24 del Manual del Maestro, vienen a ratificar lo dicho anteriormente apoyándose en otros textos tomados del curso (T-27.VII.10:1-6; L-pl.167.6:1-4; 9; T-18.VI.8:2-11 y M-27.4:1-5:4; 6-7)*; y comparan la transición de la muerte, por ejemplo, al hecho de cambiar de una habitación a otra o a cambiar de canal en la televisión, todo dentro del sueño en el que estamos inmersos. Así, la muerte física no sería nada más que un episodio más de la ilusión de la mente soñadora siguiendo un hilo conductor universal basado en creencias como que "si has sido bueno vas al cielo, y si has sido malo vas al infierno", dentro de lo que se conoce como "la rueda de la vida". Los Wapnick insisten en que uno, en realidad, no va a ninguna parte después de morir puesto que si todo el universo es un constructo mental imaginario, incluido el cuerpo, entonces no tiene sentido pensar que éste último pueda estar localizado en alguna parte, que se pueda destruir, o que uno pueda atravesar túneles de luz.
Dicho de otro modo: todas nuestras vivencias estarían basadas en creencias que experimentaríamos siguiendo un modelo arquetípico más o menos universal, con algunas variaciones dependiendo de nuestra cultura, época, religión, etc, que arrastraríamos con nosotros en nuestra mente errónea individual, la cual proyectaría lo que nos ha de ocurrir porque así lo cree, siguiendo un guión preestablecido. Conforme a lo anterior, un cristiano se encontraría con Jesús al otro lado del túnel, pero un budista se encontraría a Buda. Por otro lado, ideas como la de escapar del sufrimiento quitándose la vida podría perder toda su utilidad una vez descubriéramos que la falta de paz radicada en la mente errónea nos acompaña allá a donde uno creyera que va (cielo, infierno, purgatorio...).
Resumiendo y visto todo lo anterior, la única salida a este juego de ilusión, de vida, sufrimiento y muerte en sucesivas aparentes reencarnaciones sería el que han defendido tantos maestros espirituales, y que no es más que el despertar auténtico, entendido como la iluminación, la resurrección o la fusión con la Fuente Uno que es Dios, por lo que éste, y no otro, sería el único propósito digno de perseguir en nuestras vidas aparentemente "individuales". Como dice UDdM en la lección 65 del libro de ejercicios: "Mi única función es la que Dios me dio". Todo lo demás, todas las demás funciones que nos hemos asignado los humanos (trabajar, estudiar, progresar, luchar, acumular, casarse y tener hijos o permanecer célibe, ser bueno, ser famoso, ser poderoso, etc.), son anecdóticas y secundarias.
Dejo el siguiente enlace del vídeo que me animó a escribir este artículo, aunque disiento con la posibilidad que nos cuenta David Parcerisa de que tenga que haber entidades malignas detrás de todo el proceso de reencarnación. Prefiero pensar, más bien, que detrás de todo este proceso está la genialidad de la gran mente errónea universal creadora del universo queriéndose perpetuar a sí misma.
Con la libertad de que cada uno está dotado, que cada cual piense lo que quieras sobre el vídeo y sobre este artículo.

Otro artículo escrito sobre esto mismo aquí: ¿A dónde vamos cuando morimos? II
*Nota: La "T" en las reseñas se refiere al libro de Texto, "L" se refiere a Libro de ejercicios y "M" a manual para el Maestro
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domingo, 19 de marzo de 2017

Desapareciendo con Un Curso de Milagros


En un grupo de discusión de Un Curso de Milagros, el más experimentado de todos ellos (llevaba estudiando el libro unos cuantos años) va y dice:
- Hermanos, el curso me está afectando seriamente. Estoy empezando a desaparecer lentamente, como cuenta Gary Renard en su libro "La desaparición del universo".
- Los otros, todo emocionados e inquietos, lo empiezan a mirar de arriba a abajo y a preguntarle, algunos con cierta envidia:
- ¿Cómo es eso? ¡Explicánoslo por favor!
- Sí. Ahora "Sé" lo que es el "Conocimiento" y estoy dejando atrás la "percepción". Un día de estos desaparezco.
Los del grupo lo miraban perplejos, unos con los ojos grandes a ver si lo encontraban algo transparente; los otros con los ojos achinados mirando las puntas y los bordes por si es que empezaba a desaparecer por las extremidades. Y entonces añade:
- Sí, me ha costado mucho conseguirlo, pero por fin, han sido ¡40 años estudiando y practicando! Pero ahora "Sé" y noto cómo me está desapareciendo la líbido, la memoria, el oído, la vista...
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martes, 14 de marzo de 2017

El Universo abundante

El Universo es abundante porque tú eres abundante. Tú eres la abundancia misma y el Universo es la proyección de tu abundancia. Sólo existe la abundancia de ti a tu alrededor; la abundancia de lo que proyectas. La pregunta clave aquí es: ¿Qué proyectas? ¿En qué piensas? ¿En qué centras tu atención?
Experimentarás con abundancia lo que centres en tu atención. ¿Centras tu atención en la abundancia de amor, la paz, la bondad, las soluciones, el perdón dinero, trabajo... o centras tu atención en la abundancia de la crisis, de la escasez, los problemas, las quejas, el rencor, la ira, etc? Porque también existe la abundancia de escasez y la abundancia de negación. Si niegas algo obtienes abundancia de ese algo. Por ejemplo, si dices "no quiero ser pobre" seguirás pobre porque estás atado a ese pensamiento condicionante ¡Es tan simple que cuesta comprenderlo!
Recuerda: Hagas lo que hagas siempre obtendrás abundancia de lo que proyectes. Tu poder creador siempre suma, no opera con signo menos, con el signo negativo. Se consciente de ello.  
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lunes, 6 de marzo de 2017

El lenguaje de un Curso de Milagros

Con el presente pretendo iniciar una serie de artículos que tendrán la intención de aclarar todas las dudas que me vayan llegando en torno a Un Curso de Milagros (UCdM). La idea me ha surgido a partir de la lectura del libro de Gloria y Kenneth Wapnick: "Las preguntas más comunes en torno a UCdM" de la editorial El Grano de Mostaza. Las respuestas que en él he encontrado no siempre me han parecido claras y otras veces quizás demasiado extensas, por lo que me pareció ideal tratar de comentarlas por este medio, de la manera más breve posible y con mis propias palabras para hacerlas más asequibles a quien entre a leerlas. Para quien no lo sepa, tengo que decir que Kenneth Wapnick, aunque ya no está con nosotros, es considerado la mayor autoridad en la interpretación de UCdM. 
La intención con mis artículos no es ceñirme a ningún orden ni obligación, por lo tanto, no seguiré ningún índice en el caso del libro de los Wapnick, ni utilizaré el mismo título de sus preguntas, aunque sí las identificaré con su número y página para quien quiera remitirse a ellas. Esto quiere decir que improvisaré como pueda y conforme se vayan dando los acontecimientos, y que incluso intentaré responder a otras preguntas diferentes, indicando que esas en concreto no están tratadas por los Wapnick en su libro. En ambos casos, siento una gran responsabilidad de saber que puedo fallar separándome del significado que quisieron transmitir los Wapnick para las preguntas de su libro, y de que estaré dando mi interpretación personal en el caso de preguntas nuevas sin ser yo ninguna autoridad en UCdM. Con esto quiero decir que mis artículos no han de considerarse de ninguna manera un sustituto del libro que es por lo que recomiendo su adquisición a los estudiantes más avezados que así podrán disponer de una pieza fundamental en sus bibliotecas. En cuanto a las respuestas que pueda dar a otras preguntas nuevas, tómensen sólo como una opinión, un punto de vista más de un estudiante que puede estar equivocado. 
Comentaba más arriba haber encontrado alguna dificultad en comprender ciertas partes del libro de los Wapnick que me recuerda la "aparente complejidad" conque está redactado UCdM, y que hay que leer estas partes varias veces para entender su significado. No creo que los Wapnick quisieran emular con esta acción el mismo propósito que ellos explican, tiene el estilo de Jesús para con UCdM, sino que más bien veo una carencia en la traducción del inglés al español. Así, por ejemplo, la respuesta a la pregunta 54.- ¿Porqué Jesús dice repetidamente en UCdM que necesito perdonarlo? ¿Para qué?, escrita por Gloria Wapnik, me resulta personalmente tediosa. La Justificación que dan ellos al lenguaje de UCdM es que Jesús pretende, que con el releído y necesario descifrado, los estudiantes aseguren un nivel de entendimiento que va más allá de lo que puede facilitar una simple lectura rápida y superficial. Dicho de otra manera, el propósito sería asegurar que los estudiantes se tomen realmente en serio su estudio (Preg. 68, pág. 142).        
Dicho de otra manera, UCdM no va dirigido al lector corriente entendido como la persona identificada con su historia personal que se cree un ente separado y aparte. Me refiero al yo egóico. UCdM va dirigido más bien a la consciencia, a la mente dormida, a la que trata de capturar y sacar de su sueño. Por eso es por lo que la primera experiencia de muchas personas que han tratado de leer el libro ha sido como atravesar una selva o darse de bruces contra una pared. 
   
  

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sábado, 4 de marzo de 2017

La vida de tus sueños... ¡Es tu pesadilla!

Es curioso como todo el mundo nos vende un vida mejor con eslóganes como “el trabajo de tus sueños”, “el viaje de tus sueños”, “la casa de tus sueños”, “la pareja de tus sueños”, etc. diciendo además que cuando obtengas eso serás feliz ¡Mentira!
Para soñar necesitas tiempo. Cuando estás dormido funcionas en el tiempo. Como dice la voz popular: “me he echado un sueño de X horas”. El mundo, el cual está formado a partir de un gran sueño (El "héroe" del sueño” de Un Curso de Milagros, capítulo 27, VIII), tratará de robarte todo tu tiempo para que lo dediques a él y no lo deshagas. Que no tengas tiempo o vivas dependiente del tiempo garantiza la supervivencia del mundo y de la gran mente egóica responsable de su creación manteniéndote atrapado bajo su dominio (Sí, entérate. Dios no creó este mundo). Por eso se inventó el trabajo, para robarte el tiempo, y esas largas jornadas de 14 o 16 horas que existían en la antigüedad. Luego, cuando se fue reduciendo la jornada laboral se inventó el ocio, la radio, el cine (Hollywood, ¡la fábrica de los sueños!), la TV, y después que fue disminuyendo aún más el trabajo hasta convertirse en un "bien" escaso, se inventaron los ordenadores, los smartphones y las tablets. Y no hablemos de lo que queda por inventar o está en desarrollo, como la realidad virtual, que, si no era suficiente estar dormido, llevará al ser humano a un nivel aún más profundo en su sueño y de su prisión: ¡Una pesadilla! Hoy leí un dicho que dice: “Cuanto más listo se hace tu móvil, más tonto te vuelves tú!”. Claro que “tonto” significa lo mismo que “dormido” o al menos tiene los mismos efectos. Y una famosa cadena comercial vende smartphones bajo el lema "Yo no soy tonto". ¡Cuidado con la tecnología! Seduce, engancha y su peligro es que caigas a su entero servicio. No olvides que es ella quien debe estar al completo servicio tuyo.
Sólo existe una manera de liberarse de la trampa del tiempo y del mundo, y es vivir despierto en “el ahora” que es la eternidad. Sólo ahora puedes ser feliz. Por eso, el mejor uso que puedes hacer de tu tiempo, de tu paso por este mundo, es emplearlo en despertar y estar presente. Una manera (entre otras muchas) de hacerlo puede ser iniciarte en el estudio y práctica de "Un Curso de Milagros" (“El instante santo” en Un Curso de Milagros, Cap. 15, I). Aunque como digo, hay muchos caminos. Busca el que más te guste, busca el tuyo. No pierdas el tiempo.



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Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...