NOTA IMPORTANTE: Si has llegado hasta aquí sin pasar por la 1ª Parte, antes de continuar te recomiendo que leas la introducción para saber de qué va este post y cómo está organizado. Puedes hacerlo pinchando aquí (Ir a la 1ª Parte). Pero si ya la has leído, entonces puedes continuar.
41. Jesús ha dicho: Quien tiene en su mano, a él se dará más. Y quien no tiene, se le quitará aún lo poco que tiene.
41. J dijo: «A quien quiera que tenga algo en mano se le dará más, y a quien no tenga nada se le privará incluso de lo poco que tenga.»
Usamos este dicho con frecuencia para referirnos al dinero. Recordemos también la parábola de los talentos. Es conocido que el dinero atrae más dinero y que la miseria atrae más miseria. ¿Pero podemos interpretar este dicho así?. ¿Está J justificando que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres? No, J no reparte resignación entre los desafortunados. Él no habla de lo material, sino de lo espiritual.
Atraes más riqueza espiritual cuando la compartes, para lo que tienes que ser consciente de tu divinidad, no necesariamente de forma plena, pero tienes que sentir su llamada, aceptarla y a partir de ahí, empezar a expandirla. Y así, cuanto más das de ella más recibes porque dar es lo mismo que recibir con todo lo que es intangible, lo cual es ilimitado. Ocurre lo contrario con lo material, que lo que das lo pierdes porque lo material es finito. Tener en tu mano se refiere, por lo tanto, al deseo de compartir (la mano abierta es para dar y recibir). Sin embargo, quien vive ajeno a su espiritualidad, es pobre porque desde el ego pone toda su dedicación en el mundo, en el bienestar del cuerpo y en acumular cosas materiales siguiendo el principio de que lo que no te quedes tú se lo quedará otro, sin considerar que todo lo material es ilusorio, o sea, nada. De modo que vivir en el ego es ser pobre porque te privas a ti mismo de tu propia riqueza.
Se ha dicho correctamente que a aquel que tiene se le dará. Porque tiene, puede dar. Y, porque da, se le dará. Esta es la ley de Dios, y no la del mundo. Así ocurre también con los sanadores de Dios. Dan porque han oído Su Palabra y la han comprendido. Todo lo que necesitan se les habrá dado de esta manera. Pero perderán esta comprensión a menos que recuerden que todo lo que tienen procede únicamente de Dios. Si creen que necesitan cualquier cosa de un hermano, no lo reconocerán más como un hermano. Y si hacen esto, una luz se apaga incluso en el Cielo. Donde el Hijo de Dios se vuelve contra sí mismo, sólo puede contemplar la oscuridad. Se ha negado la luz a sí mismo, y no puede ver. (P-3.III.5)
(...) eres tú el que determina el valor de lo que recibes, y el que fija el precio de acuerdo con lo que das. Creer que es posible obtener mucho a cambio de poco es creer que puedes regatear con Dios. Las leyes de Dios son siempre justas y perfectamente consistentes. Al dar, recibes. Pero recibir es aceptar, no tratar de obtener algo. Es imposible no tener, pero es posible que no sepas que tienes. (T-9.II.11.1-6).
No puedes obrar un milagro para ti mismo porque los milagros son una forma de dar aceptación y de recibirla. En el tiempo, dar ocurre primero, pero en la eternidad, donde no pueden estar separados, dar y recibir ocurren simultáneamente. Cuando hayas aprendido que dar es lo mismo que recibir, ya no habrá necesidad de tiempo. (T-9.VI.6.3-5)
Si los regalos se han de dar y recibir de verdad, no se pueden dar a través del cuerpo. El cuerpo no puede ofrecer ni aceptar nada; tampoco puede dar o quitar nada. Sólo la mente puede evaluar, y sólo ella puede decidir lo que quiere recibir y lo que quiere dar. Y cada regalo que ofrece depende de lo que ella misma desea. (T-20.II.2.1-4)
Atraes más riqueza espiritual cuando la compartes, para lo que tienes que ser consciente de tu divinidad, no necesariamente de forma plena, pero tienes que sentir su llamada, aceptarla y a partir de ahí, empezar a expandirla. Y así, cuanto más das de ella más recibes porque dar es lo mismo que recibir con todo lo que es intangible, lo cual es ilimitado. Ocurre lo contrario con lo material, que lo que das lo pierdes porque lo material es finito. Tener en tu mano se refiere, por lo tanto, al deseo de compartir (la mano abierta es para dar y recibir). Sin embargo, quien vive ajeno a su espiritualidad, es pobre porque desde el ego pone toda su dedicación en el mundo, en el bienestar del cuerpo y en acumular cosas materiales siguiendo el principio de que lo que no te quedes tú se lo quedará otro, sin considerar que todo lo material es ilusorio, o sea, nada. De modo que vivir en el ego es ser pobre porque te privas a ti mismo de tu propia riqueza.
Se ha dicho correctamente que a aquel que tiene se le dará. Porque tiene, puede dar. Y, porque da, se le dará. Esta es la ley de Dios, y no la del mundo. Así ocurre también con los sanadores de Dios. Dan porque han oído Su Palabra y la han comprendido. Todo lo que necesitan se les habrá dado de esta manera. Pero perderán esta comprensión a menos que recuerden que todo lo que tienen procede únicamente de Dios. Si creen que necesitan cualquier cosa de un hermano, no lo reconocerán más como un hermano. Y si hacen esto, una luz se apaga incluso en el Cielo. Donde el Hijo de Dios se vuelve contra sí mismo, sólo puede contemplar la oscuridad. Se ha negado la luz a sí mismo, y no puede ver. (P-3.III.5)
(...) eres tú el que determina el valor de lo que recibes, y el que fija el precio de acuerdo con lo que das. Creer que es posible obtener mucho a cambio de poco es creer que puedes regatear con Dios. Las leyes de Dios son siempre justas y perfectamente consistentes. Al dar, recibes. Pero recibir es aceptar, no tratar de obtener algo. Es imposible no tener, pero es posible que no sepas que tienes. (T-9.II.11.1-6).
No puedes obrar un milagro para ti mismo porque los milagros son una forma de dar aceptación y de recibirla. En el tiempo, dar ocurre primero, pero en la eternidad, donde no pueden estar separados, dar y recibir ocurren simultáneamente. Cuando hayas aprendido que dar es lo mismo que recibir, ya no habrá necesidad de tiempo. (T-9.VI.6.3-5)
Si los regalos se han de dar y recibir de verdad, no se pueden dar a través del cuerpo. El cuerpo no puede ofrecer ni aceptar nada; tampoco puede dar o quitar nada. Sólo la mente puede evaluar, y sólo ella puede decidir lo que quiere recibir y lo que quiere dar. Y cada regalo que ofrece depende de lo que ella misma desea. (T-20.II.2.1-4)
42. Jesús ha dicho: Haceos transeúntes.
42. Sed transeúntes.
Un transeúnte viaja ligero y sin apenas posesiones. No tiene casa, como las zorras madrigueras y las aves nidos. Aquí J aconseja no apegarse a las cosas del mundo. Ello no quiere decir que no puedas tener una casa, un coche, un trabajo, una familia, etc, sino que no te ates a ellas mentalmente, emocionalmente, de manera que pase lo que pase con ellas no sientas ninguna culpa. A la gente le puede chocar esta actitud que parecerá ir en contra de la regla, y te criticarán e incluso atacarán por ello, pero esta incomprensión también la debes de vivir con desapego perdonando. Se trata de ganar tu libertad, tu equilibrio interior y tu paz.
Vivir ligero de deseos, responsabilidades y preocupaciones innecesarias que te puedan cargar de culpas, así como la determinación de perdonar todo y a todos (la piedra angular de las enseñanzas de UCdM), son las condiciones necesarias de regreso a Dios. Es, como digo, un camino de transformación mental, la parte que no se cuenta de la parábola del Hijo Pródigo.
Deja, por lo tanto, todas tus necesidades en Sus manos. Él las colmará sin darles ninguna importancia. Lo que Él te provee no conlleva ningún riesgo, pues Él se asegurará de que no pueda convertirse en un punto tenebroso, oculto en tu mente y que se conserva para hacerte daño. Bajo Su dirección viajarás ligero de equipaje y sin contratiempos, pues Él siempre tiene puestas Sus miras en el final de la jornada, que es Su objetivo. El Hijo de Dios no es un viajero por mundos externos. No importa cuán santa pueda volverse su percepción, ningún mundo externo a él contiene su herencia. Dentro de sí mismo no tiene necesidades de ninguna clase, pues la luz sólo necesita brillar en paz para dejar que desde sí misma sus rayos se extiendan quedamente hasta el infinito. (T-13.VII.13)
Un transeúnte viaja ligero y sin apenas posesiones. No tiene casa, como las zorras madrigueras y las aves nidos. Aquí J aconseja no apegarse a las cosas del mundo. Ello no quiere decir que no puedas tener una casa, un coche, un trabajo, una familia, etc, sino que no te ates a ellas mentalmente, emocionalmente, de manera que pase lo que pase con ellas no sientas ninguna culpa. A la gente le puede chocar esta actitud que parecerá ir en contra de la regla, y te criticarán e incluso atacarán por ello, pero esta incomprensión también la debes de vivir con desapego perdonando. Se trata de ganar tu libertad, tu equilibrio interior y tu paz.
Vivir ligero de deseos, responsabilidades y preocupaciones innecesarias que te puedan cargar de culpas, así como la determinación de perdonar todo y a todos (la piedra angular de las enseñanzas de UCdM), son las condiciones necesarias de regreso a Dios. Es, como digo, un camino de transformación mental, la parte que no se cuenta de la parábola del Hijo Pródigo.
Deja, por lo tanto, todas tus necesidades en Sus manos. Él las colmará sin darles ninguna importancia. Lo que Él te provee no conlleva ningún riesgo, pues Él se asegurará de que no pueda convertirse en un punto tenebroso, oculto en tu mente y que se conserva para hacerte daño. Bajo Su dirección viajarás ligero de equipaje y sin contratiempos, pues Él siempre tiene puestas Sus miras en el final de la jornada, que es Su objetivo. El Hijo de Dios no es un viajero por mundos externos. No importa cuán santa pueda volverse su percepción, ningún mundo externo a él contiene su herencia. Dentro de sí mismo no tiene necesidades de ninguna clase, pues la luz sólo necesita brillar en paz para dejar que desde sí misma sus rayos se extiendan quedamente hasta el infinito. (T-13.VII.13)
Tú no moras aquí, sino en la eternidad. Eres un viajero únicamente en sueños, mientras permaneces a salvo en tu hogar. (T-13.VII.17.6-7)
43. Sus discípulos le dicen: ¿quién eres?, por cuanto nos dices estas cosas.
Jesús les dice: De lo que os digo no conocéis quien soy, sino os habéis hecho como los judíos, pues aman el árbol mas odian su fruto, y aman el fruto mas odian el árbol.
44. Jesús ha dicho: Quien maldice al Padre, se le perdonará. Y quien maldice al Hijo, se le perdonará. Pero quien maldice a la Espíritu Santa, no se le perdonará, ni en la tierra ni en el Cielo.
45. Jesús ha dicho: No se cosechan uvas de los espinos ni se recogen higos de las zarzas, pues no dan fruto. Una persona buena saca lo bueno de su tesoro. Una persona perversa saca la maldad de su tesoro malo que está en su corazón y habla opresivamente, pues de la abundancia del corazón saca la maldad.
45. Las uvas no se cosechan de los espinos ni los higos salen de los cardos.
Cosechar uvas de los espinos es querer obtener felicidad poniendo fe en tus creencias. Vivimos engañándonos a nosotros mismos al poner nuestra esperanza de felicidad donde no la hay.
Cosechar uvas de los espinos es querer obtener felicidad poniendo fe en tus creencias. Vivimos engañándonos a nosotros mismos al poner nuestra esperanza de felicidad donde no la hay.
En el mundo, nada significa nada, todo es neutro en el sentido de que es como tiene que ser, pero tú lo dotas de significado conforme a los deseos de tu corazón, apegándote a algún tipo de fantasía. Así esperas recoger higos donde crees ver una higuera, hasta que te pinchas, y entonces es que te das cuenta que la higuera es en realidad un cardo. Estabas soñando.
Lo bueno y lo malo son los dos extremos de la dualidad, las condiciones en que funciona el sueño del mundo. Dentro del mismo juego también existen las personas buenas y malas, pero ninguna de las dos están libres de cosechar espino y cardos. Porque a las personas buenas les ocurren igualmente cosas malas. Ambas, buenas y malas, están dormidas creyendo real el sueño. Ahora, quiero creer que J no se refiere aquí a las personas buenas por buenas y a las malas por malas, sino a las buenas por despiertas y a las malas por dormidas.
Así una persona buena, en el sentido de despierta, es la que perdona y no juzga, ve amor en el mundo (una la percepción correcta) porque sabe que es un sueño y todo en él llama al despertar el cual es el fruto. Una persona mala, en el sentido de dormida, juzga y mira con sentido de escasez, y el mundo que ve es un mundo perverso y temible (percepción errónea). Así que por sus frutos los conoceréis, que quiere decir que conocerás a las personas y a ti mismo por cómo vives, por cómo hablas y por cómo actúas; porque lo que piensas y tu nivel de consciencia tiene su reflejo en el exterior.
Lo bueno y lo malo son los dos extremos de la dualidad, las condiciones en que funciona el sueño del mundo. Dentro del mismo juego también existen las personas buenas y malas, pero ninguna de las dos están libres de cosechar espino y cardos. Porque a las personas buenas les ocurren igualmente cosas malas. Ambas, buenas y malas, están dormidas creyendo real el sueño. Ahora, quiero creer que J no se refiere aquí a las personas buenas por buenas y a las malas por malas, sino a las buenas por despiertas y a las malas por dormidas.
Así una persona buena, en el sentido de despierta, es la que perdona y no juzga, ve amor en el mundo (una la percepción correcta) porque sabe que es un sueño y todo en él llama al despertar el cual es el fruto. Una persona mala, en el sentido de dormida, juzga y mira con sentido de escasez, y el mundo que ve es un mundo perverso y temible (percepción errónea). Así que por sus frutos los conoceréis, que quiere decir que conocerás a las personas y a ti mismo por cómo vives, por cómo hablas y por cómo actúas; porque lo que piensas y tu nivel de consciencia tiene su reflejo en el exterior.
Puede que hayas enseñado lo que es la libertad, pero no has aprendido a ser libre. Anteriormente dije: "Por sus frutos los conoceréis y ellos se conocerán a sí mismos". Pues es indudable que te juzgas a ti mismo de acuerdo con lo que enseñas. Las enseñanzas del ego producen resultados inmediatos porque aceptas sus decisiones inmediatamente como tu elección. Y esa aceptación significa que estás dispuesto a juzgarte a ti mismo de igual modo. Causa y efecto están claramente definidos en el sistema de pensamiento del ego, pues todo tu aprendizaje ha estado encauzado a establecer la relación que hay entre ellos. ¿Y cómo no ibas a tener fe en lo que tan diligentemente te enseñaste a creer? Recuerda, no obstante, cuánto cuidado has ejercido al elegir sus testigos, y cuánto al evitar los que hablan en favor de la causa de la verdad y de sus efectos. (T-16.III.2)
Este curso ofrece un marco de enseñanza muy claro y muy simple, y te provee de un Guía que te dice lo que debes hacer. Si le obedeces, verás que lo que El te dice es lo que da resultado. Los resultados que se derivan de seguir Su dirección son más convincentes que Sus palabras. Te demostrarán que las palabras son ciertas. Siguiendo al Guía adecuado, aprenderás la más simple de todas las lecciones: Por sus frutos los conoceréis, y ellos se conocerán a sí mismos. (T-9.V.9)
46. Jesús ha dicho: Desde Adán hasta Juan Bautista, entre los nacidos de mujeres no hay ninguno más exaltado que Juan Bautista, tanto que sus ojos no se romperán. No obstante, he dicho que quienquiera entre vosotros que se convierta como niño, conocerá el Reino y será más exaltado que Juan.
47. Jesús ha dicho: Una persona no puede montar dos caballos ni tensar dos arcos, y un esclavo no puede servir a dos amos, de otra manera honrará a uno y ofenderá al otro. Nadie bebe vino añejo e inmediatamente quiere beber vino nuevo. Y no se pone vino nuevo en odres viejos, para que no se revienten. Y no se pone vino añejo en odres nuevos, para que no se vuelva ácido. No se cose remiendo viejo en ropa nueva, porque vendría un rasgón.
47. Una persona no puede montar dos caballos ni doblar dos arcos. Y un sirviente no puede servir a dos amos, pues honrará a uno y ofenderá al otro. Nadie bebe vino viejo e inmediatamente quiere beber vino nuevo. El vino nuevo no se vierte en los odres viejos, porque se podrían romper, y el vino viejo no se vierte en odres nuevos, porque se echaría a perder. No se cose un remiendo en un atuendo nuevo, porque podría crearse una rasgadura.
No puedes estar despierto y dormido al mismo tiempo, ni usar la mente errónea (ego) ni la recta (E.S.) a la vez.
Cuando despiertas ya no subyugas tu devoción a los propósitos ni intereses del mundo. Ésto es lo que significa que no puedes echar tu vino nuevo en un odre viejo y podrido. Vives en el mundo pero no estás atrapado por él, y encaras la vida de manera muy diferente, aunque puedes disimularlo pareciendo uno más entre la multitud, dando al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
La persona dormida, por el contrario, vive atrapada en los propósitos del mundo, siéndole imposible trascenderlo. Y así puede verse atraída por lo espiritual haciéndose religiosa, pero con toda seguridad su dedicación estará limitada por la superstición, por las creencias y el adoctrinamiento, más no por el conocimiento. Le moverá el cumplimiento de la tradición y la práctica de rituales a la vista de todos actuando como un beato o como un ciego guiando a otros ciegos a los que perderá aún más (rasgadura).
¿Qué deseas? Pues en tus manos está poder disponer de la luz o de la obscuridad, del conocimiento o de la ignorancia, pero no de ambas alternativas a la vez. Los opuestos deben ponerse uno al lado del otro en vez de mantenerse separados. Pues su separación sólo existe en tu mente, y, al igual que tú, se reconcilian al unirse. En la unión todo lo que no es real inevitablemente desaparece, pues la verdad es unión. De la misma manera en que la obscuridad desaparece ante la luz, de igual modo la ignorancia se desvanece cuando alborea el conocimiento. La percepción es el medio a través del cual se lleva la ignorancia ante el conocimiento. La percepción, no obstante, tiene que estar desprovista de engaño, pues de otra manera se convierte en el mensajero de la ignorancia, en vez de en un ayudante en la búsqueda de la verdad. (T-14.VII.1)
La persona dormida, por el contrario, vive atrapada en los propósitos del mundo, siéndole imposible trascenderlo. Y así puede verse atraída por lo espiritual haciéndose religiosa, pero con toda seguridad su dedicación estará limitada por la superstición, por las creencias y el adoctrinamiento, más no por el conocimiento. Le moverá el cumplimiento de la tradición y la práctica de rituales a la vista de todos actuando como un beato o como un ciego guiando a otros ciegos a los que perderá aún más (rasgadura).
¿Qué deseas? Pues en tus manos está poder disponer de la luz o de la obscuridad, del conocimiento o de la ignorancia, pero no de ambas alternativas a la vez. Los opuestos deben ponerse uno al lado del otro en vez de mantenerse separados. Pues su separación sólo existe en tu mente, y, al igual que tú, se reconcilian al unirse. En la unión todo lo que no es real inevitablemente desaparece, pues la verdad es unión. De la misma manera en que la obscuridad desaparece ante la luz, de igual modo la ignorancia se desvanece cuando alborea el conocimiento. La percepción es el medio a través del cual se lleva la ignorancia ante el conocimiento. La percepción, no obstante, tiene que estar desprovista de engaño, pues de otra manera se convierte en el mensajero de la ignorancia, en vez de en un ayudante en la búsqueda de la verdad. (T-14.VII.1)
48. Jesús ha dicho: Si dos hacen la paz entre sí dentro de esta misma casa, dirán a la montaña, "¡Muévete!" y se moverá.
48. J dijo: «Si dos hacen las paces entre sí en una sola casa, dirán a la montaña: ‘¡Muévete allí! Y se moverá.»
Este dicho habla del pensamiento y de la creencia, la cual es un tipo específico de pensamiento (fe). Pensamiento y fe unidos pueden mover montañas, aunque tú como personaje difícilmente podrás mover el objeto más pequeño con tu mente. Hablamos del poder de la Mente pues el mundo es Su proyección, si bien este principio parece tener su reflejo en aquella gente representando el papel de tener una gran fuerza de voluntad, o eventualmente cuando practicas la ley de la atracción. Eso no es más que parte del juego de la percepción. Este tema lo he tratado en otra ocasión y no me voy a extender aquí para repetir lo mismo. Si quieres profundizar en él te aconsejo que visites mi post "La vida como oxímoron. Ley de la atracción y ley del espejo".
Todo el mundo experimenta miedo. Sin embargo, no se requeriría más que una pequeña dosis de recto pensar para que uno pudiese darse cuenta de por qué se produce. Son muy pocos los que aprecian el verdadero poder de la mente, y nadie permanece totalmente consciente de él todo el tiempo. No obstante, si esperas librarte del miedo hay algunas cosas que debes comprender, y comprender plenamente. La mente es muy poderosa y jamás pierde su fuerza creativa. Nunca duerme. Está creando continuamente. Es difícil reconocer la oleada de poder que resulta de la combinación de pensamiento y creencia, la cual puede literalmente mover montañas. A primera vista parece arrogante creer que posees tal poder, mas no es ésa la verdadera razón de que no lo creas. Prefieres creer que tus pensamientos no pueden ejercer ninguna influencia real porque de hecho tienes miedo de ellos. Eso puede mitigar la conciencia de culpabilidad, pero a costa de percibir a la mente como impotente. Si crees que lo que piensas no tiene ningún efecto, puede que dejes de tenerle miedo, pero es bastante improbable que le tengas respeto. No hay pensamientos fútiles. Todo pensamiento produce forma en algún nivel. (T-2.VI.9)
49. Jesús ha dicho: Benditos sean los solitarios y escogidos porque encontraréis el Reino. Habéis procedido de él, y a él volveréis.
49. Afortunados los que estáis solos y elegidos, porque encontraréis el Reino; porque habéis venido de él, y volveréis allí de nuevo.
¿Qué te hace solitario? ¿Vivir aislado? Eso no te hace más bendito. No, J no se refiere a la soledad física sino a la persona que entre muchas acepta Su llamado sin esperar más. Para ello es indiferente que puedas estar más o menos acompañado, rodeado o no de más personas, aunque es cierto que la ausencia de distracciones favorece la escucha.
Hoy la gente vive más sola que nunca en ciudades dénsamente pobladas, desconociéndose unos a otros, pero eso no quita que tú puedas elegirte a ti mismo.
"Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos" debería rezar: "Todos son llamados, pero son pocos los que eligen escuchar". Por lo tanto, no eligen correctamente. Los "escogidos" son sencillamente los que eligen correctamente más pronto. Las mentes sanas pueden hacer esto ahora, y al hacerlo hallarán descanso para sus almas. Dios te conoce sólo en paz, y ésa es tu única realidad. (T-3.IV.7.12-16)
50. Jesús ha dicho: Si os dicen "¿De donde venís?", decidles "Hemos venido de la luz, el lugar donde la luz se ha originado por sí misma, él se puso de pie y se reveló en las imágenes de ellos." Si os dicen
"¿Quiénes sois?", decid "Somos los Hijos de El y somos los escogidos del Padre viviente." Si os preguntan "¿Cuál es el signo en vosotros de vuestro Padre?", decidles "Es movimiento con reposo."
51. Sus discípulos le dicen: ¿Cuándo sucederá el reposo de los muertos, y cuándo vendrá el mundo nuevo?
El les dice: Lo que buscáis ya ha llegado, pero no lo conocéis.
51. Los discípulos le dijeron: «¿Cuándo se producirá el reposo de los difuntos y cuándo vendrá el nuevo mundo?» Él les dijo: «Aquello que estáis esperando ya ha llegado, pero vosotros no lo sabéis.»
La creencia en la vida después de la muerte ha ido evolucionando en todas las culturas a lo largo de la historia. Parece ser que los primeros hebreos no creían en la resurrección, pero por influencia de otras culturas, primero de los babilonios y luego de los griegos, dicha idea fue calando paralelamente a la creencia en el mesianismo. Es por eso que el tipo de pregunta que hacen los discípulos le lleva a uno a deducir que entre los judíos de la época ya estaba firmemente establecida la fe en la resurrección de los muertos que habían sido justos en vida, y que además lo harían en sus cuerpos en un mundo nuevo libre de todo conflicto y aflicción como promesa de felicidad. Esta creencia no deja de ser una interpretación a gusto del ego quien no puede concebir la vida sin un cuerpo, y que además proyecta a futuro siguiendo la costumbre de hacer de la salvación una promesa que nunca termina de llegar.
La resurrección tal como la plantea el ego es un mito, y J viene a aclarar esa confusión: «Aquello que estáis esperando ya ha llegado, pero vosotros no lo sabéis.». ¿Por qué les habla así? ¿Qué pone UCdM al respecto? Dice que no tienes que morir físicamente para resucitar en el futuro ya que la resurreción viene referida a tu despertar espiritual el cual puede suceder en cualquier momento una vez has consumado tu proceso de perdón eliminando la culpa completamente de tu mente (expiación). En cuanto al mundo nuevo, como reflejo de ese despertar, es este mismo mundo pero visto desde los ojos del perdón, sin miedo y sin juicio; lo que el curso llama el mundo real.
¿Qué es el mundo real?
El mundo real es un símbolo, como todo lo demás que la percepción ofrece. No obstante, es lo opuesto a lo que tú fabricaste. Ves tu mundo a través de los ojos del miedo, lo cual te trae a la mente los testigos del terror. El mundo real sólo lo pueden percibir los ojos que han sido bendecidos por el perdón, los cuales, consecuentemente, ven un mundo donde el terror es imposible y donde no se puede encontrar ningún testigo del miedo.
El mundo real te ofrece una contrapartida para cada pensamiento de infelicidad que se ve reflejado en tu mundo, una corrección segura para las escenas de miedo y los clamores de batalla que pueblan tu mundo. El mundo real muestra un mundo que se contempla de otra manera: a través de ojos serenos y de una mente en paz. Allí sólo hay reposo. No se oyen gritos de dolor o de pesar, pues allí nada está excluido del perdón. Y las escenas que se ven son apacibles, pues sólo escenas y sonidos felices pueden llegar hasta la mente que se ha perdonado a sí misma.
¿Qué necesidad tiene dicha mente de pensamientos de muerte, asesinato o ataque? ¿De qué puede sentirse rodeada sino de seguridad, amor y dicha? ¿Qué podría haber que ella quisiese condenar? ¿Y contra qué querría juzgar? El mundo que ve emana de una mente que está en paz consigo misma. No ve peligro en nada de lo que contempla, pues es bondadosa, y lo único que ve es bondad.
El mundo real es el símbolo de que al sueño de pecado y culpabilidad le ha llegado su fin y de que el Hijo de Dios ha despertado. Y sus ojos, abiertos ahora, perciben el inequívoco reflejo del Amor de su Padre, la infalible promesa de que ha sido redimido. El mundo real representa el final del tiempo, pues cuando se percibe, el tiempo deja de tener objeto.
El Espíritu Santo no tiene necesidad del tiempo una vez que éste ha servido el propósito que Él le había asignado. Ahora espera un sólo instante más para que Dios dé el paso final y el tiempo desaparezca llevándose consigo la percepción y dejando solamente a la verdad para que sea tal como es. Ese instante es nuestro objetivo, pues en él yace el recuerdo de Dios. Y al contemplar un mundo perdonado, Él es Quien nos llama y nos viene a buscar para llevarnos a casa, recordándonos nuestra Identidad, la cual nos ha sido restituida mediante nuestro perdón. (C-8.1-5)
52. Sus discípulos le dicen: Veinticuatro profetas proclamaron en Israel, y todos hablaban dentro de ti. El les dice: Habéis ignorado al viviente que está enfrente de vuestro rostro y habéis hablado de los muertos.
52. Los discípulos le dijeron: «Veinticuatro profetas han hablado en Israel, y todos ellos hablaron de ti.» Él les dijo: «Habéis descartado al viviente que está en vuestra presencia, y habéis hablado de los muertos.»
El ego evita mirarse a sí mismo, evitando el presente donde podría observarse, y en cambio sueña fabricando tiempo conque distraerse. Por eso vive a caballo entre el pasado y el futuro, considerando las profecías una de sus evasiones favoritas. La respuesta del ego al cumplimiento de alguna de ellas en el presente es la de maravillarse, o por el contrario aterrorizarse, pues eso le permite seguir mirando hacia afuera donde se encandila con las formas. No se pregunta para qué son ambas (profecías y formas) ni para qué cree en ellas.
Así que aquí los apóstoles parecen emocionados porque creen identificar a J como el personaje que anuncian las profecías mesiánicas de los judíos. Pero J les corrige: "ignoráis al viviente y me habláis de los muertos", que viene a significar: "ignoráis el ser inmortal que somos y mi mensaje el cual os estoy tratando de explicar, y en cambio estáis más pendientes de lo que dijeron los profetas de la antigüedad quienes ya están muertos". Es la manera de decirles que no están centrados en lo que debieran, y de reclamarles que no despierten pues sabe que pierden el tiempo enredándose con los trucos y fantasías del ego.
Así que aquí los apóstoles parecen emocionados porque creen identificar a J como el personaje que anuncian las profecías mesiánicas de los judíos. Pero J les corrige: "ignoráis al viviente y me habláis de los muertos", que viene a significar: "ignoráis el ser inmortal que somos y mi mensaje el cual os estoy tratando de explicar, y en cambio estáis más pendientes de lo que dijeron los profetas de la antigüedad quienes ya están muertos". Es la manera de decirles que no están centrados en lo que debieran, y de reclamarles que no despierten pues sabe que pierden el tiempo enredándose con los trucos y fantasías del ego.
En Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la realidad. ¿Deseas realmente hacerlo? Reconoces por experiencia propia que lo que ves en sueños lo consideras real mientras duermes. Mas en el instante en que te despiertas te das cuenta de que todo lo que parecía ocurrir en el sueño en realidad no había ocurrido. Esto no te parece extraño, si bien todas las leyes de aquello a lo que despiertas fueron violadas mientras dormías. ¿No será que simplemente pasaste de un sueño a otro sin haber despertado realmente? (T-10.I.2)
53. Sus discípulos le dicen: ¿Es provechosa la circuncisión, o no?
El les ha dicho: Si fuera provechosa, su padre los engendraría circuncidados de su madre. Sino que la verdadera circuncisión espiritual se ha hecho totalmente provechosa.
54. Jesús ha dicho: Benditos sean los pobres, pues vuestro es el Reino de los Cielos.
54. Afortunados son los pobres, porque suyo es el Reino del Padre.
Para entender este dicho, hay que entender por "pobres" a los pobres de espíritu o de mente. Existe una palabra en idioma arameo, el lenguaje que hablaba J, que define por igual al espíritu y a la mente: רוחא. Así que el dicho podría traducirse como sigue: "benditos sean los que han aquietado su mente porque vuestro es el Reino". O sea, que la pobreza (o en su defecto la riqueza) a la que se refiere J es una cuestión de estado mental. Ya hemos dicho en este mismo post que UCdM es un curso de entrenamiento mental, y en otros sitios que el Cielo no es un lugar sino la condición de la mente que ha sanado. El pobre es el que es pobre de inquietudes y por lo tanto, ha conseguido tener una mente en calma reuniendo las condiciones para el Reino. La mente rica es una mente inquieta y turbia buscando fuera de si misma todo lo que ella misma es, sin poder encontrarlo por efecto mismo de su inquietud y su deseo.
No hay nada externo a ti. Esto es lo que finalmente tienes que aprender, pues es el reconocimiento de que el Reino de los Cielos te ha sido restaurado. Pues eso fue lo único que Dios creó, y Él no lo abandonó ni se separó a Sí Mismo de él. El Reino de los Cielos es la morada del Hijo de Dios, quien no abandonó a su Padre ni mora separado de Él. El Cielo no es un lugar ni tampoco una condición. Es simplemente la conciencia de la perfecta unicidad y el conocimiento de que no hay nada más: nada fuera de esta unicidad, ni nada adentro. (T-18.VI.1)
No permitas que ningún pensamiento vano o necio venga a perturbar la santa mente del Hijo de Dios. Tal es el Reino de los Cielos. Tal es el lugar de descanso donde tu Padre te ubicó eternamente. (L-50.5.3-5)
55. Jesús ha dicho: Quien no odia a su padre y a su madre, no podrá hacerse mi discípulo. Y quien no odia a sus hermanos y a sus hermanas y no levanta su cruz a mi manera, no se hará digno de mí.
55. Jesús ha dicho: Quien no odia a su padre y a su madre, no podrá hacerse mi discípulo. Y quien no odia a sus hermanos y a sus hermanas y no levanta su cruz a mi manera, no se hará digno de mí.
56. Jesús ha dicho: Quien ha conocido el sistema, ha encontrado un cadáver y quien ha encontrado un cadáver, de él no es digno el sistema.
56. Quien ha llegado a entender este mundo sólo ha encontrado un cadáver, y quien ha descubierto el cadáver, de ese el mundo ya no es digno.
UCdM utiliza la palabra sistema para referirse al modo de operar de la mente, distinguiendo dos de ellos, el del pensamiento erróneo (ego) y el del pensamiento recto (E.S.). Los dos constituyen sistemas contrapuestos, siendo el primero el conjunto de reglas y principios por los que se rige la sociedad y el mundo en su conjunto.
Todos conocemos el sistema de pensamiento del ego porque si no, no estaríamos aquí, pero no todos somos conscientes de que existe un sistema de pensamiento alternativo. Ser consciente y hacer uso del sistema de pensamiento recto te coloca en una posición que te hace consciente de la naturaleza del sistema de pensamiento erróneo o del ego. En este dicho conocer el sistema hace referencia a conocer los dos sistemas contrapuestos, lo que te permite compararlos y reconocer que el sistema de pensamiento del ego no te lleva a ninguna parte; ésto es "encontrar un cadáver". A su vez, abre la puerta a tu liberación dejando de "ser digno del sistema" pues ya no te dejas engañar por el ego, ya que bajo la guía del E.S. aprendes una nueva forma de pensar y de ver el mundo (el perdón o sistema de visión del E.S.).
Del conocimiento y de la percepción surgen dos sistemas de pensamiento distintos que se oponen entre sí en todo. En el ámbito del conocimiento no existe ningún pensamiento aparte de Dios porque Dios y Su Creación comparten una sola Voluntad. El mundo de la percepción, por otra parte, se basa en la creencia en opuestos, en voluntades separadas y en el perpetuo conflicto que existe entre ellas, y entre ellas y Dios. Lo que la percepción ve y oye parece real porque sólo admite en la conciencia aquello que concuerda con los deseos del perceptor. Esto da lugar a un mundo de ilusiones, mundo que es necesario defender sin descanso, precisamente porque no es real.
Todos conocemos el sistema de pensamiento del ego porque si no, no estaríamos aquí, pero no todos somos conscientes de que existe un sistema de pensamiento alternativo. Ser consciente y hacer uso del sistema de pensamiento recto te coloca en una posición que te hace consciente de la naturaleza del sistema de pensamiento erróneo o del ego. En este dicho conocer el sistema hace referencia a conocer los dos sistemas contrapuestos, lo que te permite compararlos y reconocer que el sistema de pensamiento del ego no te lleva a ninguna parte; ésto es "encontrar un cadáver". A su vez, abre la puerta a tu liberación dejando de "ser digno del sistema" pues ya no te dejas engañar por el ego, ya que bajo la guía del E.S. aprendes una nueva forma de pensar y de ver el mundo (el perdón o sistema de visión del E.S.).
Del conocimiento y de la percepción surgen dos sistemas de pensamiento distintos que se oponen entre sí en todo. En el ámbito del conocimiento no existe ningún pensamiento aparte de Dios porque Dios y Su Creación comparten una sola Voluntad. El mundo de la percepción, por otra parte, se basa en la creencia en opuestos, en voluntades separadas y en el perpetuo conflicto que existe entre ellas, y entre ellas y Dios. Lo que la percepción ve y oye parece real porque sólo admite en la conciencia aquello que concuerda con los deseos del perceptor. Esto da lugar a un mundo de ilusiones, mundo que es necesario defender sin descanso, precisamente porque no es real.
Una vez que alguien queda atrapado en el mundo de la percepción, queda atrapado en un sueño. No puede escapar sin ayuda, porque todo lo que sus sentidos le muestran da fe de la realidad del sueño. Dios nos ha dado la Respuesta, el único Medio de escape, el verdadero Ayudante. La función de Su Voz -Su Espíritu Santo- es mediar entre los dos mundos. El Espíritu Santo puede hacer eso porque, si bien por una parte conoce la verdad, reconoce también nuestras ilusiones, aunque no cree en ellas. El objetivo del Espíritu Santo es ayudarnos a escapar del mundo de los sueños, enseñándonos cómo cambiar nuestra manera de pensar y cómo corregir nuestros errores. El perdón es el recurso de aprendizaje excelso que el Espíritu Santo utiliza para llevar a cabo ese cambio en nuestra manera de pensar. El Curso, no obstante, ofrece su propia definición de lo que en realidad es el perdón, así como también de lo que es el mundo. (Prefacio UCdM, ¿Qué Postula? Párrafos 2 y 3)
57. Jesús ha dicho: El Reino del Padre se asemeja a una persona que tiene semilla buena. Su enemigo vino de noche, sembró una maleza entre la semilla buena. El hombre no les permitió arrancar la maleza, sino les dice: Para que no salgáis diciendo, "Vamos a arrancar la maleza", y arranquéis el trigo con ella. Pues en el día de la cosecha aparecerá la maleza, la arrancan y la queman.
57. Jesús ha dicho: El Reino del Padre se asemeja a una persona que tiene semilla buena. Su enemigo vino de noche, sembró una maleza entre la semilla buena. El hombre no les permitió arrancar la maleza, sino les dice: Para que no salgáis diciendo, "Vamos a arrancar la maleza", y arranquéis el trigo con ella. Pues en el día de la cosecha aparecerá la maleza, la arrancan y la queman.
57. La Divina Ley de Dios es como una persona que tenía buenas semillas. Su rival vino durante la noche y sembró malas hierbas entre las buenas semillas. La persona no dejó que los trabajadores arrancaran las malas hierbas, sino que les dijo: «No, porque podrías arrancar las malas hierbas y el trigo junto con ellas.» Porque el día de la cosecha, las malas hierbas estarán a la vista, y serán separadas y quemadas.
Aquí J explica en parábola lo que corresponde al apartado VIII. El héroe del sueño, tema 27 de UCdM, acerca de como el Hijo de Dios dio comienzo al sueño del mundo y cómo es que acabará. Las "malas hierbas" son la diminuta y alocada idea. "Por la noche a escondidas" es la ignorancia o la ingenuidad con la que el Hijo se dejó llevar por esa alocada idea sin sospechar sus consecuencias oníricas. Arrancar las malas hierbas sería interrumpir el sueño lo que no tiene sentido ni existe la necesidad ya que es algo que en realidad no ocurre ni tiene consecuencias al no ser real. Sólo Dios y su Hijo en perfecta unicidad con Él, existen. Por eso Dios no se preocupa de interrumpir el sueño imaginario del Hijo pues desconoce que esté teniendo lugar ya que no es Su creación. Visto desde dentro del sueño, al final de los tiempos todo volverá a su sitio, ésto es, el Hijo despierta a la realidad de Dios y la ilusión desaparece en la nada, de donde provino (las malas hierbas serán separadas y quemadas). Ésto es algo que ya ha ocurrido aunque ahora lo estamos recordando.
Una diminuta y alocada idea, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse, se adentró en la eternidad, donde todo es uno. A causa de su olvido ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales. Juntos podemos hacer desaparecer ambas cosas riéndonos de ellas, y darnos cuenta de que el tiempo no puede afectar a la eternidad. Es motivo de risa pensar que el tiempo pudiese llegar a circunscribir a la eternidad, cuando lo que ésta significa es que el tiempo no existe. (T-27.VIII.6.2-5)
Hace mucho que este mundo desapareció. Los pensamientos que lo originaron ya no se encuentran en la mente que los concibió y los amó por un breve lapso de tiempo. (T-28.I.1.6-7)
Escucha, pues, la única respuesta del Espíritu Santo a todas las preguntas que el ego plantea: eres una criatura de Dios, una parte de su Reino de inestimable valor que Él creó como parte de Sí Mismo. Eso es lo único que existe y lo único que es real. Has elegido un sueño en el que has tenido pesadillas, pero el sueño no es real y Dios te exhorta a despertar. Cuando le oigas no quedará ni rastro de tu sueño porque despertarás. Tus sueños contienen muchos de los símbolos del ego y éstos te han confundido. Eso se debe, no obstante, a que estabas dormido y no te dabas cuenta de ello. Cuando despiertes, verás la verdad a tu alrededor y dentro de ti, y ya no creerás en los sueños porque éstos dejarán de ser reales para ti. El Reino, en cambio, y todo lo que allí has creado, será sumamente real para ti porque es hermoso y verdadero. (T-6.IV.6)
Dios sólo crea mentes despiertas. Él no duerme, y Sus creaciones no pueden poseer algo que Él no les confiera, ni dar lugar a condiciones que Él no comparte con ellas. (L-167.8.1-2)
58. Jesús ha dicho: Bendita sea la persona que ha sufrido porque ha encontrado la vida.
Una diminuta y alocada idea, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse, se adentró en la eternidad, donde todo es uno. A causa de su olvido ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales. Juntos podemos hacer desaparecer ambas cosas riéndonos de ellas, y darnos cuenta de que el tiempo no puede afectar a la eternidad. Es motivo de risa pensar que el tiempo pudiese llegar a circunscribir a la eternidad, cuando lo que ésta significa es que el tiempo no existe. (T-27.VIII.6.2-5)
Hace mucho que este mundo desapareció. Los pensamientos que lo originaron ya no se encuentran en la mente que los concibió y los amó por un breve lapso de tiempo. (T-28.I.1.6-7)
Escucha, pues, la única respuesta del Espíritu Santo a todas las preguntas que el ego plantea: eres una criatura de Dios, una parte de su Reino de inestimable valor que Él creó como parte de Sí Mismo. Eso es lo único que existe y lo único que es real. Has elegido un sueño en el que has tenido pesadillas, pero el sueño no es real y Dios te exhorta a despertar. Cuando le oigas no quedará ni rastro de tu sueño porque despertarás. Tus sueños contienen muchos de los símbolos del ego y éstos te han confundido. Eso se debe, no obstante, a que estabas dormido y no te dabas cuenta de ello. Cuando despiertes, verás la verdad a tu alrededor y dentro de ti, y ya no creerás en los sueños porque éstos dejarán de ser reales para ti. El Reino, en cambio, y todo lo que allí has creado, será sumamente real para ti porque es hermoso y verdadero. (T-6.IV.6)
Dios sólo crea mentes despiertas. Él no duerme, y Sus creaciones no pueden poseer algo que Él no les confiera, ni dar lugar a condiciones que Él no comparte con ellas. (L-167.8.1-2)
58. Jesús ha dicho: Bendita sea la persona que ha sufrido porque ha encontrado la vida.
58. J dijo: «Felicidades a la persona que ha perdonado y encontrado la vida.»
Es sabido que las experiencias con sufrimiento muchas veces despiertan a las personas de su letargo para llevar una vida más profunda y significativa. Eso sólo ocurre cuando deciden observar el dolor y abrazarlo, no cuando desde el ego lo rechazan y tratan de desprenderse de él arrojando la culpa afuera, con lo que consiguen justo lo contrario, prolongarlo haciéndose más daño a sí mismas. Así que, desde la perspectiva de la mente recta (E.S.), las malas experiencias no son más que oportunidades para despertar practicando el tipo de perdón a que invita UCdM; pero no todas las personas las saben aprovechar, de ahí que J se refiera a ellas como personas benditas o afortunadas.
(...) la visión del Espíritu Santo es misericordiosa y Su remedio no se hace esperar. No ocultes el sufrimiento de Su vista, sino llévalo gustosamente ante Él. Deposita ante Su eterna cordura todo tu dolor, y deja que Él te cure. No permitas que ningún vestigio de dolor permanezca oculto de Su Luz, y escudriña tu mente con gran minuciosidad en busca de cualquier pensamiento que tengas miedo de revelar. Pues Él sanará cada pensamiento insignificante que hayas conservado con el propósito de herirte a ti mismo, lo expurgará de su pequeñez y lo restituirá a la grandeza de Dios. (T-13.III.7)
(...) la visión del Espíritu Santo es misericordiosa y Su remedio no se hace esperar. No ocultes el sufrimiento de Su vista, sino llévalo gustosamente ante Él. Deposita ante Su eterna cordura todo tu dolor, y deja que Él te cure. No permitas que ningún vestigio de dolor permanezca oculto de Su Luz, y escudriña tu mente con gran minuciosidad en busca de cualquier pensamiento que tengas miedo de revelar. Pues Él sanará cada pensamiento insignificante que hayas conservado con el propósito de herirte a ti mismo, lo expurgará de su pequeñez y lo restituirá a la grandeza de Dios. (T-13.III.7)
59. Jesús ha dicho: Mirad al viviente mientras viváis, para que no muráis y tratéis de mirarlo sin poder ver.
59. Mira al Viviente mientras vivas. De otro modo, cuando mueras y trates de ver al Viviente, serás incapaz de ver.
Este dicho resulta bastante enigmático en cuanto que dice que no podrás ver al Viviente (tu Ser) una vez mueras. Sí que puedes hacerlo mientras vives en el mundo porque se presentarán oportunidades múltiples para hacerlo, pero J parece indicar que no habrá ninguna una vez abandones el mundo. ¿Por qué?. Ya dediqué un post completo a analizar este tema titulado ¿Por qué no podemos iluminarnos en el cielo?. No quiero repetirme aquí otra vez porque entre otras cosas, es algo extenso, y eso haría el presente aún más largo, así que si tienes interés y tiempo te invito a que te dirijas al mencionado post pinchado sobre su título arriba.
Este dicho resulta bastante enigmático en cuanto que dice que no podrás ver al Viviente (tu Ser) una vez mueras. Sí que puedes hacerlo mientras vives en el mundo porque se presentarán oportunidades múltiples para hacerlo, pero J parece indicar que no habrá ninguna una vez abandones el mundo. ¿Por qué?. Ya dediqué un post completo a analizar este tema titulado ¿Por qué no podemos iluminarnos en el cielo?. No quiero repetirme aquí otra vez porque entre otras cosas, es algo extenso, y eso haría el presente aún más largo, así que si tienes interés y tiempo te invito a que te dirijas al mencionado post pinchado sobre su título arriba.
60. Ven a un samaritano llevando un cordero, entrando en Judea.
Jesús les dice: ¿Por qué lleva consigo el cordero?
Le dicen: Para matarlo y comerlo.
El les dice: Mientras está vivo no lo comerá, sino solamente después que lo mate y se haya convertido en cadáver.
Dicen: De otra manera no podrá hacerlo.
El les dice: Vosotros mismos, buscad un lugar para vosotros en el reposo, para que no os convirtáis en cadáveres y seáis comidos.
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