Saber Esperar

Esperar viene del latín "sperāre", y ésta palabra a su vez de "spes" que significa esperanza. 

La pregunta más común que puede surgir sobre la espera es "¿vale la pena esperar?". Eso depende de lo que cada cual crea que vale la espera.

pregnancy - arutina en Pixabay

Cuando uno espera es porque tiene confianza, confianza porque algo suceda o algo llegue. La primera característica del maestro de Dios avanzado según Un Curso de Milagros es la confianza. 

Los maestros de Dios tienen confianza en el mundo porque han aprendido que no está regido por las leyes que el mundo inventó. Está regido por un Poder que se encuentra en ellos, pero que no es de ellos. (M-4-I.1.4-5) 

Luego que uno tiene confianza se desarrollan otras habilidades, honestidad, tolerancia, mansedumbre, júbilo, indefensión, generosidad, paciencia, fe y mentalidad abierta. 

Quien sabe esperar sin duda sabe como afrontar la vida porque saber esperar es saber tener paciencia, y tener paciencia es saber estar en paz en cualquier circunstancia. Ya he escrito un post sobre la paciencia infinita. 

Cualquier impaciencia y/o ansiedad es del ego. 

Y ahora un chiste malo sobre saber esperar:

Mientras esperaban para entrar al Cielo una persona dentro de la fila parecía estar inquieta, cuando San Pedro se percata y desde la distancia (unos metros) y siendo tan estricto él con la condiciones de entrada, va y le dice:

- ¡Eh, tú, hermano! Te veo intranquilo. Has de saber que una vez cruces esta puerta te espera la eternidad. Ahora me voy a comer, luego me tomaré un café, me fumaré un puro y para acabar me echaré la siesta para descansar un poco y continuar luego bien tarde, porque aquí dentro no tenemos prisa. Si no eres paciente no vas a encajar en este sitio por muy bueno que hayas sido en la Tierra. Para entrar aquí tienes que estar completamente en paz.

En eso San Pedro ve que de pronto la persona se relaja y cambia el rostro completamente y se dibuja una sonrisa en su cara. San Pedro, vanagloriándose y sintiéndose super orgulloso de la eficacia de sus discursos, por curiosidad le pregunta al individuo:

- Dime hermano, ¿qué era lo que te preocupaba y qué es lo que te ha gustado de lo que te he dicho para que volvieras a la calma así tan de repente?

- No, nada Don Pedro. Es que me di cuenta que no iba a aguantar a pasar al baño y me acabo de orinar.

Tranquil@s todos, que una vez hayáis dejado este mundo no podréis llevaros la incontinencia con vosotr@s.

Manneken Pis de Bruselas

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