viernes, 25 de septiembre de 2020

El Mundo Real


Siéntate sosegadamente, y según contemplas el mundo que ves, repite para tus adentros: "El mundo real no es así. En él no hay edificios ni calles por donde todo el mundo camina solo y separado. En él no hay tiendas donde la gente compra una infinidad de cosas innecesarias. No está iluminado por luces artificiales, ni la noche desciende sobre él. No tiene días radiantes que luego se nublan. En el mundo real nadie sufre pérdidas de ninguna clase. En él todo resplandece, y resplandece eternamente". (T-13.VII.1)


UCdM usa a veces un lenguaje metafórico (grandes rayos, chispa, resplandor, etc) para tratar de explicar cosas que están vedadas a la percepción, lo que puede llevar a la confusión y, con frecuencia, a conclusiones equivocadas a sus estudiantes. Un ejemplo es el concepto de mundo real contra el de mundo irreal o imaginario. En mi caso, por ejemplo, durante algún tiempo creí que el mundo real se manifestaría ostensiblemente sobre el mundo irreal con un efecto más iluminado, pudiendo ver auras doradas alrededor de las personas tal como son representadas en las pinturas religiosas, o un resplandor emanando de los objetos como en el efecto Kirlian (de hecho, si enfrentas las puntas de los dedos de las manos delante de un fondo blanco, y los mueves suavemente a 1 centímetro de distancia verás una especie de hilo que los conecta y que salta de dedo a dedo cuando los desplazas arriba y abajo). No digo que no haya personas que no puedan ver esas cosas porque hayan desarrollado una habilidad especial, pero ese tipo de habilidades sensoriales no tienen ninguna importancia, y no deben de servir para distraerse del verdadero propósito del curso.
Wailpaper - Doreen Sawitza en Pixabay

UCdM dice que el mundo irreal (éste en el que creemos vivir y del que dan fe los ojos del cuerpo junto con el resto de los sentidos) no existe, así que da igual verlo tal cual o con una sensibilidad extraordinaria para apreciar cosas que el resto de seres no somos capaces de captar; en ambos casos sigue siendo ilusorio. A este proceso de percepción el curso lo llama "erróneo" porque da cuenta de algo que no está ahí afuera. La percepción errónea se define entonces como un proceso por el que se "fabrican" ilusiones mediante los deseos, y luego se proyectan afuera como si se tratara de una película de cine en 3D, pero reforzado con olores, sabores y tacto, haciéndolo parecer muy real. De hecho, a eso lo llamamos "realidad" dudando de que exista algo diferente. El mundo irreal o ilusorio es entonces el resultado de los pensamientos de la mente errónea o mente soñadora dando fe de su propia proyección. En ese proceso, todo lo que parecemos ver con los ojos del cuerpo es inducido por el deseo subconsciente de sentirnos separados, sin poder desvincularlo de cierto grado de temor y una carga de culpabilidad que no acertamos a detectar, pero que por eso negamos a bote pronto. Por eso también es que vemos un mundo donde siempre está faltando algo, menos la culpabilidad, el conflicto, la crueldad, la injusticia, etc. Todo no es más que un reflejo de nuestra mente.
Subjective - Gerd Altmann en Pixabay

El mundo real se ve igual que el mundo irreal. Al igual que el mundo irreal, no existe, y sin embargo puedes afirmar que es el mismo mundo físico que percibes con los sentidos, pero con una substancial diferencia: Ahora dispones de lo que UCdM llama la "visión" del Cristo, lo te permite ver sin juzgar porque ya no percibes el mundo con la carga que imprimen los condicionantes de tu mente, de tu pasado, que es por lo que no te detienes a hacer valoraciones. Eso es lo que quiere decir que no hay tiendas, no hay luces artificiales, ni noche... pues tu visión no se detiene en la forma para analizarla y juzgarla. Dicho de otra manera, el mundo real es el mundo objetivo, fresco y amoroso, como si fuese observado por primera vez, que sientes cuando vives en estado de consciencia crística o de observador silencioso.

El mundo real es también un sueño. Excepto que en él los personajes han cambiado y no se ven como ídolos traicioneros. (T-29.IX,7.1-3)

Con el observador silencioso seguimos hablando de percepción, pero percepción "correcta", la cual se diferencia de la percepción errónea en que tu foco de mira no atraviesa la lente distorsionadora del ego y sus pre-juicios antes de dirigirse hacia el exterior fabricando ilusiones inexistentes; sino que es una percepción pura y directa desde tu Ser, sin ego de por medio. 

El mundo real ciertamente se puede percibir. Lo único que ello requiere es que estés dispuesto a no percibir nada más. Pues si percibes tanto el bien como el mal, estarás aceptando lo falso y lo verdadero, y no estarás distinguiendo claramente entre ellos. (T-11.VII.2.6-8)

La percepción real nos permite tener una comprensión más objetiva y verdadera de lo que parece estar sucediendo, y por ello sentir un mayor grado de compasión y tolerancia hacia todos y todo en el mundo. La anterior es la causa por la que, a pesar de que podamos estar viviendo en medio de conflictos, injusticias o catástrofes, que no los consideramos negativos sino como llamados de auxilio de la mente-ego que sueña el mundo (y de la que no olvidemos nosotros mismos formamos parte), atrapada en su película de separación y culpa; por lo tanto son oportunidades para practicar el perdón y despertar. Empezamos a ser conscientes de que todo lo que parece ocurrir en el mundo es ilusorio, sin afectación alguna para nuestra esencia, y que detrás está el espíritu dormido del Hijo de Dios.

El mundo real se alcanza simplemente mediante el completo perdón del viejo mundo, aquel que contemplas sin perdonar (T-17.II.5.1)




Analogía entre el mundo real y la carta "Valor" del Tarot de Osho-Zen. Esta carta muestra una pequeña flor salvaje que se ha enfrentado a rocas y piedras en su camino para salir a la luz del día. Rodeada por un aura de brillante luz dorada, expone la majestad de su minúsculo ser. Es igual que el sol más brillante y no se avergüenza de ello. Cuando encaramos una situación muy difícil somos capaces de escoger: podemos sentirnos agraviados y tratar de encontrar alguien o algo a quien culpar por nuestras penalidades, o podemos afrontar los retos y crecer. La flor nos enseña el camino, a medida que su pasión por la vida la guía a salir de la oscuridad e ir hacia la luz. No hay por qué luchar contra los desafíos de la vida, o intentar evitarlos o negarlos. Están ahí, y si la semilla tiene que convertirse en flor, tenemos que pasar por ellos. Sé suficientemente valiente para crecer y convertirte en la flor que estás destinado a ser - Tomado de la Web 


¿Para qué sirve "ver" el mundo real? Preguntado de otra manera más desafiante... ¿no es una ingenuidad ver sólo bondad en un mundo lleno de peligros y maldad? Siempre es el ego quien pregunta, y ésta pregunta no está exenta de los prejuicios del ego. La importancia de percibir el mundo real está en que necesitas desarrollar la percepción correcta como paso previo al Conocimiento que es el estado de consciencia Cielo. Si eres un "buscador" o estás interesado verdaderamente en la espiritualidad, más bien debieras preguntarte: ¿Prefiero el Cielo o el infierno? No tienes ninguna opción de alcanzar el Cielo percibiendo erróneamente, como no se puede llegar a la verdad viviendo anclado a la mentira. Por lo tanto, si no cambias de mentalidad, por mucho que busques estás condenado a experimentar el mismo mundo de miedo, destrucción y muerte una vez tras otra.

Cuando te percibas a ti mismo sin engaño alguno, aceptarás el mundo real en lugar del mundo falso que fabricaste. Y entonces tu Padre descenderá hasta ti y dará el último paso por ti, elevándote hasta Él. (T-11.VIII.15.4-5)

La búsqueda espiritual siempre termina convirtiéndose en la búsqueda de nuestra verdadera esencia. Pero dicha búsqueda no puede dar fruto hasta que podemos trascender todo lo que habíamos colocado en nuestra mente, lo cual tiene su reflejo en el exterior, desviando la atención de nuestra esencia la cual espera pacientemente bajo la nube de la mente. Por lo tanto, hay que cesar esa ansiada búsqueda y desprendiéndonos de todas aquellas creencias que creíamos útiles, confrontarnos a solas aceptándonos tal cual. Y no me refiero a la rendición resignada que el ego hace para encontrar un poco de paz, que no es más que una trampa para reafirmarse a sí mismo (y de paso colgarse la etiqueta de "espiritual"). El mundo real no se puede ver mientras no te veas tal como eres, sin las vestiduras del ego conformado por todo ese conjunto de pensamientos caóticos. Cuando te perdonas y te aceptas desnudo, quiero decir inocente y libre de todo juicio hacia el mundo y hacia ti mismo, es que puedes ver tu reflejo en el exterior en forma de mundo real.

Pues el perdón transforma literalmente la visión, y te permite ver el mundo real alzarse por encima del caos y envolverlo dulce y calladamente, eliminando todas las ilusiones que habían tergiversado tu percepción y que la mantenían anclada en el pasado. (T-17.II.6.2)

En el siguiente fragmento del libro "El Poder del Ahora", alguien describe primero y luego le pregunta a Eckhart Tolle sobre la permanencia de la experiencia del mundo real:

Hace un momento, cuando usted habló del presente eterno y de la irrealidad del pasado y del futuro, me sorprendí mirando al árbol que está allá afuera. Lo había mirado unas cuantas veces antes, pero esta vez era diferente. La percepción externa no había cambiado mucho, excepto que los colores parecían más brillantes y vibrantes. Pero ahora tenía una nueva dimensión. Es difícil de explicar. No sé cómo, pero era consciente de algo invisible que sentía que era la esencia de ese árbol, su espíritu interior, si se quiere. Y de alguna forma yo era parte de eso. Me doy cuenta ahora de que no había visto verdaderamente el árbol antes, sólo una imagen plana y muerta de él. Cuando miro a ese árbol ahora, aún está presente algo de esa conciencia, pero puedo sentir cómo se está desvaneciendo. Es decir, la experiencia está ya retirándose al pasado. ¿Algo como esto puede ser alguna vez más que un atisbo fugitivo?

Responde Eckhart:

Usted estuvo libre del tiempo por un momento. Se movió en el Ahora y por lo tanto percibió el árbol sin la pantalla de la mente. La conciencia del Ser formó parte de su percepción. Con la dimensión intemporal viene una forma diferente de conocer, que no "mata" el espíritu que vive en cada criatura y en cada cosa. Un conocer que no destruye la sacralidad y el misterio de la vida sino que contiene un amor profundo y una reverencia por todo lo que es. Un conocimiento del que la mente no sabe nada.

La mente no puede conocer al árbol. Sólo puede conocer hechos o información sobre el árbol. Mi mente no puede conocerlo a usted, sólo etiquetas, juicios, hechos y opiniones sobre usted. Sólo el Ser conoce directamente.

Hay un lugar para la mente y el conocimiento de la mente. Está en el reino práctico del vivir día a día. Sin embargo, cuando domina todos los aspectos de su vida, incluyendo sus relaciones con los demás seres humanos y con la naturaleza, se vuelve un parásito monstruoso que, si no se controla, puede perfectamente acabar matando toda la vida en el planeta y finalmente a sí mismo al matar a quien lo alberga. 

Usted ha tenido un destello de cómo la ausencia de tiempo puede transformar sus percepciones. Pero una experiencia no es suficiente, no importa cuán bella o profunda sea. Lo que se necesita y a lo que nos referimos es a un cambio permanente en la conciencia.

Así pues, rompa el viejo patrón de la negación del momento presente y de la resistencia al presente. Convierta en práctica retirar la atención del pasado y el futuro cuando no los necesite.

Y continúa...

Porque el éxito de la búsqueda llega siempre cuando se deshace y se retira, nunca cuando se hace más y se acumula.

El mundo real es algo que puedes percibir de manera espontánea e inesperada, pero lo normal es que lo vayas haciendo poco a poco de manera natural; ahora ves el mundo irreal y ahora el mundo real. Vas alternando de uno a otro mientras el real se va haciendo cada vez más consistente, más presente... hasta que ya no veas otra cosa. Entonces sabrás que has acabado tu trabajo.

De todo lo que has fabricado, el mundo real es lo único que el Espíritu Santo ha conservado para ti, y la salvación consiste en percibir únicamente eso, ya que es el reconocimiento de que la realidad es únicamente lo que es verdad. (T-11.VII.4.9)

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