1. Fui creado en la paz. Y en la paz permanezco. No me ha sido dado poder cambiar mi Ser. ¡Cuán misericordioso es Dios mi Padre, que al crearme me dio la paz para siempre! Ahora sólo pido ser lo que Soy. ¿Y podría negárseme eso cuando es eternamente verdad?
2. Padre, busco la paz que Tú me diste al crearme. Lo que se me dio entonces tiene que encontrarse aquí ahora, pues mi creación fue algo aparte del tiempo y aún sigue siendo inmune a todo cambio. La paz en la que Tu Hijo nació en Tu Mente aún resplandece allí sin haber cambiado. Soy tal como Tú me creaste. Sólo necesito invocarte para hallar la paz que Tú me diste. Es Tu Voluntad la que se la dio a Tu Hijo.
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Reflexión: Lo que está claro no necesita explicación adicional. La lección de hoy es una invitación a que te aquietes para encontrar la paz de Dios que hay dentro de ti, en tu Fuente. Sólo tú te la puedes negar con tus excusas peregrinas.
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