miércoles, 27 de julio de 2016

Ser perfecto

Después del perdón, creo que no hay un sentimiento que lleve a un estado de paz más profundo que el de tener la firme convicción de que todo ya es perfecto tal como es, incluso aunque estemos tratando con situaciones problemáticas que, fuera de nuestro control, se manifiestan como dolorosas, carentes de algo, injustas o adheridas a juicios del tipo “esto no debiera ser así” o “esto no debería de estar pasando”. Aquiétate por un momento y haz un esfuerzo por sentir perfección en toda situación en la que estés envuelto, aunque no entiendas su motivo, pero trata de sentir que es exactamente lo que tiene que ocurrir y comprobarás de qué te hablo.

Este mundo es un desarrollo (ilusorio) de la mente universal expresándose en las dimensiones de espacio-tiempo, de modo que el tiempo lo hace linealmente poco a poco, y el espacio lo separa todo en diferentes lugares. Así que desde el posicionamiento de tu mente individual fragmentada, como parte de esa mente universal de la que participas, sólo alcanzas a experimentar pequeñas partes de la totalidad en porciones muy pequeñas de tiempo. No es de extrañar pues que con tu percepción reducida a un punto (tu conciencia) veas imperfección, problemas, carencias, faltas, injusticias, y todo tipo de contrariedades propias de un mundo dominado por la dualidad ya que el ego proyecta su propia limitación allá donde mira, sintiéndose separado del resto, incapaz de pre-sentir la totalidad, no dejando de estar ansioso, a disgusto con toda situación y en todo momento.

Pero cuando te elevas sobre el ego yendo más allá de sus carencias hacia el estado de Presencia, sientes la totalidad, unes y haces lo que es parcial completo y perfecto, sintiendo que todo es como tiene que ser y que nada realmente importa como aparenta ser, pues solo es eso, apariencia. Y así es: todo depende de un cambio de percepción, de cambiar tu punto de vista desde el del ego al del Ser, pues la percepción que tienes de este mundo pasa de ser imperfecta con el ego a ser completamente perfecta con el Ser, ya que el Ser es la esencia verdadera de la mente universal.

El ego nunca podrá ser feliz pues siempre estará carente de algo, preguntando y buscando cosas para completarse. No busques tu identificación en él o serás infeliz. La felicidad solo se encuentra en el Ser el cual es perfecto por ser la Verdad y no carecer de nada.

Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto
Mateo 5,48 -

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lunes, 25 de julio de 2016

No puedo dar lo que no tengo

La lección 187 de Un Curso de Milagros reza: “Bendigo al mundo porque me bendigo a mí mismo”. Pero no creas que porque simplemente recites esta frase una y otra vez o la escribas muchas veces realmente estás bendiciendo al mundo. Puede que sí o puede que no. Las palabras solas no hacen nada, expresan una intención, pero no hacen nada si no van acompañadas de algo más. Son palabras muertas que se lleva el viento. 

Analicemos la frase. 

Es condición para bendecir al mundo que yo me bendiga primero a mí mismo; esto es, no se puede dar lo que no se tiene. Primero me tengo que bendecir yo. Si digo que “voy a arreglar el coche” pero no he aprendido mecánica antes, no voy a arreglar ningún coche. Es imposible. De igual modo, si yo no me he bendecido primero, si no me he liberado, si no he despertado a la Presencia, a mí Ser (y eso es lo que significa bendecirse a uno mismo), difícilmente podré bendecir al mundo. Todo serán intenciones. El que pueda entender que entienda.

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domingo, 17 de julio de 2016

El hartazgo nunca te dejará satisfech@

Suena contradictorio pero es así. Mientras tu vida esté saturada de cosas que hacer, nunca estarás satisfech@. Y eso es porque vivir afuera de uno mism@ es una buena manera de mantenerse alejado de lo que es esencial, que es vivir desde adentro de uno mism@, tu propio Ser, tu fuente. En el fondo, vivir hart@ de cosas que hacer es una actitud de huida, una distracción, un no querer verte y no comprenderte a ti mismo mirando afuera, regodeandote en el picor del sarnoso ego. Lo esencial es e-vidente, directo y simple, o como decía el Principito, es "invisible a los ojos" ¿Capishi?

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lunes, 4 de julio de 2016

Para salvar al mundo hay que sentirse bien

¿Has visto alguna de esas películas hollywoodienses donde salvan al mundo? Los protagonistas tienen que enfrentar una situación muy peligrosa de manera heroica, rodeados de muerte, destrucción y sufrimiento; siempre en un estado que procura de todo menos seguridad y tranquilidad. Al final suelen morir los malos que provocaron que casi la Tierra se fuera a tomar viento, pero si los protagonistas son realmente nobles, les perdonan la vida para dejar argumento a una segunda parte. Entonces, como reza la película de James Bond, el mundo nunca es suficiente, y los malos sin rehabilitar vuelven para vengarse, esta vez tratando de destruir todo el sistema solar.

La anterior se corresponde a una descripción fantástica de lo que es salvar el mundo, según el ego, en un cuento sin fin. Pero ¿y si te digo que tú también puedes salvarlo, pero que la acción y emociones en las que te verás envuelto no tienen nada que ver con ningún rollo peliculero?. Dice la lección 186 de UCdM que "De mí depende la salvación del mundo"...

... El perdón es una forma terrenal de amor, que, como tal, no tiene forma en el Cielo. No obstante, lo que aquí se necesite, aquí se concederá. Valiéndote de esta forma puedes desempeñar tu función incluso aquí, si bien el amor significará mucho más para ti cuando se haya restaurado en ti el estado de amorfía. La salvación del mundo depende de ti que puedes perdonar. Ésa es tu función aquí". 
(L-186.14.2:6)

Desde un punto de vista de UCdM, salvar y perdonar al mundo es lo mismo. Perdonar no es en el sentido convencional que todos conocemos, sino en el de no conceder realidad a lo que nosotros consideramos tal, pensando sinceramente "esto no importa". ¿Cómo se puede lograr tal nivel de desapego y aplomo? ¡Con lo que está cayendo!. No es probable que se haga por las buenas ciertamente, sino más bien a las duras y las maduras. Quiero decir que uno puede haber recibido tantos golpes que ante la impotencia de no saber como escapar de ellos, uno llegue al punto de decir ¡basta ya!, y se cuestione seriamente (pero que muy seriamente) si no hay otra manera de vivir la vida. Aprendemos a perdonar cuando a base de sufrimiento nos cuestionamos su sentido. Es por ello que el sufrimiento tiene un gran potencial iluminador.

"¿No te das cuenta de que todo tu sufrimiento procede de la extraña creencia de que eres impotente?"
(T-21.VII.1.1)

Lo de sentirse impotente en la frase anterior no se refiere a querer y no poder hacer nada con respecto a algo, sino que hace mención a que somos demasiado permisivos con nuestra mente, nuestros pensamientos y emociones, y eso nos hace creer que somos vulnerables y, por lo tanto, víctimasEs verdad que las cosas suceden, quieras o no, escapando la mayoría de las veces a nuestro control y entendimiento, pero siempre tenemos el poder de elegir qué sentir al respecto; aunque nuestra laxitud mental hace que no lo parezca. 

Es verdad que el sistema en el que vivimos nos ha enseñado a darle prioridad a los hechos por delante de la manera en que los percibimos, de modo que así es como nos dejamos manipular por las emociones, sobre todo por el miedo. Enloquecemos emocionalmente cuando sucede algo que nos produce miedo. Por otro lado también hemos escuchado demasiadas veces que si no sentíamos nada en algunas ocasiones especiales, que si algo no nos provocaba determinadas emociones, éramos fríos, puede que unos monstruos y que no teníamos corazón. ¡Tonterías!

No quiero mezclar sentimientos y emociones. Yo entiendo que la emoción es energía fuera de control y nos enajena. El sentimiento es más una emoción controlada en la que nos podemos observar. Dicho de otra manera, el sentimiento es más inteligencia emocional pues te permites darle forma y expresarlo (¡que se lo digan sino a los poetas!), aceptando e incluso entendiendo aquello que lo causa. Controlar tus emociones y sentimientos te permite conducirte hasta tus pensamientos más profundos y al motivo por el que los piensas. Eso concede un gran autodominio y poder personal.

Y ahora, sabiendo que eres poseedor de ese autodominio, de que no eres impotente, ¿quién quiere sentirse mal?. Es más, ¿para qué sirve sentirse mal?. ¿No es mejor sentirse bien?. Siempre has querido ser feliz y ahora descubres que depende enteramente de ti, de tu actitud, así que ves lo que sucede afuera en el mundo y ya no lo juzgas, lo aceptas como es, y lo perdonas. Has descubierto que perdonar y sentirse bien van juntos. Se derrumbó el mito de que para salvar el mundo tienes que sufrir y pasar por pruebas indecibles, y que sólo el dolor te hará acreedor de la felicidad. ¡Menuda milonga!. Esa es la justificación del ego sólo para salvarse él mismo, pues su manera de sobrevivir es arrasado en lágrimas y desolación bajo promesas de un renacimiento más fuerte dispuesto para la cruel venganza.

La verdadera salvación del mundo nunca puede ser dramática, pues no puede ser que pase a través del mito del sacrificio, ni por encima del cadaver o las cenizas de nadie, por muy justo o necesario que parezca. Como dice UCdM:

La ira nunca está justificada. El ataque no tiene fundamento.
(T-30.VI.1.1:2)

La verdadera salvación sólo ocurre cuando te sientes tan bien de ánimo que puedes perdonar con un sonrisa interior, ya que nada de lo que sucede en tu mundo te puede perturbar en absoluto. 

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Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...