Pareciera que este país está hecho una pena y que el mundo está mucho peor. Desigualdad, miseria, injusticia, hambre, violencia, corrupción, etc. campan a sus anchas, pero todo es como tiene que ser ¿Cuántos y cuántas veces se ha intentado arreglar? ¿Se ha conseguido? Ninguna solución pasa por la política, ni de izquierdas ni de derechas, tampoco por realizar ninguna revolución, ni por hacer justicia, mucho menos por realizar ningún avance científico que tardaría poco en ser capitalizado para beneficiar a unos pocos, ni ninguna otra iniciativa de ningún tipo ¿no lo entiendes? La situación del mundo es el reflejo del estado de consciencia de quienes lo habitan, así que, mientras eso no cambie, todo seguirá como hasta ahora.
Me encanta éste párrafo de Un Curso de Milagros porque lo resume muy bien:
La proyección da lugar a la percepción. El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste. Nada más. Pero si bien no es nada más, tampoco es menos. Por lo tanto, es importante para ti. Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. Tal como el hombre piense, así percibirá. No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él. La percepción es un resultado, no una causa. Por eso es por lo que el concepto de grados de dificultad en los milagros no tiene sentido. Todo lo que se contempla a través de la visión es sano y santo. Nada que se perciba sin ella tiene significado. Y donde no hay significado, hay caos. (Cap.21, introducción)
Así que lo mejor que podemos hacer por el mundo es mirarlo inocentemente queriendo ver esperanza y santidad por todos lado, siendo puros como las palomas pero a la vez, astutos como serpientes para no dejarnos embaucar por la ilusión.
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