NOTA IMPORTANTE: Si has llegado hasta aquí sin pasar por la 1ª Parte, antes de continuar te recomiendo que leas la introducción para saber de qué va este post y cómo está organizado. Puedes hacerlo pinchando aquí (Ir a la 1ª Parte). Pero si ya la has leído, entonces puedes continuar.
61a. Jesús ha dicho: Dos descansarán en una cama, el uno morirá, el otro vivirá.
61b. Salomé dice: ¿Quién eres tú, hombre? Como mandado por alguien, te tendiste en mi cama y comiste de mi mesa.
Jesús le ha dicho: Soy quien viene de la igualdad. A mí se me han dado de las cosas de mi Padre.
Salomé dice: Soy tu discípula.
Jesús le dice: Por eso yo digo que cuando alguien iguale se llenará de luz, pero cuando divida se llenará de oscuridad.
61. Yo soy el que viene de lo que es total. A mí se me han dado de las cosas de mi Padre. Por lo tanto, yo digo que si uno es total, estará lleno de luz, pero si uno está dividido, estará lleno de oscuridad.
Aquí la traducción de Pursha (en rojo) se limita a trascribir solamente la parte b) del mismo dicho de Nag Hammadi (en azul).
La parte a) haciendo referencia a "los dos que descansan en una misma cama" son el ego (identificado con el cuerpo), y el espíritu. El primero muere pero el segundo no. Paso a comentar a continuación la parte b).
Lo que es traducido por "igualdad" en Nag Hammadi se traduce por "total" en Pursha, dando a entender que lo que es total es homogéneo, sin cambio. Jesús (J de aquí en adelante) dice "vengo de lo que es total" que significa la Unicidad, lo que es Uno, la Fuente, Dios o el Padre; y por razón de esa igualdad a J le ha sido dada la misma naturaleza pues fue creado a Su imagen y semejanza. Quien iba a saber entonces mejor que J que escapando de la ilusión de la separación se llena uno de luz. Así que si uno permanece mentalmente dividido creyendo en dicha separación, y por lo tanto sujeto al engaño de la dualidad de la percepción, estará lleno de oscuridad (olvidado de si mismo y de la realidad que en verdad uno es).
La parte a) haciendo referencia a "los dos que descansan en una misma cama" son el ego (identificado con el cuerpo), y el espíritu. El primero muere pero el segundo no. Paso a comentar a continuación la parte b).
Lo que es traducido por "igualdad" en Nag Hammadi se traduce por "total" en Pursha, dando a entender que lo que es total es homogéneo, sin cambio. Jesús (J de aquí en adelante) dice "vengo de lo que es total" que significa la Unicidad, lo que es Uno, la Fuente, Dios o el Padre; y por razón de esa igualdad a J le ha sido dada la misma naturaleza pues fue creado a Su imagen y semejanza. Quien iba a saber entonces mejor que J que escapando de la ilusión de la separación se llena uno de luz. Así que si uno permanece mentalmente dividido creyendo en dicha separación, y por lo tanto sujeto al engaño de la dualidad de la percepción, estará lleno de oscuridad (olvidado de si mismo y de la realidad que en verdad uno es).
Puesto que crees estar separado, el Cielo se presenta ante ti como algo separado también. No es que lo esté realmente, sino que se presenta así a fin de que el vínculo que se te ha dado para que te unas a la verdad pueda llegar hasta ti a través de lo que entiendes. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son Uno, de la misma manera en que todos tus hermanos están unidos en la verdad cual uno. Cristo y Su Padre jamás han estado separados, y Cristo mora en tu entendimiento, en aquella parte de ti que comparte la Voluntad de Su Padre. El Espíritu Santo es el vínculo entre la otra parte -el demente y absurdo deseo de estar separado, de ser diferente y especial- y el Cristo, para hacer que la unicidad le resulte clara a lo que es realmente uno. En este mundo esto no se entiende, pero se puede enseñar. (T-25.I.5)
El Espíritu Santo apoya el propósito de Cristo en tu mente, de forma que tu deseo de ser especial pueda ser corregido allí donde se encuentra el error. Debido a que Su propósito sigue siendo el mismo que el del Padre y el del Hijo, Él conoce la Voluntad de Dios, así como lo que tú realmente quieres. Pero esto sólo lo puede comprender la mente que se percibe a sí misma como una, y que, consciente de que es una, lo experimenta así. La función del Espíritu Santo es enseñarte cómo experimentar esta unicidad, qué tienes que hacer para experimentarla y adónde debes dirigirte para lograrlo. (T-25.I.6)
El mundo que ves está basado en el "sacrificio" de la unicidad. Es la imagen de una total desunión y de una absoluta falta de unidad. Alrededor de cada entidad se erige una muralla tan sólida en apariencia, que parece como si lo que se encuentra adentro jamás pudiese salir afuera, y lo que se encuentra afuera jamás pudiese llegar hasta lo que se encuentra oculto allí. Cada parte tiene que sacrificar a otra para conservar su propia integridad. Pues si se uniesen, cada una perdería su identidad individual, y es mediante esa separación como conservan su individualidad. (T-26.I.2)
62. Jesús ha dicho: Yo comunico mis misterios a quienes son dignos de mis misterios. No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha.
El Espíritu Santo apoya el propósito de Cristo en tu mente, de forma que tu deseo de ser especial pueda ser corregido allí donde se encuentra el error. Debido a que Su propósito sigue siendo el mismo que el del Padre y el del Hijo, Él conoce la Voluntad de Dios, así como lo que tú realmente quieres. Pero esto sólo lo puede comprender la mente que se percibe a sí misma como una, y que, consciente de que es una, lo experimenta así. La función del Espíritu Santo es enseñarte cómo experimentar esta unicidad, qué tienes que hacer para experimentarla y adónde debes dirigirte para lograrlo. (T-25.I.6)
El mundo que ves está basado en el "sacrificio" de la unicidad. Es la imagen de una total desunión y de una absoluta falta de unidad. Alrededor de cada entidad se erige una muralla tan sólida en apariencia, que parece como si lo que se encuentra adentro jamás pudiese salir afuera, y lo que se encuentra afuera jamás pudiese llegar hasta lo que se encuentra oculto allí. Cada parte tiene que sacrificar a otra para conservar su propia integridad. Pues si se uniesen, cada una perdería su identidad individual, y es mediante esa separación como conservan su individualidad. (T-26.I.2)
62. Jesús ha dicho: Yo comunico mis misterios a quienes son dignos de mis misterios. No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha.
62. J dijo: «Yo desvelo mis misterios a los que están preparados para mis misterios. No dejes que tu mano izquierda sepa lo que está haciendo la derecha.»
Sólo el Ser reconoce al Ser. El Espíritu Santo sólo se comunica con nuestra mente recta (mano derecha) porque ambos son lo mismo. El ego, constituido por la mente errónea (mano izquierda o siniestra), no puede comprender a la mente recta, y la mente recta no intenta transmitir nada al ego pues para ella el ego no existe. Ambos sistemas de pensamiento que funcionan en planos paralelos no se tocan ni pueden interactuar el uno con el otro; antes bien, el uno refleja lo contrario del otro como en un espejo, y sólo uno es real, mientras que el otro es completamente ilusorio. En este juego de reflexión, sólo la mente recta sabe que la imagen del otro lado es falsa, aunque el ego cree ser muy real. Resumiendo todo lo anterior J dice: "Yo desvelo mis misterios a los que están preparados para mis misterios", que quiere decir que él no puede transmitir sus secretos sino a quien puede y sabe escuchar a la mente recta o E.S.
Mucha gente entiende que este dicho en su parte final ("no dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha") tiene que ver con realizar tus obras de caridad en secreto para que tu ego no se crezca, pero yo no le veo así. Más bien interpreto que J está reafirmándose en lo que ya he explicado en el párrafo anterior, dando a entender que es inútil tratar de entender al espíritu desde el ego. Sencillamente no lo puede entender porque se sale de su capacidad. El ego no podrá nunca conocer a Dios, ni volverse santo. Lo que llamamos santidad no es más que el estado mental en el que el ego ha desaparecido.
El ego y el espíritu no se conocen. (T-4.VI.4.1)
Nada puede llegar al espíritu desde el ego, ni nada puede llegar al ego desde el espíritu. El espíritu no puede ni reforzar al ego, ni aminorar el conflicto interno de éste. El ego en sí es una contradicción. Tu falso ser y el Ser de Dios están en oposición. Y lo están con respecto a sus orígenes, rumbos y desenlaces. Son fundamentalmente irreconciliables porque el espíritu no puede percibir y el ego no puede gozar de conocimiento. No están, por lo tanto, en comunicación, ni jamás lo podrán estar. El ego, sin embargo, puede aprender, aún cuando su hacedor esté desencaminado. Este, no obstante, no puede hacer que lo que fue infundido con vida sea completamente exánime. (T-4.I.2.6-14)
Mucha gente entiende que este dicho en su parte final ("no dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha") tiene que ver con realizar tus obras de caridad en secreto para que tu ego no se crezca, pero yo no le veo así. Más bien interpreto que J está reafirmándose en lo que ya he explicado en el párrafo anterior, dando a entender que es inútil tratar de entender al espíritu desde el ego. Sencillamente no lo puede entender porque se sale de su capacidad. El ego no podrá nunca conocer a Dios, ni volverse santo. Lo que llamamos santidad no es más que el estado mental en el que el ego ha desaparecido.
El ego y el espíritu no se conocen. (T-4.VI.4.1)
Nada puede llegar al espíritu desde el ego, ni nada puede llegar al ego desde el espíritu. El espíritu no puede ni reforzar al ego, ni aminorar el conflicto interno de éste. El ego en sí es una contradicción. Tu falso ser y el Ser de Dios están en oposición. Y lo están con respecto a sus orígenes, rumbos y desenlaces. Son fundamentalmente irreconciliables porque el espíritu no puede percibir y el ego no puede gozar de conocimiento. No están, por lo tanto, en comunicación, ni jamás lo podrán estar. El ego, sin embargo, puede aprender, aún cuando su hacedor esté desencaminado. Este, no obstante, no puede hacer que lo que fue infundido con vida sea completamente exánime. (T-4.I.2.6-14)
63. Jesús ha dicho: Había una persona rica que tenía mucho dinero, y dijo: Voy a utilizar mi dinero para sembrar y cosechar y resembrar, para llenar mis graneros con fruto para que nada me falte. Así pensaba en su corazón y aquella misma noche murió. Quien tiene oídos, ¡que oiga!
63. Había un rico que tenía mucho dinero. Él dijo: «Invertiré mi dinero para poder sembrar, cosechar, plantar y llenar mis almacenes con productos del campo, para que no me falte nada.» Esas eran las cosas que pensaba en su corazón, pero esa noche murió.
Al ego, identificado siempre con algún tipo de personaje, le gusta tratar de controlar su vida porque se cree un cuerpo separado de todo y dotado de poder de decisión. Por eso, apegado a las cosas del mundo, suele hacer planes para organizar su futuro. Pero el mundo es sólo una ilusión y el guión ya está escrito porque el sueño ya sucedió y ahora sólo lo estamos recordando. La vida tal como la percibimos es proyectada por la Mente que nos sueña y ningún personaje en este sueño, ni tiene conocimiento de qué papel le tocara representar mañana, ni tiene capacidad de prever su futuro. Creer que se puede recurrir a métodos adivinatorios y luego, cualquier grado de cumplimiento que se pueda producir siguen formando parte del guión tal como está escrito, el cual sólo se puede acortar cuando practicas el perdón en el momento presente, produciéndose milagros los cuales colapsan el tiempo y nos acercan al despertar.
El que obra milagros, por lo tanto, acepta gustosamente el factor de control del tiempo. Reconoce que cada colapso de tiempo nos acerca más a todos al punto en el que finalmente nos podemos liberar de él y en el que el Hijo y el Padre son uno. (T-1.V.2.3-4)
El que obra milagros, por lo tanto, acepta gustosamente el factor de control del tiempo. Reconoce que cada colapso de tiempo nos acerca más a todos al punto en el que finalmente nos podemos liberar de él y en el que el Hijo y el Padre son uno. (T-1.V.2.3-4)
La mente que se dedica a hacer planes para sí misma está tratando de controlar acontecimientos futuros. No cree que se le vaya a proveer de todo cuanto pueda necesitar, a menos que ella misma lo haga. El tiempo se convierte en algo en lo que lo que se enfatiza es el futuro, el cual se debe controlar mediante el aprendizaje y la experiencia derivada de sucesos pasados y de las creencias que se abrigan. Dicha mente pasa por alto el presente, basándose en la idea de que el pasado le ha enseñado lo suficiente como para permitirle dirigir su futura trayectoria.
La mente que hace planes, por lo tanto, no permite ningún cambio. Lo que aprendió en el pasado se convierte en la base de sus futuros objetivos. Sus experiencias pasadas determinan su elección de lo que ha de suceder. Y no se da cuenta de que aquí y ahora se encuentra todo cuanto necesita para garantizar un futuro muy diferente del pasado, libre de la continuidad de las viejas ideas y de las creencias enfermizas. No hay ansiedad con respecto al porvenir, pues la confianza presente está a cargo de éste.
¿Qué no ibas a poder aceptar si supieses que todo cuanto sucede, todo acontecimiento, pasado, presente y por venir, es amorosamente planeado por Aquel cuyo único propósito es tu bien? Tal vez no hayas entendido bien Su plan, pues Él nunca podría ofrecerte dolor. Mas tus defensas no te dejaron ver Su amorosa bendición iluminando cada paso que jamás diste. Mientras hacías planes para la muerte, Él te conducía dulcemente hacia la vida eterna. (L-135.18)
Mas para conservar esta protección es preciso que te mantengas extremadamente alerta. Si permites que tu mente abrigue pensamientos de ataque, juzgue o trace planes para contrarrestar cosas que tal vez puedan pasar en el futuro, te habrás vuelto a extraviar, y habrás forjado una identidad corporal que atacará al cuerpo, pues en ese caso la mente estará enferma. (L-136.19)
La mente que hace planes, por lo tanto, no permite ningún cambio. Lo que aprendió en el pasado se convierte en la base de sus futuros objetivos. Sus experiencias pasadas determinan su elección de lo que ha de suceder. Y no se da cuenta de que aquí y ahora se encuentra todo cuanto necesita para garantizar un futuro muy diferente del pasado, libre de la continuidad de las viejas ideas y de las creencias enfermizas. No hay ansiedad con respecto al porvenir, pues la confianza presente está a cargo de éste.
(L-135.15-16)
¿Qué no ibas a poder aceptar si supieses que todo cuanto sucede, todo acontecimiento, pasado, presente y por venir, es amorosamente planeado por Aquel cuyo único propósito es tu bien? Tal vez no hayas entendido bien Su plan, pues Él nunca podría ofrecerte dolor. Mas tus defensas no te dejaron ver Su amorosa bendición iluminando cada paso que jamás diste. Mientras hacías planes para la muerte, Él te conducía dulcemente hacia la vida eterna. (L-135.18)
Mas para conservar esta protección es preciso que te mantengas extremadamente alerta. Si permites que tu mente abrigue pensamientos de ataque, juzgue o trace planes para contrarrestar cosas que tal vez puedan pasar en el futuro, te habrás vuelto a extraviar, y habrás forjado una identidad corporal que atacará al cuerpo, pues en ese caso la mente estará enferma. (L-136.19)
64a. Jesús ha dicho: Una persona tenía huéspedes. Y cuando había preparado el banquete, envió a su esclavo para convidar a los huéspedes.
Fue al primero, le dice: Te convida mi amo.
Respondió: Tengo unos negocios con unos mercaderes, vienen a mí por la tarde, iré para colocar mis órdenes con ellos, ruego ser excusado del banquete.
Fue a otro, le dice: Mi amo te ha convidado.
Le respondió: He comprado una casa y me exigen por un día, no tendré tiempo libre.
Vino a otro, le dice: Mi amo te convida.
Le respondió: Mi compañero va a casarse y tengo que preparar un festín, no podré venir, ruego ser excusado del banquete.
Fue a otro, le dice: Mi amo te convida.
Le respondió: He comprado una villa, voy a cobrar el alquiler, no podré venir, ruego ser excusado.
Vino el esclavo, dijo a su amo: Los que usted ha convidado al
banquete se han excusado a sí mismos.
Dijo el amo a su esclavo: Sal a los caminos, trae a quienesquiera que encuentres, para que cenen.
64b. Y él ha dicho: Comerciantes y mercaderes no entrarán en los lugares de mi Padre.
65. El ha dicho: Una persona bondadosa tenía una viña. La arrendó a inquilinos para que la cultivaran y recibiría su fruto. Mandó a su esclavo para que los inquilinos le dieran el fruto de la viña. Agarraron a su esclavo, lo golpearon, un poco más y lo habrían matado. El esclavo fue, se lo dijo a su amo. Contestó su amo, "Quizás no le reconocían."
Mandó a otro esclavo, los inquilinos lo golpearon también. Entonces el amo mandó a su hijo. Dijo, "Tal vez respetarán a mi hijo." Ya que aquellos inquilinos sabían que era el heredero de la viña, lo agarraron, lo mataron. Quien tiene oídos, ¡que oiga!
66. Jesús ha dicho: Mostradme la piedra que han rechazado los constructores es la piedra angular.
66. J dijo: «Muéstrame la piedra rechazada por los constructores. Ésa es la piedra angular.»
Los constructores son el ego de la gente. ¿Por qué? El ego diseña, planea, comercia, transporta, construye... cuanto más grande y más complejo mejor porque le hace sentir más orgulloso e importante. El ego es un hacedor nato, no sabe quedarse quieto. Aquí, en concreto, J se refiere al ego de los sacerdotes y de los gobernantes, los constructores de la religión y de los estados, de las teologías y las ideologías que tienen su reflejo en los grandes templos y palacios.
La piedra rechazada o piedra angular, es una piedra diferente a todas las demás pero que ayuda a sostenerlas en equilibrio. Sin esa piedra el conjunto de lo construido no se sostiene. En las religiones y las ideologías construidas por el ego, la piedra angular sería aquello que sostiene todas sus creencias, la mentira, pues el ego mismo es una falacia y por ello tiene que apoyarse en lo que es falso. Así que existen dos sistemas constructivos y cada uno tiene su piedra angular. El de la mente errónea o ego es la mentira. El de la mente recta o E.S. es la verdad. J es la piedra angular del sistema de pensamiento recto; por eso es rechazado por los constructores, aunque finjan, pues la verdad los amenaza al ponerlos en evidencia.
Todo sistema de pensamiento tiene que tener un punto de partida. Empieza ya sea creando o fabricando, diferencia ésta a la que ya hemos hecho referencia. La semejanza entre ambas cosas reside en el poder que tienen como cimientos. Su diferencia, en lo que descansa sobre ellas. Ambas son piedras angulares de sistemas de creencias por las que uno rige su vida. Creer que un sistema de pensamiento basado en mentiras es débil es un error. Nada que un Hijo de Dios haya hecho carece de poder. Es esencial que te des cuenta de esto, pues, de lo contrario, no podrás escapar de la prisión que tú mismo has construido. (T-3.VII.1)
67. Jesús ha dicho: Quien conoce todo pero carece de conocerse a sí mismo, carece de todo.
67. J dijo: «Aquellos que lo saben todo, pero son carentes en sí mismos, son completamente carentes.»
Si eres un erudito que tiene varias carreras universitarias, máster y doctorado, si dominas varias habilidades físicas u oficios manuales, también unos cuantos idiomas, y conoces o sabes mucho acerca del mundo pero desconoces completamente Quien Eres, ¿de qué te sirve? Quizás te ayude a vivir un poco mejor los años de esta vida, pero centrado en tu ego, cuando mueras, tu conocimiento se acabará contigo. Has empleado tanto tiempo aprendiendo tanto, tratando de ganar el mundo, pero el día que expires todo ese conocimiento se perderá. Ese tipo de "conocimiento" no sirve para entrar en el Cielo, el cual es precedido del mundo real, que es el mundo cuando es contemplado con amor.
El ego está tratando de enseñarte cómo ganar el mundo y perder tu alma. El Espíritu Santo te enseña que no puedes perder tu alma y que no hay nada que ganar en el mundo, pues, de por sí, no da nada. Invertir sin recibir beneficios es sin duda una manera segura de empobrecerte, y los gastos generales son muy altos. No sólo no recibes ningún beneficio de la inversión, sino que el costo es enorme. Pues esta inversión te cuesta la realidad del mundo al negar la tuya, y no te da nada a cambio. No puedes vender tu alma, pero puedes vender tu conciencia de ella. No puedes percibir tu alma, y no la podrás conocer mientras percibas cualquier otra cosa como más valiosa.
Si eres un erudito que tiene varias carreras universitarias, máster y doctorado, si dominas varias habilidades físicas u oficios manuales, también unos cuantos idiomas, y conoces o sabes mucho acerca del mundo pero desconoces completamente Quien Eres, ¿de qué te sirve? Quizás te ayude a vivir un poco mejor los años de esta vida, pero centrado en tu ego, cuando mueras, tu conocimiento se acabará contigo. Has empleado tanto tiempo aprendiendo tanto, tratando de ganar el mundo, pero el día que expires todo ese conocimiento se perderá. Ese tipo de "conocimiento" no sirve para entrar en el Cielo, el cual es precedido del mundo real, que es el mundo cuando es contemplado con amor.
El ego está tratando de enseñarte cómo ganar el mundo y perder tu alma. El Espíritu Santo te enseña que no puedes perder tu alma y que no hay nada que ganar en el mundo, pues, de por sí, no da nada. Invertir sin recibir beneficios es sin duda una manera segura de empobrecerte, y los gastos generales son muy altos. No sólo no recibes ningún beneficio de la inversión, sino que el costo es enorme. Pues esta inversión te cuesta la realidad del mundo al negar la tuya, y no te da nada a cambio. No puedes vender tu alma, pero puedes vender tu conciencia de ella. No puedes percibir tu alma, y no la podrás conocer mientras percibas cualquier otra cosa como más valiosa.
El Espíritu Santo es tu fortaleza porque sólo te conoce como espíritu. Él es perfectamente consciente de que no te conoces a ti mismo y perfectamente consciente de cómo enseñarte a recordar lo que eres. Puesto que te ama, te enseñará gustosamente lo que Él ama, pues Su voluntad es compartirlo. Dado que se acuerda de ti continuamente, no puede dejar que te olvides de tu valía. Pues el Padre jamás cesa de mantener vivo en Él el recuerdo de Su Hijo, y el Espíritu Santo jamás cesa de mantener vivo en el Hijo el recuerdo de su Padre. Dios está en tu memoria por causa de Él. Tú decidiste olvidar a tu Padre, pero eso no es realmente lo que quieres hacer, y, por lo tanto, puedes decidir de otra manera. Y tal como yo decidí de otra manera, tú también puedes hacerlo. Tú no deseas el mundo. Lo único de valor en él son aquellos aspectos que contemplas con amor. Eso le confiere la única realidad que jamás tendrá. Su valía no reside en sí mismo, pero la tuya se encuentra en ti. De la misma forma en que tu propia estima procede de extenderte a ti mismo, de igual modo la percepción de tu propia estima procede de extender pensamientos amorosos hacia el exterior. Haz que el mundo real sea real para ti, pues el mundo real es el regalo del Espíritu Santo, y, por lo tanto, te pertenece.
(T-12.VI.1-3)
68. Jesús ha dicho: Benditos seais cuando sois odiados y perseguidos y no encontráis sitio allá donde habéis sido perseguidos.
69a. Jesús ha dicho: Benditos sean los que han sido perseguidos en su corazón, estos son los que han conocido al Padre en verdad.
69b. Jesús ha dicho: Benditos sean los hambrientos, pues el estómago de quien desea se llenará.
70. Jesús ha dicho: Cuando saquéis lo que hay dentro de vosotros, esto que tenéis os salvará. Si no tenéis eso dentro de vosotros, esto que no tenéis dentro de vosotros os matará.
70. J dijo: «Si manifestáis lo que está dentro de vosotros, lo que tenéis os salvará. Si no tenéis eso dentro de vosotros, lo que no tenéis dentro de vosotros os matará.»
Este dicho está planteado en forma de acertijo porque trata de detener el parloteo de la mente errónea aturdiendo al ego. Es como uno de esos dichos zen que consiguen despertarte llevándote a un estado de shock.
"Si manifestáis lo que está dentro de vosotros..." quiere decir si manifiestas al Ser, al Yo crístico inmortal o tu mente recta, "...te salvarás". "Si no tenéis eso dentro de vosotros, lo que no tenéis dentro de vosotros os matará", significa que si no manifiestas a tu Ser despertando a él, eso mismo te matará ya que estarás viviendo desde el ego, y el ego tiene los días contados pues está plenamente identificado con el cuerpo en el cual tiene que morir. Así que ésta última frase no se refiere a que no tengas un Ser. Todos lo tenemos y es el mismo Ser, pero no todos somos conscientes de él. La intencionalidad de este dicho es que lo descubras si no lo has hecho ya.
Cuando te sientas tentado de sucumbir ante el deseo de la muerte, recuerda que yo no morí. Te darás cuenta de que esto es cierto cuando mires dentro de ti y me veas. ¿Cómo iba yo a haber superado la muerte para mí solo? ¿Y cómo iba a haberme dado el Padre vida eterna a mí, a no ser que también te la hubiese dado a ti? Cuando aprendas a ponerme de manifiesto jamás verás la muerte, Pues habrás contemplado lo inmortal en ti mismo, y así, al contemplar un mundo que no puede morir, sólo verás lo eterno. (T-12.VII.15)
Este dicho está planteado en forma de acertijo porque trata de detener el parloteo de la mente errónea aturdiendo al ego. Es como uno de esos dichos zen que consiguen despertarte llevándote a un estado de shock.
"Si manifestáis lo que está dentro de vosotros..." quiere decir si manifiestas al Ser, al Yo crístico inmortal o tu mente recta, "...te salvarás". "Si no tenéis eso dentro de vosotros, lo que no tenéis dentro de vosotros os matará", significa que si no manifiestas a tu Ser despertando a él, eso mismo te matará ya que estarás viviendo desde el ego, y el ego tiene los días contados pues está plenamente identificado con el cuerpo en el cual tiene que morir. Así que ésta última frase no se refiere a que no tengas un Ser. Todos lo tenemos y es el mismo Ser, pero no todos somos conscientes de él. La intencionalidad de este dicho es que lo descubras si no lo has hecho ya.
Cuando te sientas tentado de sucumbir ante el deseo de la muerte, recuerda que yo no morí. Te darás cuenta de que esto es cierto cuando mires dentro de ti y me veas. ¿Cómo iba yo a haber superado la muerte para mí solo? ¿Y cómo iba a haberme dado el Padre vida eterna a mí, a no ser que también te la hubiese dado a ti? Cuando aprendas a ponerme de manifiesto jamás verás la muerte, Pues habrás contemplado lo inmortal en ti mismo, y así, al contemplar un mundo que no puede morir, sólo verás lo eterno. (T-12.VII.15)
71. Jesús ha dicho: Yo destruiré esta casa y nadie será capaz de reconstruirla.
72. Alguien le dice: Diles a mis hermanos que repartan conmigo las posesiones de mi padre.
El le dice: Oh hombre, ¿quién me hizo repartidor?
Se volvió a sus discípulos, les dice: No soy repartidor, ¿soy?
72. Una persona le dijo: «Di a mis hermanos que dividan las posesiones de mi padre conmigo.» Él dijo a la persona: «Hermano, ¿quién me hizo dado a dividir?» Él se giró hacia sus discípulos y les dijo: «Yo no soy dado a dividir, ¿cierto?»
J no ha venido a dividir sino a unir pues procede de la Unicidad y viene a enseñar como regresar a Ella; así que él no pierde el tiempo en ninguno de los asuntos de este mundo entrando a discutirlos, a tratar de resolver ningún tipo de conflicto separador poniéndose de ninguna parte.
Sólo la unicidad del conocimiento está libre de conflicto. (T-3.VII.6.8)
La complejidad no forma parte de Dios. ¿Cómo podría formar parte de Él cuando Él sólo conoce lo que es uno? Él solamente conoce una sola creación, una sola realidad, una sola verdad y un solo Hijo. Nada puede estar en conflicto con lo que es uno solo. ¿Cómo iba a poder haber entonces complejidad en Él? ¿Entre qué habría que decidir? Pues el conflicto es lo que da lugar a las alternativas. La verdad es simple: es una sola y no tiene opuestos. ¿Y cómo iba a poder presentarse a discordia ante su simple presencia y dar lugar a la complejidad allí donde únicamente existe la unicidad? La verdad no elige, pues no existen alternativas entre las que elegir. Y sólo si las hubiera, podría ser la elección un paso necesario en el avance hacia la unicidad. En lo que es todo no hay cabida para nada más. Sin embargo, esta inmensidad se encuentra más allá del alcance de este plan de estudios. No es necesario, pues, que nos detengamos en algo que no puede ser captado de inmediato. (T-26.III.1.)
Todas las cosas que proceden de Dios son una. Proceden de la Unicidad y tienen que ser recibidas cual una sola. (L-83.3.2-3)
73. Jesús ha dicho: La cosecha en verdad es abundante, pero los obreros son pocos. Pues implorad al Amo que mande obreros a la cosecha.
74. El ha dicho: Amo, ¡hay muchos alrededor del embalse, pero ninguno dentro del embalse!
75. Jesús ha dicho: Hay muchos que están de pie a la puerta, pero los solitarios son los que entrarán en la alcoba nupcial.
75. J dijo: «Hay muchos que esperan en la puerta, pero los que están solos entrarán en la cámara nupcial.»
Este dicho recuerda al número 49 ("Afortunados los que estáis solos y elegidos..."). En aquel decía que la soledad no es referida a la soledad física sino a quien entre muchos acepta el llamado del espíritu ahora y sin más demora. La cámara nupcial es el estado de consciencia en la que se consuma la unión de tu Ser con la Fuente. Cruzar la puerta precisa el firme compromiso personal diciendo "sí quiero". No puedes elegir por nadie ni nadie puede elegir por ti, sólo por ti mismo. Por eso es que lo haces en solitario.
Abajo repito el mismo párrafo del curso que ya puse en el dicho 49.
"Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos" debería rezar: "Todos son llamados, pero son pocos los que eligen escuchar". Por lo tanto, no eligen correctamente. Los "escogidos" son sencillamente los que eligen correctamente más pronto. Las mentes sanas pueden hacer esto ahora, y al hacerlo hallarán descanso para sus almas. Dios te conoce sólo en paz, y ésa es tu única realidad. (T-3.IV.7.12-16)
76. Jesús ha dicho: El Reino del Padre se asemeja a un mercader poseedor de una fortuna, quien encontró una perla. Aquel mercader era listo, vendió la fortuna, compró para sí mismo la perla única.
Vosotros mismos, buscad el tesoro de su rostro, que no perece, que perdura, el lugar donde ni la polilla se acerca para devorar ni el gusano destruye.
76. J dijo: «La Ley Divina de Dios es como un mercader que tenía una remesa de mercancías y después halló una perla. El mercader era prudente; vendió la mercancía y compró la perla para sí mismo. Lo mismo es válido para vosotros, buscad el tesoro que no falla, que es constante, que la polilla no consume ni el gusano destruye.»
El mercader es cualquiera cuando llevamos un estilo de vida superficial (la inmensa mayoría de nosotros) ocupándonos sólo de cosas mundanas: que si el trabajo, que si la casa, que si las vacaciones, que si la compra de ésto, que si la nueva serie de TV o tal y tal cosa. Pero un día encuentras un tesoro, ésto es, descubres tu auténtico Ser (¡la perla única!), y entonces pierdes interés por lo mundano lo cual vas dejando a un segundo término (vender la mercancía). Ahora, fascinado por tu descubrimiento, del que posiblemente habías oído hablar multitud de veces desde que eras niño, lo que quieres es saber más sobre esa perla recién descubierta. Has iniciado una nueva etapa de tu vida en la que ha cambiado la prioridad de tus intereses.
Todo el mundo defiende su tesoro, y lo hace automáticamente. Las preguntas esenciales son, pues: ¿qué es realmente importante para ti?, y ¿cuán importante lo es? (T-2.II.3.4-5)
Allí donde esté tu tesoro allí estará tu corazón (...) (T-8.VI.10.3)
Te pedí una vez que vendieses todo cuanto tuvieses, que se lo dieses a los pobres y que me siguieras. Esto es lo que quise decir: si no inviertes tu atención en ninguna de las cosas de este mundo, puedes enseñarle a los pobres dónde está su tesoro. Los pobres son sencillamente los que han invertido mal, ¡y vaya que son pobres! Puesto que están necesitados, se te ha encomendado que los ayudes, pues te cuentas entre ellos. Observa lo bien que aprenderías tu lección si te negases a compartir su pobreza, pues la pobreza no es otra cosa que insuficiencia, y sólo hay una insuficiencia, ya que sólo hay una necesidad. (T-12.III.1)
Cada vez que le dices hoy a tu agitada mente que tu salvación procede de tu único Ser, añades otro tesoro más a tu creciente almacén. Y éste se le da en su totalidad a todo aquel que lo pida y acepte el regalo. Piensa, pues, cuánto se te está dando este día para que lo des, de manera que se te pueda dar a ti. (L-96.11-12)
77. Jesús ha dicho: Soy la luz quien está sobre todos, Soy el todo. Todo salió de mí, y todo vuelve a mí. Partid la madera, allí estoy. Levantad la piedra y allí me encontraréis.
78. Jesús ha dicho: ¿Qué salisteis a ver en lo silvestre, una caña sacudida por el viento y a una persona vestida con ropa felpada? He aquí, vuestros gobernantes y vuestros dignatarios son los que se visten en ropa felpada, y ellos no podrán conocer la verdad.
79. Una mujer de la multitud le dice: ¡Bendita sea la matriz que te parió, y benditos los senos que te amamantaron!
El le dice: Benditos sean quienes han oído la significación del Padre y la han cumplido en verdad. Pues habrá días cuando diréis: ¡Bendita sea la matriz que no ha engendrado, y benditos los senos que no han amamantado!
79. Una mujer de la multitud le dijo: «Afortunado el vientre que te llevó y los pechos que te alimentaron.» Él le dijo: «Afortunados son los que han escuchado la palabra del Padre y la conservan. Porque habrá días en los que dirás: «Afortunado el vientre que no ha concebido y los pechos que no han dado leche.»
En casi todas las culturas siempre se ha considerado la maternidad como una bendición porque los hijos, además de asegurar la continuidad del clan, siendo muy jóvenes se ponían a trabajar para ayudar al sostenimiento de la familia. Hoy día parece distinto pues el desarrollo de la sociedad del bienestar ha hecho que el objetivo cambie, siendo más el del disfrute que el de la supervivencia. Lo invariable es que el protagonista del mundo, "el héroe del sueño" tal como lo llama UCdM, es siempre el cuerpo.
Así comprobamos que las experiencias en el mundo pasan por muchos cambios alternándose las épocas buenas y malas. J, a sabiendas de que el mundo tendría que conocer tiempos muy difíciles hasta el extremo de arrepentirse uno de vivir aquí, le replica a la mujer que es más acertado no tener compromisos que te aten al mundo ya que así puedes emprender con mayor facilidad el camino de salida. Piensa sino, ¿qué es más comprometido con el mundo que tener hijos? Ellos roban todo el tiempo por las responsabilidades y preocupaciones que nos causan en procura de su porvenir material, impidiendo poner nuestra atención en el desarrollo de nuestro espíritu. Aunque no son sólo los hijos. Son todos los caminos-trampa diferentes que emprendemos en pos de nuestros deseos los cuales, una vez iniciamos, nos nublan la mente, nos encadenan y no nos permiten detenernos a escuchar.
Existe una marcada tendencia a pensar que el mundo puede ofrecer consuelo y escape de los mismos problemas que tiene como propósito perpetuar. ¿A qué se debe esto? Se debe a que éste es un lugar en el que elegir entre ilusiones parece ser la única opción, y a que tú crees tener control de los resultados de tu elección. Piensas, por lo tanto, que en el breve lapso que se extiende desde tu nacimiento hasta tu muerte se te ha concedido un poco de tiempo para tu uso exclusivo: un intervalo de tiempo en el que todo el mundo está en conflicto contigo, si bien puedes elegir el camino que te librará del conflicto y te conducirá más allá de las dificultades que no son de tu incumbencia. Pero sí que te incumben. ¿Cómo ibas a poder, entonces, escaparte de ellas dejándolas atrás? Lo que tiene que ir contigo te acompañará, sea cual sea el camino que elijas recorrer.
La verdadera elección no es algo ilusorio. Mas el mundo no te la puede ofrecer. Todos sus caminos no hacen sino conducir a la desilusión, a la nada y a la muerte. Sus alternativas no constituyen una verdadera elección. No intentes escaparte de tus problemas aquí, pues el mundo fue concebido precisamente para que no se pudiese escapar de ellos. No te dejes engañar por los diferentes nombres que se le han dado a sus caminos. Todos tienen la misma finalidad. Y cada uno de ellos es tan sólo un medio para alcanzar esa finalidad, pues es ahí adonde todos ellos conducen, por muy diferentes que parezcan ser sus orígenes y por muy diferentes que parezcan ser sus trayectorias. Su final es inescapable, pues no hay elección posible entre ellos. Todos te conducen a la muerte. Recorrerás algunos de ellos felizmente por algún tiempo, antes de que comience la amargura. Mas por otros, las espinas se dejarán sentir de inmediato. La elección no es cuál ha de ser el final, sino cuándo va a llegar.
No hay elección posible allí donde el final es indudable. Tal vez prefieras probarlos todos, antes de que te des cuenta de que todos son lo mismo. Los caminos que el mundo ofrece parecen ser muchos, pero llegará un momento en que todo el mundo comenzará a darse cuenta de cuán parecidos son los unos a los otros. Hay quienes han muerto al darse cuenta de esto porque no vieron otros caminos que los que ofrecía el mundo. Y al darse cuenta de que no conducían a ninguna parte, perdieron toda esperanza. Sin embargo, ése fue el momento en que pudieron haber aprendido la lección más importante de todas. Todo el mundo tiene que llegar a este punto e ir más allá de él. Ciertamente es verdad que el mundo no te ofrece elección alguna. Mas ésta no es la lección. La lección tiene un propósito, y con esto llegas a entender para qué es.
¿Por qué querrías probar otro camino, otra persona u otro lugar, cuando ya te has dado cuenta de cómo comienza la lección, aunque todavía no percibas para qué es? Su propósito es la respuesta a la búsqueda que tienen que emprender los que todavía creen que se puede encontrar otra respuesta. Aprende ahora, sin dejarte abatir por ello, que no hay ninguna esperanza de encontrar respuesta alguna en el mundo. Mas no juzgues la lección que apenas acaba de comenzar con esto, ni busques ninguna otra señal en el mundo que te haga pensar que tal vez haya otro camino. No sigas tratando de encontrar esperanzas donde no las hay. Acelera tu aprendizaje ahora, y comprende que desperdicias el tiempo si no vas más allá de lo que ya has aprendido hacia lo que aún te queda por aprender. Pues desde este punto -el más bajo- el aprendizaje te llevará a cumbres de felicidad en las que verás el propósito de la lección refulgiendo claramente, y perfectamente al alcance de tu comprensión.
¿Quién estaría dispuesto a darle la espalda a todos los caminos del mundo, a menos que se diese cuenta de su auténtica futilidad? ¿No es menester acaso que éste sea su punto de partida, en vez de buscar otro camino? Pues mientras vea alternativas donde no las hay, ¿qué poder de decisión podría ejercer? Sólo cuando se aprende dónde tiene realmente utilidad ese poder puede éste ejercerse plenamente. ¿Y qué poder puede tener cualquier decisión si se aplica a situaciones en las que no hay elección posible?
Aprender que el mundo sólo ofrece una alternativa, sea cual sea la forma en que ésta se manifieste, es el comienzo de la aceptación de que sí hay otra alternativa que es real. Oponerte a este paso es impedir el logro del propósito para el que viniste aquí, pues no viniste a aprender cómo encontrar un camino que el mundo no ofrece. La búsqueda de diferentes caminos en el mundo no es más que la búsqueda de diferentes formas de verdad. Y esto es lo que hace que la verdad no se pueda alcanzar.
(T-31.VI.1-6)
80. Jesús ha dicho: Quien ha conocido el sistema, ha encontrado el cuerpo y quien ha encontrado el cuerpo, de él no es digno el sistema.
80. J dijo: «Quién ha venido a conocer el cuerpo ha descubierto el cuerpo, y quien ha descubierto el cuerpo, de ese no es digno el mundo.»
"Quien ha conocido el sistema" se refiere a quien ha descubierto la naturaleza ilusoria del mundo. "Encontrar el cuerpo" es descubrir que para que se haga posible el sueño del mundo es necesario un cuerpo desde el que percibirlo. El cuerpo es el héroe del sueño, como ya avanzaba en el dicho anterior. Sin cuerpo no hay con qué experimentar la idea de separación. Una vez sabes que todo es una proyección de la Mente errónea de la cual formas parte, tomas responsabilidad y abres la puerta a tu liberación. Entonces puedes decidir no ser más un esclavo de lo que tu mismo has fabricado, o lo que es lo mismo, dejas de ser digno (o víctima) del mundo que creaste, dejando en evidencia cómo opera la ley causa-efecto por la que se rige la ilusión.
Continuamos hoy desarrollando el tema de causa y efecto. No eres víctima del mundo que ves porque tú mismo lo inventaste. Puedes renunciar a él con la misma facilidad con la que lo construiste. Lo verás o no lo verás, tal como desees. Mientras desees verlo, lo verás; cuando ya no lo desees ver, no estará ahí para que lo puedas ver. (L-32.1)
Continuamos hoy desarrollando el tema de causa y efecto. No eres víctima del mundo que ves porque tú mismo lo inventaste. Puedes renunciar a él con la misma facilidad con la que lo construiste. Lo verás o no lo verás, tal como desees. Mientras desees verlo, lo verás; cuando ya no lo desees ver, no estará ahí para que lo puedas ver. (L-32.1)
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