Vamos a hacer un viaje por los entresijos de esta existencia.
Si me lees con asiduidad puede que pienses que me repito, pero es que todo en la vida es una repetición continua en la que sólo cambia la forma.
Muchas veces he escuchado decir a la gente que lo más importante, o de las cosas más importantes en la vida, es ser buena persona; e igualmente que las personas de las que uno se rodea, la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, la pareja, los vecinos, etc., también lo sean.
Posiblemente ese propósito ha sido inculcado por la religión, porque si no eres buen@ serás “castigado por Dios”; aunque a los malos parece no importarles, abusando y haciendo sufrir a los demás (¡Qué buenos maestros!) La cosa es que da igual que seas buen@ o mal@. La condición de buena persona no te salva de los golpes de la vida y del aprendizaje que ello conlleva. Así que el propósito de la vida no es ser bueno, aunque algo sí que tiene que ver con aprender a evitarse suplicios.
Es por eso que te pregunto, a nivel ético, ¿crees realmente que lo importante en la vida es ser o llegar a ser una buena persona? Si es así, ¿es que no te sientes lo suficientemente buen@? Entonces desconoces tu verdadera esencia.
Doctor, no puedo – Ilustración propia (quiero decir que la he dibujado yo, no que yo sea el diablo;
tampoco el psicólogo. Bueno, algo sí que tengo de los dos...)
Muy poca gente se para a reflexionar sobre el asunto sin cuestionarlo porque tanto ser buen@, como ser “alguien”, son creencias que se aprenden desde la más temprana edad, mientras que mucha otra gente carecen de un propósito más profundo, aunque luego de unos cuantos golpes aprenden, además de a ser buena persona, a no ser tontos; y ahí se acaban todos sus propósitos éticos y espirituales para pasar entonces a fijar otros del tipo material o intelectual (tener no sé qué o llegar a ser tal cosa), desconociendo en todo este asunto la naturaleza esencial de lo que uno realmente es.
Sí, uno debiera empezar por saber cuál es su naturaleza esencial. La filosofía y la religión lo han intentado pero incluso ellas han fracasado porque funcionan como narcóticos para las personas, y no somos personas. Esa no es nuestra esencia, y el propósito tiene que ser coherente con lo que realmente somos.
A los hombres nos ocurre como en la fábula del león. Si eres un león pero te crees un oveja en mitad del rebaño, tu propósito será vivir como las ovejas, pero nunca te sentirás feliz ni satisfecho. Nuestra naturaleza esencial es el espíritu inmutable, pero si te crees sólo un cuerpo, o puede que incluso un alma en un cuerpo, actuarás en tu vida con toda una serie de condicionamientos y limitaciones errando en tu verdadero propósito. Lo anterior se debe a la naturaleza de la mente, el principio activo del espíritu, la cual posee un poder inconmensurable.
Tu mente puede estar poseída por ilusiones, pero el espíritu es eternamente libre. (T-1.IV.2.8)
Entonces, ¿cuál es el propósito de la vida? Si eres espíritu y el espíritu es eternamente libre, tu propósito en este mundo es volverte consciente de tu libertad. No somos conscientes de nuestra libertad porque nos creemos quienes no somos.
La paradoja de la mente es que ya es libre, pero también es libre de negar su propia libertad, y cuando la niega ya no sabe como recordarla porque ha tomado una decisión en contra de sí misma.
Dicho de otro modo: la libertad de la mente radica en su capacidad de decidir, pero cuando la mente elige cualquier propósito que no está alineado con el de mantenerse libre, pierde de vista su libertad. Se extravía.
Entonces, la cuestión es: ¿Cómo se decide en favor de la libertad una vez que las has perdido?
En teoría, que no en la práctica, es muy sencillo. Puesto que elegir creer en ilusiones te hizo perder de vista tu libertad al olvidar lo que es verdad sobre ti, ahora tienes que elegir la ilusión que más se asemeja a la verdad. Recuerdas la frase “La verdad te hará libre”.
Y en este punto toca hacer la pregunta del millón: ¿Qué ilusión se asemeja más a lo que es verdad?
Antes una reflexión: dije que debes conocer tu esencia original, tú espíritu (el ser que eres), y que el espíritu es libre. Si tú eres espíritu, la libertad es tu estado original. La libertad es también la condición por la que no necesitas nada, que es el estado de Unicidad con Dios. En Dios no necesitas nada porque Dios te lo da todo incondicionalmente. Tu libertad radica en tu unidad con Él. Esa es tu verdad.
Pero en algún momento decidiste experimentar por tu cuenta la condición de separación de Dios. Tu separación es imposible porque nada puede existir separado de Dios. Sería igual a Dios oponiéndose a Sí Mismo o Dios contra Su Propia Voluntad. Aún así tu mente es tan poderosa que, sin separarse de Dios, puede imaginar hacerlo. De hecho, estás soñándote separado de Dios sin estarlo porque Dios no puede abandonarte, ni tú lo puedes abandonar a Él. Aparentas estar aquí, en este planeta ajeno a Dios, encarnad@ y asumiendo un propósito de vida ilusorio dentro de un cuerpo en el que experimentar tu separación y sentirte especial. Vives una ficción, lo contrario a tu verdad. Tú (como mente, no como persona) lo decidiste a un nivel que ya no recuerdas, y porque lo has olvidado, has olvidado lo que eres y también como revertir el proceso mental-mente.
Creer (que no “Crear”) es soñar, y cuando sueñas quedas atrapado en el sueño, perdiendo tu libertad, pues has decidido en contra de ella al olvidar quien eres, lo único que te puede ayudar a salir de aquí.
Y ahora sí, una vez dentro del sueño, donde todo son creencias y todo es ilusorio, la única creencia que te puede orientar en dirección salida es la que más se acerca a la verdad, que es que todo esto es un sueño y que nada está ocurriendo en realidad. Pero ojo, lo anterior por si solo no lleva a cabo la corrección que tu mente necesita para volver a recordar tu condición. Es un vano ejercicio que te lo repitas mil veces, aunque digamos, es la predisposición correcta tenerlo siempre presente.
Tú sol@ no puedes llevar a cabo la corrección de los errores (malas decisiones) que cometiste en tu mente puesto que, sintiéndote culpable por ellos, los rechazastes para ocultarlos y olvidarlos en tu subconsciente, haciéndolos inaccesibles, por lo que ahora es crucial que recibas la ayuda de aquella parte de tu mente que aún permanece despierta, que es quien conoce dichos errores, pero de la que también te desconectaste (el ES, tu yo superior, tu guía interior…). Solo ella puede sanarte cuando te permitas examinar dichos errores en su luz en el proceso que el Curso llama perdonar (Expiación). No voy a explicar esto otra vez aquí. Si quieres saber más dirígete a mis otros post al respecto visitando alguno de estos enlaces:
https://revelatuvida.blogspot.com/2020/11/la-expiacion-en-un-curso-de-milagros.html https://revelatuvida.blogspot.com/2021/01/la-expiacion-como-defensa-1-parte.html https://revelatuvida.blogspot.com/2020/06/aprender-perdonar-los-tres-pasos-del.html
Recuerda: nada de lo que está sucediendo es real porque lo que puede cambiar, comenzar y terminar, no puede ser cierto. Los errores de tu mente tampoco son ciertos. Solo Dios Es, y todo lo creado por Él comparte su naturaleza inmutable y eterna. En el sueño del mundo todo cambia a través de la dinámica de la percepción. Así la bondad y la maldad, de la que ya hemos hablado, es la percepción opuesta de una misma cosa. El nacimiento y la muerte son dos estados diferentes de la experiencia del sueño; y el amor cuyo contrario es el odio, un mismo sentimiento manifestado de formas contrarias una de la otra. En el mundo todo es relativo e imaginario, y lo que hoy es, mañana no es. Por eso nada ilusorio tiene valor alguno sino como medio de aprendizaje para acercarte a lo que no es ilusorio, a la verdad, donde se encuentra tu libertad.
En consecuencia, mientras estés atrapado por el sueño no conocerás la verdad, ni la libertad ni conocerás el Amor. Sólo desde la libertad se puede amar verdaderamente.
El proceso de liberación, que he representado simbólicamente en este dibujo (y bautizado como “espiral de Averli”) es ¡DESPERTAR!, y es lo inverso a la espiral hipnótica que nos trajo hasta aquí. ¿Has visto esas espirales hipnóticas dando vueltas? La liberación discurre en sentido contrario. El perdón (o Expiación) te saca del sueño progresivamente, vuelta a vuelta, nivel a nivel, en lugar de meterte en él: el Amor te acerca a la verdad que te hace un poco más consciente y más libre, que a su vez te permite amar un poco más, lo que te permite conocer un poco más y mejor la verdad, que te permite ser un poco más libre… y así sucesivamente hasta que alcanzas la libertad plena. Es otra manera de ver el deshacimiento del ego o de los obstáculos a la paz. Paz, libertad, Amor...
Dedicarte al propósito de alcanzar tu libertad no quiere decir que no puedas tener otros propósitos de vida al mismo tiempo y disfrutarlos, si así lo deseas, pero como propósitos secundarios, perfectamente compatibles con tu principal propósito que será el de ser libre.
Tu propósito ya no será ser bueno, porque ser solamente bueno no te libera, y porque ser libre tiene otros muchos aspectos implícitos, uno de los cuales es la bondad (la mansedumbre dice UCdM). Buscar la libertad te avocará a alcanzar algún día las características de los Maestros de Dios (confianza, honestidad, tolerancia, mansedumbre, júbilo, indefensión, generosidad, paciencia, fe y mentalidad abierta). ¿Qué más puedes desear?
En resumen, alcanzar la libertad te hace bondadoso, pero ser solamente bueno no te hace libre. Además, la libertad tiene la ventaja adicional que supone no dejarse manipular y avasallar por los que practican la maldad. La vida espiritual no es sinónimo de sacrificio ni de dolor sino de fortaleza, a la vez que de bondad. Te adiestras en la fortaleza de un León pero con la inocencia de un cordero. La bondad con fortaleza practicada con los “malos” les rescata de su propia maldad. La mal llamada bondad (el buenismo o bondad débil) practicada con los malos solo los hace más malos y crueles.
Te dejo este enlace para que escuches esta canción que encontré buscando en interné, aunque la letra no me termina de gustar, juega al despiste ya que parece llamarte a mirar hacia afuera, y de lo que se trata es de que mires hacia adentro; así que me veo en la necesidad de re-interpretarla (con todo el respeto para el grupo musical, no le quito mérito):
Tú eres el cordero y el león (tu espíritu, semejante a Dios, tu verdadero yo). Dios está en ti y puedes liberarte sin esperar a que llegue ningún mesías ni la salvación desde afuera, pues nada real y verdadero puede llegar desde un mundo ilusorio (vana fantasía). El sacrificio de sangre y pecado solamente es la renuncia a tu mente-ego; ¿Cómo puede ser eso un sacrificio?, aunque es verdad que lo parece porque el ego se resistirá y luchará. Al final todos los errores de tu mente se postrarán (se des-harán) ante la presencia del espíritu en tí (El Espíritu Santo).
Que la disfrutes mientras interpretas la letra como quieras. ¡Eres libre!
https://www.youtube.com/watch?v=4buMPUpGPB4
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