sábado, 13 de junio de 2020

Aprender a perdonar. Los tres pasos del perdón (1ª Parte)


Introducción

Desde que empecé a escribir sobre UCdM me he referido infinidad de veces el perdón haciendo breves descripciones de él, pero apenas ahora me doy cuenta que no había dedicado un solo post a desgranarlo, y sobre todo a describir cómo es su proceso siendo como es la piedra angular de las enseñanzas de UCdM y del E.S. (Espíritu Santo). Por eso vengo a corregir ese vacío con este artículo que ha resultado ser más extenso de lo que pensaba, por lo que al final he creído conveniente dividirlo en tres partes; nada que ver con los tres pasos del perdón. Considero buena idea leerlo despacio y reflexionar cada parte antes de entrar en la siguiente, aunque habrá quienes lo quieran leer todo de una vez. Cada cual puede escoger la manera que considere oportuna. 

Sin más, empezamos. 
The western wall - Ri Butov en Pixabay

¿Qué es el perdón en UCdM? 

El perdón del que estamos hablando no es el perdón tradicional entendido como aquel que concedes en un acto de superioridad moral. El problema de este tipo de perdón es que confieres realidad a lo que otros “te” hacen, primero ofendiéndote y luego teniendo que hacer el esfuerzo por des-ofenderte e indultar tu pena, sea la que sea que hayas dictado sobre la persona o personas que hicieron lo que fuera que te afectó (ésto incluye también lo que crees te has hecho a ti mismo). Pero... ¿qué tal si alguien sin querer "te" produjo un daño? Muchas veces queremos pensar que fue intencional, adrede, pero imagina que es sin querer. Tú no lo sabes pero ya has dictado sentencia. Otras veces tú no sabes lo que ha hecho la otra persona, lo desconoces y por lo tanto no te sientes mal hasta que lo descubres. Los dos casos anteriores demuestran que nunca es el hecho en sí lo que te hiere sino la interpretación que tú haces de él. Aún así, cuando te has sentido atacado o menoscabado, el ego siempre exige algún tipo de compensación. Como dice el dicho “tú te lo guisas y tú te lo comes”. ¡Todo está en tu mente! Incluso cuando te quieren hacer daño a conciencia te ofendes conforme a tu propia escala de valores, tu percepción, tu estado anímico y/o tu visión de los hechos; y es entonces si decides perdonar del todo, perdonar a medias o no perdonar en absoluto. 

En lo social, contamos un sistema de justicia igualmente basado en el ego que trata de ser igualitario, utilizando el castigo como herramienta para corregir y cambiar al trasgresor, pero la experiencia demuestra que éste sistema casi nunca funciona. Una vez hecho realidad el error, las personas vuelven a repetir sus comportamientos porque se terminan identificando con ellos; piensan “soy así, es mi condición y por eso me condenaron”. Pero ¿qué dice UCdM al respecto? 

Tú no te puedes corregir a ti mismo. ¿Cómo ibas a poder entonces corregir a otro? Puedes, no obstante, verlo verdaderamente, puesto que te es posible verte a ti mismo verdaderamente. Tu función no es cambiar a tu hermano, sino simplemente aceptarlo tal como es. Sus errores no proceden de la verdad que mora en él, y sólo lo que es verdad en él es verdad en ti. Sus errores no pueden cambiar esto, ni tener efecto alguno sobre la verdad que mora en ti. Percibir errores en alguien, y reaccionar ante ellos como si fueran reales, es hacer que sean reales para ti. No podrás evitar pagar las consecuencias de esto, no porque se te vaya a castigar, sino porque estarás siguiendo al guía equivocado, y, por lo tanto, te extraviarás.(T-9.III.6)

¡Ojo! Aceptar a alguien como es no significa que seas permisivo y que no tengas que hacer nada con respecto a esa persona si lesiona tus derechos, tu integridad física o la de los demás. Cada caso tendrá su tratamiento particular en el que no puedo entrar, pero normalmente nos apresuramos a juzgar sin entrar en más razones, sobre todo a desearle cosas y a decidir lo que le conviene o conviene hacer a la otra persona. 

Cualquier intento que hagas por corregir a un hermano significa que crees que puedes corregir, y eso no es otra cosa que la arrogancia del ego. La corrección le corresponde a Dios, Quien no conoce la arrogancia.(T-9.III.7.8-9)

El perdón que proclama un UCdM es diferente y mucho más sencillo que lo que entendemos por el perdón común, aunque puede que a tu ego, acostumbrado a tratar de controlar, le pueda parecer demasiado laxo y fantástico a la vez. Primero porque tú tomas responsabilidad sobre lo que sucede en tu vida cuando te elevas espiritualmente hasta identificarte con la Mente que proyecta el mundo, de manera que lo que supuestamente pasó es una proyección propia, algo que tú mismo te has causado a ti mismo aunque sin consecuencias reales ya que el mundo y nuestra experiencia en él son un sueño. Pero al ego, como digo, identificado con los diferentes personajes, no le parecerá así en absoluto y tardará bien poco en alzar la voz para presentar todo tipo de quejas y alegaciones. 

El secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo. No importa cuál sea la forma del ataque, eso sigue siendo verdad. No importa quién desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso sigue siendo verdad. No importa cuál parezca ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue siendo verdad. Pues no reaccionarías en absoluto ante las figuras de un sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando. No importa cuán odiosas y cuán depravadas sean, no podrían tener efectos sobre ti a no ser que no te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio sueño. (T-27.VIII.10)

El segundo punto es que si no ocurrió nada sino imaginariamente no tienes que perdonar nada. No se trata de que niegues lo que ha ocurrido. ¡Claro que ha ocurrido en el nivel de esta dimensión espacio-temporal que estamos experimentando como vida!. Negarlo no servirá de nada. Pero es importante entender que nada de lo que ocurre aquí ocurre en términos absolutos y reales, ni tiene consecuencias para tu Ser el cual es y será siempre semejante a Dios, inmortal, inmutable, inconmensurable... El perdón de UCdM es aquel que no necesita perdonar porque es el simple reconocimiento de que todo trascurre en un sueño ilusorio. El tiempo, el espacio, tu personaje, el mundo...todo, menos tu ser consciente, inmutable, inmortal que observa desde la invisibilidad es falso. Aunque como digo, el ego se va a retorcer por lo sucedido empeñándose en que ha sido muy real, ofensivo y fatal para él y para el personaje que cree estar representando, ya que en ello va su propia integridad como creencia.

El perdón reconoce que lo que pensaste que tu hermano te había hecho en realidad nunca ocurrió. El perdón no perdona pecados, otorgándoles así realidad. Simplemente ve que no hubo pecado. Y desde este punto de vista todos tus pecados quedan perdonados. ¿Qué es el pecado sino una idea falsa acerca del Hijo de Dios? El perdón ve simplemente la falsedad de dicha idea y, por lo tanto, la descarta. Lo que entonces queda libre para ocupar su lugar es la Voluntad de Dios.(C-3.1) 

Dicho de otra manera, el perdón del E.S. nunca condena porque no percibe ofensa alguna (o error); por eso empieza a funcionar desde el mismo instante en que la ofensa parece comenzar a producirse, que es cuando despierta la respuesta del ego. No sé si te has dado cuenta ya, pero el perdón de UCdM requiere que hayas conectado en cierto grado con tu Ser interior. Tu capacidad de perdonar conforme a los principios que el curso postula depende en proporción directa de la conexión que hayas creado con tu Ser. Perdonar a través del Espíritu Santo se convierte así en la sencilla acción de observar desde tu Ser más allá del error haciendo que éste nunca sea real para ti; algo muy difícil de conseguir si estás identificado con su ego quien primero ve el error y luego trata de cancelarlo. 

No dejes que ninguna creencia que afirme que el error es real se infiltre en tu mente, o creerás también que para poder ser perdonado tienes que deshacer lo que tú mismo has hecho. Lo que no tiene efectos no existe, y para el Espíritu Santo los efectos del error son inexistentes. Mediante la cancelación progresiva y sistemática de los efectos de todos los errores, en todas partes y con respecto a todo, el Espíritu Santo enseña que el ego no existe y lo demuestra. (T-9.IV.5.4-6)

Sin duda, esta manera de perdonar es revolucionaria en cuanto que es diferente porque rompe la manera de pensar del ego. De hecho, ese es su propósito, romper al ego en pedazos hasta deshacerlo por completo. 

Tú sueñas con un ego separado y crees en el mundo que se basa en él. Todo ello te parece muy real. No puedes deshacerlo sin cambiar de mentalidad al respecto. Si estás dispuesto a renunciar al papel de guardián de tu sistema de pensamiento y ofrecérmelo a mí, yo lo corregiré con gran delicadeza y te conduciré de regreso a Dios.(T-4.I.4.4-7)

Como puedes comprobar, el perdón del ego y el perdón del E.S. son totalmente opuestos. El ego afirma que el error (o pecado como le gusta llamarlo a él) es real y hay que castigarlo para corregirlo y hacer justicia. El E.S. afirma todo lo contrario, que no existió ningún error y que por lo tanto no hay que hacer nada. Cuando adoptas el tipo de perdón del E.S. en realidad estás aceptando un cambio en tu sistema de pensamiento con el objetivo de escapar de la cárcel del mundo que tú mismo has creado.

Vivimos en un mundo constituido por ideas o creencias, la mayoría de las cuales nos mantienen aprisionados dentro de él, aunque hay otras pocas que conducen afuera porque apuntan a la verdad. Tomar por Guía al E.S. es un paso determinante en tu vida en el que tú te eliges a ti mismo para buscar esa verdad velada por este mundo de ilusión; ello porque tienes tus motivos bien justificados: Has descubierto que aquí nunca llegarás a ser verdaderamente feliz pues, cada vez que pareces serlo algo ocurre que esa felicidad se desvanece con la misma facilidad conque se deshace una pompa de jabón, y tú ya no quieres jugar más a ese juego. Lo que quieres ahora es alcanzar la paz de forma permanente.
Soap - bubble - Gerd Altmann en Pixabay

(…) El objetivo del Espíritu Santo es ayudarnos a escapar del mundo de los sueños, enseñándonos cómo cambiar nuestra manera de pensar y cómo corregir nuestros errores. El perdón es el recurso de aprendizaje excelso que el Espíritu Santo utiliza para llevar a cabo ese cambio en nuestra manera de pensar. (...).(Prefacio de UCdM, ¿Qué postula? Párrafo 3º)

* * *


No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Barca de la Alianza

Pr ólogo    Judea, siglo I. La tierra entera contiene el aliento. Es un tiempo en que Judea espera al Mesías que rompería el yugo roman...