Hoy, para variar, presento algunos ejercicios de auto-indagación. Asegúrate de no leer las conclusiones hasta que hayas respondido a las preguntas. Espero que te resulten de utilidad.
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Ejercicio nº 1: ¿Con quien me identifico?
Observa atentamente las tres figuras de la carta “Renacer” (Rebirth) del tarot de Osho.

En ella se describe la evolución de la conciencia tal como lo hace el libro “Así habló Zaratustra” escrito por Friedrich Nietzsche. Primero tenemos un camello adormecido, el cual es obediente, conformista y preocupado por la opinión de los demás. Cuando nos damos cuenta que desperdiciamos la vida como camellos surge el león empezando a decir ¡no! a las demandas de los demás. Finalmente surge el niño interior, que no es ni conformista ni rebelde, pero sí inocente, espontáneo, viviendo en armonía consigo mismo y con todo.
Preguntas:
1) De los tres, ¿Con quién te sientes más identificado en este momento?
2) ¿Quién o Qué es el “Yo” dentro de ti que se identifica con ese personaje que has elegido en la pregunta interior?
3) ¿Puede evolucionar ese Yo?
4) Sólo en caso de que hayas respondido "no"... ¿Qué es realmente lo que evoluciona?
Conclusiones:
1. Yo no soy mi personaje.
2. Lo que evoluciona es el pensamiento acerca del personaje, el cual se ve luego reflejado externamente en la forma de comportarte.
3. El Yo que observa nunca evoluciona, nunca cambia pues siempre Es. Puedes hacerte consciente de él o no, pero siempre está ahí de manera inmutable e inmortal.
2. Lo que evoluciona es el pensamiento acerca del personaje, el cual se ve luego reflejado externamente en la forma de comportarte.
3. El Yo que observa nunca evoluciona, nunca cambia pues siempre Es. Puedes hacerte consciente de él o no, pero siempre está ahí de manera inmutable e inmortal.
Ejercicio nº 2: Siente la perfección
water - Arek Socha en Pixabay
En cada persona coexisten dos sistemas de pensamientos. Uno es el del ego o mentalidad errónea, y otro es el del espíritu o mente recta. Los dos son opuestos y auto-excluyentes. No pueden funcionar los dos a la vez, aunque ahora puedes pensar con uno y a continuación con el otro, alternándolos.
El sistema de pensamiento del ego está basado en creencias; la principal es la separación, lo que induce a los deseos (debo/debería de hacer ésto o lo otro para conseguir aquello de lo que estoy separado). Es también relativo, cambiante y evolutivo porque ahora piensa que ésto es así pero mañana será de otra manera. Es caótico, descontrolado y realiza juicios de valor y análisis en un intento por controlar ese caos. Induce al miedo, la duda y la desconfianza. Genera intranquilidad. Genera ilusiones e irrealidad. Ve imperfección y deficiencias por todos lados.
El sistema de pensamiento del espíritu también está basado en creencias pero éstas son bien diferentes (opuestas a las anteriores) apuntando al conocimiento, a lo que es verdad. Por lo tanto, las creencias de este sistema de pensamiento son la unicidad, la no separación, la inclusión, el equilibrio, la perfección, la completud. Induce al amor, a la certeza y la confianza. Aporta paz. Reconoces la irrealidad de las ilusiones apuntando fuera de ellas. Es como el dedo de Buda que con serenidad y de forma inquebrantable apunta a la luna.
Preguntas:
1. ¿Qué es perfecto para ti?
2. Puede ser llegar a ser perfecto lo que está cambiando o es susceptible de cambiar a cada instante?
3. ¿Puedes ser feliz con lo que es cambiante, con lo que no es seguro?
4. ¿Qué hay de valor o cuál es el valor de lo que no es permanente?
5. ¿Puedes ser feliz viviendo con este tipo de pensamiento cambiante, caprichoso, temeroso, etc.?
6. ¿Por qué te aferras a él?
7. ¿Cómo podrías conectar con el sistema de pensamiento del espíritu?
Conclusiones:
1. Lo cambiante sólo es perfecto en el grado en el que tú lo aceptas como es en el momento en que lo percibimos. Hoy lo es pero maña posiblemente deje de serlo. Se trata de una perfección sólo temporal.
2. El sistema de pensamiento del ego no te permite ser feliz con lo que es cambiante, no de forma permanente. Puedes serlo por instantes o un periodo de tiempo determinado, pero luego algo vendrá a interrumpir esa felicidad.
3. La felicidad o infelicidad está en tu pensamiento acerca de las cosas, no en las cosas mismas.
4. Dejando de hacer juicios conectas con el sistema de pensamiento del espíritu con el que sí puedes ser feliz.
Ejercicio: Observa perfección (no dice observa la perfección, no, sino observa perfección). Observa con tu “ojo interno” todo como perfecto. Este instante es perfecto, es ahora, no deseas que sea en el pasado ni el futuro. Tú y la gente que hay en tu vida son la gente perfecta y necesaria para lo que necesitas; no sobra ni falta nadie. Los sonidos que puedes escuchar adentro como afuera en la calle son perfectos porque son los que se tienen que escuchar. Este ejercicio es perfecto tal como es y lo estás haciendo de la mejor manera que sabes; no lo puedes hacer mejor ni peor. El ritmo de tu respiración es perfecto porque te nutre de vida, no puedes vivir más o menos ahora forzando tu respiración. Los eventos que te han traído a este instante han sido perfectos para que todo se de como se está dando, etc.
storytelling - Tumisu en Pixabay
Imagina que eres un escritor o guionista. Has escrito el libro de la vida de un personaje (el que crees que eres) y te dispones a leerlo. Abres el libro por la página justo donde estás ahora, en este instante y empiezas a leer.
Pregunta: Si te metes en la piel del personaje ¿Qué puedes cambiar del guión?
Conclusión: Sólo puedes cambiar tu forma de ver las cosas y tus emociones al respecto.
Ejercicio nº 4: ¿Qué deseas? ¿Para qué, para qué, para qué, ... por qué?
matryoshka - Maria_Alberto en Pixabay
Piensa en este instante en cualquier cosa que puedas desear y/o hayas deseado últimamente.
Pregunta:
1) ¿"Para qué" quieres eso que deseas?
2) Vuelve a preguntarte para qué quieres el resultado del "para qué" de tu respuesta. Por ejemplo, si has deseado una casa más grande anteriormente y has contestado para invitar a tu familia o amigos, pregúntate para qué quieres llevar a tu familia y amigos a casa.
3) Sigue preguntándote sucesivamente "para qué" quieres éso. Cuando llegues al deseo “raíz”, que es el deseo más básico encubierto que da origen al primer deseo, y ya no puedas encontrar ningún otro por debajo, pregúntate por qué. ¿Qué se esconde detrás de ese deseo más básico?
4) ¿Qué o quien dentro de ti es el que desea? ¿Por qué? ¿Qué puedes hacer al respecto?
Conclusiones: Si aún deseas ese deseo básico tanto como el deseo último, es porque sientes que eso está fuera de ti, que no se está produciendo en este momento. Te estás identificando con tu personaje.
Ejercicio nº 5: Salvar al mundo
idea - Arek Socha en Pixabay
Si pudieras salvar al mundo. ¿Lo harías? Seguramente respondas que sí, pero la primera pregunta que te harías una vez aceptaras la misión sería: ¿Cómo puedo hacerlo?
¿Y si te digo que no tienes que hacer nada? El mundo es mental, no es físico. Lo físico es sólo un nivel de manifestación de lo mental, su efecto. La salvación está en la mente del que observa. Por lo tanto, si el juicio condena al mundo, lo que tienes que hacer para salvarlo es observarlo con inocencia.
Ejercicio: Observa a cualquier ser viviente en el mundo, persona, animal o planta, cualquier paisaje o escena que despierte tu condena, tu resentimiento, tu pena, tu disconformidad, tu indignación, etc, y sin juzgar ve inocencia en ello. Para observar la inocencia es necesario que no te quedes enganchado en la forma material que presenta el objeto de tu mirada. Tampoco en ningún juicio acerca de la historia que esa forma tiene asociada. Es necesario que intuyas que detrás de la imagen que ves está tu espíritu. ¿Puedes ahora observar inmortalidad subyacente detrás de cada forma de vida? ¿Puedes observar la infinitud, la eternidad debajo de ella?
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