jueves, 12 de abril de 2018

Lección 130 de Un Curso de Milagros

Es imposible ver dos mundos

1. La percepción es congruente. Lo que ves refleja lo que piensas. Y lo que piensas no es sino un reflejo de lo que quieres ver. Tus valores determinan esto, pues no puedes sino desear ver aquello que valoras, al creer que lo que ves existe realmente. Nadie puede ver un mundo al que su mente no le haya conferido valor. Y nadie puede dejar de ver lo que cree desear.
2. Sin embargo, ¿quién puede odiar y al mismo tiempo amar? ¿Quién puede anhelar aquello que él no desea que sea real? ¿Quién puede elegir ver un mundo del que tiene miedo? El miedo no puede sino cegar, pues ésta es su arma: que no puedes ver aquello que temes ver. El amor y la percepción, por lo tanto, van de la mano, pero el miedo oculta en las tinieblas lo que se encuentra ahí.
3. ¿Qué puede, entonces, proyectar el miedo sobre el mundo? ¿Qué puede verse en las tinieblas que sea real? La verdad se ve eclipsada por el miedo, y el resto es todo imaginado. Mas ¿qué puede ser real en las ciegas imaginaciones nacidas del pánico? ¿Qué es lo que quieres para que sea esto lo que se te muestra? ¿Qué ibas a querer conservar de un sueño así?
4. El miedo ha dado lugar a todo lo que crees ver: a toda separación, a todas las distinciones y a la multitud de diferencias que crees que configuran el mundo. Ninguna de estas cosas existe. El enemigo del amor las inventó. Mas el amor no puede tener enemigos, de modo que no tienen fundamento, existencia o con secuencia alguna. Se les puede atribuir valor, pero siguen siendo irreales. Se puede ir en pos de ellas, mas no se pueden hallar. Hoy no iremos en su busca ni desperdiciaremos el día buscando lo que no se puede hallar.
5. Es imposible ver dos mundos que no tienen nada en común. Si vas en pos de uno, el otro desaparece. Sólo uno de ellos puede permanecer. Ambos constituyen la gama de alternativas que tienes ante ti, más allá de la cual no hay nada que puedas elegir. Lo real y lo irreal son las únicas alternativas entre las que puedes elegir. No hay ninguna otra.
6. Hoy intentaremos no transigir allí donde es imposible hacerlo. El mundo que ves es la prueba de que ya has elegido algo que es tan completamente abarcador como lo es su opuesto. Lo que deseamos aprender hoy es algo más que la simple lección de que no puedes ver dos mundos. Esta lección enseña también que el mundo que ves es completamente congruente desde el punto de vista desde el que lo contemplas. Es un solo bloque porque procede de una sola emoción, y su origen se ve reflejado en todo lo que ves.
7. En seis ocasiones hoy, llenos de gratitud, dedicaremos gustosamente cinco minutos al
pensamiento que pone fin a toda transigencia y a toda duda, y las transcenderemos todas como si de una sola se tratase. No haremos miles de distinciones sin sentido, ni intentaremos conservar una pequeña porción de la irrealidad cuando consagremos nuestras mentes a hallar sólo lo que es real.
8. Comienza tu búsqueda del otro mundo pidiendo que se te conceda una fortaleza superior a la tuya, y reconociendo qué es lo que persigues. No deseas más ilusiones. Y te preparas para esos cinco minutos vaciando tus manos de todos los vanos tesoros de este mundo. Esperas la ayuda de Dios, según dices: Es imposible ver dos mundos. Permítaseme aceptar la fortaleza que Dios me ofrece y no ver valor alguno en este mundo, para así poder hallar mi libertad y mi salvación.
9. Dios estará allí, pues habrás invocado el formidable e infalible Poder que, lleno de gratitud, dará este gigantesco paso contigo. No dejarás de advertir Su agradecimiento expresado en una percepción tangible y verdadera. No dudarás de lo que contemples, pues aunque se trate de una percepción, no se trata de una de la que tus ojos por sí solos hayan visto jamás. Y sabrás que la fortaleza de Dios te respaldó cuando tomaste esta decisión.
10. Rechaza hoy de inmediato cualquier tentación que se presente, recordando simplemente la gama de tus alternativas. Pues lo que ves, y lo único que ves, es lo irreal o lo real, lo falso o lo verdadero. La percepción es congruente con tu elección, y según elijas, experimentarás el Cielo o el infierno.
11. Acepta una pequeña parte del infierno como real, y habrás condenado tus ojos y maldecido tu vista, y lo que contemples será ciertamente el infierno. No obstante, la liberación que te ofrece el Cielo sigue estando a tu alcance como una de las alternativas que puedes elegir para que ocupe el lugar de todo lo que el infierno quiere mostrarte. Lo único que necesitas decirle a cualquier parte del infierno, sea cual sea la forma que adopte, es esto: Es imposible ver dos mundos. Lo único que deseo es mi libertad y mi salvación, y esto no forma parte de lo que quiero.
* * * 
Reflexión: Lo que demuestra que existe una coherencia genuina en los ejercicios de UCdM es que, sin hacerlo intencionadamente, cuando escribo sobre una lección, ya me estoy adelantando a la siguiente. Citaba en la lección 129 esta célebre frase de las escrituras: "El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama". También existe esta otra: "Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas del mundo". No creo que Jesús insistiera con tanto ahínco en la elección a favor de una de las partes de esta dualidad para nada. Está claro su mensaje: No se puede ir en dos sentidos diferentes al mismo tiempo y no existe un punto medio en el que puedas permanecer parado tratando de conservar los dos. Vuelvo a insistir en la frase del curso: "no existen pensamientos neutros" pues no puedes invertir tu forma de pensar manteniendo tus viejas creencias y estructuras. ¿Entiendes ahora este otro pasaje?: "Nadie corta un trozo de un vestido nuevo para arreglar un vestido viejo. De hacerlo así, echará a perder el vestido nuevo; además el trozo nuevo no quedará bien en el vestido viejo. Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo hace que los odres revienten, y tanto el vino como los odres se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en odres nuevos. Y nadie que beba vino añejo querrá después beber el nuevo, porque dirá que el añejo es mejor".

La lección de hoy quiere que entiendas qué sistema de pensamiento estás apoyando, porque aquel que elijas será el que expandirás y marcará el rumbo de tu vida. Tienes que elegir uno irremediablemente. Y al igual que iniciaba este post con el tema coherencia, tú también tienes que volverte coherente siendo firme en tu elección a favor de uno de ellos. Es cierto que una vez que lo hagas, si te has decidido por la verdad siguiendo las indicaciones que el curso enseña, tu pensamiento empezará a invertirse con respecto a la forma de pensar del mundo, por lo que es normal que vivas un periodo de caos y adaptación, en el que te sentirás perdido, desorientado. Cárgate ahora de valor y de paciencia. Eso significa nada más que el cambio se está produciendo dentro de ti. El curso lo menciona de la siguiente manera: 

"No temas que se te vaya a elevar y a arrojar abruptamente a la realidad. El tiempo es benévolo, y si lo usas en beneficio de la realidad, se ajustará al ritmo de tu transición. Lo único que es urgente es desencajar a tu mente de la posición fija que ha adoptado aquí. Ello no te dejará desamparado ni desprovisto de un marco de referencia. El período de desorientación, que precede a la transición en sí, es mucho más corto que el tiempo que tardaste en fijar tu mente tan firmemente en las ilusiones. Cualquier demora te hará ahora más daño que antes, debido únicamente a que te das cuenta de que es una demora, y de que realmente es posible escapar del dolor".
(T-16.VI.8)

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