lunes, 24 de mayo de 2021

Profecías y profetas (Humor)

Profetas no son solamente los clásicos, esos de los que algunos escuchábamos hablar en las clases de religión de la madre Elisa, o en la lectura de la misa de los domingos y fiestas de guardar. Me refiero a los profetas bíblicos, Ezequiel, Daniel, Isaías, Joer, ¿...?. Perdón, Joel. También son profetas esos que luego, unos cuantos años más tarde, empezamos a conocer de manera atípica mediante algún libro extraño llegando a nuestras manos, como Michel de Nostradamus y sus profecías; o todos los que empezaron a hacerse conocidos con la irrupción y generalización de internet. Hablo, éstos últimos, de Parravicini, Egdar Cayce, Xico Xavier, Baba Vanga, San Malaquías, etc, por citar algunos de los más famosos. No son los únicos pues son también "profetas" a menor escala, los tarotistas, los políticos y todos aquellos que se dedican y/o se ganan la vida vendiendo sus palabras por interés, o venden su interés con palabras. De últimas, todos somos profetas en algún grado cuando en la forma más popular de predicción exclamamos convencidos "¡te lo dije!". Los poderes psíquicos es algo que todos poseemos pero que no todos hemos desarrollado por igual.
fortune-telling - Tumisu en Pixabay

El mundo onírico en el que vivimos se caracteriza por ser un laberinto de caos sinsentido. En él las palabras son un reflejo de la Mente que nos sueña y de la que formamos parte, de sus deseos e ilusiones, pero también de sus miedos, inquietudes y preocupaciones. No me hartaré de repetir hasta la saciedad, para los que me leéis por primera vez y para que no caigáis en la suspicacia o el espanto, que Un Curso de Milagros (UCdM) explica que el mundo es un sueño del Hijo de Dios y que yo escribo en base a UCdM. Por lo anterior, no voy a entrar a explicar aquí otra vez de nuevo la metafísica del curso ni que el guión del mundo ya está escrito. Pero si eres nuevo y estás realmente interesado puedes hacerlo pinchando en los enlaces que dejo a los post's relacionados dos líneas más arriba en cursiva negrita. Será un reto para ti leerlos, aceptarlos sin juzgar con mente abierta, y si aún sigues con ganas, regresar acá y terminar este artículo.

Volviendo al tema de este post, quiero aclarar que la capacidad de predicción sólo se puede explicar por el hecho de que el sueño del mundo ya tuvo lugar, pero ahora lo revivimos recordándolo desde distintos puntos de vista encarnando múltiples personajes. Las constantes decisiones que parecemos tomar y sus posibles finales y/o consecuencias ya están previstos, funcionando todo este sistema igual que sucede en un video-juego. El argumento no es más que el deseo por el logro de diferentes metas y promesas de felicidad que luego no lo son tanto, pero que resultan tan atractivas que nos mantienen enganchados en el juego; esto hasta que el soñador cansado, frustrado, dolorido y despabilado elige, guiado por la mente recta (su Yo superior, intuición, guía angelical, ES o como quieras llamarlo), la opción que lo despierta, desidentificándose con su personaje. Entonces, queda finalmente liberado. ¡Game over!

Formando parte importante del sueño que, he dicho, se asemeja a un video-juego, las palabras (a veces unidas a imágenes intuitivas), orbitan alrededor de los hechos que parecen tener lugar. Las palabras los preceden, los acompañan o los recuerdan una vez han ocurrido, presentándose como la guarnición, el adorno, el acompañamiento, símbolos de símbolos como las llama UCdM, aunque me pese decirlo a mí que hago tanto uso de ellas; pero el asunto es que sin ellas no hay profetas ni profecías.
Profecía de Benjamín Solari Parravicini del año 1939 correspondiente al atentado del 11 de Septiembre de 2001 al Word Trade Center de New York: "La libertad de Norteamérica perderá su luz. Su antorcha no brillará como ayer y el monumento será atacado dos veces" - Tomado de la WEB

Y por razón de que las palabras son puro oropel, muy atrayentes al sentido del oído, las profecías también lo son; puro entretenimiento para la mente inquieta que agitándose en la especulación trata de atrapar el próximo acontecimiento, el cómo, el cuándo y el dónde. Las profecías constituyen de este modo un combustible para la mente errónea, la cual intenta cambiar su propio sueño de uno malo a otro mejor; una distracción que la mantiene en marcha en un bucle que se retroalimenta a sí mismo. 

Pero un sueño no es más que un sueño y las ilusiones nunca podrán ser reales, aunque desde adentro de él lo parezcan y parezcan tener consecuencias para nosotros como protagonistas; aunque dichas consecuencias no afectan a lo que es verdad en nosotros, lo cual es absoluto e inalterable al tratarse de nuestra esencia divina semejante a Dios. 

Los profetas y sus profecías confieren realidad al sueño. Los sueños, que siempre producen emociones contrapuestas entre el amor y miedo, reflejan un estado de imposibilidad de la Mente del Hijo de Dios la cual es un escape del estado pleno de Unidad con el Padre hacia una suerte de aventura de separación en donde la carencia hará acto de presencia con más o menos intensidad. Es la manifestación de la dualidad consecuencia de la percepción, donde todo lo que se manifiesta lo hace invertido a como en el Cielo, como sucede en un espejo. En ese estado irreal, las profecías son el mecanismo que usa la Mente-ego del Hijo de Dios para tratar de controlar su propias proyecciones, al tiempo que mantiene su fantasía en funcionamiento. Esa fantasía toma la forma del Universo con todo su contenido, y la Mente-ego que lo sueña a su vez toma la identidad de su dios creador, un dios semejante al del antiguo testamento, amante de los sacrificios, vengativo y cruel, el cual confundimos con el Dios absoluto todo amoroso que anunció Jesús en su evangelio y que no tiene nada que ver con este mundo. Por eso este Universo nunca dejará de ser un lugar de desigualdades, de abundancia en un lugar pero de carencias en otro, de felicidad en un tiempo pero de terror en otro, regentado por un Dios caprichoso, una veces tiránico y otras justiciero.

Las profecías, como producto del ego, además te mantienen esclavo del tiempo y de la culpabilidad, pues si no haces "lo que debes, lo correcto" la profecía se cumplirá. El ego tiene por base principal la culpa que la Mente del Hijo sintió al creerse separar de Dios. Sin culpa no hay ego que valga, no hay sueño, no hay tiempo y sólo queda el eterno ahora que abre paso a la verdad eterna, a la inmortalidad del Ser a la que tanto envidia y teme a la vez el ego porque Ser supone la desaparición del ego. Así que cuando vives en base a profecías siempre es bajo la amenaza constante del final de los tiempo, con temor y con culpa, atrapado en el ego y en este sueño que llamamos vida sin serlo.
El juicio final de Miguel Angel en el Vaticano no significa la separación de los buenos de los malos como nos hace creer el ego. Es el fin del sueño de dualidad, la separación de la Verdad de lo que es falso e ilusorio, lo cual desaparece en la nada de donde surgió.

Por muy terrorífico que pueda resultar (para el ego), la única profecía con significado es aquella que predice lo inevitable al final de los tiempos, que es final y desaparición del mundo, el despertar del sueño con la llegada de la realidad, lo verdadero: ¡el Reino de los Cielos!. El ego temeroso, sin embargo y como no podía ser, identificándose con el cuerpo y el personaje que lo ocupa, asocia el final a múltiples acontecimientos, todos catastróficos, donde reinan la muerte y la destrucción total. Para el ego, la profecía del fin de los tiempos es terrible porque significa su desaparición. Para el espíritu, esa misma profecía es dulce, esperanzadora, porque habla de su liberación. 

UCdM sólo menciona la palabra "profecía" una sola vez en toda su extensión, dándonos a entender que sólo hay una única profecía cierta, la del fin de la ilusión y con ella la del pecado, la culpa y el miedo; es por lo tanto una profecía dichosa. Además nos invita a adelantarla entrando en un estado de recogimiento interior de quietud y silencio para que podemos recordar la verdad, a Dios. Dice:

La hora de la profecía ha llegado. Ahora es cuando las antiguas promesas se honran y se cumplen sin excepción. No queda ningún paso que el tiempo nos pueda impedir dar. Pues ahora no podemos fracasar. Siéntate en silencio y aguarda a tu Padre. Él ha dispuesto que vendrá una vez que hayas reconocido que tu voluntad es que Él venga. Y tú nunca habrías podido llegar tan lejos si no hubieses reconocido, por muy vagamente que fuese, que ésa es tu voluntad. (Libro de Ejercicios. Intro. a la 2ª Parte. 5, UCdM)

Todas las profecías dejan de ser profecías "ahora", cuando vives en el momento presente desde tu mente recta, la parte de tu mente despierta semejante a la del Cristo, el ES. En ella no hay miedo ni culpa, sólo pura inocencia y dicha. Se disuelven entonces todas las fantasías porque tu deseo y tu voluntad es estar de nuevo junto a Dios. No es que te separaras de Él sino ilusoriamente cuando una alocada idea cruzó tu mente y te tentó con la creencia de que la separación era posible, y entraste en un estado de enajenación (inconsciencia o sueño) para experimentar por tu cuenta como sería el sentirte especial. Pero siempre has permanecido junto a Él, protegido de todo mal, aunque creyéndote en el exilio, en lugares lejanos y peligrosos. Más con cada instante que guardas silencio y vas a Él, la hora de la única y verdadera profecía se adelanta un millar de años, hasta que llegue un instante en que se consume su recuerdo y todo vuelva a ser como era antes. 

Y ahora, un chiste: 

En un manicomio hay demasiada gente, así que el director reúne al comité de evaluación, y entre todos deciden que lo mejor es hacer una prueba de lucidez para soltar a los que demuestren estar más cuerdos; así se podrá aliviar la sobre-saturación en la que se encuentra el centro. En el día de la prueba, el comité observa atento a través de una ventana simulada en la pared lo que sucede en la sala contigua, donde van entrando los candidatos uno a uno:

- ¡Soy el profeta enviado por Dios para anunciar el final de los tiempos! - grita el primer loco dirigiéndose a su reflejo en el espejo de la pared sin saber que es observado de frente.

A continuación entra otro loco en la habitación, y al escuchar lo que dice el primero se le acerca y le dice:

- Perdona pero... ¡yo soy el profeta enviado por Dios! Arderás en los infiernos por tu infamia. ¡El fin del mundo se aceeeerca!

En la sala de observación los miembros del comité de evaluación se miran de soslayo con cara de circunstancia y resignación, y hacen un gesto para que pase otro más. Mientras los dos locos anteriores discuten entra el tercero que se les queda observando atentamente y les pregunta:

- ¿Qué está pasando aquí?

El primer loco le contesta:

- ¡Soy el profeta enviado por Dios para anunciar el final de los tiempos!

A lo que el segundo replica:

- ¡Mentira! ¡El profeta enviado por Dios soy yo! No le hagas caso.

Entonces el tercer loco les dice:

- Está claro. Los dos estáis locos. Peor que eso: estáis como cabras.

En la sala contigua los miembros del comité entornan los ojos y se miran esperanzados haciendo gestos de aprobación acerca del tercer candidato, quien parece muy juicioso. Se van a poner de acuerdo para soltarlo cuando en el último instante éste va y suelta a los otros dos locos que aún pelean entre ellos:

- ¡SILENCIO! ¡Falsos profetas! ¡No lo sois ninguno de los dos! Que se sepa... ¿Cuándo os he enviado yo?

Ante lo visto, en el comité de evaluación el miembro más destacado, líder del partido político más votado, piensa:

- (Este tipo se cree que es Dios, pero soy yo aquí el que manda) - Se gira y se dirige a su asesora ejecutiva que también ha entrado a formar parte del comité para cobrar las dietas - ¿Qué dicen las cartas Manolita?

Manolita coge un mazo de tarot y lo esturrea por encima de la mesa.

- Uhm… dicen que te saldrá una férrea competencia, una voz contestataria, aunque te ama secretamente con locura. Si te ha gustado suscríbete a mi canal y dale a la campanita. Tilín, tilín..

- ¡Vaya! Menudo tipejo. No quiero que vaya por la calle poniéndome en evidencia. Sería malo para mi carrera política. Definitivamente no lo soltaremos.

Y piensa el director del manicomio:

- (Esso yaa loo vereeemoooos… mi amooor.)


* * * 

lunes, 10 de mayo de 2021

El deseo del ego de ser libre


Hoy empiezo con dos frases hechas que me han parecido muy oportunas para el tema que voy a tratar aquí. Intenta encontrar su relación. Si no lo consigues, no te preocupes. Las comentaré al final, y entonces lo verás más claro.

"Es más difícil engañar a alguien que convencerlo de que ha sido engañado”

- Mark Twain -

“Después de una persona que no tiene nada, la más peligrosa es la que lo tiene todo”
- Juan Nadie -
Cartel de la película "La habitación" 
- Tomado de la web -

En la película “La habitación” (The Room) de Christian Volckman, 2019, un matrimonio sin hijos se traslada a vivir a una casa aislada donde descubren una habitación que les concede todo lo que, estando dentro de ella, desean; pero nada de lo que le es concedido permanece en al exterior ya que envejece, se deshace o muere rápidamente.

El deseo de cualquier ilusión o quimera es ser libre. Pero para ello tiene que matar a su creador. Esa es la manera de pensar del ego quien cree haber atacado a Dios pecando contra Él, lo que acaba con Su Unicidad y Lo hace vulnerable, colocando a Dios en una situación de lucha constante contra el mal. Pero el más grande deseo oculto del ego es, sin duda, matarlo, destruirlo por completo y de esa manera el ego podrá ser libre, su propio dios creador de sí mismo.

Como sucede en la referida película, el ego quiere hacerse realidad él mismo y que todos sus deseos se hagan también realidad. Por reales me refiero a que no se acaben nunca, pero de todos es conocido que aquí en el mundo todo cambia y tiene un final. Si confrontas la ilusión poniéndola a prueba, se convierte en polvo. La quimeras (como el ego) no pueden sobrevivir fuera de la ilusión. Para que el Hijo de Dios fuese libre tendría que matar a Dios, pero eso es imposible siendo Él omnipotente, omnipresente. Además, el primero es una extensión del Segundo, sin separación alguna, por lo que sólo podría olvidar a Su Creador entrando en un estado de ensoñación. Sólo si se niega oníricamente a Dios puede lograrse una falsa separación. Es por eso que vivimos en una ilusión.

El anterior deseo tiene su expresión en el mundo cuando el ego se complace en matar a Dios en la cruz, pero como Éste siempre resucita, tiene que estar crucificándolo una y otra vez. Por eso el ego no quiere oír hablar de la resurrección y la celebra un sólo día al año. Los otros 364 días se complace en la adoración de la cruz como símbolo del sacrificio y de la muerte, pues la creencia en esta última es el triunfo del ego sobre Dios.

Fue Nietzsche quien dijo que todo acto o proyecto humano está motivado por la "voluntad de poder". Cuando digo “humano” estamos hablando por supuesto del ego. Esa voluntad de poder no es tan sólo sobre la voluntad de imponerse sobre otros, sino también de imponerse uno sobre sí mismo convirtiéndose en un superhombre, en un dios, lo que tiene expresión en la capacidad creativa y su coraje. Vemos expresado este mito constantemente en todos los superhéroes del cómic y en el cine, sin embargo éstos personajes no pueden escapar de una lucha constante, de una vida personal tormentosa que les persigue a cualquier parte para destruirlos al final, por muy poderosos que parezcan ser, ya que siempre surge un enemigo aún más poderoso.

El ego está como una cabra y Nietzsche, el pobre, no se quedó más atrás. Proclamó que Dios había muerto y que los dogmas morales del cristianismo (pacifismo, tolerancia, amor fraterno, etc.) son falsos, fruto de una filosofía débil. Con esto no quiero defender al cristianismo el cual también esta contaminado por el ego. Nietzsche decía:

«¿Queréis que el hombre bueno, sea modesto, diligente, bienintencionado y moderado? A mí se me antoja el esclavo ideal».

- Nietzche (La voluntad de poder) -

Su parte de razón no le faltaba, pero de tanto pensar terminó sufriendo un colapso mental. No me conozco su obra más de lo que la estudié en el bachillerato y no quiero profundizar en ella, ¡no vaya a ser contagioso!

La realidad es que sin Dios no somos nada, pura fantasía pues la libertad está a Su lado.


Sobre las dos frases al principio:

"Es más difícil engañar a alguien que convencerlo de que ha sido engañado”

- Mark Twain -

El engaño incluye el engañarse uno mismo y luego tratar de convencerse de lo contrario. Me refiero al ego el cual es un autoengaño; el mejor de todos. Una vez caes en él es muy muy difícil escaparte porque siempre mira hacia afuera. La prueba está en que es fácil ver el ego en los demás pero no el propio. Por eso resulta tan complicado autoconvencerte de su inexistencia. Pero la mejor manera que tiene el ego de convencerte de que es real es hacerte creer que es libre, independiente de "todos los demás". Las discusiones de ego contra otros egos son inútiles y una pérdida de tiempo, pero muy útiles para el ego, ya que lo refuerza. Sólo puedes escapar de ellas (de las discusiones), cuando te elevas al estado consciente de "observador". La honestidad es un valor que parte del "ser" y el ego no es nada honesto.
Convencer a alguien de que está equivocado, de que se ha dejado engañar, cuestiona su inteligencia y quiebra su orgullo, su ego. Nadie se quiere sentir imbécil, así que negará la verdad dando cuenta de su estupidez. Cuanto más insistas más se enrocará en su postura. Negar la verdad crea una falsa sensación de seguridad y libertad, de independencia y autosuficiencia. El ego se resistirá a reconocer que está equivocado porque se cuestionaría a sí mismo, quitándose autenticidad.

“Después de una persona que no tiene nada, la más peligrosa es la que lo tiene todo”
- Juan Nadie -

Una persona (me refiero a personalidad-ego) que no tiene nada es peligrosa porque necesitará todo para sobrevivir; entonces hará lo que sea necesario para obtenerlo. Una persona que lo tiene todo (me vuelvo a referir nuevamente a una personalidad-ego) es tan peligrosa como la anterior, o más, porque creerá saber lo que necesitan los demás decidiendo por ellos. Ahora, imagina a alguien imponiéndote todo tipo de límites e imposiciones; diciéndote qué tienes qué pensar, qué tienes que hacer, qué tienes que comer, qué tienes que vestir, cómo tienes que vivir... acabará con tu libertad. Bueno, ¡ejem!... No tienes que imaginar nada; basta con mirar a tu alrededor.
La persona que lo tiene todo o que tiene mucho (demasiado) tiene todo que temer porque temerá que las personas que no tienen nada se lo puedan arrebatar. Ha confundido su "libertad" con sus posesiones y/o con su situación privilegiada, su status. Sintiéndose bajo amenaza, el concepto que se ha creado de libertad le exigirá imponerse sobre todos los demás por lo que tendrá que doblegar, matar si es necesario, a quienes lo han ayudado precisamente a escalar a su posición. Así que la libertad del ego no es más que esclavitud.

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sábado, 1 de mayo de 2021

Todo opera para el bien


Una persona se embarca en un viaje lleno de riesgos, aventuras y dificultades para encontrar una lámpara mágica, pero cuando por fin la encuentra, el Genio que vive en su interior le concede un único deseo. La persona, entonces se lo tiene que pensar muy bien, medita y por fin pide lo que cree querer; pero al escucharlo, el Genio se recluye de inmediato dentro de la lámpara. La persona, desconcertada, después de mucho esperar a que el Genio vuelva a salir para que cumpla con su deseo, decide volverse por donde había venido. ¿Por qué? ¿Cuál fue el deseo que el Genio pareció ignorar?

Lamp - Clker-Free-Vector-Images en Pixabay

¿Qué mueve a una persona a embarcarse en una gran aventura sino la esperanza de lograr algún tipo de deseo? Para esta persona el deseo era el motor que le impulsó a dejar atrás lo que tenía, arriesgándose a sufrir para conseguir esas otras cosas que quería. La persona pensaba: “La lámpara me dará todo lo que quiero, y cuando lo tenga seré feliz”. Fíjate en la redundancia de su presunción: El deseo era tener algo (la lámpara) que le daría esos otros algos (cosas) que finalmente la harían feliz. Por encima de su deseo primario había colocado otros muchos deseos secundarios que tergiversaron la verdadera razón de su viaje. Así actúa la mente, dando revueltas, una tras otra, lo que hace que perdamos de vista las causas primeras, luego el hilo que las une con sus efectos, y por último que nos perdamos nosotros mismos olvidando quienes somos. 

De modo que esa persona, en un acto impulsivo, hace las maletas y se lanza a lo desconocido siguiendo una idea loca. Está firmemente esperanzada y no se rinde en su propósito de encontrar lo que busca, aunque atrás deje muchas cosas. Es el precio que tiene que pagar.

Por fin encuentra la lámpara. Su entusiasmo se sale, pero le dura poco. Cree que ese objeto mágico podrá hacer realidad todos sus deseos, aunque es una sorpresa desagradable que el Genio le diga que solamente puede pedir uno. ¡Qué frustración! Tanto esfuerzo y sufrimiento para lograr un sólo deseo, así que se lo tiene que pensar muy bien. Es el mayor momento de introspección en todo su agitado viaje porque ahora está en juego mucho; no se puede equivocar. Medita y balancea todas los posibles resultados: "si pido esto puede resultar aquello, y si pido lo otro puede resultar esa otra cosa...", así hasta que por fin cree saber lo que quiere, y sabiamente decide: "¡Quiero ser feliz!".

Entonces el Genio se mete de inmediato dentro de la lámpara. ¡Desaparece! Ya no volvió a salir de ella. La persona, atónita, esperó y esperó. No entendía nada de lo que estaba pasando y creyó que se iba a volver loca; hasta que en el momento más desesperante una luz se encendió dentro de ella y entendió que debía volverse por donde había venido. Su intuición le decía que el Genio, de alguna manera, estaba ayudándola a ser feliz. Comprendió en lo profundo que ningún deseo la haría realmente feliz y que por eso el Genio no hizo nada sino dejarla a solas consigo misma, para que pudiera percatarse de que la felicidad es una condición interna, nunca una condición externa y condicionante. Acertó en pensar que si el Genio le hubiera concedido su deseo su felicidad hubiera sido una falsa felicidad temporal, una adicción, un ídolo de barro susceptible de quebrarse en cualquier momento con cualquier acontecimiento externo. El Genio, que por eso era un genio, lo que hizo fue lo mejor para ella con el fin de que encontrara la mejor y mayor felicidad, la dicha permanente, dejando que la encontrara donde sólo se podía encontrarla, dentro se sí misma.

Camel - Gordon Johnson en Pixabay

Aquella persona dejó la lámpara donde mismo la encontró y emprendió, de manera reflexiva, el camino de regreso a casa. No hay más que decir que cuando llegó se sentía completamente dichosa. En su ensueño, había buscado la luz de una lámpara pero la terminó encontrando adentro de sí misma. Recibió el conocimiento, y con él recordó algo muy importante también, que es que la felicidad nunca se puede intercambiar ni negociar; aunque sí que se puede compartir sin pedir nada a cambio con otras personas que ya la han encontrado.

Nadie te puede hacer feliz ni tú puedes hacer realmente feliz a nadie. Por eso el Genio, con todo su poder, nunca le hubiera podido conceder la verdadera felicidad a aquella persona. Tenía que dejar que la encontrara por sí misma, y su actitud encerrándose en la lámpara fue la mejor manera. En la vida ocurren a veces circunstancias parecidas. No entendemos por qué en muchas ocasiones pareciera que nos lo estuvieran poniendo difícil, no ocurre lo que deseamos y se nos multiplican las dificultades; pero no es más que para que abramos la mente y el corazón.

Todas las cosas obran conjuntamente para el bien.
En esto no hay excepciones, salvo a juicio del ego.
(T-4.5.1 de UCdM)

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Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...