martes, 17 de octubre de 2017

El Juego de las Letras

Imagina esta página en blanco. Imagina que esta página, en blanco, es tu mente sin pensamientos proyectándose a sí misma de manera clara. Es todo lo que hay y no hay nada más. Es inmutable. Es serena. Es Una. 

Ahora ve todo lo que hay escrita en ella. Cada letra es un símbolo expresándose sobre la página en blanco, pero de manera provisional, se puede cambiar y borrar y volver a escribir todas las veces que se quiera. Realmente las letras no son nada, son proyecciones de la mente quien las imagina y les asigna un valor. Una letra sola apenas tiene significado y una vibración simple. Pero si empiezas a juntar letras siguiendo una metodología o programa éstas adquieren un significado y una vibración más compleja. Se pueden componer infinitas palabras combinando las letras. Literalmente, las letras unidas entre sí pueden crear historias, mundos y universos enteros.

Ahora, imagina que la mente que piensa las letras, en un alarde de abstracción, se identifica con cada una de ellas, con las palabras, con las frases y con todas las historias que componen por completo. La mente se ha olvidado de si misma. Es como si las letras o las palabras tomaran vida propia, pero en realidad la mente que las proyecta solamente está tomando el punto de vista de esas letras y palabras. Entonces las letras y palabras se creen diferentes del resto, la "a" es la "a", la "e" es la "e", la "t" es la "t"..., pero no lo son; sólo imaginan que lo son y por eso se asocian o se pelean entre ellas. Todo es un juego o lo que antes he llamado un "programa o metodología". 

Lo mismo ocurre con la percepción. Todo lo que vemos y oímos forma parte de un juego similar al que siguen las letras y las palabras en el ejemplo anterior. Todo lo que vemos es proyectado en un lienzo de vida en blanco que pasamos por alto. Como las letras y las palabras, las cosas que percibimos no son nada más que expresiones de una mente mayor utilizando el programa que da pie al juego de la vida tal como lo conoces, para que lo entiendas.

Nosotros solo vemos letras bailando con las que más o menos nos identificamos y creemos que ellas son causa de lo que pasa, pero la causa está en la mente que las piensa. Letras y palabras no son más que efectos, no crean nada. La mente las mueve, las ordena, las borra cuando quiere y las vuelve a escribir. La suerte es que nosotros somos parte de esa gran mente, somos causa y también efecto a la vez porque nos creemos una letra en la novela del mundo. Entonces, de lo que se trata es de darse cuenta de que no somos esas letras ni formamos parte de las palabras; esa es solamente nuestra parte imaginaria escribiendo nuestra historia personal. 

Una vez lo descubres no has de seguir tratando de manipular a la gran mente en su totalidad, lo que tu llamas equivocadamente "dios". Ya lo has estado intentando hacer cuando te creías solo efecto con todos tus rezos inútiles, tus chantajes y luego más tarde empleando técnicas "creativas". No puedes cambiar ni oponerte al Guión que dicta la gran mente en su totalidad. Oponerte no aceptando tu papel, ofreciendo resistencia significa sufrimiento; pero puedes dejarte llevar, aceptar buenamente lo que venga, esto es, fundir causa y efecto sabiéndote la parte de la mente que acepta ahora de buen grado su pequeña parte del Guión. Ahora sabes que eres Un@ con el gran fondo blanco, perenne, inalterable y eterno, y que tu letra, como tu personaje, no es mas que ilusión imaginándose en un cuento ¿Sufrirías ahora por participar en cualquier historia?

Lo bueno es que cuando te das cuenta de quien eres realmente y no te opones al Guión, es que tu papel se vuelve más dulce, y eso es porque te evitas las experiencias desagradables que tú mismo te creas con tu resistencia. 


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