Vamos a hacer un viaje por los entresijos de esta existencia.
Si me lees con asiduidad puede que pienses que me repito, pero es que todo en la vida es una repetición continua en la que sólo cambia la forma.
Muchas veces he escuchado decir a la gente que lo más importante, o de las cosas más importantes en la vida, es ser buena persona; e igualmente que las personas de las que uno se rodea, la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, la pareja, los vecinos, etc., también lo sean.
Posiblemente ese propósito ha sido inculcado por la religión, porque si no eres buen@ serás “castigado por Dios”; aunque a los malos parece no importarles, abusando y haciendo sufrir a los demás (¡Qué buenos maestros!) La cosa es que da igual que seas buen@ o mal@. La condición de buena persona no te salva de los golpes de la vida y del aprendizaje que ello conlleva. Así que el propósito de la vida no es ser bueno, aunque algo sí que tiene que ver con aprender a evitarse suplicios.
Es por eso que te pregunto, a nivel ético, ¿crees realmente que lo importante en la vida es ser o llegar a ser una buena persona? Si es así, ¿es que no te sientes lo suficientemente buen@? Entonces desconoces tu verdadera esencia.
Doctor, no puedo – Ilustración propia (quiero decir que la he dibujado yo, no que yo sea el diablo;
tampoco el psicólogo. Bueno, algo sí que tengo de los dos...)
Muy poca gente se para a reflexionar sobre el asunto sin cuestionarlo porque tanto ser buen@, como ser “alguien”, son creencias que se aprenden desde la más temprana edad, mientras que mucha otra gente carecen de un propósito más profundo, aunque luego de unos cuantos golpes aprenden, además de a ser buena persona, a no ser tontos; y ahí se acaban todos sus propósitos éticos y espirituales para pasar entonces a fijar otros del tipo material o intelectual (tener no sé qué o llegar a ser tal cosa), desconociendo en todo este asunto la naturaleza esencial de lo que uno realmente es.
Sí, uno debiera empezar por saber cuál es su naturaleza esencial. La filosofía y la religión lo han intentado pero incluso ellas han fracasado porque funcionan como narcóticos para las personas, y no somos personas. Esa no es nuestra esencia, y el propósito tiene que ser coherente con lo que realmente somos.
A los hombres nos ocurre como en la fábula del león. Si eres un león pero te crees un oveja en mitad del rebaño, tu propósito será vivir como las ovejas, pero nunca te sentirás feliz ni satisfecho. Nuestra naturaleza esencial es el espíritu inmutable, pero si te crees sólo un cuerpo, o puede que incluso un alma en un cuerpo, actuarás en tu vida con toda una serie de condicionamientos y limitaciones errando en tu verdadero propósito. Lo anterior se debe a la naturaleza de la mente, el principio activo del espíritu, la cual posee un poder inconmensurable.
Tu
mente puede estar poseída por ilusiones, pero el espíritu es
eternamente libre. (T-1.IV.2.8)
Entonces, ¿cuál es el propósito de la vida? Si eres espíritu y el espíritu es eternamente libre, tu propósito en este mundo es volverte consciente de tu libertad. No somos conscientes de nuestra libertad porque nos creemos quienes no somos.
La paradoja de la mente es que ya es libre, pero también es libre de negar su propia libertad, y cuando la niega ya no sabe como recordarla porque ha tomado una decisión en contra de sí misma.
Dicho de otro modo: la libertad de la mente radica en su capacidad de decidir, pero cuando la mente elige cualquier propósito que no está alineado con el de mantenerse libre, pierde de vista su libertad. Se extravía.
Entonces, la cuestión es: ¿Cómo se decide en favor de la libertad una vez que las has perdido?
En teoría, que no en la práctica, es muy sencillo. Puesto que elegir creer en ilusiones te hizo perder de vista tu libertad al olvidar lo que es verdad sobre ti, ahora tienes que elegir la ilusión que más se asemeja a la verdad. Recuerdas la frase “La verdad te hará libre”.
Y en este punto toca hacer la pregunta del millón: ¿Qué ilusión se asemeja más a lo que es verdad?
Antes una reflexión: dije que debes conocer tu esencia original, tú espíritu (el ser que eres), y que el espíritu es libre. Si tú eres espíritu, la libertad es tu estado original. La libertad es también la condición por la que no necesitas nada, que es el estado de Unicidad con Dios. En Dios no necesitas nada porque Dios te lo da todo incondicionalmente. Tu libertad radica en tu unidad con Él. Esa es tu verdad.
Pero en algún momento decidiste experimentar por tu cuenta la condición de separación de Dios. Tu separación es imposible porque nada puede existir separado de Dios. Sería igual a Dios oponiéndose a Sí Mismo o Dios contra Su Propia Voluntad. Aún así tu mente es tan poderosa que, sin separarse de Dios, puede imaginar hacerlo. De hecho, estás soñándote separado de Dios sin estarlo porque Dios no puede abandonarte, ni tú lo puedes abandonar a Él. Aparentas estar aquí, en este planeta ajeno a Dios, encarnad@ y asumiendo un propósito de vida ilusorio dentro de un cuerpo en el que experimentar tu separación y sentirte especial. Vives una ficción, lo contrario a tu verdad. Tú (como mente, no como persona) lo decidiste a un nivel que ya no recuerdas, y porque lo has olvidado, has olvidado lo que eres y también como revertir el proceso mental-mente.
Creer (que no “Crear”) es soñar, y cuando sueñas quedas atrapado en el sueño, perdiendo tu libertad, pues has decidido en contra de ella al olvidar quien eres, lo único que te puede ayudar a salir de aquí.
Y ahora sí, una vez dentro del sueño, donde todo son creencias y todo es ilusorio, la única creencia que te puede orientar en dirección salida es la que más se acerca a la verdad, que es que todo esto es un sueño y que nada está ocurriendo en realidad. Pero ojo, lo anterior por si solo no lleva a cabo la corrección que tu mente necesita para volver a recordar tu condición. Es un vano ejercicio que te lo repitas mil veces, aunque digamos, es la predisposición correcta tenerlo siempre presente.
Tú sol@ no puedes llevar a cabo la corrección de los errores (malas decisiones) que cometiste en tu mente puesto que, sintiéndote culpable por ellos, los rechazastes para ocultarlos y olvidarlos en tu subconsciente, haciéndolos inaccesibles, por lo que ahora es crucial que recibas la ayuda de aquella parte de tu mente que aún permanece despierta, que es quien conoce dichos errores, pero de la que también te desconectaste (el ES, tu yo superior, tu guía interior…). Solo ella puede sanarte cuando te permitas examinar dichos errores en su luz en el proceso que el Curso llama perdonar (Expiación). No voy a explicar esto otra vez aquí. Si quieres saber más dirígete a mis otros post al respecto visitando alguno de estos enlaces:
Recuerda: nada de lo que está sucediendo es real porque lo que puede cambiar, comenzar y terminar, no puede ser cierto. Los errores de tu mente tampoco son ciertos. Solo Dios Es, y todo lo creado por Él comparte su naturaleza inmutable y eterna. En el sueño del mundo todo cambia a través de la dinámica de la percepción. Así la bondad y la maldad, de la que ya hemos hablado, es la percepción opuesta de una misma cosa. El nacimiento y la muerte son dos estados diferentes de la experiencia del sueño; y el amor cuyo contrario es el odio, un mismo sentimiento manifestado de formas contrarias una de la otra. En el mundo todo es relativo e imaginario, y lo que hoy es, mañana no es. Por eso nada ilusorio tiene valor alguno sino como medio de aprendizaje para acercarte a lo que no es ilusorio, a la verdad, donde se encuentra tu libertad.
En consecuencia, mientras estés atrapado por el sueño no conocerás la verdad, ni la libertad ni conocerás el Amor. Sólo desde la libertad se puede amar verdaderamente.
El proceso de liberación, que he representado simbólicamente en este dibujo (y bautizado como “espiral de Averli”) es ¡DESPERTAR!, y es lo inverso a la espiral hipnótica que nos trajo hasta aquí. ¿Has visto esas espirales hipnóticas dando vueltas? La liberación discurre en sentido contrario. El perdón (o Expiación) te saca del sueño progresivamente, vuelta a vuelta, nivel a nivel, en lugar de meterte en él: el Amor te acerca a la verdad que te hace un poco más consciente y más libre, que a su vez te permite amar un poco más, lo que te permite conocer un poco más y mejor la verdad, que te permite ser un poco más libre… y así sucesivamente hasta que alcanzas la libertad plena. Es otra manera de ver el deshacimiento del ego o de los obstáculos a la paz. Paz, libertad, Amor...
Dedicarte al propósito de alcanzar tu libertad no quiere decir que no puedas tener otros propósitos de vida al mismo tiempo y disfrutarlos, si así lo deseas, pero como propósitos secundarios, perfectamente compatibles con tu principal propósito que será el de ser libre.
Tu propósito ya no será ser bueno, porque ser solamente bueno no te libera, y porque ser libre tiene otros muchos aspectos implícitos, uno de los cuales es la bondad (la mansedumbre dice UCdM). Buscar la libertad te avocará a alcanzar algún día las características de los Maestros de Dios (confianza, honestidad, tolerancia, mansedumbre, júbilo, indefensión, generosidad, paciencia, fe y mentalidad abierta). ¿Qué más puedes desear?
En resumen, alcanzar la libertad te hace bondadoso, pero ser solamente bueno no te hace libre. Además, la libertad tiene la ventaja adicional que supone no dejarse manipular y avasallar por los que practican la maldad. La vida espiritual no es sinónimo de sacrificio ni de dolor sino de fortaleza, a la vez que de bondad. Te adiestras en la fortaleza de un León pero con la inocencia de un cordero. La bondad con fortaleza practicada con los “malos” les rescata de su propia maldad. La mal llamada bondad (el buenismo o bondad débil) practicada con los malos solo los hace más malos y crueles.
Te dejo este enlace para que escuches esta canción que encontré buscando en interné, aunque la letra no me termina de gustar, juega al despiste ya que parece llamarte a mirar hacia afuera, y de lo que se trata es de que mires hacia adentro; así que me veo en la necesidad de re-interpretarla (con todo el respeto para el grupo musical, no le quito mérito):
Tú eres el cordero y el león (tu espíritu, semejante a Dios, tu verdadero yo). Dios está en ti y puedes liberarte sin esperar a que llegue ningún mesías ni la salvación desde afuera, pues nada real y verdadero puede llegar desde un mundo ilusorio (vana fantasía). El sacrificio de sangre y pecado solamente es la renuncia a tu mente-ego; ¿Cómo puede ser eso un sacrificio?, aunque es verdad que lo parece porque el ego se resistirá y luchará. Al final todos los errores de tu mente se postrarán (se des-harán) ante la presencia del espíritu en tí (El Espíritu Santo).
Que la disfrutes mientras interpretas la letra como quieras. ¡Eres libre!
AVISO IMPORTANTE: Si no quieres bajarte del mundo, este post no es para ti.
Al
mundo no se le abandona mediante la muerte sino mediante la verdad, y
la verdad sólo la pueden conocer aquellos para quienes el Reino fue
creado, y por quienes espera. (T-3.VII.6.11)
Si
te va mal en la vida, estás desesperad@, y quieres que Dios pare el
mundo para bajarte de él, te tengo dos noticias, una buena y otra
mala (como en los chistes). ¿Cuál quieres que te cuente primero?
Te
voy a contar primero la mala noticia, y es que Dios no puede parar el
mundo porque Él tan siquiera lo conoce. Es verdad que creemos que
Dios es su creador, pero no es más que una creencia. Piensa
detenidamente: ¿Cómo iba Dios a crear un lugar de caos, culpa,
injusticia, carencia, dolor y miedo si Él Es Todo Amor?. Aún
suponiéndolo posible porque tú personalmente creas que Dios es
vengativo, ¿cómo podría Dios enfrentarse a las fuerzas del mal
luchando de Igual a igual si Él es omnipotente? Entonces Dios sería
un dios menor dejándose ningunear; o quizás sería egocéntrico y
caprichoso, como el de mi caricatura jugando con los mundos y con las
personas. Definitivamente lo anterior no tiene sentido.
El
mundo que tú percibes no pudo haber sido creado por el Padre, pues
el mundo no es tal como tú lo ves. Dios creó únicamente lo eterno,
y todo lo que tú ves es perecedero. Por lo tanto, tiene que haber
otro mundo que no estás viendo. (T-11.VII.1.1-3)
La
buena noticia es que, si Dios no creó el mundo, éste no existe pues
sólo lo que Dios creó puede existir. Pero, si no existe, ¿cuál es
su causa? ¿Cómo es que lo experimentamos tal real? A nivel
cosmogónico, el mundo es una fabricación de la mente del Hijo de
Dios en estado de ensoñación (de enajenación mental o locura), lo
que vamos a llamar Mente-Ego o Mente-Demiurgo, siendo cada alma-ego
individual un diminuto fragmento de esa misma Mente-Ego proyectándose
en un cuerpo y en un punto concreto del espacio-tiempo; de esta
manera la Mente-Ego experimenta sus múltiples fantasías sin ser
consciente de sí misma. Es por ello que todo lo que ocurre en el
mundo no puede tener más consecuencias que las que tiene un sueño
cuando despiertas de él. ¿Dónde queda el sueño cuando despiertas?
¿Era real?. No, sólo lo parecía. Por la misma razón, lo que pase
en el mundo no puede afectar a la realidad de lo que tú eres; me
refiero, por supuesto, a tu verdadero ser, tu espíritu. Necesitas
comprender ésto antes de que sigamos.
El
sueño del mundo (y de todos los mundos y seres en este universo y
universos paralelos) surgió cuando el Hijo de Dios quiso conocer
cómo sería la experiencia de crear (sin conseguirlo) separado de
Dios, lo que es imposible, y resultó en un experimento que se le
escapó de control pero que terminó tan sólo un instante después,
aunque lo experimentamos como si estuviese produciéndose ahora. Eso
ocurre porque lo estamos recordando.
Retomando
la cuestión que me ha llevado a escribir este post, la cual era
¿cómo puede uno apearse del mundo sabiéndose un personaje
proyectado por la Mente-Ego? Preguntado de otra manera: ¿Puede el
personaje de un sueño decidir acabar con su sueño? La respuesta
evidente es que no, pero el personaje puede (aparentar) volverse
consciente de que está soñando. Es lo que se llama un sueño
lúcido, que entenderás si lo has tenido alguna vez por la noche.
Esa capacidad, volverte lúcido del sueño del mundo, es lo que
finalmente te abre la puerta a poder abandonarlo. De hecho es así
que ocurre, pues el Hijo de Dios logra finalmente tomar consciencia
de Su estado de ensoñación a través de los personajes que proyecta
(tú, yo y todos) cuando éstos últimos se vuelven conscientes de su
conexión con lo divino a través de una voz o intuición (La Voz del
Espíritu Santo o ES, Guía Divino, Ángel Guardián o como prefieras
llamarlo) que les susurra al oído que despierten; que les sugiere
que ellos son algo más que un personaje ocupando un cuerpo, y que la
vida tiene un propósito mucho más elevado que el que perciben sus
sentidos físicos.
El
ego construyó el mundo tal como lo percibe, pero el Espíritu Santo
-el reintérprete de lo que el ego construyó- ve el mundo como un
recurso de enseñanza para llevarte a tu hogar. (T-5.III.11.1)
Tú,
como personaje, ciertamente no puedes hacer nada para bajarte del
mundo mientras te limitas a interpretar estrictamente el guion que la
Mente-Ego está soñando para ti. Pero, una vez que te haces
consciente de tu conexión divina gracias a La Voz, cuentas con el
poder de decidir acerca de cómo re-interpretar tu experiencia.
Mientras te identificas con tu personaje, aparentas ser libre para
elegir entre una multitud de “diferentes” ilusiones las cuales te
mantienen atrapado a la única gran ilusión que existe. Ahora que
estás despertando, sin embargo, tu elección puede ser entre creerte
las ilusiones que hayas escogido experimentar, o utilizarlas para
recordarte que la realidad te está aguardando. Ciertamente solo
tienes ésta última elección puesto que ahora sabes que vivir para
las ilusiones no es una elección que te lleve a ningún lado.
Reinterpretar todo lo que ves bajo la guía de La Voz en lugar de
bajo la guía del ego es la única manera de empezar a escapar del
sueño del mundo. A ésto es lo que se le llama “perdón” en el
Curso de Milagros, y “expiación” al proceso completo de perdonar
.
En
tu mente hay dos maneras de contemplar al mundo, y tu percepción
reflejará el asesoramiento que hayas elegido.(T-12.VII.5.6)
El
mundo reinterpretado a la vista del ES es lo que el Curso llama el
“mundo real”, el cual es un escalón intermedio entre este mundo
de caos, miedo y sufrimiento, o “mundo irreal” proyectado por la
Mente-Ego, y el Cielo, que es nuestro verdadero hogar.
Percibir
únicamente el mundo real te conducirá al Cielo real, ya que te
capacitará para comprenderlo. (T-11.VII.3.9)
Aunque
aquí te experimentas como un personaje encarnado dentro de un
cuerpo, sólo es una alucinación fabricada por la Mente-Ego. Tu
mente “individual” es una copia diminuta de la Mente del Hijo de
Dios (holograma), y por ello aún conserva una parte de cordura, ¡la
Voz!, que es la parte de tu mente que no sueña y te vincula
inalterablemente a Dios. Recuerda: nada que Dios haya creado puede
dejar de ser ni perderse, ni nada que Dios no haya creado puede
existir. El mundo real es este mismo mundo pero visto desde la
perspectiva de esa fracción de tu mente que en realidad es tu
verdadera mente. Recuperar su recuerdo en detrimento del uso de tu
mente-ego es lo que te devolverá al Cielo porque el Cielo no es más
que el estado mental de la mente despierta.
De
todo lo que has fabricado, el mundo real es lo único que el Espíritu
Santo ha conservado para ti, y la salvación consiste en percibir
únicamente eso, ya que es el reconocimiento de que la realidad es
únicamente lo que es verdad. (T-11.VII.4.9)
Puesto
que ahora sabemos que sólo la realidad nos sacará del mundo, vale
la pena analizar atentamente
los siguientes
párrafos
de la
sección del Curso titulada “Cómo
invertir en la realidad”:
Te
pedí una vez que vendieses todo cuanto tuvieses, que se lo dieses a
los pobres y que me siguieras. Esto es lo que quise decir: si no
inviertes tu atención en ninguna de las cosas de este mundo, puedes
enseñarle a los pobres dónde está su tesoro. Los pobres son
sencillamente los que han invertido mal, ¡y vaya que son pobres!
Puesto que están necesitados, se te ha encomendado que los ayudes,
pues te cuentas entre ellos. Observa lo bien que aprenderías tu
lección si te negases a compartir su pobreza, pues la pobreza no es
otra cosa que insuficiencia, y sólo hay una insuficiencia, ya que
sólo hay una necesidad (T-12.III.1.)
No
invertir tu atención en ninguna de las cosas de este mundo
significa que no te las crees y que les das la importancia justa en
tu pensamiento al objeto de vivir despierto, y sin ser víctima de
los dramas en los que nos suele hacer caer la mente-ego al darles
realidad. Por supuesto que puedes y tienes que tratar con las cosas
mundanas porque es imposible vivir sin ocuparte de ciertas tareas. La
pobreza o insuficiencia no es más que vivir para sobrevivir,
pensando sin otra perspectiva que la del cuerpo tratando de colmar
sus necesidades, y desconociendo que la única insuficiencia que
existe es creernos separados de Dios. Identificad@ con tu ego, tus
pensamientos mundanos no hacen más que hundirte en estados de
pobreza (incertidumbre, preocupación, tristeza, indignación,
enfado, queja, carencia...), que son intercalados a veces con algún
momento de respiro (un placer pasajero o alguna ilusión cumplida),
que te ayuda a hacer el sueño un poco más llevadero, evitando
plantearte en serio cómo escapar de este mundo.
La
insuficiencia se des-aprende enseñando a los demás que tú no
necesitas compartir con ellos su mentalidad de pobreza; ésto es,
dando ejemplo de tu des-identificación con las creencias y
necesidades del ego.
Identificarte
con el ego es atacarte a ti mismo y empobrecerte. Por eso es por lo
que todo aquel que se identifica con el ego se siente desposeído. Lo
que experimenta entonces es depresión o ira, ya que lo que hizo fue
intercambiar su amor hacia Sí Mismo por odio hacia sí mismo, y como
consecuencia de ello, tiene miedo de sí mismo. Él no se da cuenta
de esto. Aun si es plenamente consciente de que está sintiendo
ansiedad, no percibe que el origen de ésta reside en su propia
identificación con el ego, y siempre trata de lidiar con ella
haciendo algún "trato" demente con el mundo. Siempre
percibe este mundo como algo externo a él, pues esto es crucial para
su propia adaptación. No se da cuenta de que él es el autor de este
mundo, pues fuera de sí mismo no existe ningún mundo. (T-12.III.6)
Todo
está en tu mente y lo proyectas afuera. El
mundo es
la pantalla donde ves
reflejados
tus
pensamientos; los del
ego como
el
mundo irreal, pero de
igual modo
los pensamientos amorosos de tu
mente recta (el ES en ti)
como
el mundo real.
El
sistema de pensamiento del ego es
conflictivoporque
nació a
partir del
trauma de
miedo-culpa
causado
al
creerte separad@
de Dios cuando
quisiste experimentar por tu cuenta que sería sentirse especial.
Como te identificas con dicho
sistema de pensamiento,
no lo cuestionas a nivel profundo
pues te pondrías
en entredicho
a ti mism@; por lo tanto, tratas
de
manejarlo buscando
respuestas y soluciones en el mundo exterior donde
lo
único que consigues
es fracasar y frustrarte
una
y otra vez pues
el
lema secreto
del
ego es “busca pero no encuentres”. Proyectar tu conflicto afuera
se
convierte así en
la garantíade
que
no te
librarás de
él perpetuandoal
ego, el cual se alimenta de
cualquier experiencia en
el intervalo que va desde el
más
leve desasosiego
hasta la más
profunda agonía.
Si
sólo los pensamientos amorosos del Hijo de Dios constituyen la
realidad del mundo, el mundo real tiene que estar en su mente. Sus
pensamientos descabellados tienen que estar también en su mente,
pero él no puede tolerar un conflicto interno de tal magnitud. Una
mente dividida está en peligro, y el reconocimiento de que alberga
dentro de sí pensamientos diametralmente opuestos es intolerable.
Proyecta, por consiguiente, la división, no la realidad. Todo lo que
percibes como el mundo externo no es otra cosa que tu intento de
mantener vigente tu identificación con el ego, pues todo el mundo
cree que esa identificación es su salvación. Observa, sin embargo,
lo que ha sucedido, pues los pensamientos tienen consecuencias para
el que los piensa. Estás en conflicto con el mundo tal como lo
percibes porque crees que el mundo es antagónico a ti. Ésta es una
consecuencia inevitable de lo que has hecho. Has proyectado afuera
aquello que es antagónico a lo que está adentro, y así, no puedes
por menos que percibirlo de esa forma. Por eso es por lo que debes
darte cuenta de que tu odio se encuentra en tu mente y no fuera de
ella antes de que puedas liberarte de él, y por lo que debes
deshacerte de él antes de que puedas percibir el mundo tal como
realmente es. (T-12.III.7)
Mantenerte
anclad@ al mundo es mantenerte anclad@ al ego, y viceversa. Mientras
sigas ubicando la causa de tu sentir (tanto de felicidad como de
infelicidad) en el mundo, no podrás sanar (deshaciendo el sistema de
pensamiento del ego) pues has separado causa y efecto. Por eso es
que, siendo tú la causa del mundo, éste se manifiesta como un lugar
en el que has perdido el control, sintiéndote su víctima pues te
crees viviendo en un lugar peligroso. Es la forma en que, como hemos
dicho ya, aseguras la irresolución del conflicto que existe dentro
de tu mente, la cual no es más que una diminuta representación de
lo que ocurre en la Mente-Ego. Puesto que la Mente-Ego teme a Dios (y
por lo tanto, tú también en el rincón más oculto de tu
subconsciente), el mundo ha sido fabricado como un lugar totalmente
ajeno a Dios donde se ataca Su verdad. No tienes más que ver el uso
generalizado de la mentira y el engaño. Este mundo y los cuerpos,
fabricados también por la Mente-Ego, son totalmente opuestos a la
creación de Dios. Sin embargo reina la creencia de que todo ha sido
creado por Dios, a pesar de lo cual el mundo se puede destruir y los
cuerpos pueden morir o ser asesinados, con lo que el ego se siente
entonces más poderoso que Dios Quien da vida eterna. La muerte es la
forma en la que la Mente-Ego niega a Dios.
El
mundo que percibes es un mundo de separación. Quizá estés
dispuesto a aceptar incluso la muerte con tal de negar a tu Padre.
Sin embargo, Él no dispuso que fuese así, y, por lo tanto, no es
así. Tu voluntad sigue siendo incapaz de oponerse a lo que la Suya
dispone, y ésa es la razón de que no tengas ningún control sobre
el mundo que fabricaste. No es éste un mundo que provenga de la
voluntad, pues está regido por el deseo de ser diferente de Dios, y
ese deseo no tiene nada que ver con la voluntad. El mundo que has
fabricado es, por lo tanto, completamente caótico, y está regido
por "leyes" arbitrarias que no tienen sentido ni
significado alguno. Se compone de lo que tú no deseas, lo cual has
proyectado desde tu mente porque tienes miedo de ello. Sin embargo,
un mundo así sólo se puede encontrar en la mente de su hacedor,
junto con su verdadera salvación. No creas que se encuentra fuera de
ti, ya que únicamente reconociendo dónde se encuentra es como
podrás tener control sobre él. Ciertamente tienes control sobre tu
mente, ya que la mente es el mecanismo de decisión. (T-12.III.9)
Este
es el truco de prestidigitación del ego que nos mantiene engañados
en/con el mundo: Ves lo que detestas porque, a la vez que lo temes,
te atrae y lo deseas ocultamente. Es por eso que lo proyectas fuera
de ti distanciándote de ello sin perderlo de vista, como si no
tuviera nada que ver contigo. El pensamiento-ego es así de retorcido
y de morboso pues “sarna con gusto no pica”. Y lo mejor es que la
culpa de todo lo que ocurre en el mundo ya no es tuya, es de los
demás. En conclusión: Ves lo que ves porque lo proyectas afuera
donde dejas de hacerte responsable de ello, pues el reconocimiento
de que tú eres su causa podría llevar sanación a tu locura y
pondría fin a tu mente-ego, a tu personaje y a tu sueño de
separación y especialismo. Pero no deseas eso, ni que acabe tu
sueño, ya que no quieres dejar de sentirse especial y diferente a
pesar de todo el dolor y la infelicidad que ello te produce.
El
ego es morboso y le gusta sentirse víctima por las recompensas
ocultas que obtiene con ello. Si tú eres la causa de la manera en
como ves y experimentas el mundo, no puedes sino ser también el
responsable de cualquier tipo de ataque que percibas, pues no es lo
que percibes lo que te ataca sino la interpretación que tú haces de
ello. Reconocer ésto es llevar la mentira ante la verdad. En ese
lugar de tu consciencia reside tu paz y tu capacidad para extender
paz hacia afuera y ver el mundo real.
Si
reconocieses que cualquier ataque que percibes se encuentra en tu
mente, y sólo en tu mente, habrías por fin localizado su origen, y
allí donde el ataque tiene su origen, allí mismo tiene que
terminar. Pues en ese mismo lugar reside también la salvación. El
altar de Dios donde Cristo mora se encuentra ahí. Tú has profanado
el altar, pero no has profanado el mundo. Cristo, sin embargo, ha
puesto la Expiación sobre el altar para ti. Lleva todas tus
percepciones del mundo ante ese altar, pues es el altar a la verdad.
Ahí verás tu visión transformarse y ahí aprenderás a ver
verdaderamente. Desde este lugar, en el que Dios y Su Hijo moran en
paz y en el que se te da la bienvenida, mirarás en paz hacia el
exterior y verás el mundo correctamente. Mas para encontrar ese
lugar tienes que renunciar a tu inversión en el mundo tal como lo
proyectas, y permitir que el Espíritu Santo extienda el mundo real
desde el altar de Dios hasta ti. (T-12.III.10)
Recordarás
la frase bíblica “no se puede servir a dos señores a la vez”.
Una interpretación es que no puedes llevar una vida coherente y
plena sirviéndote de dos sistemas de pensamiento opuestos a la vez.
La división que ello causa en tu mente es lo que te hace perder la
paz que por derecho te pertenece por tu condición de Hijo de Dios.
Nunca podrás deshacer tu nexo con la mente recta ni con tu divinidad
porque siempre serás tal como Dios te creó, pero puedes ignorar tu
condición velándola bajo el espeso manto de los pensamientos y
deseos de tu mente-ego, la cual es la generadora de dicha división,
provocando la percepción de la dualidad, y de la percepción de un
mundo dividido siempre en conflicto.
Dije
anteriormente que lo que proyectas o extiendes depende de ti, pero
tienes que hacer una u otra cosa, ya que ello es una ley de la mente,
y antes de mirar afuera tienes que mirar adentro. Al mirar adentro
eliges al guía cuya visión deseas compartir. Y luego miras afuera y
contemplas sus testigos. Por eso es por lo que siempre encuentras lo
que buscas. Lo que desees para ti es lo que manifestarás, y lo
aceptarás del mundo porque al desearlo lo ubicaste en él. Cuando
crees que estás proyectando lo que no deseas, es porque todavía lo
deseas. Esto conduce directamente a la disociación, puesto que
representa la aceptación de dos objetivos, cada uno de los cuales se
percibe en un lugar diferente y separado del otro porque hiciste que
fueran diferentes. La mente ve entonces un mundo dividido fuera de sí
misma, pero no dentro de ella. Esto le da una ilusión de integridad
y le permite creer que está yendo en pos de un solo objetivo. Sin
embargo, mientras sigas percibiendo un mundo dividido, no habrás
sanado. Pues haber sanado es ir en pos de un solo objetivo, al haber
aceptado uno solo y no desear más que uno solo. (T-12.VII.7)
Cuando
deshagas la división en tu mente aceptando solo los pensamiento de
tu mente recta podrás sanar y ser feliz de forma permanente; pero no
lo conseguirás rechazando los pensamientos y creencias del ego. No
se trata de taparte los ojos negando la negación. No se trata de
negar al ego como antes negabas tu divinidad. Tienes que observarlo y
reconocerlo en su acción, y luego sencillamente abandonarlo a un
lado reconociendo su futilidad para permitir que tu mente recta
brille con su luz. Entonces será cuando te des cuenta de que el
mundo no es un lugar caótico y peligroso, sino un salón de clases
para re-conocerte a ti mism@ despertando a lo que siempre has sido.
Pues
cuando el Cielo y la tierra se vuelvan uno, dejarás de ver incluso
el mundo real. El mundo no acabará destruido, sino que se convertirá
en el Cielo. Lo que constituye la reinterpretación del mundo es la
transformación de toda percepción en conocimiento.
(T-11.VIII.1.7-9)
NOTA PREVIA: Este post ya fue publicado por primera vez el 8 de febrero de 2021 e inmediatamente las entradas al blog se redujeron considerablemente. ¿Casualidad o causalidad? Por ello decidí retirarlo el 6 de abril. En cualquier caso y debido a su interés, ahora he decidido volver a publicarlo puesto que todas mis averiguaciones corroboran lo que aquí digo, pero he retocado algunas palabras para evitar las posibles “causalidades”. El lector ya me entiende.
El contenido de este artículo es mi interpretación personal del oráculo del I Ching a la pregunta que le da título. A pesar de la confusión a que pueden dar lugar ciertas respuestas y la dificultad aparejada de interpretar lo que este sistema adivinatorio nos quiere decir, en mi favor tengo cerca de 20 años de estar utilizándolo con un balance que puedo juzgar de satisfactorio, aunque en ningún modo pretendo tener siempre la razón. A veces cometo errores en mi interpretación a pesar de que intento ser objetivo, pues siempre existen condicionamientos y la tentación de forzar una respuesta inducida por lo que quiero escuchar. Por eso aconsejo al lector que no crea nada de lo que digo aquí, que cuestione lo que va a leer, que investigue y que se deje llevar ante todo por su propia intuición personal o guía interno. No me hago responsable de las decisiones que nadie luego pueda tomar a partir de esta lectura, pues tú y sólo tú debes asumir tu propia interpretación y la plena responsabilidad por tus actos.
Si no sabes lo que es el I Ching, cómo funciona y para qué sirve, te recomiendo que lo averigües antes de continuar leyendo.
Por último quiero decir que, como casi todos mis artículos están relacionados con Un Curso de Milagros, me pareció adecuado escribir algo tratando este mismo tema desde la perspectiva del curso, cuyo enlace puedes encontrar aquí.
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Pregunta: ¿Cuál es el propósito real y el interés por “aguijonear” a todo el mundo con la “kakuna”?
Respuesta obtenida: Hexagrama 25, La inocencia, con la línea 5 móvil tendiendo al hexagrama 21, la mordedura tajante.
Significados del hexagrama 25: lo que es inocente, lo natural, lo puro, la integridad, la espontaneidad...
Significados del hexagrama 21: eliminado un obstáculo, castigo, quitado de un mordisco, acción decisiva, arrancado, quebrado...
Combinando los significados de los dos hexagramas y atendiendo a la pregunta, mi interpretación acerca de lo que el I Ching está queriendo decir es:
"La eliminación o el quebrantamiento de lo que es natural, inocente o puro en el ser humano"
¿A qué se refiere concretamente el I Ching con lo natural, lo inocente o lo puro? Podría estar refiriéndose a la naturaleza espiritual del hombre, aunque también podría tratarse de la capacidad natural de sanación del cuerpo ante cualquier enfermedad, a la capacidad reproductiva, o a una mezcla de todo lo anterior que es lo mismo que la propia vida. Lo dejo a elección del lector. Pero sigamos profundizando un poco más.
El comentario al dictamen del hexagrama principal, el 25, en la versión del libro de Richard Wilhelm, que es la más utilizada, dice:
Se promulga esta imagen para ayudar al consultante a distinguir entre lo que es verdadera intuición fiable, y aquello otro que no lo es. Por lo tanto, es muy útil examinar los pensamientos y las sensaciones que aparecen en estos momentos con respecto al asunto consultado.
O sea, que remite al interesado (a mí y a ti lector) a que se examine buscando dentro de sí mismo una intuición al respecto. Luego continua...
Todo ser humano recibió en su origen la naturaleza buena e inocente, para que le oriente en todos sus movimientos, para hacer sencillamente lo correcto. Pensamiento y sensación forman un par estrechamente relacionado, que configura el mundo psíquico. Cuando las percepciones y los presentimientos se corresponden con lo que tiene que ser, la intuición es certera, correcta, inocente.
En este otro párrafo Wilhelm nos aclara en qué consiste esa naturaleza buena e inocente, la cual no es otra que la que sirve para hallar uno orientación propia. Mucha gente puede llamarla la "voz de la consciencia" o "sabiduría interna", y es lo que nos hace, hasta donde sabemos, especiales y diferentes al resto de la creación. Otra forma en que yo lo llamo es conexión con el "yo superior" o con el Espíritu Santo. Para decirlo de una manera más clara (y aunque sé que alguno de vosotros podéis ser incrédulos o ateos), entiendo que se está refiriendo a nuestra divinidad, la parte que hay de espíritu en nosotros, el origen y final de la vida. Si el propósito de la “kakuna” es en verdad arrancar o alterar la conexión con esa parte de nosotros sería un propósito realmente siniestro. Pero sigamos indagando a ver qué más nos sigue diciendo el I Ching.
Pero, si se enturbian con segundas intenciones, o si se corre el riesgo de pecar de ingenuidad, ambición, soberbia; entonces uno podría verse enredado en las consecuencias o desgracias provocadas por él mismo, o por otros, al haberse alejado de la Voluntad Divina.
Lo que entiendo aquí es que si esa conexión con lo divino se enturbia o se ve interrumpida por segundas intenciones o por otras causas, alguna de las cuales puede ser la propia ingenuidad, el exceso de confianza, la ambición (por protegerse uno cuanto antes de la enfermedad asociada) y/o por la acción de otras personas con mala o menos mala intencionalidad (los creadores y defensores de su colocación)..., ello traería consecuencias desgraciadas. I Ching nos está dando un aviso muy serio.
En este punto se me está viniendo a la memoria el trans-humanismo. Si se busca en internet su significado dice al respecto:
"movimiento cultural e intelectual internacional que tiene como objetivo final transformar la condición humana mediante el desarrollo y fabricación de tecnologías ampliamente disponibles, que mejoren las capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico o intelectual" -wikipedia-.
"Kakuna" - Imagen de torstensimon en Pixabay
A algunos les puede parecer muy fascinante y prometedor, pero a mi simplemente me causa recelo por no decir escalofríos. Quiero recordar que la kakuna es un remedio experimental que trabaja con el ARN y ADN humano, y que desconocemos sus consecuencias a medio y largo plazo. Continuo...
Y para evitar este enredarse en lo dañino, el Maestro ayuda a diferenciar bien cada una de estas posibilidades mediante sentencias o consejos vertidos en la imagen y en las líneas, que indican si uno puede fiarse de su intuición o no.
En esta parte, el Maestro (se refiere al propio I Ching) te dice que para que aprendas a discernir sobre lo que te quiere decir y para que no te enredes más, te ayuda con el consejo vertido en la imagen que es la línea que ha salido cambiante. En esta caso se refiere a la línea 5. Veamos que nos dice esa línea:
En caso de enfermedad sin culpa propia,
no utilices medicamento alguno.
Eso mejorará por sí solo
"...un medicamento desconocido no debe ensayarse."
¡Vaya! Y luego añade:
No utilices medicamento alguno… lo mejor es no usar medios externos para eliminar el mal. Dejar que la vida siga su curso tranquilamente, y ello mejorará por sí mismo La propia Naturaleza reequilibrará con armonía los elementos y los principios vitales. Así pues este aparente desorden no deja de ser un simple inconveniente, que no debe preocupar.
Querer tratarlo o remediarlo sería combatirlo causando un posible mayor desorden. Dejarlo todo como está y se curará. Evitar soluciones no comprobadas.
¿Queda claro? Por si había dudas con respecto a lo que el oráculo quería decir anteriormente, ahora todo encaja. También queda claro todo el juego de manipulación que está teniendo lugar y por quién es alentado ¿o todavía sigues dudando? Si no crees en el I Ching es razonable que lo hagas.
Ya para finalizar añade:
¿Carga sobre sí mismo la enfermedad de otros? Posee las condiciones para que actúen y se agoten en su persona los males que sustitutivamente ha tomado sobre sí.
... que yo interpreto como que, ¿aceptas que otros te digan qué tienes que hacer o decidirás por tu propia cuenta? ¿Vas a aceptar las consecuencias de obedecer las recomendaciones que otras personas quieren imponer sobre ti?, o ¿es que te sientes lo suficientemente fuerte e inmune a cualquier daño que te pueda provocar ese inyectable?
"Este Homo se ha vuelto una amenaza. Con un poco de manipulación y miedo lo pondré bajo control; reduciré su número, lo volveré sumiso y mucho más productivo" - La crea(inyec)ción de Adán.
Reflexión final
Las circunstancias que estamos viviendo no son casualidad. ¿Estamos asistiendo acaso a un punto de inflexión en la que cada persona en el mundo, de manera individual, debe elegir qué hacer para decidir su futuro en una especie de disyuntiva evolutiva y moral? ¿Se trata de una especie de prueba de madurez que la vida nos ha puesto en la que resulta determinante el estado consciencial de la persona para elegir entre lo que le dicta a uno su consciencia o lo que le dicta la autoridad externa? Quizás de ello dependa que el futuro de la especie humana sea evolucionar hacia el Homo-Spiritus, un ser auto-responsable y sin autoridad superior en un mundo más ético, justo y feliz que este que conocemos, o por el contrario, evolucionar hacia ese trans-humanismo que mencionaba antes, un ser amoral sin identidad sexual definida, desconectado de su alma, dependiente de la tecnología y adicto a los fármacos manteniéndolo esclavo, ingenuo y obediente a las órdenes que reciba de sus superiores en un mundo distópico. Tú tienes la última palabra.
NOTA:
Para la comprensión de este post aconsejo tener unos conocimientos
básicos acerca del contenido de Un Curso de Milagros (UCdM)
*
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La
indefensión es el estado de la mente recta. Si vives en la mente
recta te sabrás inocente, y por lo tanto, no te sentirás amenazado
por nadie ni por nada de lo que ocurra en el mundo. Estarás en paz.
Pero
pon tú por caso que, aunque no te sientas turbado ni amenazado,
alguien o algo empieza a actuar contra ti o tus seres queridos.
¿Significa eso que debas quedarte totalmente pasivo, sin hacer nada
al respecto? En absoluto.
La ira no es motivo para perder la cabeza
alone - Imagen de Free-Photos en Pixabay
No
se debe confundir la indefensión con la no acción, y viceversa. No
es la forma que adopta el comportamiento lo que expresa o no
indefensión sino lo que se piensa a nivel interno, así que, si se
cree lo correcto y nada lo impide, se debe actuar. Que el guion del
mundo (y de nuestra vida) esté escrito no significa necesariamente
que siempre debamos esperar a ver qué sucede. Si sabes que puedes
hacer algo al respecto de un asunto que quizás a ti no te mueve el
piso, pero en el que actuando puedes cambiar a mejor su situación,
eso que puedes hacer es parte de tu guion: ¡hazlo!.
Pero
para hacer no tienes que dejarte llevar por la impulsividad. La gente
dormida actúa en muchos casos con ira como reacción a sus emociones
incontroladas. Quien vive desde la mente recta, la persona despierta,
no reacciona sino que actúa adaptando su respuesta a la medida de
los hechos los cuales observa objetivamente. Esto le permite
responder de la mejor manera que sabe para el bien de todos; puede
que más o menos rápido pero sin perder la calma. La persona
despierta sabe actuar sin alterarse.
Tal
vez sea útil recordar que nadie puede enfadarse con un hecho. Son
siempre las interpretaciones las que dan lugar a las emociones
negativas, aunque éstas parezcan estar justificadas por lo que
aparentemente son los hechos o por la intensidad del enfado
suscitado. Éste puede adoptar la forma de una ligera irritación,
tal vez demasiado leve como para ni siquiera poderse notar
claramente. O puede también manifestarse en forma de una ira
desbordada acompañada de pensamientos de violencia, imaginados o
aparentemente perpetrados. Esto no importa. Estas reacciones son
todas lo mismo. Ponen un velo sobre la verdad, y esto no puede ser
nunca una cuestión de grados. O bien la verdad es evidente, o bien
no lo es. No puede ser reconocida sólo a medias. El que no es
consciente de la verdad no puede sino estar contemplando ilusiones.
(M-17.4)
La
persona que vive desde su mente recta a veces puede parecer enfadada,
y se enfada de hecho, pero como no carga con el enfado se le pasa
enseguida. Sabe jugar perfectamente al juego de las personas dormidas
sin dejarse manipular porque domina sus emociones, pudiendo cambiar
su estado emocional en un pispás. Ahora parece estar totalmente
encolerizado y de pronto está sonriendo como si nada hubiera pasado.
Creo que era Nisargadatta Maharaj el gurú que parecía vivir siempre
enfadado. Una vez le preguntaron por qué, y contestó que si la
gente le llevaba sus problemas personales para que él se los
solucionara, no eran asuntos que le concernieran. Nisargadatta no se
percibía a sí mismo como una persona separada más solucionando los
problemas de otras personas sintiéndose separadas.
Nisargadatta Maharaj con cara de felicidad, ¿o no? - Foto tomada de la web
Repito
nuevamente que no hay que confundir la forma que adoptan los hechos
(ni las caras) con el contenido de la mente, ni la indefensión de la
mente recta con el "buenismo", la pasividad o cualquier
otra respuesta construida a partir de un interés oculto. El ego
finge muchas veces para caer bien o para aparentar lo que no es,
engañar y ser aceptado. Sin embargo, ser (verdaderamente) espiritual
no quiere decir que siempre tengas que estar contento y poner buena
cara a todo el mundo a pesar de que lo que veas y oigas no te agrade.
Si no te gusta no te gusta. La espiritualidad es ante todo
congruencia, honestidad contigo mismo, y si te sientes enfadado en un
determinado momento, le das salida de inmediato, y a otra cosa
mariposa.
El
curso (UCdM) dice que la ira no está justificada. Se refiere,
entiendo yo, al sentimiento que nace del estado de desconexión con
nuestro ser interno cuando es nublado por el pensamiento,
reaccionando tempestuosamente a unos hechos que no aceptamos; en
realidad a la interpretación que hacemos de los mismos. Por lo
tanto, la ira es inconsciente, como también lo es la violencia
aparejada. Lo anterior es diferente a la utilización de la fuerza
física bajo el sentido común para proteger(nos) o para poner freno
a la agresión de otras personas. Dejarse avasallar pudiendo hacer
algo no sólo es una forma de violencia contra uno mismo sino también
hacia los demás, por cuanto que nuestra pasividad permite que los
agresores sigan extendiendo su violencia hacia otros.
No es inocente permanecer pasiv@ pudiendo hacer algo.Y ello porque la verdadera inocencia no tiene nada que ver con el miedo.Woman - Imagen de enriquelopezgarre en Pixabay
Es
un error pensar que uno se
merece ser maltratado y, por
ello, no hacer nada porque
es
lo que toca
en tu
guion, creyendo incluso quees la manera de
pagar
un karma por algo malo que hiciste
en el pasado. Esta manera de
pensar es lo que el curso
(UCdM) llama "pensamientos
mágicos". Todos los pensamientos del ego son mágicos porque
nos mantienen inmersos en
estados ilusorios alimentando
a su vez la gran
ilusión que
es el mundo.
La vida no suele ofrecer este tipo de experiencias (las
de maltrato) a las mentes
despiertas, o al menos no
tanto como a las mentes dormidas, y no precisamente porque quiera
ponerlas a prueba (Dios no nos somete a pruebas porque no nos exige
nada), sino para abrir la posibilidad a que esas
mentes dormidas despierten
aprendiendo a perdonar (pero
perdonar a como explica el curso, no a como se entiende el perdón
tradicional que todo el mundo conoce y practica).
Dado
que la ira procede de una interpretación y no de un hecho, nunca
está justificada. Una vez que esto se entiende, aunque sólo sea en
parte, el camino queda despejado. Ahora es posible dar el siguiente
paso. Por fin se puede hacer otra interpretación. Los pensamientos
mágicos no tienen que conducir necesariamente a la condenación,
pues no tienen realmente el poder de suscitar culpabilidad. De modo
que pueden pasarse por alto, y olvidarse en el verdadero sentido de
la palabra. (M-17.8.6-11 )
Pero
el maltrato no siempre es tan evidente. Se pueden ejercen formas muy
sutiles de ira y violencia mediante el engaño, las cuales solemos
pasar por alto por no ser de carácter físico, aunque luego puedan
tener importantes repercusiones a ese nivel. Existen personalidades
dementes como narcisistas o psicópatas que usan la violencia
psíquica hacia sus victimas, parejas, amigos, familiares, etc. Lo
anterior ocurre también a escala global donde gente igualmente
demente ocupando puestos de poder, creyéndose poseedoras del derecho
divino, recurren a malas artes para conseguir sus propósitos. Es
importante no dejarse manipular ni engañar, y más importante aún
es evitar la ira como respuesta pues, entre otras cosas, quizás les
serviría a esas personalidades para justificarse de su execrable
comportamiento hacia la población para castigarla más aún si
pueden. En un mundo mayoritariamente compuesto por gente sencilla que
permanece dormida e ignorante cediendo su poder ingenuamente, resulta
difícil saber qué hacer para evitar este tipo de abusos. A los más
despiertos siempre le queda el recurso de pedir consejo a J (Jesús)
quien ya advertía:
Mirad,
yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos
como las serpientes e inocentes como las palomas. Pero cuidaos de los
hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus
sinagogas;… (Mt, 10,16-17)
Concluyendo,
sin duda la ira nunca está justificada porque es una solución la
cual engendra más ira y más violencia. La mejor respuesta a
cualquier hecho abusivo partirá siempre desde el "estar
despierto" para no dejarse maltratar desde un principio. Desde
ese estado será más fácil encontrar una respuesta/defensa adecuada
aconsejados por nuestro guía interno, la cual cortará de raíz todo
mal.