No voy a escribir un artículo largo. No tiene sentido. Voy a ir al grano, a lo que importa para no perdernos en divagaciones inútiles, porque de no divagar se trata. Toma nota. Es muy simple, tan simple que no lo vas a creer. Tan simple que lo rechazarás porque es un puro compromiso de constancia y disciplina, pero la disciplina no agrada, no gusta. Muchos son los llamados y pocos los que se eligen a sí mismos.
Básicamente, el trabajo espiritual consiste en ir al centro de uno mismo, en observarse, y cada vez que te sorprendas divagando, pensando en el pasado o el futuro, dejar ir esos pensamientos y entrar en estado de Presencia o Atención Plena, una y otra vez, indefinidamente, una y otra vez. Eso es todo. Estar aquí y ahora. Y todo lo demás ya llegará por añadidura.
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