martes, 20 de septiembre de 2016

La iluminación es soltar

Si tienes floja la bombilla del techo y no alumbra, tienes que coger un taburete o una escalera para subirte en ellos y roscarla. Pero cuando lo has hecho y te bajas, no te llevas el taburete o la escalera debajo del brazo por si te vuelven a hacer falta, sino que los dejas en donde los cogiste ¡Hay quien no! Eso es lo que nos sucede a la mayoría de los que andamos el camino espiritual. Algunos hemos apretado la bombilla, pero no nos damos cuenta que ilumina porque nuestra atención todavía sigue puesta en el taburete o las escaleras. Nos hemos apegado a ellos. Hay luz pero no la vemos ¿Por qué? Porque seguimos pensando en los medios auxiliares de los que nos hemos servido, llámense enseñanzas, maestros, remedios, escaleras, taburetes y demás.
Es muy difícil desplazarse con todo eso, tropezándose con todo por todas partes. No te voy a decir que lo dejes ahora, pero cuando rendido llegues al hartazgo, suéltalo sin apego ¡Es un estorbo! Suelta las enseñanzas, suelta los métodos, suelta los libros, suelta a tus maestros, aparta el taburete y regala las escaleras. Ellos no son la iluminación, sólo apuntan hacia ella. Déjalos ir... y verás.
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