viernes, 15 de octubre de 2021

Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva... aplicada a UCdM? (Resumen)

Imagen tomada de la web


Conclusión:

El libro de Stephen Covey tiene por objeto el desarrollo y la eficiencia personal, pero UCdM dice que no eres una persona. ¿Cómo se digiere ésto? Veamos. Cada libro es de lo mejor para su propósito en su campo específico.

Ambos libros están destinados a cambiar tu manera de pensar y de actuar. El libro de Stephen Covey está escrito para volver altamente eficiente y productiva tu personalidad. No dudo que muchos de sus consejos hayan sido inspirados por la Mente Recta. Pero mientras éste libro te ayuda a alcanzar la máxima eficiencia personal, buscando simultáneamente el beneficio de los otros, para ganarte el mundo, UCdM va más allá al ayudarte a alcanzar la máxima eficiencia mental, que es utilizar tu mente recta, de cara a trascender el mundo. Un libro te ayuda a anclarte al mundo, el otro a des-anclarte de él.

La salvación ya se produjo. Recordamos lo que nunca sucedió atraídos por el deseo de las ilusiones, y mientras éstas nos sigan atrayendo estaremos destinados a recordarlas reviviendolas una y otra vez. Hasta que no dejemos atrás ese deseo seguiremos haciendo este mundo real y viendo lo que no está ahí. Tomarte totalmente en serio “los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” resulta ser al final una trampa más de la mente-ego deseando sentirse especial; un entretenimiento para evadir la verdad; una técnica depurada para hacer más puntera nuestra personalidad actuando en el mundo en el que parecemos vivir y hacer reales las ilusiones que aún nos siguen atrayendo al caer atrapados en ellas.

Si tomarse totalmente en serio los 7 hábitos de la gente altamente efectiva es un libro de magia por cuanto que hace realidad lo ilusorio resolviendo problemas o logrando cosas que en realidad no existen sino como una proyección de la mente-ego que nos sueña; rechazar el uso de estos hábitos a partir de esta lectura o reaccionar de manera negativa a ellos no haría sino reforzar aún más su realidad. ¿Por qué no usar la ilusión para tratar con la ilusión? De hecho hay que hacerlo mientras estemos dentro de ella al obedecer sus leyes. Perdonar no es más que eso, quitar yerro a las ilusiones y usarlas sin culpabilidad, ¡pero con responsabilidad! No vale decir que como todo es ilusión hago lo que me da la gana. Así que... está bien usar los 7 hábitos siendo consciente de que los estás haciendo y mientras no te dejes guiar o vencer por el ego.

El objetivo del Curso es el perdón, que no es más que despejar los obstáculos a lo que es verdad en ti y a tu paz interna; y si el uso de los 7 hábitos o de alguno de los siete hábitos, bien enfocados, te ayudan a conseguirlo, bienvenidos sean. Así que, utilízalos sin volverlos un fin en si mismos, y sin preocuparte de sus resultados.



Resumen:

1er hábito. Sé “proactivo”. Mantente alerta sólo en favor de Dios y de Su Reino” (T-6.V.C) (3º ley del ES). Enfócate en desarrollar la Visión o Percepción verdadera que te permita vivir en el mundo sin ser del mundo. No eres un cuerpo buscando la excelencia personal y la libertad individual en la consecución de una serie de metas mundanas e ilusorias que pueden ser muy nobles, sí, pero que como todo aquí están sujetas al fracaso y/o a la decadencia. Claro que puedes fijarte ese tipo de metas pero ya no te condicionan ni te atan, pues no importa lo que ocurra. Ser “proactivo” implica elevarte por encima de todas ellas sabiendo que tu libertad se haya en el desapego a las cosas del mundo.

2º hábito. Empieza cada día con el fin en mente que es conseguir la Paz de Dios cumpliendo con la lección segunda del ES: “Para tener paz, enseña paz para así aprender lo que es” (T-6.V.B). ¿Cómo se enseña la paz? Aprendiendo a estar en paz uno consigo mismo; siendo “proactivo”.

3er hábito. Establece primero lo primero, y lo primero es comprometerte con el proceso de la Expiación, que es la corrección de los errores de tu mente que te hacen tan infeliz, hasta percibir correctamente, lo cual te devolverá finalmente al estado de dicha, consciencia Cielo o de Unidad con Dios.

4º hábito. Piensa en ganar-ganar sabiendo que todo lo que haces te lo haces a ti mism@ (L-216) y puesto que vives en un mundo-espejo que funciona a través de la proyección. Por eso, para poder beneficiarte de los efectos de la Expiación, extiende tu nueva manera de pensar hacia todos sin excepción viendo inocencia en todo y en todos, pues como dice la primera lección del E.S.: “Para poder tener, da todo a todos” (T-6.V.A). Pero todo no es “Todo”. Está todo lo del ego y Todo lo del ES, lo cual a veces se confunde. Necesitas la guía del ES para que te diga como compartir lo que es sólo Suyo.

5º hábito. Para diferenciar el "todo" del Todo, procura primero comprender y después ser comprendido. Aprende a escuchar y dejarte guiar por el ES. Para que funcione Su corrección en tu nueva manera de pensar necesitas Su guía infalible. Una vez Le comprendas te sabrás comprendido.

6º hábito: Para dejarte guiar necesitas utilizar la sinergia con el ES. Confía en Él y sé responsable con su enseñanza, aplicándola de manera práctica para completar tu aprendizaje.

7º hábito: Por último, afila la sierra de perdonar. Esto no es una labor de un día sino de toda la vida porque el ego es muy enrevesado, tienes muchos nudos y es tan persistente que no se va a dejar deshacer rápidamente. Por eso, necesitas desarrollar la confianza mientras aprendes a perdonar; perdonar una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, hasta que deshagas toda tu culpa inconsciente y puedas completar la Expiación.



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Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva... aplicada a UCdM? (7ª Parte)


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7º hábito: Afila la sierra

En un mundo de constante cambio, preocúpate de seguir mejorando cada día. Renuévate, física, mental, social y espiritualmente todo cuanto puedas. Afilar la sierra implica poder ofrecer lo que nadie más ofrece. Para ello tienes que ser más competitivo, mejor que los demás en tu especialidad o el único en lo que haces ¿Cómo puede estar en paz alguna vez una mente que tiene que renovarse constantemente para ser especial? No puede. Si estás continuamente preocupado por afilar la sierra, preparándote físicamente para mantenerte en forma, haciendo cursos de capacitación, promocionándote de cara a la mejor imagen o haciendo méritos para ser mejor persona y elevar tu vibración, entonces, cada vez que no hagas “lo suficiente”, este hábito puede volverse una pesada carga. Pero pregunto: ¿Cómo sabes que en tus prácticas estás afilando realmente la sierra, que estás mejorando y haciendo lo que más te conviene a ti y a los demás? Sencillamente no lo sabes.

Deja que el Espíritu Santo sea tu guía en todo, y no te vuelvas atrás. Confía en que Él responderá de inmediato y con Amor a todos los que de algún modo se vean afectados por tus decisiones. Y todo el mundo se ve afectado. ¿Te echarías al hombro la responsabilidad de tener que decidir qué es lo único que redundaría en beneficio de todos? ¿Cómo ibas a saberlo? (T-14.III.17.4-8)

No quiero descalificar ninguna enseñanza de superación personal, las cuales son muy válidas para lograr las metas y propósitos que te hayas marcado, dependiendo de la situación de vida por la que estés atravesando; pero a donde quiero ir es más lejos, a otro nivel diferente.

El ego anda siempre exigiendo sacrificios porque necesita controlar, ya que se trata de una auténtica máquina de supervivencia. ¿Cuál sería el equivalente a este hábito en UCdM? Simplemente ninguno. El Curso dice:

El Espíritu Santo nunca exige sacrificios, el ego, en cambio, siempre los exige. (T-7.X.V.5)

También añade:

La Voz del Espíritu Santo no da órdenes porque es incapaz de ser arrogante. No exige nada porque su deseo no es controlar. (T-5.II.7.1-2)

El hábito más parecido a éste, sin recurrir a autoexigencias ni sacrificios, sería la capacidad de entregarnos al proceso de la Expiación, facilitando el despertar de nuestro verdadero ser, el cual permanece velado, siendo lo máximo a lo que podemos aspirar en este mundo ilusorio de dolor y culpa. Se trata, pues, de alcanzar el mayor estado de perdón y de sanación que nuestro guion nos permita desarrollar. Por eso quizás debiéramos preguntar ¿qué diferencia a un verdadero Maestro de Dios de un estudiante aprendiz del Curso?

Para responder hay que irse hasta el apartado 4 del Manual para el Maestro titulado “¿Cuáles son las características de los maestros de Dios?” Esas características son: I. Confianza, II. Honestidad, III Tolerancia, IV Mansedumbre, V Júbilo, VI Indefensión, VII Generosidad, VIII Paciencia, IX Fe, X Mentalidad abierta

Como ves, ninguna de ellas es la competencia o la competitividad y mucho menos el sacrificio. Todo lo contrario. Además se dice al principio del apartado II. Honestidad:

Todas las demás características de los maestros de Dios se basan en la confianza. Una vez que ésta se ha alcanzado, las otras se suceden naturalmente.

En el desarrollo de esa confianza habrá que pasar por muchos periodos difíciles en los que parezcamos tener que sacrificarnos en favor de nuestra entrega a Dios, pero no es más que la apreciación del ego. Renunciar a lo que no tiene valor no es ningún sacrificio. Lee sino el siguiente párrafo dentro del mismo apartado 4 del Manual para el Maestro, I. A Desarrollo de la confianza:

La tercera fase por la que el maestro de Dios tiene que pasar podría llamarse "un período de renuncia". Si se interpreta esto como una renuncia a lo que es deseable, se generará un enorme conflicto. Son pocos los maestros de Dios que se escapan completamente de esta zozobra. No tiene ningún sentido, no obstante, separar lo que tiene valor de lo que no lo tiene, a menos que se dé el paso que sigue naturalmente. Por lo tanto, el período de transición tiende a ser un período en el que el maestro de Dios se siente obligado a sacrificar sus propios intereses en aras de la verdad. Todavía no se ha dado cuenta de cuán absolutamente imposible sería una exigencia así. Esto sólo lo puede aprender a medida que renuncia realmente a lo que no tiene valor. Mediante esa renuncia, aprende que donde esperaba aflicción, encuentra en su lugar una feliz despreocupación; donde pensaba que se le pedía algo, se encuentra agraciado con un regalo.

Por todo lo anterior se podría decir que, simbólicamente, afilar la sierra en UCdM se basa más bien en cultivar y desarrollar la virtud de la confianza, con mucha paciencia, tesón y sin exigencias ni sacrificios. La confianza sólo se consigue con la práctica constante del perdón (entendido como el reconocimiento de las ilusiones como tales trascendiéndolas, no como el perdón tradicional que condena y luego perdona), hasta que se convierte en tu mayor y mejor hábito. Esto te permite vivir con amor y te lleva finalmente a poder completar la Expiación.

Afilar la sierra con un UCdM también se puede entender como la práctica de pulir o perfeccionar tu mente subiendo paso a paso la escalera de la salvación/Expiación. Es la corrección de tus errores de percepción hasta alcanzar el estado mental nivel Cielo. Cada diente de la sierra es un pensamiento en tu mente errónea transformado en un pensamiento de tu mente recta, lo que equivale a la subida de un peldaño de la escalera, o un pequeño milagro ayudándote a trascender este mundo un poquito más. Conforme más dientes de la sierra afilas más te acercas al Cielo. Este proceso no tiene nada que ver con el hábito de afilar la sierra de Stephen Covey porque no tienes que competir (entendido como una forma de atacar para el Curso). No se trata de volverte mejor que nadie, único o especial, ni de ganar, porque no estás en una carrera y no estás enfrentándote con nadie. Tampoco tienes el propósito de obtener algo de los demás. Simplemente confías en tu Guía y en el proceso aunque no lo entiendas, y esa confianza produce a su vez más confianza y así sucesivamente, hasta dar paso a las demás características del maestro de Dios.

Hermano, no des ni un solo paso en el descenso hacia el infierno. Pues una vez que hayas dado el primero, no podrás reconocer el resto como lo que son. Y cada uno de ellos seguirá al primero. Cualquier forma de ataque te planta en la tortuosa escalera que te aleja del Cielo. Sin embargo, en cualquier instante todo esto se puede deshacer. ¿Cómo puedes saber sí has elegido las escaleras que llevan al Cielo o el camino que conduce al infierno? Muy fácilmente. ¿Cómo te sientes? ¿Estás en paz? ¿Tienes certeza con respecto a tu camino? ¿Estás seguro de que el Cielo se puede alcanzar? Si la respuesta es no, es que caminas solo. Pídele entonces a tu Amigo que se una a ti y te dé certeza con respecto al camino a seguir. (T-23.II.22)


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Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva... aplicada a UCdM? (6ª Parte)


cog-wheels - Imagen de Arek Socha en Pixabay


6º hábito: Utiliza la sinergia (confianza y responsabilidad)

Este hábito habla de saber cooperar y trabajar en equipo para conseguir lo que tú no conseguirías sólo por ti mismo. Da por hecho que eres una persona con las limitaciones a las que te ves sometido debido a tu condición de cuerpo físico y con una mente intelectual igualmente limitada, estando separado y aislado del resto de personas por tu individualidad. Para beneficiarte de la sinergia es necesaria la confianza en los demás y la responsabilidad para borrar esas limitaciones. Huelga decir que esa confianza y responsabilidad ha de ser mutua, y que no siempre sucede o no sucede todo el tiempo debido a la naturaleza del ego.

Precisamente el ego de las personas es el principal obstáculo a la sinergia debido a su creencia en la separación, la desconfianza y la irresponsabilidad, por lo que se ve en la tesitura continua de tener que decidir. ¿Hago ésto o lo otro? ¿Confío en este o en el otro, en nadie o en todos? ¿Me hago responsable o no me hago?. Todo el mundo ha tenido experiencias de trabajo en grupo así que sabe de lo que hablo. Utilizar la sinergia de forma exitosa desde el ego de manera continuada es más que un verdadero triunfo, una utopía. Ya no hablo de utilizar todos los hábitos a la vez.

En cuanto a relaciones humanas y sinergia, UCdM insiste en la necesidad de confiar en tu hermano, sin necesitar trabajar en equipo puesto que no se requiere al tratarse de un entrenamiento mental destinado exclusivamente a llevarlo a cabo sobre uno mismo. Así que si eres estudiante del Curso no necesitas acudir a grupos de estudio, ni asistir a ningún tipo de celebración grupal para practicarlo y obtener sus beneficios, ya que lo puedes practicar en el día a día con la gente con quien te relaciones sin que tan siquiera ellos lo sepan.

Dentro de las relaciones tenemos la que el Curso llama “relación santa”, la cual cumple por entero con el hábito de la sinergia sin tener ningún propósito especifico que lograr, puesto que cada miembro de la relación es total en si mismo, no necesita nada, y no anda preocupándose por lo que haga o piense el otro. En todos los casos la confianza y la responsabilidad es para contigo en primer y último lugar, porque como el Curso asevera, no hay “otros” ni existen “los demás” ya que todos somos Uno.

Resumiendo, UCdM no te exige formar un “equipo de milagros sinérgico” con el que poder salvar al mundo (el efecto), porque tú objetivo no está puesto afuera, sino adentro, en la corrección o sanación de tu mente (que es la causa), proceso al cual el Curso llama Expiación.

En esto es en lo que el maestro de Dios tiene que confiar. Esto es lo que realmente significa la afirmación de que la única responsabilidad del obrador de milagros es aceptar la Expiación para sí mismo. (M-7.3.1-2)

Para lograr la Expiación tienes que volcar tu confianza y responsabilidad en conseguir la sinergia, sí, pero con tu Maestro interno, el E.S. Una vez la consigues con Él, la consigues con “todos y todo lo demás”. Pero también consigues la salvación del mundo, ya que el mundo está en tu mente al ser tu proyección.

La única responsabilidad del maestro de Dios es aceptar la Expiación para sí mismo. La Expiación es sencillamente la corrección o anulación de los errores. Cuando se haya alcanzado, el maestro de Dios se habrá convertido, por definición, en un obrador de milagros. Sus pecados le habrán sido perdonados, y él ya no se condenará a sí mismo. ¿Cómo podría entonces condenar a otros? ¿Y habría alguien al que su perdón no pudiese curar? (M-18.4.5-9)


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Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva... aplicada a UCdM? (5ª Parte)


Escena de la película “Hermano sol, hermana luna” del director Franco Zeffirelli (1972) 
– Tomado de la web 


5º hábito: Procura primero comprender y después ser comprendido (aprender a escuchar)

A estas alturas la cosa se empieza a poner interesante.

Este quinto hábito habla de no ofrecer soluciones antes de comprender a la otra parte. Persigues tu objetivo y para lograrlo buscas satisfacer las necesidades de los demás antes de anteponer las propias, un sucedáneo del ganar-ganar. Como ves, no es generosidad, más bien es egoísmo dado la vuelta. Tu escucha es una escucha condicionada porque estás ofreciendo un crédito a pagar con intereses. Así que, como con el anterior hábito, no solo es posible sino probable que te veas en situaciones en las que te veas forzado a comprender las necesidades de los demás, pero ellos no siempre entiendan las tuyas. En el mundo de las formas regido por el ego no está garantizado el funcionamiento de esta fórmula de reciprocidad al 100% porque el guión del ego siempre esconderá un grado de imprevisibilidad.

Lo más parecido a este hábito o principio en UCdM probablemente sea aprender a escuchar al E.S. y no a la voz del ego; lo anterior para encontrar guía infalible, que lo que grite el ego ya no importa. El E.S. habla y puede ser escuchado en cualquier parte, en cualquier momento y a través de cualquier medio, incluso simbólicamente. El ya te comprende y trasciende el tiempo y el espacio, así que no tienes que aclararle nada, darle explicaciones ni preocuparte de que vayas a ser entendido con frases bien montadas y palabras bonitas porque Él es tu Yo Superior. Pero tu comunicación se cierra si escuchas desde la expectativa, con presunciones dando por hecho que vas a escuchar lo que tu ego quiere escuchar. El ego no sabe escuchar pues escucha lo que quiere, y lo que quiere es ser complacido de sus exigencias, por lo que si sigues sus preceptos, con toda seguridad te desilusionarás y echarás luego la culpa al E.S. ya que Él te ignora y no te ofrece lo que tu ego esperaba con ingenua ansiedad. Y es cierto: el E.S. no hace caso al ego porque son dos partes de tu mente totalmente disociadas la Una de la otra.

Es cuando aprendas a escuchar al E.S., tu Yo Superior, Intuición o como quieras llamarlo, que sabrás que eres comprendido, porque abres el canal al entendimiento. Este hábito me recuerda a la oración atribuida a San Francisco:


Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que donde haya odio, yo ponga amor.
Donde haya ofensa, perdón.
Donde discordia, unión.
Donde falsedad, verdad.
Donde duda, Fe.
Donde desesperación, esperanza.
Donde oscuridad, luz.
Donde tristeza, alegría.


Oh Señor,
que yo no busque tanto
ser consolado, como consolar,
ser comprendido, como comprender,
ser amado, como amar.

Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de uno mismo que uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando que se es perdonado,

es muriendo que se resucita a la vida eterna.



El siguiente párrafo del Curso lo deja muy claro:

Maestro de Dios, ¿cuál es tu juicio acerca del mundo? ¿Has aprendido ya a hacerte a un lado y a oír la Voz del Juicio dentro de ti? ¿O todavía intentas usurpar Su función? Aprende a aquietarte porque Su Voz se oye en la quietud. Y Su Juicio les llega a todos los que se hacen a un lado, y escuchando calmadamente lo esperan. (M-15.2.9-13)

No puedes pretender comprender a los otros del todo cuando tu ofrecimiento está condicionado a la consecución de tus objetivos, ya sean materiales, profesionales, o incluso “espirituales”. Puede que suene duro o exagerado, pero es lo que hay detrás de las intenciones de las enseñanzas de “los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, pues sólo el ego puede pretender ser “efectivo”. El Espíritu ya lo es en sí mismo por ser perfecto y no tiene que esmerarse en ello.

Pongamos un ejemplo. Imagina que eres vendedor de coches. Tienes que comprender las necesidades de tu cliente antes de ofrecerle tu mejor vehículo. O si eres consultor, psicólogo o sacerdote, tienes que primero comprender los problemas del otro antes de ofrecerle tu asesoramiento y ayuda. Afunciona todo lo que nace del ego. Busca validación a través del intercambio (feedback” es la palabra en inglés) pues existe dualismo implícito, un tú y un yo, lo tuyo y lo mío.

A lo mejor, desde la honestidad, tu respuesta al comprender al otro sea: “No tengo o no sé qué ofrecerte hermano. No te puedo ayudar”. Aún así estás alimentando tu reputación, a pesar que inmediatamente después de despedirte de tu “potencial” cliente oigas la voz de tu ego (o de tu pareja) decir:¡¿Pero de qué vamos a vivir si haces con todos igual?!”. ¡Pues de eso!, de tu reputación de persona honesta. El problema es que una “persona honesta” sigue siendo “persona” y sigue habiendo “ego”; un ego bueno eclipsando a un ego malo relegado al olvido del inconsciente, pudiendo estallar en cualquier momento.

El amor de verdad no es condicional; no dice: “oiré tus necesidades para tratar de comprenderlas, para que luego tú escuches las mías”. El amor no negocia. El amor tampoco te dirá “no tengo o no sé que ofrecerte. No te puedo ayudar” porque no anda preocupado en ayudar (sí, como lo oyes). Ni siquiera se preocupa porque sabe que todo está bien tal como está, y que la paz no depende de los problemas ni de las formas que parecen tomar las cosas.

UCdM enseña que no hay “otros” ni hay “cosas” ahí fuera que cambiar y arreglar porque sabe que todos son proyecciones de tu mente dormida, la mente ego. Incluso te dice que la mente ego que proyecta esa realidad virtual que tu llamas “el mundo” tampoco existe y que es producto de un estado imposible. Sólo hay una Mente y un Ser verdaderos, semejantes y por tanto, unidos a Dios en un único Todo Lo Que Es.

Sin duda puedes pensar que UCdM se te escapa y que pone el listón muy alto, pero ni te preocupes ni te abrumes si no puedes expresar amor puro (si pudieras comportarte así probablemente ya no estarías aquí). Ya eres ese amor pero el darte cuenta de ello es una condición de tu mente que requiere tiempo y un largo proceso. Permítete mientras tanto ser una persona normal sin condenarte por ello. Tratar de comprender primero al otro y luego ser comprendido es sin duda un gran logro en la dirección correcta para el des-hacimiento del ego, quien te zancadillea constantemente poniendo obstáculos al amor que eres.



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  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...