lunes, 29 de junio de 2020

PK (¿Estás Borracho?)

PK es el título de una película india de 2014, conteniendo un poco de todo: parodia, sexo subliminal, comedia, música, romance, familia, religión... lo que la hace entretenida y apta para todos los públicos que soporten bien el cine bollywoodiense. Dirigida por Rajkumar Hirani, su protagonista masculino es Aamir Khan, con los ojos y orejas agrandados, quien aterriza en la Tierra como extraterrestre para estudiar el planeta. No lleva más que un collar puesto que resulta ser un mando a distancia con el que llamar a su nave espacial para cuando desee regresar, pero se lo roban y entonces se ve obligado a recuperarlo si quiere volver a casa, convirtiéndose en una especie de hijo pródigo. Ahora sabrás por qué lo digo.


Después de aprender el idioma terrícola de una forma peculiar, se da cuenta que en la Tierra todo el mundo recurre a Dios para aliviar sus problemas. Dios todo lo sabe y Dios todo lo otorga, así que sólo Dios puede devolverle su collar. El problema surge cuando descubre que existen decenas de religiones en India y empieza a practicarlas todas, una por una, buscando al dios que cumplirá su deseo. ¿Dónde estará el verdadero Dios? 
Su confusión va en aumento cuando practicando todas las religiones descubre que Dios no le concede lo que quiere. Todos tenemos un dios hecho a medida al que le hablamos, nos quejamos y le pedimos ésto y lo otro, pero nunca sucede lo que queremos que suceda; mucho menos cómo deseamos que suceda. ¿Por qué?

PK llega a una primera conclusión a la que denomina "llamar al número incorrecto": Con las prácticas religiosas la gente en realidad está llamando al sitio equivocado allá arriba, pues las peticiones son recogidas por un falso dios, una especie de ser bromista que nos mantiene afanados haciendo cosas absurdas (que si rezando, peregrinando, flagelando, haciendo ofrendas y sacrificios, etc) para complacerle. Mientras, el mismísimo Dios no recibe ninguna de nuestras peticiones y por eso no nos concede nada. PK piensa que la causa es que la tecnología para hablar con Dios ha quedado nada menos que desfasada. De esta manera deja en entredicho a todas las religiones y a sus intermediarios; en concreto a uno especialmente que resulta tener su collar: El Sr. Tapasvi. Tapasvi es un gurú vende-húmos y aprovechado que vive de la ingenuidad y la necesidad de la gente, entre quienes se encuentra el padre de la protagonista femenina, Jaggu, (Sanjay Dutt) que hace de periodista de una cadena de televisión, y que ayudará a PK a recuperar su collar. 
PK y Jaggu van a ver una audiencia del Sr. Tapasvi para intentar explicarle ingenuamente a éste que se está equivocando, que no está hablando con el verdadero Dios, pero el intento de PK no resulta bien parado delante de una multitud de seguidores del gurú, el cual se ve obligado a expulsarlo del recinto. El padre de Jaggu, muy ofendido por lo sucedido con su gurú, pues es un gran devoto seguidor de Tapasvi, amenaza a PK con ir al infierno y en ese momento PK tiene un segundo momento lúcido: Comprende que este juego de hablar y pedirle a Dios cosas va en realidad sobre el miedo. Ese ser allá arriba que recibe las llamadas resultando ser el "número incorrecto" no sólo no toma el pelo a la gente sino que está explotando nuestro miedo. El miedo se ha convertido en un negocio. ¡Qué gran verdad! En este mundo la única verdad es que todo es un juego ilusorio de separación, donde el ego de una pequeña minoría más despabilada, sinvergüenza, psicópata y amoral se sirve del miedo, la ingenuidad y el victimismo de la otra inmensa mayoría de personas para vivir de ellos en una especie de simbiosis natural difícil de romper.
Después de ser expulsado de la audiencia PK inicia, con la ayuda de Jaggu y la cadena de televisión, una especie de cruzada nacional para invitar a todos a denunciar y poner en evidencia a esa minoría de "números incorrectos" que viven de la generosidad y los problemas de los demás.
En ésto, la casualidad quiere que se descubra al ladrón del collar que confiesa lo vendió a Tapasvi, quien a su vez había declarado públicamente que se lo había entregado el mismo Dios. Ahora PK sabe que Tapasvi es un mentiroso, no solamente un intermediario llamando al número incorrecto. En un debate final televisado que enfrenta a los dos, Tapasvi dice: 

- "¿Quieres quitarle Dios a la gente? ¿Qué les darás a cambio?. Si todos somos un número incorrecto, ¿cuál es tu número correcto?. Dios es la esperanza de la gente desesperada"  

PK le da la razón. Dios da fuerza a la gente para continuar en medio de sus dramas y problemas diarios. Y añade: 

- Hay dos dioses, Uno El que nos ha creado, y otro(s) creado(s) por los números incorrectos. No sabemos nada del Dios real, pero el dios falso es como quien lo fabrica, un mentiroso, que engaña, que hace falsas promesas, que deja pasar a los ricos antes e ignora a los pobres; un dios que es feliz cuando lo adoran y se hace temer por la gente. Pero sólo hay que creer en el Dios real que ha creado a la gente y destruir a los dioses falsos. Hay que dejar de proteger a los falsos dioses. Las diferencias no las ha creado Dios sino los seguidores de dios. Las diferencias que nos hacen especiales y mejores que los demás son el número incorrecto más peligroso de este mundo"

Ahora sólo un milagro puede dejar bien parado a PK delante de todo el país a pesar de sus palabras honestas, pues Tapasvi lo reta a que demuestre que no tiene el don de la profecía; en concreto a que no se equivocó sobre una de ellas revelada por su dios acerca de algo que le dijo a Jaggu tiempo atrás. No cuento más para no desvelar toda la película y estropearte el final. 

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miércoles, 24 de junio de 2020

Ejercicios de autoindagación

Hoy, para variar, presento algunos ejercicios de auto-indagación. Asegúrate de no leer las conclusiones hasta que hayas respondido a las preguntas. Espero que te resulten de utilidad.

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Ejercicio nº 1: ¿Con quien me identifico?

Observa atentamente las tres figuras de la carta “Renacer” (Rebirth) del tarot de Osho. 


En ella se describe la evolución de la conciencia tal como lo hace el libro “Así habló Zaratustra” escrito por Friedrich Nietzsche. Primero tenemos un camello adormecido, el cual es obediente, conformista y preocupado por la opinión de los demás. Cuando nos damos cuenta que desperdiciamos la vida como camellos surge el león empezando a decir ¡no! a las demandas de los demás. Finalmente surge el niño interior, que no es ni conformista ni rebelde, pero sí inocente, espontáneo, viviendo en armonía consigo mismo y con todo.

Preguntas:

1) De los tres, ¿Con quién te sientes más identificado en este momento? 
2) ¿Quién o Qué es el “Yo” dentro de ti que se identifica con ese personaje que has elegido en la pregunta interior?
3) ¿Puede evolucionar ese Yo?
4) Sólo en caso de que hayas respondido "no"... ¿Qué es realmente lo que evoluciona? 

Conclusiones:
1. Yo no soy mi personaje.
2. Lo que evoluciona es el pensamiento acerca del personaje, el cual se ve luego reflejado externamente en la forma de comportarte.
3. El Yo que observa nunca evoluciona, nunca cambia pues siempre Es. Puedes hacerte consciente de él o no, pero siempre está ahí de manera inmutable e inmortal. 



Ejercicio nº 2: Siente la perfección

water - Arek Socha en Pixabay

En cada persona coexisten dos sistemas de pensamientos. Uno es el del ego o mentalidad errónea, y otro es el del espíritu o mente recta. Los dos son opuestos y auto-excluyentes. No pueden funcionar los dos a la vez, aunque ahora puedes pensar con uno y a continuación con el otro, alternándolos.
El sistema de pensamiento del ego está basado en creencias; la principal es la separación, lo que induce a los deseos (debo/debería de hacer ésto o lo otro para conseguir aquello de lo que estoy separado). Es también relativo, cambiante y evolutivo porque ahora piensa que ésto es así pero mañana será de otra manera. Es caótico, descontrolado y realiza juicios de valor y análisis en un intento por controlar ese caos. Induce al miedo, la duda y la desconfianza. Genera intranquilidad. Genera ilusiones e irrealidad. Ve imperfección y deficiencias por todos lados.
El sistema de pensamiento del espíritu también está basado en creencias pero éstas son bien diferentes (opuestas a las anteriores) apuntando al conocimiento, a lo que es verdad. Por lo tanto, las creencias de este sistema de pensamiento son la unicidad, la no separación, la inclusión, el equilibrio, la perfección, la completud. Induce al amor, a la certeza y la confianza. Aporta paz. Reconoces la irrealidad de las ilusiones apuntando fuera de ellas. Es como el dedo de Buda que con serenidad y de forma inquebrantable apunta a la luna.

Preguntas:
1. ¿Qué es perfecto para ti?
2. Puede ser llegar a ser perfecto lo que está cambiando o es susceptible de cambiar a cada instante? 
3. ¿Puedes ser feliz con lo que es cambiante, con lo que no es seguro? 
4. ¿Qué hay de valor o cuál es el valor de lo que no es permanente? 
5. ¿Puedes ser feliz viviendo con este tipo de pensamiento cambiante, caprichoso, temeroso, etc.?
6. ¿Por qué te aferras a él?
7. ¿Cómo podrías conectar con el sistema de pensamiento del espíritu?

Conclusiones:
1. Lo cambiante sólo es perfecto en el grado en el que tú lo aceptas como es en el momento en que lo percibimos. Hoy lo es pero maña posiblemente deje de serlo. Se trata de una perfección sólo temporal. 
2. El sistema de pensamiento del ego no te permite ser feliz con lo que es cambiante, no de forma permanente. Puedes serlo por instantes o un periodo de tiempo determinado, pero luego algo vendrá a interrumpir esa felicidad.
3. La felicidad o infelicidad está en tu pensamiento acerca de las cosas, no en las cosas mismas. 
4. Dejando de hacer juicios conectas con el sistema de pensamiento del espíritu con el que sí puedes ser feliz.

Ejercicio: Observa perfección (no dice observa la perfección, no, sino observa perfección). Observa con tu “ojo interno” todo como perfecto. Este instante es perfecto, es ahora, no deseas que sea en el pasado ni el futuro. Tú y la gente que hay en tu vida son la gente perfecta y necesaria para lo que necesitas; no sobra ni falta nadie. Los sonidos que puedes escuchar adentro como afuera en la calle son perfectos porque son los que se tienen que escuchar. Este ejercicio es perfecto tal como es y lo estás haciendo de la mejor manera que sabes; no lo puedes hacer mejor ni peor. El ritmo de tu respiración es perfecto porque te nutre de vida, no puedes vivir más o menos ahora forzando tu respiración. Los eventos que te han traído a este instante han sido perfectos para que todo se de como se está dando, etc.



Ejercicio nº 3: ¿Qué puedes cambiar?

storytelling - Tumisu en Pixabay

Imagina que eres un escritor o guionista. Has escrito el libro de la vida de un personaje (el que crees que eres) y te dispones a leerlo. Abres el libro por la página justo donde estás ahora, en este instante y empiezas a leer.

Pregunta: Si te metes en la piel del personaje ¿Qué puedes cambiar del guión?

Conclusión: Sólo puedes cambiar tu forma de ver las cosas y tus emociones al respecto.



Ejercicio nº 4: ¿Qué deseas? ¿Para qué, para qué, para qué, ... por qué?
matryoshka - Maria_Alberto en Pixabay

Piensa en este instante en cualquier cosa que puedas desear y/o hayas deseado últimamente. 

Pregunta:
1) ¿"Para qué" quieres eso que deseas? 
2) Vuelve a preguntarte para qué quieres el resultado del "para qué" de tu respuesta. Por ejemplo, si has deseado una casa más grande anteriormente y has contestado para invitar a tu familia o amigos, pregúntate para qué quieres llevar a tu familia y amigos a casa.
3) Sigue preguntándote sucesivamente "para qué" quieres éso. Cuando llegues al deseo “raíz”, que es el deseo más básico encubierto que da origen al primer deseo, y ya no puedas encontrar ningún otro por debajo, pregúntate por qué. ¿Qué se esconde detrás de ese deseo más básico?
4) ¿Qué o quien dentro de ti es el que desea? ¿Por qué? ¿Qué puedes hacer al respecto?

Conclusiones: Si aún deseas ese deseo básico tanto como el deseo último, es porque sientes que eso está fuera de ti, que no se está produciendo en este momento. Te estás identificando con tu personaje.



Ejercicio nº 5: Salvar al mundo

idea - Arek Socha en Pixabay

Si pudieras salvar al mundo. ¿Lo harías? Seguramente respondas que sí, pero la primera pregunta que te harías una vez aceptaras la misión sería: ¿Cómo puedo hacerlo? 

¿Y si te digo que no tienes que hacer nada? El mundo es mental, no es físico. Lo físico es sólo un nivel de manifestación de lo mental, su efecto. La salvación está en la mente del que observa. Por lo tanto, si el juicio condena al mundo, lo que tienes que hacer para salvarlo es observarlo con inocencia.

Ejercicio: Observa a cualquier ser viviente en el mundo, persona, animal o planta, cualquier paisaje o escena que despierte tu condena, tu resentimiento, tu pena, tu disconformidad, tu indignación, etc, y sin juzgar ve inocencia en ello. Para observar la inocencia es necesario que no te quedes enganchado en la forma material que presenta el objeto de tu mirada. Tampoco en ningún juicio acerca de la historia que esa forma tiene asociada. Es necesario que intuyas que detrás de la imagen que ves está tu espíritu. ¿Puedes ahora observar inmortalidad subyacente detrás de cada forma de vida? ¿Puedes observar la infinitud, la eternidad debajo de ella?

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viernes, 19 de junio de 2020

Aprender a perdonar. Los tres pasos del perdón (3ª Parte)

<Ir a la 1ª Parte>
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¿Qué tan avanzado estoy en mi proceso de perdón?  

Si eres estudiante de UCdM, quizás te surja la pregunta que da titulo a este apartado, ¿qué tan avanzado estoy en mi proceso de perdón general?. Eso no es algo que puedas medir porque sólo el E.S. lo sabe y por eso no debiera ser tu preocupación; pero sí puedes notar que, trascurrido cierto tiempo de trabajo con el curso, la culpa ya no tiene tanto peso en tu vida. El deshacimiento de la culpa tiene su reflejo en tu capacidad para trascender cualquier tipo de ataque.

(…) la ausencia de culpa es invulnerabilidad. Por lo tanto, pon de manifiesto tu invulnerabilidad ante todo el mundo. Enséñales que no importa lo que traten de hacerte, tu perfecta libertad de la creencia de que algo puede hacerte daño demuestra que ellos son inocentes. Ellos no pueden hacer nada que te haga daño, y al no dejarles pensar que pueden, les enseñas que la Expiación, que has aceptado para ti mismo, es también suya. No hay nada que perdonar. Nadie puede hacerle daño al Hijo de Dios. Su culpabilidad es totalmente infundada, y al no tener causa, no puede existir. (T-14.III.7) 
woman - Gerd Altmann en Pixabay

Después de años de práctica del perdón aún seguirá siendo fácil que en ocasiones te sigas sintiendo atacad@, y de nada servirá engañarse un@ mism@ negándolo. UCdM es un curso de honestidad. 
Otro indicador de tu estado interno de perdón es la velocidad conque eres capaz de dejar ir. Habrá cosas que tardes años y otras que harás automáticamente. Conforme más practiques más habilidos@ te volverás, pero sin duda lo que más te costará será pasar grandes pruebas de perdón; esas que ocurren un par de veces en la vida y que a nadie le gustan porque ponen todo patas arriba. Aunque al momento de sucederte no lo veas, ellas serán tu mejor escuela de perdón si sabes aprovecharlas. 


El perdón es compartido 

El perdón es la base del milagro, una cadena eslabonada conformando la expiación o corrección total del error más grande que es el sueño del mundo. Cuando perdonas algo concreto se produce un milagro el cual se transmite a otras personas, a otras situaciones y a otros tiempos diferentes ya que el sueño es holográfico, por lo que no tiene que manifestarse necesariamente como puedas esperar. Para que se entienda mejor voy a poner un ejemplo. 
Imagina lo que es utilizar el corrector ortográfico del procesador de textos de tu computadora (en España le decimos ordenador). ¿Lo has usado alguna vez? Espero que sí. Estás leyendo y revisando un documento de miles de páginas que tú mismo has escrito, y en una de ellas descubres una palabra mal escrita (o puede que toda una frase, un párrafo... éste es el error). Abres el corrector (pulsas en "Herramientas" y luego en "ortografía y gramática" en el menú superior) y aparecen diferentes opciones de palabras para sustituir a la que has descubierto equivocada. Seleccionas una de ellas (la adecuada) y a continuación pulsas sobre "cambiar". Inmediatamente todas los errores similares que ya están en el documento pasan a escribirse de manera correcta. Un milagro sería el equivalente a la corrección de un error concreto. Tú ves un sólo cambio en una página, pero el mismo error ha sido corregido en todo el documento sin que tú lo veas ni puedas comprobarlo en ese instante, pues tendrías que revisar una por una todas las páginas, y una página te ha llevado toda una vida. ¡Es imposible de comprobar así que confías!. El perdón se puede definir como el proceso que lleva a cabo la corrección ahorrándote muchísimo tiempo, y la expiación sería la corrección del documento completo. 

Los milagros son parte de una cadena eslabonada de perdón que, una vez completa, es la Expiación. La Expiación opera todo el tiempo y en todas las dimensiones del tiempo.(T-1.I.25) 

Claro que tú no estás sol@ corrigiendo "ese documento" en la experiencia de la dualidad. Aparentas estarlo mientras te identificas con tu cuerpo y tu personalidad. La realidad es que la única Mente que existe es la que está realizando la corrección tomando a cada vez más y más personas que, experimentando un despertar, empiezan a observar desde la perspectiva de la mente recta. Este proceso va "in crescendo". 

Los perdonados son el medio de la Expiación. Al estar infundidos por el espíritu, perdonan a su vez. Aquellos que han sido liberados deben unirse para liberar a sus hermanos, pues ése es el plan de la Expiación. Los milagros son el medio a través del cual las mentes que sirven al Espíritu Santo se unen a mí para la salvación o liberación de todas las creaciones de Dios.(T-1.III.3)



Resumen del proceso de perdón

1er Paso: Identifica el error por cómo te sientes. ¡Date cuenta!. Sirviéndonos del ejemplo anterior, imagina que descubres un error ortográfico en el documento de texto en el que estás trabajando en tu computador por el que sientes vergüenza o que te hace sentir enfadad@, decepcionad@, mal, etc. Aquí termina el primer paso.  ¡Simple!

2º Paso: Acepta el error, obsérvalo a conciencia, lo que equivale a decir que lo mires desde tu mente recta, al tiempo que lo dejas ir entregándolo al E.S. Siguiendo con el ejemplo anterior, has encontrado el error ortográfico y vas a hacer un pequeño esfuerzo para que sea corregido. En realidad el error está ya subrayado en rojo en tu pantalla porque el procesador, que hace el papel de E.S., así te lo indica. No es momento para pesares lamentándote cómo fue que te equivocaste al escribir, así que nada de culpas ni de juicios pues no tiene mayor importancia; pero si quieres corregir el error y que desaparezca del documento no puedes pasarlo por alto. Lo observas, y compruebas que efectivamente esa palabra está equivocada. En la práctica abres el corrector del procesador y éste ya te muestra un listado de palabras alternativas, escoges la que quieres y pulsas en “cambiar” para que el computador haga su trabajo buscando errores similares. Has entregado el error al corrector, lo has dejado ir y tú ya has acabado. En la práctica real del perdón tú no tienes tan siquiera que intentar corregir ese error. Sólo lo observas y el hecho de observarlo sin juicio es la entrega que haces para que sea corregido por el E.S. Quien es mucho más inteligente que cualquier procesador o inteligencia artificial. 

3er Paso: Confía y olvídate pues el E.S. limpiará la culpa subconsciente asociada a ese error y a todos los que tenga la misma base de culpabilidad. En el ejemplo, el corrector del procesador de texto hace la tarea de corregir todas las palabras conteniendo el mismo error en todo el documento. Tú ya no tienes que hacer nada más, sólo confiar en que el software llevará a cabo su tarea de manera automática y efectiva. Nada más fácil, aunque sí, puede ser arduo encontrar todos los errores, pero error corregido, error que no vuelve a repetirse.


Ésto es importante

Los pasos 2º "observar", y 3º "entregar", no son consecutivos; no haces uno y luego el otro. Son simultáneos. Cuando decides mirar a conciencia cualquier experiencia desagradable para perdonarla, exponiéndote a sentir todo el amasijo de sentimientos dolorosos que te producirá la observación, estás activando la entrega al E.S. al mismo tiempo. La verdad duele pero te ha de reconfortar saber que estás siendo, además de honest@, muy valiente. En cambio, cuando desvías tu mirada, que es la práctica más habitual entre casi la mayoría de las personas creyendo que así atenúan su dolor, no estás confiando en la vida ni entregándolo a quien puede sanarlo. En este último caso, no quieres perdonar y lo que haces es enterrar el dolor. O puede que tratando de buscar un balance trates de arreglar el error por tu cuenta haciendo lo que crees que debes hacer, como tomarte la justicia por tu mano, vengándote o lo que sea que viene a complicar aún más tu situación y de paso la de los demás. Entonces sigues guardando la herida y el rencor hasta que explota en una próxima ocasión. Pero no es hasta cuando por fin miras y no te afecta aquello en absoluto que sabes has perdonado de verdad. Así que, repito, éstos dos pasos son simultáneos, no consecutivos. 

Como dije anteriormente, al ser el perdón compartido una vez perdonas un error todos los errores con la misma base quedan automáticamente corregidos. Si no perdonas un error (si no lo entregaste por completo), el error se volverá a repetir en diferentes contextos hasta que lo perdones totalmente. 

La vida es como una larga novela en la que te ves atrapado repitiéndola y corrigiendo sus errores. Cuando por fin lo haces, puedes salirte de ella y cerrar el libro.

obstacles - Jonas Hasselqvist en Pixabay

Las pruebas por las que pasas no son más que lecciones que aún no has aprendido que vuelven a presentarse de nuevo a fin de que donde antes hiciste una elección errónea, puedas ahora hacer una mejor y escaparte así del dolor que te ocasionó lo que elegiste previamente. En toda dificultad, disgusto o confusión Cristo te llama y te dice con ternura: "Hermano mío, elige de nuevo" (T-31.VIII.3.1-2) 

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martes, 16 de junio de 2020

Aprender a perdonar. Los tres pasos del perdón (2ª Parte)

¿Cómo se practica el perdón? Los tres pasos. 

El primer paso es identificar el error o darse uno cuenta de aquello que crees se “te” ha hecho o se "te" está haciendo, y por lo que te sientes mal. Tu reacción puede tomar cualquier forma e intensidad, desde una pequeña incomodidad a una significativa preocupación; incluso un profundo malestar causándote ira, ansiedad o depresión. No importa si es un sentimiento pequeño o uno mucho más grande, J (Jesús) dice que no hay diferencia entre ninguna de estas reacciones porque detrás se esconde la creencia de que lo que se “te” hace es real. Reseñar que no se trata de identificar el error en los otros, de su "injusto comportamiento contigo", no. Recuerda que no buscas corregir ni cambiar la forma de ser de nadie, y menos aún de echarle la culpa, sino de darte cuenta cómo reaccionas tú a determinados hechos. Nunca podrás cambiar lo que hagan o digan los demás. 
problem - Gerd Altmann en Pixabay 

Tal vez sea útil recordar que nadie puede enfadarse con un hecho. Son siempre las interpretaciones las que dan lugar a las emociones negativas, aunque éstas parezcan estar justificadas por lo que aparentemente son los hechos o por la intensidad del enfado suscitado. Éste puede adoptar la forma de una ligera irritación, tal vez demasiado leve como para ni siquiera poderse notar claramente. O puede también manifestarse en forma de una ira desbordada acompañada de pensamientos de violencia, imaginados o aparentemente perpetrados. Esto no importa. Estas reacciones son todas lo mismo. Ponen un velo sobre la verdad, y esto no puede ser nunca una cuestión de grados. O bien la verdad es evidente, o bien no lo es. No puede ser reconocida sólo a medias. El que no es consciente de la verdad no puede sino estar contemplando ilusiones. (M-17.4) 

Este primer paso te corresponde darlo a ti para lo que tienes que tienes que ser capaz de observar lo que está ocurriendo en tu interior. Esto también quiere decir que tienes que desear darte cuenta y nada más. La base es la misma del instante santo. 

El instante santo es el resultado de tu decisión de ser santo. Es la respuesta. Desearlo y estar dispuesto a que llegue precede su llegada. Preparas tu mente para él en la medida en que reconoces que lo deseas por encima de todas las cosas. No es necesario que hagas nada más; de hecho, es necesario que comprendas que no puedes hacer nada Más. No te empeñes en darle al Espíritu Santo lo que Él no te pide, o, de lo contrario, creerás que el ego forma parte de Él y confundirás a uno con otro. El Espíritu Santo pide muy poco. Él es Quien aporta la grandeza y el poder. Él se une a ti para hacer que el instante santo sobrepase con mucho tu entendimiento. Darte cuenta de lo poco que tienes que hacer es lo que le permite a Él dar tanto. (T-18.IV.1) 

Si te intimida el hecho de "sentirte sant@", lo puedes cambiar por sentirte excelente, sublime, estupendo o cualquier otra expresión que te haga sentir bien, pues de eso es de lo que se trata. 

Volviendo al tema, ¿qué ocurre si no eres capaz de ver el error? Me refiero por supuesto a ver tu reacción. Mucha gente está tan profundamente dormida que no consigue observase a si mima. Entonces se volverá a repetir la situación, sintiéndote mal cada vez que alguien, con o sin intención, dispare el mecanismo de defensa de tu ego. Si no identificas el error como tal entonces el E.S. no puede examinarlo contigo y el error se hace real quedando intacto como ofensa o ataque. Sólo cuando estás medianamente despierto consiguiendo mantenerte en estado de presencia es que puedes empezar a darte cuenta y ejercer cierto control sobre lo que vas a hacer y decir, ¡eso si no se te ha escapado ya! Darse cuenta sin reaccionar es una habilidad que se desarrolla progresivamente conforme la practicas más y más. Así consigues atraparte a tiempo de hacer una barrabasada o soltar un disparate empeorando la situación con la otra persona. 

Un pensamiento que no perdona es aquel que emite un juicio que no pone en duda a pesar de que es falso. La mente se ha cerrado y no puede liberarse. Dicho pensamiento protege la proyección, apretando aún más sus cadenas de manera que las distorsiones resulten más sutiles y turbias, menos susceptibles de ser puestas en duda y más alejadas de la razón. ¿Qué puede interponerse entre una proyección fija y el objetivo que ésta ha elegido como su deseada meta? (C-3.2) 

Recuerda que no son los hechos en si los determinantes y que siempre son tus interpretaciones sobre los mismos lo que te hace sentir mal. Cuando escuchas u ocurre algo que choca con tus creencias más profundas lo tomas como algo personal. Instantáneamente reaccionas disparándose tu malestar porque tu ego ya se ha puesto a la defensiva. Ello es así porque el ego está constituido por esas mismas creencias que ahora se están sintiendo cuestionadas. 

Aunque consigas controlar tus reacciones al instante, si proyectas el error aunque sea mínimamente en el otro, no habrás perdonado del todo, así que luego de retirarte posiblemente ofendido, anímicamente molesto pensando en lo sucedido, deberás realizar los pasos dos y tres. 

Reaccionar ante cualquier error, por muy levemente que sea, significa que no se está escuchando al Espíritu Santo. Él simplemente pasa por alto todos los errores, y si tú les das importancia, es que no lo estás oyendo a Él. Si no lo oyes, es que estás escuchando al ego, y mostrándote tan insensato como el hermano cuyos errores percibes. Esto no puede ser corrección. Y como resultado de ello, no sólo se quedan sus errores sin corregir, sino que renuncias a la posibilidad de poder corregir los tuyos.(T-9.III.4) 

Cuando practiques el primer paso a la perfección, querrá decir que has deshecho la culpa por completo en ti y tu identificación con el ego. Estarás reconociéndote plenamente como Ser y ya no necesitarás de los otros dos pasos del perdón. Esa es la meta. Pero mientras tanto consigues eso, necesitaras practicar los dos pasos siguientes. 

El segundo paso es aceptar el error, observándolo si es necesario a consciencia. El primer paso es notar que algo no va bien dentro de ti, que no te sientes bien. Este otro paso consiste en poner bajo tu mirada eso que te ha hecho sentir incómodo, tan molesto, que te ha hecho enfadar, sentir vergüenza o puede que incluso te haya parecido tan grave que has caído en una depresión. Como dije en algún punto anteriormente, puede ser que seas tú mism@ quien te hayas causado ese dolor por algo que hiciste o dejaste de hacer. En realidad todo te lo haces a ti mismo. 

Este es un paso que también te corresponde dar a ti. Mientras el primer paso es más espontáneo y solo requiere un “darse cuenta” de tus sentimientos, éste otro necesita tu “pequeña dosis de buena voluntad” porque tienes que aceptar (no negar ni rechazar) su causa, lo que no siempre será fácil. Cuando te dolió fue porque lo ocurrido activó una defensa que tienes sobre una creencia más o menos oculta dentro de ti causando culpa, la cual proyectaste inmediatamente sobre el otro (y sino sobre ti mismo alimentándola aún más), pero no debes intentar arreglarla. Me refiero a que no debes tratar de averiguar ni de controlar analizando lo ocurrido. Ese es el ego haciendo real el error. Al ego le encanta analizarse a si mismo para "mejorarse" provisto de todas sus buenas intenciones. El curso advierte al respecto. 

No confíes en tus buenas intenciones, pues tener buenas intenciones no es suficiente. Pero confía implícitamente en tu buena voluntad, independientemente de lo que pueda presentarse. Concéntrate sólo en ella y no dejes que el hecho de que esté rodeada de sombras te perturbe. Ésa es la razón por la que viniste. Si hubieses podido venir sin ellas no tendrías necesidad del instante santo. No vengas a él con arrogancia, dando por sentado que tienes que alcanzar de antemano el estado que sólo su llegada produce. El milagro del instante santo reside en que estés dispuesto a dejarlo ser lo que es. Y en esa muestra de buena voluntad reside también tu aceptación de ti mismo tal como Dios dispuso que fueses. (T-9.III.5) 

Has conseguido dar el primer gran paso que es no reaccionar, aunque si lo has hecho poco importa. Te has dado cuenta un poco tarde pero te has dado cuenta; eso es lo importante. Ahora no niegues el malestar o el dolor que sientes. Acéptalo, abrázalo, vive con él, no lo rechaces. La mejor forma de ver los pensamientos tenebrosos que lo causan y que a veces cruzan tan rápido que ni lo ves, es observar los sentimientos que te generan. Los sentimientos son inconfundibles pues son la señal inequívoca de un pensamiento asociado. Puede que no detectes los pensamientos por ser muy sutiles, pero no tendrás problemas con tus sentimientos los cuales son mucho más fáciles de detectar. Cuando te sientas mal trata de observar el origen de ese malestar: ¿qué has pensado para sentirte de esa manera? Al poner ese pensamiento en tu foco de atención de manera consciente automáticamente lo pones también bajo la visión del E.S. Le estás cediendo el problema a Él, pero insisto, no trates de analizarlo buscando una solución. 

El Espíritu Santo sólo te pide esto: que lleves ante Él todos los secretos que le hayas ocultado. Ábrele todas las puertas y pídele que entre en la obscuridad y la desvanezca con Su luz. Si lo invitas, Él entrará gustosamente. Y llevará la luz a la obscuridad si le franqueas la entrada a ella. Pero Él no puede ver lo que mantienes oculto. Él ve por ti, pero a menos que tú mires con Él, Él no puede ver. La visión de Cristo no es sólo para Él, sino para ti y para Él. Llévale, por lo tanto, todos tus pensamientos tenebrosos y secretos, y contémplalos con Él. Él abriga la luz y tú la obscuridad. Ambas cosas no pueden coexistir cuando las contempláis juntos. Su juicio prevalecerá, y Él te lo ofrecerá cuando unas tu percepción a la Suya.(T-14.VII.6) 

La aceptación por tu parte no se produce realmente hasta que "lo dejas ir” ("pasar por alto" en términos del curso), lo que quiere decir que entregas eso al E.S. olvidándote de ello. ¡Y éste es el 3er paso!. Este proceso te puede tomar más o menos tiempo, pero no será absoluto hasta que, recordando lo sucedido no sientas absolutamente nada. Quiero decir que ya no te incomode, no te inquiete ni te afecte en modo alguno. 

Perdonar es pasar por alto. Mira, entonces, más allá del error, y no dejes que tu percepción se fije en él, pues, de lo contrario, creerás lo que tu percepción te muestre. Acepta como verdadero sólo lo que tu hermano es, si quieres conocerte a ti mismo. Percibe lo que él no es, y no podrás saber lo que eres porque lo estarás viendo falsamente. Recuerda siempre que tu Identidad es una Identidad compartida, y que en eso reside Su realidad.(T-9.IV.1.2-6) 

Así que el tercer paso consiste en dejar ir, entregando el error para su corrección. La corrección le corresponde hacerla al E.S. Tú aquí ya no puedes hacer nada más que soltar, y si lo intentas analizándolo o juzgándolo, es porque no confías en el proceso que se tiene que llevar a cabo. Tu ego se habrá entrometido. La “con-fusión” que parece haber entre los pasos 2º y 3º se debe a que son simultáneos. Quiero decir que mientras estás observando el error para aceptarlo, estás entregándolo y el E.S. lo está corrigiendo, todo a la vez. 

Tienes un papel que desempeñar en la Expiación, pero el plan de la Expiación en sí está más allá de ti. No sabes cómo pasar por alto los errores, pues, de lo contrario, no los cometerías. Creer que no los cometes, o que los puedes corregir sin un Guía cuyo propósito es corregirlos, no sería más que otro error. Y si no sigues a ese Guía, tus errores no podrán ser corregidos. El plan no lo elaboraste tú debido a las limitadas ideas que tienes acerca de lo que eres. De esta sensación de limitación es de donde emanan todos los errores. La forma de deshacerlos, por lo tanto, no procede de ti, sino que es para ti.(T-9.IV.2) 

Ya he dicho que a ti no te corresponde arreglar el error. Cuando creas haber hallado las creencias o pensamientos que te provocan un sentimiento de malestar, no trates de ir más allá empezando a elucubrar con pensamientos correctivos del tipo “lo que debiera de haber pensado, hecho o dicho en ese momento es...”, o “lo que voy a hacer la próxima vez es...”, etc. ¡Olvídalo! Entrega esos pensamientos al E.S. Dí: “tómalos Tú, te los entrego. Haz con ellos lo que tengas que hacer” u otra frase que se te ocurra, y a continuación suelta. 

Muchas veces esos pensamientos serán recurrentes, obsesivos. Entrégalos una y otra vez hasta que se vayan desgastando. 
Eraser - Hans Braxmeier en Pixabay 

Tu función no es corregir. La función de corregir le corresponde a Uno que conoce la justicia, no la culpabilidad. Si asumes el papel de corrector, ya no puedes llevar a cabo la función de perdonar. Nadie puede perdonar hasta que aprende que corregir es tan solo perdonar, nunca acusar. Por tu cuenta, no podrás percatarte de que son lo mismo, y de que, por lo tanto, no es a ti a quien corresponde corregir. Identidad y función son una misma cosa, y mediante tu función te conoces a ti mismo. De modo que si confundes tu función con la función de Otro, es que estás confundido con respecto a ti mismo y con respecto a quién eres. ¿Qué es la separación sino un deseo de arrebatarle a Dios Su función y negar que sea Suya? Mas si no es Su función, tampoco es la tuya, pues no puedes por menos que perder aquello de lo que te apoderas.(T-29.II.10) 

En ocasiones puede que te sientas inspirad@ a hacer algo en algún momento como parte del proceso de perdón. Si crees que ese algo te traerá paz, adelante, si no, déjalo. No estás obligado a hacer nada en absoluto, y con frecuencia es mejor no hacerlo porque puede ser el ego disfrazado de buenas intenciones. Pero asegúrate antes de que no esperas nada de tu acción. Una acción premeditada deja de ser inocente. 

El Espíritu Santo, sonriendo dulcemente, percibe la causa y no presta atención a los efectos. ¿De qué otra manera podría corregir tu error, cuando has pasado por alto la causa enteramente? Él te exhorta a que lleves todo efecto temible ante Él para que juntos miréis su descabellada causa y os riáis juntos por un rato. Tú juzgas los efectos, pero Él ha juzgado su causa. Y mediante Su juicio se eliminan los efectos. Tal vez vengas con los ojos arrasados en lágrimas, mas óyele decir: "Hermano mío, santo Hijo de Dios, contempla tu sueño fútil en el que sólo algo así podría ocurrir". Y saldrás del instante santo riendo, con tu risa y la de tu hermano unida a la de Él.(T-29.VIII.9)



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sábado, 13 de junio de 2020

Aprender a perdonar. Los tres pasos del perdón (1ª Parte)


Introducción

Desde que empecé a escribir sobre UCdM me he referido infinidad de veces el perdón haciendo breves descripciones de él, pero apenas ahora me doy cuenta que no había dedicado un solo post a desgranarlo, y sobre todo a describir cómo es su proceso siendo como es la piedra angular de las enseñanzas de UCdM y del E.S. (Espíritu Santo). Por eso vengo a corregir ese vacío con este artículo que ha resultado ser más extenso de lo que pensaba, por lo que al final he creído conveniente dividirlo en tres partes; nada que ver con los tres pasos del perdón. Considero buena idea leerlo despacio y reflexionar cada parte antes de entrar en la siguiente, aunque habrá quienes lo quieran leer todo de una vez. Cada cual puede escoger la manera que considere oportuna. 

Sin más, empezamos. 
The western wall - Ri Butov en Pixabay

¿Qué es el perdón en UCdM? 

El perdón del que estamos hablando no es el perdón tradicional entendido como aquel que concedes en un acto de superioridad moral. El problema de este tipo de perdón es que confieres realidad a lo que otros “te” hacen, primero ofendiéndote y luego teniendo que hacer el esfuerzo por des-ofenderte e indultar tu pena, sea la que sea que hayas dictado sobre la persona o personas que hicieron lo que fuera que te afectó (ésto incluye también lo que crees te has hecho a ti mismo). Pero... ¿qué tal si alguien sin querer "te" produjo un daño? Muchas veces queremos pensar que fue intencional, adrede, pero imagina que es sin querer. Tú no lo sabes pero ya has dictado sentencia. Otras veces tú no sabes lo que ha hecho la otra persona, lo desconoces y por lo tanto no te sientes mal hasta que lo descubres. Los dos casos anteriores demuestran que nunca es el hecho en sí lo que te hiere sino la interpretación que tú haces de él. Aún así, cuando te has sentido atacado o menoscabado, el ego siempre exige algún tipo de compensación. Como dice el dicho “tú te lo guisas y tú te lo comes”. ¡Todo está en tu mente! Incluso cuando te quieren hacer daño a conciencia te ofendes conforme a tu propia escala de valores, tu percepción, tu estado anímico y/o tu visión de los hechos; y es entonces si decides perdonar del todo, perdonar a medias o no perdonar en absoluto. 

En lo social, contamos un sistema de justicia igualmente basado en el ego que trata de ser igualitario, utilizando el castigo como herramienta para corregir y cambiar al trasgresor, pero la experiencia demuestra que éste sistema casi nunca funciona. Una vez hecho realidad el error, las personas vuelven a repetir sus comportamientos porque se terminan identificando con ellos; piensan “soy así, es mi condición y por eso me condenaron”. Pero ¿qué dice UCdM al respecto? 

Tú no te puedes corregir a ti mismo. ¿Cómo ibas a poder entonces corregir a otro? Puedes, no obstante, verlo verdaderamente, puesto que te es posible verte a ti mismo verdaderamente. Tu función no es cambiar a tu hermano, sino simplemente aceptarlo tal como es. Sus errores no proceden de la verdad que mora en él, y sólo lo que es verdad en él es verdad en ti. Sus errores no pueden cambiar esto, ni tener efecto alguno sobre la verdad que mora en ti. Percibir errores en alguien, y reaccionar ante ellos como si fueran reales, es hacer que sean reales para ti. No podrás evitar pagar las consecuencias de esto, no porque se te vaya a castigar, sino porque estarás siguiendo al guía equivocado, y, por lo tanto, te extraviarás.(T-9.III.6)

¡Ojo! Aceptar a alguien como es no significa que seas permisivo y que no tengas que hacer nada con respecto a esa persona si lesiona tus derechos, tu integridad física o la de los demás. Cada caso tendrá su tratamiento particular en el que no puedo entrar, pero normalmente nos apresuramos a juzgar sin entrar en más razones, sobre todo a desearle cosas y a decidir lo que le conviene o conviene hacer a la otra persona. 

Cualquier intento que hagas por corregir a un hermano significa que crees que puedes corregir, y eso no es otra cosa que la arrogancia del ego. La corrección le corresponde a Dios, Quien no conoce la arrogancia.(T-9.III.7.8-9)

El perdón que proclama un UCdM es diferente y mucho más sencillo que lo que entendemos por el perdón común, aunque puede que a tu ego, acostumbrado a tratar de controlar, le pueda parecer demasiado laxo y fantástico a la vez. Primero porque tú tomas responsabilidad sobre lo que sucede en tu vida cuando te elevas espiritualmente hasta identificarte con la Mente que proyecta el mundo, de manera que lo que supuestamente pasó es una proyección propia, algo que tú mismo te has causado a ti mismo aunque sin consecuencias reales ya que el mundo y nuestra experiencia en él son un sueño. Pero al ego, como digo, identificado con los diferentes personajes, no le parecerá así en absoluto y tardará bien poco en alzar la voz para presentar todo tipo de quejas y alegaciones. 

El secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo. No importa cuál sea la forma del ataque, eso sigue siendo verdad. No importa quién desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso sigue siendo verdad. No importa cuál parezca ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue siendo verdad. Pues no reaccionarías en absoluto ante las figuras de un sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando. No importa cuán odiosas y cuán depravadas sean, no podrían tener efectos sobre ti a no ser que no te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio sueño. (T-27.VIII.10)

El segundo punto es que si no ocurrió nada sino imaginariamente no tienes que perdonar nada. No se trata de que niegues lo que ha ocurrido. ¡Claro que ha ocurrido en el nivel de esta dimensión espacio-temporal que estamos experimentando como vida!. Negarlo no servirá de nada. Pero es importante entender que nada de lo que ocurre aquí ocurre en términos absolutos y reales, ni tiene consecuencias para tu Ser el cual es y será siempre semejante a Dios, inmortal, inmutable, inconmensurable... El perdón de UCdM es aquel que no necesita perdonar porque es el simple reconocimiento de que todo trascurre en un sueño ilusorio. El tiempo, el espacio, tu personaje, el mundo...todo, menos tu ser consciente, inmutable, inmortal que observa desde la invisibilidad es falso. Aunque como digo, el ego se va a retorcer por lo sucedido empeñándose en que ha sido muy real, ofensivo y fatal para él y para el personaje que cree estar representando, ya que en ello va su propia integridad como creencia.

El perdón reconoce que lo que pensaste que tu hermano te había hecho en realidad nunca ocurrió. El perdón no perdona pecados, otorgándoles así realidad. Simplemente ve que no hubo pecado. Y desde este punto de vista todos tus pecados quedan perdonados. ¿Qué es el pecado sino una idea falsa acerca del Hijo de Dios? El perdón ve simplemente la falsedad de dicha idea y, por lo tanto, la descarta. Lo que entonces queda libre para ocupar su lugar es la Voluntad de Dios.(C-3.1) 

Dicho de otra manera, el perdón del E.S. nunca condena porque no percibe ofensa alguna (o error); por eso empieza a funcionar desde el mismo instante en que la ofensa parece comenzar a producirse, que es cuando despierta la respuesta del ego. No sé si te has dado cuenta ya, pero el perdón de UCdM requiere que hayas conectado en cierto grado con tu Ser interior. Tu capacidad de perdonar conforme a los principios que el curso postula depende en proporción directa de la conexión que hayas creado con tu Ser. Perdonar a través del Espíritu Santo se convierte así en la sencilla acción de observar desde tu Ser más allá del error haciendo que éste nunca sea real para ti; algo muy difícil de conseguir si estás identificado con su ego quien primero ve el error y luego trata de cancelarlo. 

No dejes que ninguna creencia que afirme que el error es real se infiltre en tu mente, o creerás también que para poder ser perdonado tienes que deshacer lo que tú mismo has hecho. Lo que no tiene efectos no existe, y para el Espíritu Santo los efectos del error son inexistentes. Mediante la cancelación progresiva y sistemática de los efectos de todos los errores, en todas partes y con respecto a todo, el Espíritu Santo enseña que el ego no existe y lo demuestra. (T-9.IV.5.4-6)

Sin duda, esta manera de perdonar es revolucionaria en cuanto que es diferente porque rompe la manera de pensar del ego. De hecho, ese es su propósito, romper al ego en pedazos hasta deshacerlo por completo. 

Tú sueñas con un ego separado y crees en el mundo que se basa en él. Todo ello te parece muy real. No puedes deshacerlo sin cambiar de mentalidad al respecto. Si estás dispuesto a renunciar al papel de guardián de tu sistema de pensamiento y ofrecérmelo a mí, yo lo corregiré con gran delicadeza y te conduciré de regreso a Dios.(T-4.I.4.4-7)

Como puedes comprobar, el perdón del ego y el perdón del E.S. son totalmente opuestos. El ego afirma que el error (o pecado como le gusta llamarlo a él) es real y hay que castigarlo para corregirlo y hacer justicia. El E.S. afirma todo lo contrario, que no existió ningún error y que por lo tanto no hay que hacer nada. Cuando adoptas el tipo de perdón del E.S. en realidad estás aceptando un cambio en tu sistema de pensamiento con el objetivo de escapar de la cárcel del mundo que tú mismo has creado.

Vivimos en un mundo constituido por ideas o creencias, la mayoría de las cuales nos mantienen aprisionados dentro de él, aunque hay otras pocas que conducen afuera porque apuntan a la verdad. Tomar por Guía al E.S. es un paso determinante en tu vida en el que tú te eliges a ti mismo para buscar esa verdad velada por este mundo de ilusión; ello porque tienes tus motivos bien justificados: Has descubierto que aquí nunca llegarás a ser verdaderamente feliz pues, cada vez que pareces serlo algo ocurre que esa felicidad se desvanece con la misma facilidad conque se deshace una pompa de jabón, y tú ya no quieres jugar más a ese juego. Lo que quieres ahora es alcanzar la paz de forma permanente.
Soap - bubble - Gerd Altmann en Pixabay

(…) El objetivo del Espíritu Santo es ayudarnos a escapar del mundo de los sueños, enseñándonos cómo cambiar nuestra manera de pensar y cómo corregir nuestros errores. El perdón es el recurso de aprendizaje excelso que el Espíritu Santo utiliza para llevar a cabo ese cambio en nuestra manera de pensar. (...).(Prefacio de UCdM, ¿Qué postula? Párrafo 3º)

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miércoles, 10 de junio de 2020

El Evangelio Gnóstico de Tomás comentado según UCdM (6ª Parte)


NOTA IMPORTANTE: Si has llegado hasta aquí sin pasar por la 1ª Parte, antes de continuar te recomiendo que leas la introducción para saber de qué va este post y cómo está organizado. Puedes hacerlo pinchando aquí (Ir a la 1ª Parte). Pero si ya la has leído, entonces puedes continuar.
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98. Jesús ha dicho: El Reino del Padre se asemeja a una persona que deseaba asesinar a un hombre prominente. Desenvainó su espada en su casa, la clavó en la pared para averiguar si su mano prevalecería. Luego asesinó al hombre prominente. 

99. Le dicen sus discípulos: Tus hermanos y tu madre están de pie afuera. 
El les dice: Quienes están aquí, que cumplen los deseos de mi 
Padre, estos son mis hermanos y mi Madre. Ellos son los que entrarán en el Reino de mi Padre. 
99. Los discípulos le dijeron: «Tus hermanos y tu madre están esperando fuera.» Él les dijo: «Aquellos de los que están aquí que quieren lo que quiere mi Padre son mis hermanos y mi madre. Ellos son los que entrarán en el Reino del Padre.»

Es muy importante insistir en la idea increíble de UCdM que dice que el mundo no existe porque, no existe un mundo aparte de tus pensamientos. Por eso, los que consideras tus hermanos, tu madre... no son más que imágenes holográficas que la mente proyecta separadas para hacerlas sentir a cada una especial. Sólo existe un Hijo de Dios al que la diminuta y alocada idea que se infiltró en su mente le hizo creer que podía separarse del Padre (T-27.VIII.6). Lo he explicado en varios lugares  por lo que me he permitido copiar este párrafo de mi post llamado "perdonar a dios":
Lo anterior quiere decir que el dios creador de este mundo es la mente dormida del Hijo de Dios, mente que UCdM llama "mente errada" porque sueña con la irrealidad y con algo que realmente no está teniendo lugar sino de forma fantástica en la imaginación de esa mente, que como digo, está espoleada por el sentimiento de culpa, miedo y carencia que le causó la creencia en la separación de Dios. Así que tratando de huir de esos sentimientos tan terribles fue que, de una manera muy astuta, la mente fabricó este universo de espacio-tiempo en el proceso que comenzó con el conocido "Big-Bang", proyectándose a sí misma en infinitas partes que dieron origen a infinitos lugares, seres e historias diferentes con el objeto de expulsar esa culpa y ese miedo fuera de sí misma; ésto digo, tratando de ocultarse de Dios por lo que creía haber hecho. 
Así que tenemos a un sólo Hijo que en estado de sueño proyecta una multitud, lo que significa que las personas que deambulan por este mundo son en realidad los pensamientos (a mi me gusta llamarlos pensamientos pensantes) de la mente dormida del Hijo de Dios. Algunos de esos pensamientos reflejan el deseo de parecerse a J queriendo despertar a la verdad, de ahí la respuesta de J: "aquellos que quieren lo que quiere mi Padre son mis hermanos y mi madre", pues la Voluntad del Padre es que el Hijo despierte de su sueño y permanezca como uno solo junto a Él. 

La Voluntad del Padre es que Su Hijo sea uno con Él. (5º repaso, int. 9.8 del Libro de Ejercicios.)

La Voluntad del Padre y la del Hijo son una, por razón de Su extensión. Dicha extensión es el resultado de la unicidad de la que Ambos gozan, la cual mantiene intacta la unidad de Ambos al extender Su Voluntad conjunta. (T-8.III.3.1-2)

Pero sí es el orgullo el que sostiene que has venido a un mundo que está completamente separado de ti, que es insensible a lo que piensas y totalmente diferente de lo que pudieras pensar que es. ¡El mundo no existe! Éste es el pensamiento básico que este curso se propone enseñar. No todo el mundo está listo para aceptar esto, y cada cual irá tan lejos a lo largo del camino que conduce a la verdad, como se permita a sí mismo ser guiado. Regresará e irá todavía más lejos, o tal vez retrocederá un poco para luego regresar de nuevo. (L-132.6)

Debe observarse con especial atención que Dios tiene solamente un Hijo. Si todas las creaciones de Dios son Hijos Suyos, cada una de ellas tiene que ser parte integral de toda la Filiación. La Filiación, en su unicidad, transciende la suma de sus partes. Este hecho, no obstante, queda velado mientras falte una sola de ellas. Por eso es por lo que, en última instancia, el conflicto no se puede resolver hasta que todas las partes de la Filiación hayan retornado. Solo entonces podrá comprenderse lo que, en el verdadero sentido de la palabra, significa la plenitud. (T-2.VII.6.1-6)

100. Le muestran a Jesús una moneda de oro y le dicen: Los agentes de César nos exigen tributos. 
El les dice: Dad a César lo de César, dad a Dios lo de Dios, y dadme a mí lo mío. 

101. Jesús ha dicho: Quien no odia a su padre y a su madre a mi manera, no podrá hacerse discípulo mío. Y quien no ama a su Padre y a su Madre a mi manera, no podrá hacerse discípulo mío. Pues mi madre me parió, mas mi Madre verdadera me dio la vida. 

102. Jesús ha dicho: ¡Ay de los clérigos! pues se asemejan a un perro dormido en el pesebre de los bueyes. Ya que ni come ni deja que coman los bueyes. 

103. Jesús ha dicho: Bendita sea la persona que sabe por cuál parte invaden los bandidos, porque se levantará y recogerá sus pertenencias y ceñirá sus lomos antes de que entren. 
103.- J dijo: “Enhorabuena a los que saben dónde van a atacar los rebeldes. Pueden ponerse en marcha, recoger sus recursos Divinos, y estar preparados antes de que los rebeldes lleguen”.

Los bandidos son los pensamientos erróneos del ego. Son todos los pensamientos fieles al mundo, o todos aquellos que proyectan el mundo haciéndolo real con sentimientos como la culpa, el miedo, el ataque, etc. Cuando piensas esos pensamientos están creyéndote un personaje en el mundo inmerso en toda su trama y problemas. Ahora, cuando piensas con tu mente recta te reconoces como el Ser (eso es recoger tus recursos divinos), lo que te mantiene alerta sobre la entrada del pensamiento erróneo queriendo robar tu verdadera identidad. Las proyecciones siempre terminan haciéndote daño porque sustraen tu verdadera identidad, así que bendita la persona que está despierta y alerta contra ellas.

He dejado perfectamente claro que soy como tú y que tú eres como yo, pero nuestra igualdad fundamental sólo puede demostrarse mediante una decisión conjunta. Eres libre, si así lo eliges, de percibirte a ti mismo como si te estuvieran persiguiendo. Mas cuando eliges reaccionar de esa manera, deberías recordar que yo fui perseguido de acuerdo con el pensar del mundo, y que no compartí esa interpretación. Y puesto que no la compartí, no la reforcé. Ofrecí, consecuentemente, una interpretación diferente del ataque, que deseo compartir contigo. Si la crees, me ayudarás a enseñarla. (T-6.I.5)

La proyección, sin embargo, siempre te hará daño. La proyección refuerza tu creencia de que tu propia mente está dividida, creencia ésta cuyo único propósito es mantener vigente la separación. La proyección no es más que un mecanismo del ego para hacerte sentir diferente de tus hermanos y separado de ellos. El ego justifica esto basándose en el hecho de que ello te hace parecer "mejor" que tus hermanos, y de esta manera empaña tu igualdad con ellos todavía más. La proyección y el ataque están inevitablemente relacionados, ya que la proyección es siempre un medio para justificar el ataque. Sin proyección no puede haber ira. El ego utiliza la proyección con el solo propósito de destruir la percepción que tienes de ti mismo y de tus hermanos. El proceso comienza excluyendo algo que existe en ti, pero que repudias, y conduce directamente a que te excluyas a ti mismo de tus hermanos.
Hemos aprendido, no obstante, que hay una alternativa a la proyección. Todas las capacidades del ego se pueden emplear para un propósito mejor, ya que sus capacidades las dirige la mente, que dispone de una Voz mejor. El Espíritu Santo extiende y el ego proyecta. Del mismo modo en que los objetivos de ambos son opuestos, así también lo son sus resultados.
El Espíritu Santo comienza percibiendo tu perfección. Como sabe que esa perfección es algo que todos comparten, la reconoce en otros, y así la refuerza tanto en ti como en ellos. En vez de ira, esto suscita amor tanto en ellos como en ti porque establece el estado de inclusión. Puesto que percibe igualdad, el Espíritu Santo percibe en todos las mismas necesidades. Esto invita automáticamente a la Expiación porque la Expiación es la necesidad universal de este mundo. Percibirte a ti mismo de esta manera es la única forma de hallar felicidad en el mundo. Eso se debe a que es el reconocimiento de que tú no estás en este mundo, pues el mundo es un lugar infeliz.
¿De qué otra forma puedes encontrar dicha en un lugar desdichado, excepto dándote cuenta de que no estás en él? Tú no puedes estar donde Dios no te ubicó, y Dios te creó como parte de Él. Eso es al mismo tiempo donde estás y lo que eres. Esto es algo completamente inalterable. Es inclusión total. No puedes cambiarlo ahora ni nunca. Es verdad para siempre. No es una creencia, sino un Hecho. Todo lo que Dios creó es tan verdadero como Él. La verdad de ello radica solamente en su perfecta inclusión en Aquel que es el único que es perfecto. Negar esto es negarte a ti mismo y negarlo a Él, puesto que es imposible aceptar a uno sin el otro.
La perfecta igualdad que el Espíritu Santo percibe es el reflejo de la perfecta igualdad del conocimiento de Dios. La percepción del ego no tiene equivalente en Dios, pero el Espíritu Santo sigue siendo el puente entre la percepción y el conocimiento. Al permitirte usar la percepción de forma que refleje el conocimiento, éste finalmente podrá ser recordado. El ego preferiría creer que es imposible que ese recuerdo alboree en tu mente, sin embargo, es tu percepción lo que el Espíritu Santo guía. Tu percepción acabará allí donde comenzó. Todo converge en Dios porque todo fue creado por Él y en Él. (T-6.II.3-7)

104. Le dicen: ¡Ven, oremos y ayunemos hoy! 
Jesús ha dicho: ¿Pues cuál es la transgresión que he cometido yo, y en qué he sido vencido? Pero cuando salga el novio de la alcoba nupcial, ¡entonces que ayunen y oren! 

105. Jesús ha dicho: Quien reconoce a padre y madre, será llamado hijo de ramera. 

106. Jesús ha dicho: Cuando hagáis de los dos uno, os convertiréis en hijos de la humanidad y cuando digáis a la montaña, "¡Muévete!", se moverá. 
106. J dijo: «Cuando hagáis de los dos uno, os convertiréis en hijos de Adán, y cuando digáis: ‘¡Montaña, vete de aquí!’, se moverá.»

La percepción del ego está basada en la creencia en la separación, y por tanto en la dualidad. "Hacer de los dos uno" es comprender que no existe dicha dualidad, ni tampoco la separación; y que todo es una ilusión. Convertirse en hijos de la humanidad o hijos de Adán es convertirse en hijos del único Hijo; dicho de otro modo, es entrar en la corriente de la expiación ascendiendo desde la consciencia de separación a la consciencia unidad para sanar y despertar finalmente junto al Padre.
En el dicho nº 85 de la 5ª Parte, describí a Adán en un tono negativo por allí era el primer hombre personaje encarnado en un cuerpo consecuencia de la proyección, pero aquí tiene un significado diferente pues su importancia está en ser el primero, padre de la humanidad. J emplea el lenguaje simbólico a conveniencia al igual que usaba las parábolas. Adán era considerado no sólo el primer hombre, sino el representante de la Naturaleza, de los valores rurales, pero también de la montaña. ¿Es casualidad que pueda mover montañas? Aquí "hijo de Adán" vendría a referirse a los que J llama en el curso "Maestros de Dios" avanzados, que son quienes han respondido a su llamado.

El Jardín del Edén -la condición que existía antes de la separación- era un estado mental en el que no se necesitaba nada. Cuando Adán dio oídos a "las mentiras de la serpiente", lo único que oyó fueron falsedades. Tú no tienes por qué continuar creyendo lo que no es verdad, a no ser que así lo elijas. Todo ello puede literalmente desaparecer en un abrir y cerrar de ojos porque no es más que una percepción falsa. Lo que se ve en sueños parece ser muy real. Lo que es más, en la Biblia se menciona que sobre Adán se abatió un sueño profundo, mas no se hace referencia en ninguna parte a que haya despertado. El mundo no ha experimentado todavía ningún despertar o renacimiento completo. Un renacer así es imposible mientras sigas proyectando o creando falsamente. No obstante, la capacidad de extender tal como Dios te extendió Su Espíritu permanece todavía dentro de ti. En realidad, ésta es tu única alternativa, pues se te dio el libre albedrío para que te deleitaras creando lo perfecto. (T-2.I.3)

En las características de los Maestros de Dios se mencionan entre otras la confianza y la Fe. ¿La fe no mueve montañas?

El grado de fe de un maestro de Dios indica cuán avanzado se encuentra en su programa de estudios. ¿Pone en práctica este aprendizaje sólo en algunos aspectos de su vida mientras mantiene otros aparte? De ser así, su progreso es lento y su confianza aún no se ha arraigado firmemente. La fe es la confianza que el maestro de Dios tiene de que la Palabra de Dios ha de resolver todas las cosas perfectamente. No sólo algunas, sino todas. Comienza generalmente poniendo su fe en la resolución de sólo algunos problemas, manteniéndola así cuidadosamente restringida por un tiempo. Someter todos los problemas a una sola Respuesta es invertir completamente la manera de pensar del mundo. Y sólo eso es fe. Ninguna otra cosa merece que se le llame por ese nombre. Con todo, vale la pena lograr cada avance, por pequeño que sea. Estar dispuesto, como indica el texto, no quiere decir que se haya alcanzado la maestría.
La verdadera fe, sin embargo, no se desvía. Al ser consistente, es completamente honesta. Al ser firme, goza de absoluta confianza. Al estar basada en la ausencia de temor, es mansa. Al gozar de certeza, rebosa júbilo, y al tener confianza, es tolerante. La fe, por lo tanto, encierra en sí todos los demás atributos de los maestros de Dios, y Entraña la aceptación de la Palabra de Dios y de la definición que Él tiene de Su Hijo. Hacia Ellas es adonde la fe, en el verdadero sentido de la palabra, siempre se dirige. En Ellas tiene puestas sus miras, buscando hasta que las encuentra. La indefensión naturalmente la acompaña, y su condición es el júbilo. Y una vez que las encuentra, descansa con sosegada certeza sólo en Aquello que es digno de toda fe. (M-4.IX.1-2)

Como conclusión, no hay que interpretar la palabra "montañas" literalmente sino como todos aquellos problemas que parecemos tener en el mundo, en concreto los más grandes los cuales parecen imposibles de resolver.


107. Jesús ha dicho: El Reino se asemeja a un pastor que tiene 100 ovejas. Se extravió una de ellas, que era la más grande. El dejó las 99, buscó a la una hasta que la encontró. Tras haberse cansado, dijo a esa oveja, "¡Te quiero más que a las 99!"
107. J dijo: «La Divina Ley de Dios es como un pastor que tenía cien ovejas. Una de ellas, la más grande, se extravió. Él dejó las noventa y nueve y buscó a esa una hasta que la encontró. Después de la fatiga, dijo a la oveja: ‘Te quiero más que a las noventa y nueve.’»

Si todo es unicidad, ¿cómo es posible que este dicho hable de 100 ovejas? Sólo existe una así como sólo existe un Hijo. La separación y luego la culpa creó la ilusión de la multiplicidad del Ser, pero no voy a repetir de nuevo lo que ya explico en el dicho 99, que te invito a que leas si no lo has hecho antes de llegar aquí.
Este dicho tiene similitud con la parábola del hijo pródigo. La oveja descarriada es el hijo prodigo, pero el hijo pródigo era el hijo menor y aquí dice que la oveja que se perdió era la más grande. ¿por qué la más grande? Simbólicamente es una forma de darle importancia, como cuando echas en falta algo a lo que nunca se la has dado, pero que un día pierdes y entonces tomas conciencia de lo que te aportaba en tu vida. Por ejemplo, imagina que te acuestas por la noche con la convicción de que mañana podrás llevar a cabo las tareas que tienes pensado hacer, pero por la mañana abres los ojos y ya no ves. Nunca habías valorado tu visión hasta que de repente la has perdido y se convierte en lo más importante para ti. Puedes respirar, oír, gustar, tocar, levantarte y caminar, pero ya no puedes ver. ¡Te sientes un inútil! ¿Entiendes por qué el pastor le dice a la oveja extraviada que la quería más que a las otras 99? Realmente las quería a todas por igual, pero es una forma de realzar su importancia en el valor de grupo, porque la falta de una de ellas merma a todo el rebaño. Otro ejemplo: Si tienes un casa con todo pero no dispone de agua entonces la casa pierde todo su valor por dejar de ser funcional. Si tienes una herramienta que ha perdido o roto una sola pieza entonces ya no sirve porque deja de funcionar. Si tienes un puzzle faltándole una pieza entonces se ve incompleto y pierde su valor. La unicidad trasciende las suma de las partes. Esto se explica muy bien en el siguiente párrafo:

Debe observarse con especial atención que Dios tiene solamente un Hijo. Si todas las creaciones de Dios son Hijos Suyos, cada una de ellas tiene que ser parte integral de toda la Filiación. La Filiación, en su unicidad, transciende la suma de sus partes. Este hecho, no obstante, queda velado mientras falte una sola de ellas. Por eso es por lo que, en última instancia, el conflicto no se puede resolver hasta que todas las partes de la Filiación hayan retornado. Solo entonces podrá comprenderse lo que, en el verdadero sentido de la palabra, significa la plenitud. (T-2.VII.6.1-6)
Lugar de Nag Hammadi donde se encontró el evangelio de Tomás

108. Jesús ha dicho: Quien bebe de mi boca, se hará semejante a mí. Yo mismo me convertiré en él, y los secretos se le revelarán. 
108. J dijo: «Quien beba de mi boca se hará como yo. Yo mismo me convertiré en esa persona, y las cosas ocultas le serán reveladas.»

Este dicho es uno de los más interesantes y esclarecedores del evangelio de Tomás desde mi punto de vista. 
Beber es saciar la sed. Beber de la boca de J significa saciar la necesidad de comprender estos dichos para lo que hay que hacerse como él, que es lo mismo que pensar con la mente recta o del E.S.. Así que no basta la comprensión intelectual de estos dichos (la cual queda en el nivel de la percepción y que dentro de un año o cinco ya no recordarás), sino que hay que hacerlos parte de nuestra forma de pensar de forma permanente, cambiando el sistema de pensamiento del ego por el sistema de pensamiento del E.S. el cual es la antesala del conocimiento. Pero no es hasta que dicho cambio se haya completado que se podrá acceder al conocimiento, el cual forma parte del ámbito del Cielo, y donde se nos revelan "las cosas ocultas" de las que habla J por obra de Dios mismo. 
La revelación de "las cosas ocultas" que siempre has sabido pero que habías olvidado es tu resurrección en Cristo, tu iluminación.

(...) la percepción tiene que ser corregida antes de que puedas llegar a saber nada. Saber es tener certeza. La incertidumbre significa que no sabes. El conocimiento es poder porque goza de certeza, y la certeza es fuerza. La percepción es temporal. Al ser un atributo de la creencia en el espacio y en el tiempo, es susceptible de producir miedo o amor. Las percepciones falsas producen miedo y las verdaderas fomentan el amor, mas ninguna de ellas brinda certeza porque toda percepción está sujeta a cambios. Por eso es por lo que la percepción no es conocimiento. La verdadera percepción es la base del conocimiento, pero gozar de conocimiento es la afirmación de la verdad y esto se encuentra allende cualquier percepción. (T-3.III.1.2-10)

El conocimiento es intemporal porque la certeza es algo incuestionable. Cuando dejas de hacer preguntas es que ya has alcanzado el conocimiento. (T-3.III.2.11)

La verdadera visión es la percepción natural de la visión espiritual, pero es todavía una corrección en vez de un hecho. La visión espiritual es simbólica, y, por lo tanto, no es un instrumento de conocimiento. Es, no obstante, un medio de percepción correcta, lo cual la sitúa dentro del propio ámbito del milagro. Una "visión de Dios" sería un milagro más que una revelación. El hecho en sí de que la percepción esté involucrada demuestra que la experiencia no pertenece a la esfera del conocimiento. De ahí que las visiones, por muy santas que sean, son efímeras. (T-3.III.4)

El conocimiento es el resultado de la revelación y genera sólo pensamiento. La percepción, aun en su forma más espiritualizada, incluye al cuerpo. El conocimiento procede del altar interno y es intemporal porque goza de certeza. No es lo mismo percibir la verdad que conocerla. (T-3.III.5.10-13)

Una percepción correcta es necesaria antes de que Dios pueda comunicarse directamente con Sus altares, los cuales Él estableció en Sus Hijos. En dichos altares es donde Él puede comunicar Su certeza, y Su conocimiento inevitablemente brindará paz. Dios no es un extraño para Sus Hijos, ni Sus Hijos son extraños entre Sí. El conocimiento precedió tanto a la percepción como al tiempo, y finalmente los reemplazará. Ése es el verdadero significado de "el Alfa y la Omega, el principio y el fin" y de "Antes de que Abraham naciese, era yo". La percepción puede y debe ser estabilizada, pero el conocimiento ya es estable. "Teme a Dios y observa Sus mandamientos" pasa a ser "Conoce a Dios y acepta Su certeza." (T-3.III.6)

Las capacidades que ahora posees no son sino sombras de tu verdadera fuerza. Todas las funciones que ahora tienes están divididas y son susceptibles de ser cuestionadas y puestas en duda. Esto se debe a que no tienes certeza acerca de cómo vas a usarlas, y, por consiguiente, el conocimiento queda vedado para ti. Y éste te está asimismo vedado porque todavía percibes sin amor. (T-3.IV.1.1-4)

No se debe confundir a la mente que goza de conocimiento con la mentalidad recta, ya que sólo esta última está vinculada a la percepción verdadera. Puedes tener una mentalidad recta o una mentalidad errada, y aun esto es cuestión de grados, lo cual demuestra claramente que ninguna de ellas tiene nada que ver con el conocimiento. El término "mentalidad recta" se debe entender como aquello que corrige la "mentalidad errada", y se refiere al estado mental que induce a una percepción fidedigna. Es un estado de mentalidad milagrosa porque sana la percepción errónea, lo cual es ciertamente un milagro en vista de como te percibes a ti mismo. (T-3.IV.4)

He dicho que las capacidades que ahora posees no son sino sombras de tu verdadera fortaleza, y que la percepción, que es intrínsecamente enjuiciadora, comenzó sólo después de la separación. Desde entonces nadie ha estado seguro de nada. He dejado claro asimismo que la resurrección fue el medio para regresar al conocimiento, lo cual se logró mediante la unión de mi voluntad con la de mi Padre. Es oportuno ahora establecer una distinción que ha de clarificar algunos de los postulados que se presentarán más adelante. (T-3.V.1)

¿Qué le ocurre a la percepción en ausencia de juicios, o de nada que no sea perfecta igualdad? Percibir se vuelve imposible. La verdad sólo se puede conocer. Toda ella es igualmente verdadera y conocer cualquier parte de ella es conocerla en su totalidad. Únicamente la percepción entraña una conciencia parcial. El conocimiento transciende las leyes que gobiernan la percepción porque un conocimiento parcial es imposible. El conocimiento es uno y no tiene partes separadas. Tú que eres realmente uno con él, sólo necesitas conocerte a ti mismo para que tu conocimiento sea total. Conocer el milagro de Dios es conocerlo a Él. (T-3.V.8)


109. Jesús ha dicho: El Reino se asemeja a una persona que tiene un tesoro escondido en su campo sin saberlo. Y después de morir, lo legó a su hijo. El hijo no lo sabía, aceptó aquel campo, lo vendió. Y vino quien lo compró, aró, descubrió el tesoro. Empezó a prestar dinero a interés a quienes quería. 
109. J dijo: «La Divina Ley de Dios es como una persona que tenía un tesoro escondido en su campo pero no lo sabía. Y cuando murió se lo dejó a su hijo. El hijo tampoco sabía del tesoro. Él tomó el campo y lo vendió. El comprador empezó a arar, descubrió el tesoro, y empezó a prestar dinero a interés a quien quiso.»

El tesoro es nuestra verdadera identidad. Aquí J describe como el tesoro va pasando desapercibido de generación en generación sin ser descubierto, hasta que llega uno más despabilado ajeno a la familia, lo encuentra y saca provecho de él. ¿Por qué de fuera del clan? Porque los del clan están muy condicionados y enceguecidos por el aspecto formal que adopta la herencia familiar, la tradición, la carga genética, los bienes familiares, la descendencia, etc. 
Todos llevamos un tesoro dentro, el Ser o el ser crístico, pero no todos lo saben. Vivimos ante todo como cuerpos y trasladamos de padres a hijos la herencia histórica, patrimonial, conductual, etc. creyendo que dejamos algo de valor que al final resulta ser nada. La verdadera herencia es el espíritu que nos mueve y nos da verdadera vida, pero el sistema de pensamiento del ego nos hace confundirla con la forma pasando por alto lo realmente importante... hasta que llega uno de nosotros, normalmente es más ajeno, el rebelde o el más desentendido de toda esa tradición que rige el clan, y ve lo que nadie ve: el verdadero tesoro que reside adentro, en el interior ajeno a toda apariencia. Descubrir el tesoro significa recordar quiere eres.
Aquí el sentido de prestar dinero a interés, significa que empiezas a enseñar lo que has descubierto (o recordado), y ese proceder te revierte en interés o beneficio el cual es recordar cada vez más y mejor lo que eres. 

El Espíritu Santo expía en todos nosotros deshaciendo y de esta manera te libera de la carga que le has impuesto a tu mente. Al seguir al Espíritu Santo se te conduce de regreso a Dios, que es donde te corresponde estar. Mas ¿cómo podrías encontrar el camino que conduce a Él sino llevando a tu hermano contigo? Mi papel en la Expiación no concluirá hasta que no te unas a ella y se la ofrezcas a otros. Lo que enseñes es lo que aprenderás. Nunca te dejaré desamparado ni te abandonaré porque hacer eso sería abandonarme a mí mismo y abandonar a Dios que me creó. Abandonas a Dios y te abandonas a ti mismo cuando abandonas a cualquiera de tus hermanos. Tienes que aprender a verlos tal como son, y entender que le pertenecen a Dios al igual que tú. ¿De qué mejor manera puedes tratar a tu hermano que dándole a Dios lo que es de Dios? (T-5.IV.6)

Por eso es por lo que debes enseñar solamente una lección. Si has de verte libre de conflictos, tienes que aprender únicamente del Espíritu Santo y enseñar únicamente con Él. Tú eres únicamente amor, mas cuando lo niegas, haces de lo que eres algo que tienes que aprender a recordar. Dije anteriormente que el mensaje de la crucifixión fue: "Enseña solamente amor, pues eso es lo que eres". Ésta es la única lección que está perfectamente unificada porque es la única lección que es una sola. La única manera de aprenderla es enseñándola. Lo que enseñes es lo que aprenderás. Si esto es verdad, como en efecto lo es, no olvides que lo que enseñas te enseña a ti. Y no puedes sino creer en lo que proyectas o extiendes. (T-6.III.2)


110. Jesús ha dicho: Quien ha encontrado el sistema y se ha enriquecido, que renuncie al sistema. 
110. J dijo: «Quien haya encontrado el mundo, y se haya hecho rico, que renuncie al mundo.»

Triunfar en el sistema es triunfar en el mundo, lo cual siempre ha sido visto como un gran avance en la vida para las personas. Pero encandilado por la ilusión, el triunfo supone sin saberlo quedar atrapado por él porque te compromete y ya no sabes cómo trascenderlo. No tienes que triunfar ganando dinero; puede ser consiguiendo fama o reputación, poder en un puesto político, o simplemente adquiriendo responsabilidad en la dedicación fiel a tu trabajo, a una pasión, a las obligaciones familiares o al qué dirá la gente. Hay infinitas maneras de "enriquecerse" a base del sistema, pero todas son referidas al enriquecimiento del ego, pero J dice que renuncies. Renunciar al sistema precisa todo lo contrario, empobrecer y abandonar al ego. No tienes que separarte de nada físicamente si no lo deseas pero sí desapegarte mental y emocionalmente de ello, siendo consciente de que todo es temporal. Es la única manera de seguir el plan de expiación del E.S.

Prepárate ahora para deshacer lo que nunca tuvo lugar. Si ya entendieses la diferencia que existe entre la verdad y las ilusiones, la Expiación no tendría objeto. El instante santo, la relación santa, las enseñanzas del Espíritu Santo y todos los medios por los que se alcanza la salvación no tendrían ningún propósito. Pues todos ellos no son sino aspectos del plan cuyo fin es cambiar tus sueños de terror a sueños felices, desde los cuales puedas despertar fácilmente al conocimiento. No te pongas a ti mismo a cargo de esto, pues no puedes distinguir entre lo que es un avance y lo que es un retroceso. Has considerado algunos de tus mayores avances como fracasos, y has evaluado algunos de tus peores retrocesos como grandes triunfos. (T-18.V.1)


111. Jesús ha dicho: El Cielo y la tierra se enrollarán en vuestra presencia. Y quien vive de adentro del viviente, no verá la muerte ni el miedo pues Jesús dice: Quien se encuentra a sí mismo, de él no es digno el sistema. 
111. J dijo: «Los Cielos y la tierra se enrollarán en vuestra presencia, y quien viva con el viviente no verá la muerte. ¿Acaso no dije: ‘Los que se han encontrado a sí mismos, de ellos el mundo no es digno’?»

Enrollarse los Cielos y la tierra es desaparecer los Cielos y la tierra. Eso ocurre cuando has perdonado y completado la expiación habiéndose corregido todos los errores de tu mente. Has sanado tu percepción al punto de percibir sólamente inocencia. Tu ego ha quedado deshecho y te identificas plenamente con el Ser (el viviente) dejando de ser "digno del mundo/sistema" (ya no lo alimentas). Por fin te llega la revelación, el conocimiento y regresas a la eternidad para fundirte con la Fuente. No es que la hubieras abandonado, pero la recuerdas y te das cuenta que nunca te apartaste de ella.

Mientras el perdón no sea completo, el mundo seguirá teniendo un propósito. Es el hogar donde nace el perdón, donde crece y donde se vuelve más fuerte y abarcador. Aquí se le alimenta, pues es aquí donde se le necesita. Un benévolo Salvador, nacido donde el pecado fue concebido y donde la culpabilidad parecía real. Éste es Su hogar porque aquí ciertamente se le necesita. Él trae Consigo el fin del mundo. Es a Su llamada a la que los maestros de Dios responden, dirigiéndose a Él en silencio para recibir Su Palabra. El mundo acabará cuando todas las cosas que hay en él hayan sido correctamente juzgadas mediante Su juicio. El mundo acabará con la bendición de la santidad sobre él. El mundo desaparecerá cuando ya no quede ni un solo pensamiento de pecado. No será destruido, ni atacado y ni siquiera sufrirá el más mínimo rasguño. Simplemente dejará de parecer que existe. (M-14.2)

112. Jesús ha dicho: ¡Ay de la carne que depende del alma, ay del alma que depende de la carne! 

113. Sus discípulos le dicen: ¿Cuándo vendrá el Reino? 
Jesús dice: No vendrá por expectativa. No dirán, "¡Mirad aquí!" o "¡Mirad allá!". Sino que el Reino del Padre se extiende sobre la tierra y los humanos no lo ven. 
113. Los discípulos le dijeron: «¿Cuándo vendrá el Reino? Él dijo: «No vendrá por estar esperándolo. No se dirá: ¡Helo aquí! o ¡Helo allá! Más bien, el Reino del Padre está extendido sobre la tierra y la gente no lo ve.»

Los discípulos, identificados con el sistema de pensamiento del ego, creen que el Reino es un lugar idílico que se hará realidad en el futuro. Sin embargo J dice que no tienes que esperar, que ya está aquí; y después añade que se extiende sobre la tierra y que la gente no lo ve. 
El Reino no llega por expectativa porque sólo la vida desde el ego está basada en ella, en esperar, sirviéndose del tiempo para vivir del pasado con miras al futuro. El ego ha colocado el Reino de los Cielos en el futuro para asegurarse de que aquel nunca llegue, pues algo le dice que le está vedado, que no podrá entrar en él. 
El Reino de los Cielos tiene su preámbulo aquí en la tierra en el estado consciencial del "sueño feliz" en el que tu percepción es la de la mente recta o Espíritu Santo. Ves con Sus ojos y así, todo lo que ves es inocente porque es una extensión de tu propia inocencia. Cuando estés listo el Padre te sacará del mundo y descubrirás que nunca te apartaste de su lado ni saliste del Cielo porque formas parte de él. Así que mientras creas estar aquí no puedes verlo, no puedes verte a ti mismo, pero puedes percibir su reflejo cuando tu percepción se vuelve santa y libre de juicios.

Es difícil entender lo que realmente quiere decir "El Reino de los Cielos está dentro de ti". Ello se debe a que no es comprensible para el ego, que lo interpreta como si algo que está afuera estuviese adentro, lo cual no tiene sentido. La palabra "adentro" es innecesaria. Tú eres el Reino de los Cielos. ¿Qué otra cosa sino a ti creó el Creador?, y ¿que otra cosa sino tú es Su Reino? Éste es el mensaje de la Expiación, mensaje que, en su totalidad, transciende la suma de sus partes. (T-4.III.1.1-6)

Tú eres el Reino de los Cielos, pero permitiste que la creencia en la obscuridad se infiltrase en tu mente, por lo que ahora necesitas una nueva luz. El Espíritu Santo es el resplandor al que debes permitir que desvanezca la idea de la obscuridad. Suya es la gloria ante la cual la disociación desaparece y el Reino de los Cielos pasa a ocupar el lugar que le corresponde. Antes de la separación no tenías necesidad de dirección, pues disponías de conocimiento, tal como dispondrás de él de nuevo, pero como no dispones de él ahora. (T-5.II.4)

No hay nada externo a ti. Esto es lo que finalmente tienes que aprender, pues es el reconocimiento de que el Reino de los Cielos te ha sido restaurado. Pues eso fue lo único que Dios creó, y Él no lo abandonó ni se separó a Sí Mismo de él. El Reino de los Cielos es la morada del Hijo de Dios, quien no abandonó a su Padre ni mora separado de Él. El Cielo no es un lugar ni tampoco una condición. Es simplemente la conciencia de la perfecta unicidad y el conocimiento de que no hay nada más: nada fuera de esta unicidad, ni nada adentro. (T-18.VI.1)

El mundo que ven los santos es uno con ellos, de la misma forma en que el mundo que ve el ego es semejante a él. El mundo que ven los santos es hermoso porque lo que ven en él es su
propia inocencia. Ellos no le impusieron lo que tenía que ser, ni hicieron ajustes para que se amoldase a sus mandatos. Simplemente le preguntaron con un leve susurro: "¿Qué eres?" Y Aquel que cuida de toda percepción les respondió. No aceptes los juicios del mundo como la respuesta a la pregunta: "¿Qué soy?" El mundo cree en el pecado, pero la creencia que lo fabricó tal como tú lo ves no se encuentra fuera de ti. (T-20.III.6.2-8)

114. Simón Pedro les dice: Que Mariam salga de entre nosotros, pues las hembras no son dignas de la vida. 

Jesús dice: He aquí que le inspiraré a ella para que se convierta en varón, para que ella misma se haga una espíritu viviente semejante a vosotros varones. Pues cada hembra que se convierte en varón, entrará en el Reino de los Cielos.


FIN


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Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...