NOTA IMPORTANTE: Si has llegado hasta aquí sin pasar por la 1ª Parte, antes de continuar te recomiendo que leas la introducción para saber de qué va este post y cómo está organizado. Puedes hacerlo pinchando aquí (Ir a la 1ª Parte). Pero si ya la has leído, entonces puedes continuar.
98. Jesús ha dicho: El Reino del Padre se asemeja a una persona que deseaba asesinar a un hombre prominente. Desenvainó su espada en su casa, la clavó en la pared para averiguar si su mano prevalecería. Luego asesinó al hombre prominente.
99. Le dicen sus discípulos: Tus hermanos y tu madre están de pie afuera.
El les dice: Quienes están aquí, que cumplen los deseos de mi
Padre, estos son mis hermanos y mi Madre. Ellos son los que entrarán en el Reino de mi Padre.
99. Los discípulos le dijeron: «Tus hermanos y tu madre están esperando fuera.» Él les dijo: «Aquellos de los que están aquí que quieren lo que quiere mi Padre son mis hermanos y mi madre. Ellos son los que entrarán en el Reino del Padre.»
Es muy importante insistir en la idea increíble de UCdM que dice que el mundo no existe porque, no existe un mundo aparte de tus pensamientos. Por eso, los que consideras tus hermanos, tu madre... no son más que imágenes holográficas que la mente proyecta separadas para hacerlas sentir a cada una especial. Sólo existe un Hijo de Dios al que la diminuta y alocada idea que se infiltró en su mente le hizo creer que podía separarse del Padre (T-27.VIII.6). Lo he explicado en varios lugares por lo que me he permitido copiar este párrafo de mi post llamado "perdonar a dios":
Lo anterior quiere decir que el dios creador de este mundo es la mente dormida del Hijo de Dios, mente que UCdM llama "mente errada" porque sueña con la irrealidad y con algo que realmente no está teniendo lugar sino de forma fantástica en la imaginación de esa mente, que como digo, está espoleada por el sentimiento de culpa, miedo y carencia que le causó la creencia en la separación de Dios. Así que tratando de huir de esos sentimientos tan terribles fue que, de una manera muy astuta, la mente fabricó este universo de espacio-tiempo en el proceso que comenzó con el conocido "Big-Bang", proyectándose a sí misma en infinitas partes que dieron origen a infinitos lugares, seres e historias diferentes con el objeto de expulsar esa culpa y ese miedo fuera de sí misma; ésto digo, tratando de ocultarse de Dios por lo que creía haber hecho.
Así que tenemos a un sólo Hijo que en estado de sueño proyecta una multitud, lo que significa que las personas que deambulan por este mundo son en realidad los pensamientos (a mi me gusta llamarlos pensamientos pensantes) de la mente dormida del Hijo de Dios. Algunos de esos pensamientos reflejan el deseo de parecerse a J queriendo despertar a la verdad, de ahí la respuesta de J: "aquellos que quieren lo que quiere mi Padre son mis hermanos y mi madre", pues la Voluntad del Padre es que el Hijo despierte de su sueño y permanezca como uno solo junto a Él.
La Voluntad del Padre es que Su Hijo sea uno con Él. (5º repaso, int. 9.8 del Libro de Ejercicios.)
La Voluntad del Padre y la del Hijo son una, por razón de Su extensión. Dicha extensión es el resultado de la unicidad de la que Ambos gozan, la cual mantiene intacta la unidad de Ambos al extender Su Voluntad conjunta. (T-8.III.3.1-2)
Pero sí es el orgullo el que sostiene que has venido a un mundo que está completamente separado de ti, que es insensible a lo que piensas y totalmente diferente de lo que pudieras pensar que es. ¡El mundo no existe! Éste es el pensamiento básico que este curso se propone enseñar. No todo el mundo está listo para aceptar esto, y cada cual irá tan lejos a lo largo del camino que conduce a la verdad, como se permita a sí mismo ser guiado. Regresará e irá todavía más lejos, o tal vez retrocederá un poco para luego regresar de nuevo. (L-132.6)
Debe observarse con especial atención que Dios tiene solamente un Hijo. Si todas las creaciones de Dios son Hijos Suyos, cada una de ellas tiene que ser parte integral de toda la Filiación. La Filiación, en su unicidad, transciende la suma de sus partes. Este hecho, no obstante, queda velado mientras falte una sola de ellas. Por eso es por lo que, en última instancia, el conflicto no se puede resolver hasta que todas las partes de la Filiación hayan retornado. Solo entonces podrá comprenderse lo que, en el verdadero sentido de la palabra, significa la plenitud. (T-2.VII.6.1-6)
100. Le muestran a Jesús una moneda de oro y le dicen: Los agentes de César nos exigen tributos.
El les dice: Dad a César lo de César, dad a Dios lo de Dios, y dadme a mí lo mío.
101. Jesús ha dicho: Quien no odia a su padre y a su madre a mi manera, no podrá hacerse discípulo mío. Y quien no ama a su Padre y a su Madre a mi manera, no podrá hacerse discípulo mío. Pues mi madre me parió, mas mi Madre verdadera me dio la vida.
102. Jesús ha dicho: ¡Ay de los clérigos! pues se asemejan a un perro dormido en el pesebre de los bueyes. Ya que ni come ni deja que coman los bueyes.
103. Jesús ha dicho: Bendita sea la persona que sabe por cuál parte invaden los bandidos, porque se levantará y recogerá sus pertenencias y ceñirá sus lomos antes de que entren.
103.- J dijo: “Enhorabuena a los que saben dónde van a atacar los rebeldes. Pueden ponerse en marcha, recoger sus recursos Divinos, y estar preparados antes de que los rebeldes lleguen”.
Los bandidos son los pensamientos erróneos del ego. Son todos los pensamientos fieles al mundo, o todos aquellos que proyectan el mundo haciéndolo real con sentimientos como la culpa, el miedo, el ataque, etc. Cuando piensas esos pensamientos están creyéndote un personaje en el mundo inmerso en toda su trama y problemas. Ahora, cuando piensas con tu mente recta te reconoces como el Ser (eso es recoger tus recursos divinos), lo que te mantiene alerta sobre la entrada del pensamiento erróneo queriendo robar tu verdadera identidad. Las proyecciones siempre terminan haciéndote daño porque sustraen tu verdadera identidad, así que bendita la persona que está despierta y alerta contra ellas.
He dejado perfectamente claro que soy como tú y que tú eres como yo, pero nuestra igualdad fundamental sólo puede demostrarse mediante una decisión conjunta. Eres libre, si así lo eliges, de percibirte a ti mismo como si te estuvieran persiguiendo. Mas cuando eliges reaccionar de esa manera, deberías recordar que yo fui perseguido de acuerdo con el pensar del mundo, y que no compartí esa interpretación. Y puesto que no la compartí, no la reforcé. Ofrecí, consecuentemente, una interpretación diferente del ataque, que deseo compartir contigo. Si la crees, me ayudarás a enseñarla. (T-6.I.5)
La proyección, sin embargo, siempre te hará daño. La proyección refuerza tu creencia de que tu propia mente está dividida, creencia ésta cuyo único propósito es mantener vigente la separación. La proyección no es más que un mecanismo del ego para hacerte sentir diferente de tus hermanos y separado de ellos. El ego justifica esto basándose en el hecho de que ello te hace parecer "mejor" que tus hermanos, y de esta manera empaña tu igualdad con ellos todavía más. La proyección y el ataque están inevitablemente relacionados, ya que la proyección es siempre un medio para justificar el ataque. Sin proyección no puede haber ira. El ego utiliza la proyección con el solo propósito de destruir la percepción que tienes de ti mismo y de tus hermanos. El proceso comienza excluyendo algo que existe en ti, pero que repudias, y conduce directamente a que te excluyas a ti mismo de tus hermanos.
Hemos aprendido, no obstante, que hay una alternativa a la proyección. Todas las capacidades del ego se pueden emplear para un propósito mejor, ya que sus capacidades las dirige la mente, que dispone de una Voz mejor. El Espíritu Santo extiende y el ego proyecta. Del mismo modo en que los objetivos de ambos son opuestos, así también lo son sus resultados.
El Espíritu Santo comienza percibiendo tu perfección. Como sabe que esa perfección es algo que todos comparten, la reconoce en otros, y así la refuerza tanto en ti como en ellos. En vez de ira, esto suscita amor tanto en ellos como en ti porque establece el estado de inclusión. Puesto que percibe igualdad, el Espíritu Santo percibe en todos las mismas necesidades. Esto invita automáticamente a la Expiación porque la Expiación es la necesidad universal de este mundo. Percibirte a ti mismo de esta manera es la única forma de hallar felicidad en el mundo. Eso se debe a que es el reconocimiento de que tú no estás en este mundo, pues el mundo es un lugar infeliz.
¿De qué otra forma puedes encontrar dicha en un lugar desdichado, excepto dándote cuenta de que no estás en él? Tú no puedes estar donde Dios no te ubicó, y Dios te creó como parte de Él. Eso es al mismo tiempo donde estás y lo que eres. Esto es algo completamente inalterable. Es inclusión total. No puedes cambiarlo ahora ni nunca. Es verdad para siempre. No es una creencia, sino un Hecho. Todo lo que Dios creó es tan verdadero como Él. La verdad de ello radica solamente en su perfecta inclusión en Aquel que es el único que es perfecto. Negar esto es negarte a ti mismo y negarlo a Él, puesto que es imposible aceptar a uno sin el otro.
La perfecta igualdad que el Espíritu Santo percibe es el reflejo de la perfecta igualdad del conocimiento de Dios. La percepción del ego no tiene equivalente en Dios, pero el Espíritu Santo sigue siendo el puente entre la percepción y el conocimiento. Al permitirte usar la percepción de forma que refleje el conocimiento, éste finalmente podrá ser recordado. El ego preferiría creer que es imposible que ese recuerdo alboree en tu mente, sin embargo, es tu percepción lo que el Espíritu Santo guía. Tu percepción acabará allí donde comenzó. Todo converge en Dios porque todo fue creado por Él y en Él. (T-6.II.3-7)
104. Le dicen: ¡Ven, oremos y ayunemos hoy!
Jesús ha dicho: ¿Pues cuál es la transgresión que he cometido yo, y en qué he sido vencido? Pero cuando salga el novio de la alcoba nupcial, ¡entonces que ayunen y oren!
105. Jesús ha dicho: Quien reconoce a padre y madre, será llamado hijo de ramera.
106. Jesús ha dicho: Cuando hagáis de los dos uno, os convertiréis en hijos de la humanidad y cuando digáis a la montaña, "¡Muévete!", se moverá.
106. J dijo: «Cuando hagáis de los dos uno, os convertiréis en hijos de Adán, y cuando digáis: ‘¡Montaña, vete de aquí!’, se moverá.»
La percepción del ego está basada en la creencia en la separación, y por tanto en la dualidad. "Hacer de los dos uno" es comprender que no existe dicha dualidad, ni tampoco la separación; y que todo es una ilusión. Convertirse en hijos de la humanidad o hijos de Adán es convertirse en hijos del único Hijo; dicho de otro modo, es entrar en la corriente de la expiación ascendiendo desde la consciencia de separación a la consciencia unidad para sanar y despertar finalmente junto al Padre.
En el dicho nº 85 de la 5ª Parte, describí a Adán en un tono negativo por allí era el primer hombre personaje encarnado en un cuerpo consecuencia de la proyección, pero aquí tiene un significado diferente pues su importancia está en ser el primero, padre de la humanidad. J emplea el lenguaje simbólico a conveniencia al igual que usaba las parábolas. Adán era considerado no sólo el primer hombre, sino el representante de la Naturaleza, de los valores rurales, pero también de la montaña. ¿Es casualidad que pueda mover montañas? Aquí "hijo de Adán" vendría a referirse a los que J llama en el curso "Maestros de Dios" avanzados, que son quienes han respondido a su llamado.
El Jardín del Edén -la condición que existía antes de la separación- era un estado mental en el que no se necesitaba nada. Cuando Adán dio oídos a "las mentiras de la serpiente", lo único que oyó fueron falsedades. Tú no tienes por qué continuar creyendo lo que no es verdad, a no ser que así lo elijas. Todo ello puede literalmente desaparecer en un abrir y cerrar de ojos porque no es más que una percepción falsa. Lo que se ve en sueños parece ser muy real. Lo que es más, en la Biblia se menciona que sobre Adán se abatió un sueño profundo, mas no se hace referencia en ninguna parte a que haya despertado. El mundo no ha experimentado todavía ningún despertar o renacimiento completo. Un renacer así es imposible mientras sigas proyectando o creando falsamente. No obstante, la capacidad de extender tal como Dios te extendió Su Espíritu permanece todavía dentro de ti. En realidad, ésta es tu única alternativa, pues se te dio el libre albedrío para que te deleitaras creando lo perfecto. (T-2.I.3)
En las características de los Maestros de Dios se mencionan entre otras la confianza y la Fe. ¿La fe no mueve montañas?
El grado de fe de un maestro de Dios indica cuán avanzado se encuentra en su programa de estudios. ¿Pone en práctica este aprendizaje sólo en algunos aspectos de su vida mientras mantiene otros aparte? De ser así, su progreso es lento y su confianza aún no se ha arraigado firmemente. La fe es la confianza que el maestro de Dios tiene de que la Palabra de Dios ha de resolver todas las cosas perfectamente. No sólo algunas, sino todas. Comienza generalmente poniendo su fe en la resolución de sólo algunos problemas, manteniéndola así cuidadosamente restringida por un tiempo. Someter todos los problemas a una sola Respuesta es invertir completamente la manera de pensar del mundo. Y sólo eso es fe. Ninguna otra cosa merece que se le llame por ese nombre. Con todo, vale la pena lograr cada avance, por pequeño que sea. Estar dispuesto, como indica el texto, no quiere decir que se haya alcanzado la maestría.
La verdadera fe, sin embargo, no se desvía. Al ser consistente, es completamente honesta. Al ser firme, goza de absoluta confianza. Al estar basada en la ausencia de temor, es mansa. Al gozar de certeza, rebosa júbilo, y al tener confianza, es tolerante. La fe, por lo tanto, encierra en sí todos los demás atributos de los maestros de Dios, y Entraña la aceptación de la Palabra de Dios y de la definición que Él tiene de Su Hijo. Hacia Ellas es adonde la fe, en el verdadero sentido de la palabra, siempre se dirige. En Ellas tiene puestas sus miras, buscando hasta que las encuentra. La indefensión naturalmente la acompaña, y su condición es el júbilo. Y una vez que las encuentra, descansa con sosegada certeza sólo en Aquello que es digno de toda fe. (M-4.IX.1-2)
Como conclusión, no hay que interpretar la palabra "montañas" literalmente sino como todos aquellos problemas que parecemos tener en el mundo, en concreto los más grandes los cuales parecen imposibles de resolver.
107. Jesús ha dicho: El Reino se asemeja a un pastor que tiene 100 ovejas. Se extravió una de ellas, que era la más grande. El dejó las 99, buscó a la una hasta que la encontró. Tras haberse cansado, dijo a esa oveja, "¡Te quiero más que a las 99!"
107. J dijo: «La Divina Ley de Dios es como un pastor que tenía cien ovejas. Una de ellas, la más grande, se extravió. Él dejó las noventa y nueve y buscó a esa una hasta que la encontró. Después de la fatiga, dijo a la oveja: ‘Te quiero más que a las noventa y nueve.’»
Si todo es unicidad, ¿cómo es posible que este dicho hable de 100 ovejas? Sólo existe una así como sólo existe un Hijo. La separación y luego la culpa creó la ilusión de la multiplicidad del Ser, pero no voy a repetir de nuevo lo que ya explico en el dicho 99, que te invito a que leas si no lo has hecho antes de llegar aquí.
Este dicho tiene similitud con la parábola del hijo pródigo. La oveja descarriada es el hijo prodigo, pero el hijo pródigo era el hijo menor y aquí dice que la oveja que se perdió era la más grande. ¿por qué la más grande? Simbólicamente es una forma de darle importancia, como cuando echas en falta algo a lo que nunca se la has dado, pero que un día pierdes y entonces tomas conciencia de lo que te aportaba en tu vida. Por ejemplo, imagina que te acuestas por la noche con la convicción de que mañana podrás llevar a cabo las tareas que tienes pensado hacer, pero por la mañana abres los ojos y ya no ves. Nunca habías valorado tu visión hasta que de repente la has perdido y se convierte en lo más importante para ti. Puedes respirar, oír, gustar, tocar, levantarte y caminar, pero ya no puedes ver. ¡Te sientes un inútil! ¿Entiendes por qué el pastor le dice a la oveja extraviada que la quería más que a las otras 99? Realmente las quería a todas por igual, pero es una forma de realzar su importancia en el valor de grupo, porque la falta de una de ellas merma a todo el rebaño. Otro ejemplo: Si tienes un casa con todo pero no dispone de agua entonces la casa pierde todo su valor por dejar de ser funcional. Si tienes una herramienta que ha perdido o roto una sola pieza entonces ya no sirve porque deja de funcionar. Si tienes un puzzle faltándole una pieza entonces se ve incompleto y pierde su valor. La unicidad trasciende las suma de las partes. Esto se explica muy bien en el siguiente párrafo:
Debe observarse con especial atención que Dios tiene solamente un Hijo. Si todas las creaciones de Dios son Hijos Suyos, cada una de ellas tiene que ser parte integral de toda la Filiación. La Filiación, en su unicidad, transciende la suma de sus partes. Este hecho, no obstante, queda velado mientras falte una sola de ellas. Por eso es por lo que, en última instancia, el conflicto no se puede resolver hasta que todas las partes de la Filiación hayan retornado. Solo entonces podrá comprenderse lo que, en el verdadero sentido de la palabra, significa la plenitud. (T-2.VII.6.1-6)
Lugar de Nag Hammadi donde se encontró el evangelio de Tomás
108. Jesús ha dicho: Quien bebe de mi boca, se hará semejante a mí. Yo mismo me convertiré en él, y los secretos se le revelarán.
108. J dijo: «Quien beba de mi boca se hará como yo. Yo mismo me convertiré en esa persona, y las cosas ocultas le serán reveladas.»
Este dicho es uno de los más interesantes y esclarecedores del evangelio de Tomás desde mi punto de vista.
Beber es saciar la sed. Beber de la boca de J significa saciar la necesidad de comprender estos dichos para lo que hay que hacerse como él, que es lo mismo que pensar con la mente recta o del E.S.. Así que no basta la comprensión intelectual de estos dichos (la cual queda en el nivel de la percepción y que dentro de un año o cinco ya no recordarás), sino que hay que hacerlos parte de nuestra forma de pensar de forma permanente, cambiando el sistema de pensamiento del ego por el sistema de pensamiento del E.S. el cual es la antesala del conocimiento. Pero no es hasta que dicho cambio se haya completado que se podrá acceder al conocimiento, el cual forma parte del ámbito del Cielo, y donde se nos revelan "las cosas ocultas" de las que habla J por obra de Dios mismo.
La revelación de "las cosas ocultas" que siempre has sabido pero que habías olvidado es tu resurrección en Cristo, tu iluminación.
(...) la percepción tiene que ser corregida antes de que puedas llegar a saber nada. Saber es tener certeza. La incertidumbre significa que no sabes. El conocimiento es poder porque goza de certeza, y la certeza es fuerza. La percepción es temporal. Al ser un atributo de la creencia en el espacio y en el tiempo, es susceptible de producir miedo o amor. Las percepciones falsas producen miedo y las verdaderas fomentan el amor, mas ninguna de ellas brinda certeza porque toda percepción está sujeta a cambios. Por eso es por lo que la percepción no es conocimiento. La verdadera percepción es la base del conocimiento, pero gozar de conocimiento es la afirmación de la verdad y esto se encuentra allende cualquier percepción. (T-3.III.1.2-10)
El conocimiento es intemporal porque la certeza es algo incuestionable. Cuando dejas de hacer preguntas es que ya has alcanzado el conocimiento. (T-3.III.2.11)
La verdadera visión es la percepción natural de la visión espiritual, pero es todavía una corrección en vez de un hecho. La visión espiritual es simbólica, y, por lo tanto, no es un instrumento de conocimiento. Es, no obstante, un medio de percepción correcta, lo cual la sitúa dentro del propio ámbito del milagro. Una "visión de Dios" sería un milagro más que una revelación. El hecho en sí de que la percepción esté involucrada demuestra que la experiencia no pertenece a la esfera del conocimiento. De ahí que las visiones, por muy santas que sean, son efímeras. (T-3.III.4)
El conocimiento es el resultado de la revelación y genera sólo pensamiento. La percepción, aun en su forma más espiritualizada, incluye al cuerpo. El conocimiento procede del altar interno y es intemporal porque goza de certeza. No es lo mismo percibir la verdad que conocerla. (T-3.III.5.10-13)
Una percepción correcta es necesaria antes de que Dios pueda comunicarse directamente con Sus altares, los cuales Él estableció en Sus Hijos. En dichos altares es donde Él puede comunicar Su certeza, y Su conocimiento inevitablemente brindará paz. Dios no es un extraño para Sus Hijos, ni Sus Hijos son extraños entre Sí. El conocimiento precedió tanto a la percepción como al tiempo, y finalmente los reemplazará. Ése es el verdadero significado de "el Alfa y la Omega, el principio y el fin" y de "Antes de que Abraham naciese, era yo". La percepción puede y debe ser estabilizada, pero el conocimiento ya es estable. "Teme a Dios y observa Sus mandamientos" pasa a ser "Conoce a Dios y acepta Su certeza." (T-3.III.6)
Las capacidades que ahora posees no son sino sombras de tu verdadera fuerza. Todas las funciones que ahora tienes están divididas y son susceptibles de ser cuestionadas y puestas en duda. Esto se debe a que no tienes certeza acerca de cómo vas a usarlas, y, por consiguiente, el conocimiento queda vedado para ti. Y éste te está asimismo vedado porque todavía percibes sin amor. (T-3.IV.1.1-4)
No se debe confundir a la mente que goza de conocimiento con la mentalidad recta, ya que sólo esta última está vinculada a la percepción verdadera. Puedes tener una mentalidad recta o una mentalidad errada, y aun esto es cuestión de grados, lo cual demuestra claramente que ninguna de ellas tiene nada que ver con el conocimiento. El término "mentalidad recta" se debe entender como aquello que corrige la "mentalidad errada", y se refiere al estado mental que induce a una percepción fidedigna. Es un estado de mentalidad milagrosa porque sana la percepción errónea, lo cual es ciertamente un milagro en vista de como te percibes a ti mismo. (T-3.IV.4)
He dicho que las capacidades que ahora posees no son sino sombras de tu verdadera fortaleza, y que la percepción, que es intrínsecamente enjuiciadora, comenzó sólo después de la separación. Desde entonces nadie ha estado seguro de nada. He dejado claro asimismo que la resurrección fue el medio para regresar al conocimiento, lo cual se logró mediante la unión de mi voluntad con la de mi Padre. Es oportuno ahora establecer una distinción que ha de clarificar algunos de los postulados que se presentarán más adelante. (T-3.V.1)
¿Qué le ocurre a la percepción en ausencia de juicios, o de nada que no sea perfecta igualdad? Percibir se vuelve imposible. La verdad sólo se puede conocer. Toda ella es igualmente verdadera y conocer cualquier parte de ella es conocerla en su totalidad. Únicamente la percepción entraña una conciencia parcial. El conocimiento transciende las leyes que gobiernan la percepción porque un conocimiento parcial es imposible. El conocimiento es uno y no tiene partes separadas. Tú que eres realmente uno con él, sólo necesitas conocerte a ti mismo para que tu conocimiento sea total. Conocer el milagro de Dios es conocerlo a Él. (T-3.V.8)
109. Jesús ha dicho: El Reino se asemeja a una persona que tiene un tesoro escondido en su campo sin saberlo. Y después de morir, lo legó a su hijo. El hijo no lo sabía, aceptó aquel campo, lo vendió. Y vino quien lo compró, aró, descubrió el tesoro. Empezó a prestar dinero a interés a quienes quería.
109. J dijo: «La Divina Ley de Dios es como una persona que tenía un tesoro escondido en su campo pero no lo sabía. Y cuando murió se lo dejó a su hijo. El hijo tampoco sabía del tesoro. Él tomó el campo y lo vendió. El comprador empezó a arar, descubrió el tesoro, y empezó a prestar dinero a interés a quien quiso.»
El tesoro es nuestra verdadera identidad. Aquí J describe como el tesoro va pasando desapercibido de generación en generación sin ser descubierto, hasta que llega uno más despabilado ajeno a la familia, lo encuentra y saca provecho de él. ¿Por qué de fuera del clan? Porque los del clan están muy condicionados y enceguecidos por el aspecto formal que adopta la herencia familiar, la tradición, la carga genética, los bienes familiares, la descendencia, etc.
Todos llevamos un tesoro dentro, el Ser o el ser crístico, pero no todos lo saben. Vivimos ante todo como cuerpos y trasladamos de padres a hijos la herencia histórica, patrimonial, conductual, etc. creyendo que dejamos algo de valor que al final resulta ser nada. La verdadera herencia es el espíritu que nos mueve y nos da verdadera vida, pero el sistema de pensamiento del ego nos hace confundirla con la forma pasando por alto lo realmente importante... hasta que llega uno de nosotros, normalmente es más ajeno, el rebelde o el más desentendido de toda esa tradición que rige el clan, y ve lo que nadie ve: el verdadero tesoro que reside adentro, en el interior ajeno a toda apariencia. Descubrir el tesoro significa recordar quiere eres.
Aquí el sentido de prestar dinero a interés, significa que empiezas a enseñar lo que has descubierto (o recordado), y ese proceder te revierte en interés o beneficio el cual es recordar cada vez más y mejor lo que eres.
El Espíritu Santo expía en todos nosotros deshaciendo y de esta manera te libera de la carga que le has impuesto a tu mente. Al seguir al Espíritu Santo se te conduce de regreso a Dios, que es donde te corresponde estar. Mas ¿cómo podrías encontrar el camino que conduce a Él sino llevando a tu hermano contigo? Mi papel en la Expiación no concluirá hasta que no te unas a ella y se la ofrezcas a otros. Lo que enseñes es lo que aprenderás. Nunca te dejaré desamparado ni te abandonaré porque hacer eso sería abandonarme a mí mismo y abandonar a Dios que me creó. Abandonas a Dios y te abandonas a ti mismo cuando abandonas a cualquiera de tus hermanos. Tienes que aprender a verlos tal como son, y entender que le pertenecen a Dios al igual que tú. ¿De qué mejor manera puedes tratar a tu hermano que dándole a Dios lo que es de Dios? (T-5.IV.6)
Por eso es por lo que debes enseñar solamente una lección. Si has de verte libre de conflictos, tienes que aprender únicamente del Espíritu Santo y enseñar únicamente con Él. Tú eres únicamente amor, mas cuando lo niegas, haces de lo que eres algo que tienes que aprender a recordar. Dije anteriormente que el mensaje de la crucifixión fue: "Enseña solamente amor, pues eso es lo que eres". Ésta es la única lección que está perfectamente unificada porque es la única lección que es una sola. La única manera de aprenderla es enseñándola. Lo que enseñes es lo que aprenderás. Si esto es verdad, como en efecto lo es, no olvides que lo que enseñas te enseña a ti. Y no puedes sino creer en lo que proyectas o extiendes. (T-6.III.2)
110. Jesús ha dicho: Quien ha encontrado el sistema y se ha enriquecido, que renuncie al sistema.
110. J dijo: «Quien haya encontrado el mundo, y se haya hecho rico, que renuncie al mundo.»
Triunfar en el sistema es triunfar en el mundo, lo cual siempre ha sido visto como un gran avance en la vida para las personas. Pero encandilado por la ilusión, el triunfo supone sin saberlo quedar atrapado por él porque te compromete y ya no sabes cómo trascenderlo. No tienes que triunfar ganando dinero; puede ser consiguiendo fama o reputación, poder en un puesto político, o simplemente adquiriendo responsabilidad en la dedicación fiel a tu trabajo, a una pasión, a las obligaciones familiares o al qué dirá la gente. Hay infinitas maneras de "enriquecerse" a base del sistema, pero todas son referidas al enriquecimiento del ego, pero J dice que renuncies. Renunciar al sistema precisa todo lo contrario, empobrecer y abandonar al ego. No tienes que separarte de nada físicamente si no lo deseas pero sí desapegarte mental y emocionalmente de ello, siendo consciente de que todo es temporal. Es la única manera de seguir el plan de expiación del E.S.
Prepárate ahora para deshacer lo que nunca tuvo lugar. Si ya entendieses la diferencia que existe entre la verdad y las ilusiones, la Expiación no tendría objeto. El instante santo, la relación santa, las enseñanzas del Espíritu Santo y todos los medios por los que se alcanza la salvación no tendrían ningún propósito. Pues todos ellos no son sino aspectos del plan cuyo fin es cambiar tus sueños de terror a sueños felices, desde los cuales puedas despertar fácilmente al conocimiento. No te pongas a ti mismo a cargo de esto, pues no puedes distinguir entre lo que es un avance y lo que es un retroceso. Has considerado algunos de tus mayores avances como fracasos, y has evaluado algunos de tus peores retrocesos como grandes triunfos. (T-18.V.1)
111. Jesús ha dicho: El Cielo y la tierra se enrollarán en vuestra presencia. Y quien vive de adentro del viviente, no verá la muerte ni el miedo pues Jesús dice: Quien se encuentra a sí mismo, de él no es digno el sistema.
111. J dijo: «Los Cielos y la tierra se enrollarán en vuestra presencia, y quien viva con el viviente no verá la muerte. ¿Acaso no dije: ‘Los que se han encontrado a sí mismos, de ellos el mundo no es digno’?»
Enrollarse los Cielos y la tierra es desaparecer los Cielos y la tierra. Eso ocurre cuando has perdonado y completado la expiación habiéndose corregido todos los errores de tu mente. Has sanado tu percepción al punto de percibir sólamente inocencia. Tu ego ha quedado deshecho y te identificas plenamente con el Ser (el viviente) dejando de ser "digno del mundo/sistema" (ya no lo alimentas). Por fin te llega la revelación, el conocimiento y regresas a la eternidad para fundirte con la Fuente. No es que la hubieras abandonado, pero la recuerdas y te das cuenta que nunca te apartaste de ella.
Mientras el perdón no sea completo, el mundo seguirá teniendo un propósito. Es el hogar donde nace el perdón, donde crece y donde se vuelve más fuerte y abarcador. Aquí se le alimenta, pues es aquí donde se le necesita. Un benévolo Salvador, nacido donde el pecado fue concebido y donde la culpabilidad parecía real. Éste es Su hogar porque aquí ciertamente se le necesita. Él trae Consigo el fin del mundo. Es a Su llamada a la que los maestros de Dios responden, dirigiéndose a Él en silencio para recibir Su Palabra. El mundo acabará cuando todas las cosas que hay en él hayan sido correctamente juzgadas mediante Su juicio. El mundo acabará con la bendición de la santidad sobre él. El mundo desaparecerá cuando ya no quede ni un solo pensamiento de pecado. No será destruido, ni atacado y ni siquiera sufrirá el más mínimo rasguño. Simplemente dejará de parecer que existe. (M-14.2)
112. Jesús ha dicho: ¡Ay de la carne que depende del alma, ay del alma que depende de la carne!
113. Sus discípulos le dicen: ¿Cuándo vendrá el Reino?
Jesús dice: No vendrá por expectativa. No dirán, "¡Mirad aquí!" o "¡Mirad allá!". Sino que el Reino del Padre se extiende sobre la tierra y los humanos no lo ven.
113. Los discípulos le dijeron: «¿Cuándo vendrá el Reino? Él dijo: «No vendrá por estar esperándolo. No se dirá: ¡Helo aquí! o ¡Helo allá! Más bien, el Reino del Padre está extendido sobre la tierra y la gente no lo ve.»
Los discípulos, identificados con el sistema de pensamiento del ego, creen que el Reino es un lugar idílico que se hará realidad en el futuro. Sin embargo J dice que no tienes que esperar, que ya está aquí; y después añade que se extiende sobre la tierra y que la gente no lo ve.
El Reino no llega por expectativa porque sólo la vida desde el ego está basada en ella, en esperar, sirviéndose del tiempo para vivir del pasado con miras al futuro. El ego ha colocado el Reino de los Cielos en el futuro para asegurarse de que aquel nunca llegue, pues algo le dice que le está vedado, que no podrá entrar en él.
El Reino de los Cielos tiene su preámbulo aquí en la tierra en el estado consciencial del "sueño feliz" en el que tu percepción es la de la mente recta o Espíritu Santo. Ves con Sus ojos y así, todo lo que ves es inocente porque es una extensión de tu propia inocencia. Cuando estés listo el Padre te sacará del mundo y descubrirás que nunca te apartaste de su lado ni saliste del Cielo porque formas parte de él. Así que mientras creas estar aquí no puedes verlo, no puedes verte a ti mismo, pero puedes percibir su reflejo cuando tu percepción se vuelve santa y libre de juicios.
Es difícil entender lo que realmente quiere decir "El Reino de los Cielos está dentro de ti". Ello se debe a que no es comprensible para el ego, que lo interpreta como si algo que está afuera estuviese adentro, lo cual no tiene sentido. La palabra "adentro" es innecesaria. Tú eres el Reino de los Cielos. ¿Qué otra cosa sino a ti creó el Creador?, y ¿que otra cosa sino tú es Su Reino? Éste es el mensaje de la Expiación, mensaje que, en su totalidad, transciende la suma de sus partes. (T-4.III.1.1-6)
Tú eres el Reino de los Cielos, pero permitiste que la creencia en la obscuridad se infiltrase en tu mente, por lo que ahora necesitas una nueva luz. El Espíritu Santo es el resplandor al que debes permitir que desvanezca la idea de la obscuridad. Suya es la gloria ante la cual la disociación desaparece y el Reino de los Cielos pasa a ocupar el lugar que le corresponde. Antes de la separación no tenías necesidad de dirección, pues disponías de conocimiento, tal como dispondrás de él de nuevo, pero como no dispones de él ahora. (T-5.II.4)
No hay nada externo a ti. Esto es lo que finalmente tienes que aprender, pues es el reconocimiento de que el Reino de los Cielos te ha sido restaurado. Pues eso fue lo único que Dios creó, y Él no lo abandonó ni se separó a Sí Mismo de él. El Reino de los Cielos es la morada del Hijo de Dios, quien no abandonó a su Padre ni mora separado de Él. El Cielo no es un lugar ni tampoco una condición. Es simplemente la conciencia de la perfecta unicidad y el conocimiento de que no hay nada más: nada fuera de esta unicidad, ni nada adentro. (T-18.VI.1)
El mundo que ven los santos es uno con ellos, de la misma forma en que el mundo que ve el ego es semejante a él. El mundo que ven los santos es hermoso porque lo que ven en él es su
propia inocencia. Ellos no le impusieron lo que tenía que ser, ni hicieron ajustes para que se amoldase a sus mandatos. Simplemente le preguntaron con un leve susurro: "¿Qué eres?" Y Aquel que cuida de toda percepción les respondió. No aceptes los juicios del mundo como la respuesta a la pregunta: "¿Qué soy?" El mundo cree en el pecado, pero la creencia que lo fabricó tal como tú lo ves no se encuentra fuera de ti. (T-20.III.6.2-8)
114. Simón Pedro les dice: Que Mariam salga de entre nosotros, pues las hembras no son dignas de la vida.
Jesús dice: He aquí que le inspiraré a ella para que se convierta en varón, para que ella misma se haga una espíritu viviente semejante a vosotros varones. Pues cada hembra que se convierte en varón, entrará en el Reino de los Cielos.
FIN
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