Hoy no utilizaré los ojos del cuerpo
1. Padre, la visión de Cristo es el don que me has dado, el cual tiene el poder de transformar todo lo que los ojos del cuerpo contemplan en el panorama de un mundo perdonado. ¡Cuán glorioso y lleno de gracia es ese mundo! No obstante, ¡cuánto más podré contemplar en él que lo que puede ofrecerme la vista! Un mundo perdonado significa que Tu Hijo reconoce a su Padre, permite que sus sueños sean llevados ante la verdad y aguarda con gran expectación el último instante de tiempo en el que éste acaba para siempre, conforme Tu recuerdo aflora en su memoria. Y ahora su voluntad es una con la Tuya. Ahora su función no es sino la Tuya Propia, y todo pensamiento salvo el Tuyo ha desaparecido.
2. El sosiego de hoy bendecirá nuestros corazones y, a través de ellos, la paz descenderá sobre todo el mundo. Cristo se convierte en nuestros ojos hoy. Y mediante Su vista le ofrecemos curación al mundo a través de Él, el santo Hijo que Dios creó íntegro; el santo Hijo a quien Dios creó como uno solo.
* * *
Reflexión:
No intentes alcanzar la visión valiéndote de los ojos, pues tú mismo inventaste tu manera de ver para así poder ver en la obscuridad, y en eso te engañas. Más allá de esta obscuridad, pero todavía dentro de ti, se encuentra la visión de Cristo, Quien contempla todo en la luz. Tu "visión" emana del miedo, tal como la Suya emana del amor. Él ve por ti, al ser tu testigo del mundo real. Él es la manifestación del Espíritu Santo, y lo único que hace es contemplar el mundo real, invocar a sus testigos y acercártelos. Cristo ama lo que ve en ti, y Su deseo es extenderlo. Y no retornará al Padre hasta que haya extendido tu percepción de forma que incluya al Padre. Y allí acaba la percepción, pues Él te habrá llevado consigo de vuelta al Padre.
Sólo puedes experimentar dos emociones. Una la inventaste tú y la otra se te dio. Cada una de ellas representa una manera diferente de ver las cosas, y de sus correspondientes perspectivas emanan dos mundos distintos. Ve a través de la visión que se te ha dado, pues a través de la visión de Cristo Él se contempla a Sí Mismo. Y al ver lo que Él es, conoce a Su Padre. Más allá de tus sueños más tenebrosos Él ve en ti al inocente Hijo de Dios, resplandeciendo con un fulgor perfecto que tus sueños no pueden atenuar. Y esto es lo que verás a medida que veas todo a través de Su visión, pues Su visión es el regalo de amor que Él te hace, y que el Padre le dio para ti.
(T-13.V.9:10)
La lección de hoy hace referencia a no utilizar la vista pero, ¿qué mecanismo hay detrás de este proceso para poder prescindir de él?. En el párrafo de arriba (T-13.V.10) se dice que la visión que tenemos del mundo procede de las emociones (o sentimientos). ¿Cómo es que las emociones influyen?. Hay un vídeo muy bueno de David Hoffmeister que te recomiendo que veas, donde se explica cómo es creada la percepción (enlace aquí). Él hace un dibujo en una pizarra, como el que yo he incluido más abajo, y explica que el proceso de fabricación del mundo empieza con el deseo. ¿Recuerdas que la metafísica de UCdM dice que el deseo del Hijo de Dios de experimentar algo diferente le llevó a la separación de Dios?. En la Biblia se describe que la causa fue la tentación provocada por la seducción de la serpiente, la cual metafóricamente es la alocada y diminuta idea de la que el Hijo de Dios olvidó reírse (T-27.VIII.6).
Continuando con la explicación de Hoffmeister... al deseo le siguen las creencias, luego los pensamientos que causan los sentimientos, que a su vez provocan la percepción que tenemos del mundo. Lo que ocurre es que el deseo en nosotros está tan enterrado bajo capas de creencias y pensamientos que no alcanzamos a verlo. Al ser inconsciente normalmente no nos damos cuenta de que elegimos ver lo que queremos ver en base a nuestro deseo como causa primaria. Por eso es tan importante despertar al grado de ser consciente de este mecanismo tan importante al momento de usarlo, ya que sabiendo cómo funciona, podemos elegir lo que queremos ver, siempre sabiendo que sólo hay dos elecciones posibles: ver un mundo de culpa o ver un mundo inocente.
La visión física está regida por los deseos del ego así que cuando ves exclusivamente usando los ojos del cuerpo estás condenado a ver un mundo donde reina la culpabilidad, la separación, la escasez... Pero al restar valor a la visión física para ver con la visión espiritual (para lo que tienes que ser consciente), entonces se te empieza a mostrar la verdad detrás de la forma y las apariencias que sólo muestran los sentidos. La visión espiritual, una vez activada, es un don interno que funciona a la par que utilizas la visión física, pero que te permite elegir lo que ves más allá de lo que te muestran exclusivamente los ojos y los juicios. Por eso puedes cerrarlos antes una situación, dejando de juzgar, y llegar a un nivel de comprensión mucho mayor que el de la mayoría de las personas usando sus sentidos y los juicios del ego, ya que detrás de los juicios en realidad existe el deseo de ver las cosas de determinada manera. Esto último ciega tu entendimiento y te conduce a experimentar aquello que estás juzgando como cierto.
"No juzguéis para que no seáis juzgados.
Continuando con la explicación de Hoffmeister... al deseo le siguen las creencias, luego los pensamientos que causan los sentimientos, que a su vez provocan la percepción que tenemos del mundo. Lo que ocurre es que el deseo en nosotros está tan enterrado bajo capas de creencias y pensamientos que no alcanzamos a verlo. Al ser inconsciente normalmente no nos damos cuenta de que elegimos ver lo que queremos ver en base a nuestro deseo como causa primaria. Por eso es tan importante despertar al grado de ser consciente de este mecanismo tan importante al momento de usarlo, ya que sabiendo cómo funciona, podemos elegir lo que queremos ver, siempre sabiendo que sólo hay dos elecciones posibles: ver un mundo de culpa o ver un mundo inocente.
La visión física está regida por los deseos del ego así que cuando ves exclusivamente usando los ojos del cuerpo estás condenado a ver un mundo donde reina la culpabilidad, la separación, la escasez... Pero al restar valor a la visión física para ver con la visión espiritual (para lo que tienes que ser consciente), entonces se te empieza a mostrar la verdad detrás de la forma y las apariencias que sólo muestran los sentidos. La visión espiritual, una vez activada, es un don interno que funciona a la par que utilizas la visión física, pero que te permite elegir lo que ves más allá de lo que te muestran exclusivamente los ojos y los juicios. Por eso puedes cerrarlos antes una situación, dejando de juzgar, y llegar a un nivel de comprensión mucho mayor que el de la mayoría de las personas usando sus sentidos y los juicios del ego, ya que detrás de los juicios en realidad existe el deseo de ver las cosas de determinada manera. Esto último ciega tu entendimiento y te conduce a experimentar aquello que estás juzgando como cierto.
"No juzguéis para que no seáis juzgados.
Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados;
y con la medida con que midáis, se os medirá."
Mateo 7:2
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