martes, 4 de diciembre de 2018

Lección 282 de Un Curso de Milagros

Hoy no tendré miedo del amor

1. Sólo con que pudiese comprender esto hoy, el mundo entero se salvaría. Pues es la decisión de abandonar la locura y de aceptarme tal como Dios Mismo, mi Padre y mi Fuente, me creó. Es la resolución de no seguir dormido en sueños de muerte, mientras la verdad sigue viviendo eternamente en el júbilo del amor. Y es asimismo la resolución de reconocer al Ser que Dios creó como el Hijo que Él ama, el Cual sigue siendo mi única Identidad.
2. Padre, Tu Nombre, al igual que el mío, es Amor. Ésa es la verdad. ¿Y es posible acaso cambiar la verdad dándole simplemente otro nombre? El nombre del miedo es simplemente un error. Que hoy "no" tenga miedo de la verdad.(*)
(*)Nota: En la versión española del curso existe una errata o error de traducción del inglés pues dice: "Que hoy tenga miedo de la verdad" cuando lo que quiere decir es que no se tenga miedo a la verdad.

* * *
Reflexión: No puedes entender la lección de hoy si no conoces antes lo que es el amor. Por supuesto me que refiero al verdadero amor. Pero ¿qué es el amor?. El amor es un estado de conciencia que te permite ver la verdad, sin culpa y sin miedo. El amor también eres tú, tu auténtico ser, lo indescriptible de ti. Quizás te cueste comprenderlo tal como lo he explicado. A veces resulta más fácil explicar lo que "no es" para entender lo que "sí es", así que voy a hacerlo nuevamente aclarando lo que "no es amor". 

El amor no es ningún tipo de fantasía o ilusión acerca de ti, de otros o de algo. Lo que te puede causar miedo, decepción, odio o expectativas no es amor. Sé que para muchos puede sonar decepcionante o extraño, pero es así:

¿No te gustaría poder pasar del miedo al amor? Pues tal parece ser la travesía. El amor te llama, pero el odio quiere retenerte. No escuches la llamada del odio ni veas ninguna fantasía. Pues tu compleción radica en la verdad y sólo en la verdad. En cada llamada del odio y en cada fantasía que surge para demorarte, ve sólo la petición de ayuda que se eleva incesantemente desde ti a tu Creador. ¿Cómo no habría Él de responder si tu compleción supone la Suya? Él te ama sin ilusión alguna, tal como tú no puedes sino amar también. Pues el amor está totalmente exento de ilusiones, y, por lo tanto, libre de miedo.
(T-16.IV.11.1:9) 

Lo siguiente que voy a explicar quizás te pueda sonar aún más sorprendente (incluso blasfemo) que lo anterior porque todos hemos escuchado decir hasta la saciedad que Dios entregó a Su Hijo en la cruz por amor al mundo y por nuestra salvación. Un Curso de Milagros contradice lo anterior porque, en primer lugar, Dios es completamente ajeno a este mundo y por lo tanto, no pudo entregar a nadie. En segundo lugar, el amor no tiene nada que ver con el sacrificio, sino todo lo contrario.

El sacrificio es un elemento tan esencial en tu sistema de pensamiento, que la idea de salvación sin tener que hacer algún sacrificio no significa nada para ti. Tu confusión entre lo que es el sacrificio y lo que es el amor es tan aguda que te resulta imposible concebir el amor sin sacrificio. Y de lo que debes darte cuenta es de lo siguiente: el sacrificio no es amor, sino ataque. Sólo con que aceptases esta idea, tu miedo al amor desaparecería. Una vez que se ha eliminado la idea del sacrificio ya no podrá seguir habiendo culpabilidad. Pues si hay sacrificio, alguien siempre tiene que pagar para que alguien gane. Y la única cuestión pendiente es a qué precio y a cambio de qué. 
(T-15.X.5.7:13)

El sacrificio produce miedo y el miedo va contra el amor. Es como ir a que te empasten una muela y pedirle al dentista que no te ponga anestesia porque la vas a salvar y tienes que sufrir por ello. O es también como aferrarte indefinidamente a una relación donde sufres de malos tratos porque crees que tu sufrimiento te va a redimir. Ambos ejemplos son una muestra de locura pues generan culpa en quien provoca el dolor y miedo en quien lo sufre. El sufrimiento es realmente innecesario y es una fuente de alimentación para el ego quien se nutre de la culpabilidad y el temor que genera. Si soportas, toleras o incluso si ves bien el sufrimiento es porque todavía te atrae más la culpabilidad y el dolor que el amor. No sabes lo que es el verdadero amor.

La atracción de la culpabilidad hace que se le tenga miedo al amor, pues el amor nunca se fijaría en la culpabilidad en absoluto. La naturaleza del amor es contemplar solamente la verdad -donde se ve a sí mismo- y fundirse con ella en santa unión y en compleción. De la misma forma en que el amor no puede sino mirar más allá del miedo, así el miedo no puede ver el amor. Pues en el amor reside el fin de la culpabilidad tan inequívocamente como que el miedo depende de ella. El amor sólo se siente atraído por el amor. Al pasar por alto completamente a la culpabilidad, el amor no ve el miedo. Al estar totalmente desprovisto de ataque es imposible que pueda temer. El miedo se siente atraído por lo que el amor no ve, y ambos creen que lo que el otro ve, no existe. El miedo contempla la culpabilidad con la misma devoción con la que el amor se contempla a sí mismo. Y cada uno de ellos envía sus mensajeros, que retornan con mensajes escritos en el mismo lenguaje que se utilizó al enviarlos.
(T-19-IV.A.i10)

Así que, si tienes miedo, vives en y para las ilusiones por lo que no podrás amar. Por eso es que la lección de hoy dice que no debes tener miedo al amor.

* * *

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...