Prólogo
He supuesto que muchos
llegaréis aquí interesados por la relaciones de pareja sin
conocer lo que es Un Curso de Milagros (UCdM), y que algunos pueden
asustarse si empiezan a leer palabras como pecado, culpa, santidad y
Dios. ¿Qué tiene que ver la religión con las relaciones? preguntarás. Si es el caso, te pido que no te vayas y que sigas
leyendo porque sí
es imprescindible utilizar la metafísica del curso para explicar
la naturaleza de nuestras relaciones, así como de los mecanismos que
subyacen en nuestro subconsciente y que afectan, sí o sí, a nuestra
forma de comportarnos en pareja. Ya lo decía el
oráculo de Delfos: "conócete a ti mismo", pues si te desconoces
no podrás hacer nada con respecto a la forma de experimentar tu
vida.
Otra cosa que quiero
decir es que lo que aquí explico sobre los mecanismos de
funcionamiento de las relaciones de pareja es extrapolable a
cualquier otro tipo de relación que se tenga, bien sea de familia,
de amistad, de trabajo, e incluso con la que podemos tener con
animales y objetos; pero por razones evidentes la he centrado en la
de pareja por ser la más significativa.
Cualquier persona que
aspire a tener una relación sana debiera de empezar por conocer lo que
explico aquí, aunque eso no es suficiente ni garantiza que su relación vaya a funcionar.
Dicho lo anterior,
empiezo ya.
La diminuta y alocada idea. El sueño y la "separación de Dios"
No te pido que creas la siguiente explicación, pero léela y cuestiónala si quieres. Es conforme leas el resto del post que cobrará sentido para ti. Ésto es un resumen porque no hace falta extenderme, sino que cojas la idea principal, aunque los resúmenes no están exentos de ciertos sesgos o desviaciones, pero en este caso no importa porque es en interés de que sea más asequible a la comprensión por parte del lector. Si con posterioridad te interesa este asunto, siempre puedes profundizar más en él. Los estudiantes de UCdM que ya conocéis este relato podéis pasar directamente al siguiente apartado si así os parece.
UCdM explica que sólo existe Dios y Su creación, Su Hijo unigénito (el Cristo), compartiendo la realidad única, inmutable y eterna del Cielo. Si te incomoda el lenguaje religioso puedes llamar a Dios la Fuente, Causa Primigenia o como quieras, y al Hijo Su Creación o Extensión. Ya digo que no importan las palabras que use, ni tan siquiera que creas o no en Dios, sino que captes la idea.
En un determinado
instante el Hijo tuvo una descabellada idea: "¿Qué pasaría si
yo creara separado de Dios?", lo que es imposible si lo piensas,
ya que nada existe ni puede existir fuera de un Dios Omni-presente.
Sólo hay una manera y es imaginando que se puede hacer. Esto lo
hacemos todos los días a nivel personal cada vez que imaginamos
hacer algo que sabemos es imposible (p.e. soñar que vuelas), por lo que no debería de resultarte tan extraño. Así que
el Hijo de Dios, para poder crear por su cuenta, imaginó que podía
separarse de Dios y para ello entró en un estado de sueño. Fue
ésta la aparición de la dualidad, un estado onírico que dio
origen al ego como estado de consciencia dormido o erróneo de la
mente del Hijo de Dios.
¿Qué ocurrió a continuación? Que como consecuencia, ese fragmento de mente que se creyó separada sintió una enorme culpa por lo que había sucedido al desterrar a Dios de su lado, por lo que además sintió un miedo terrible a Su castigo. En realidad se sintió tan culpable y aterrada que no pudo asumir su responsabilidad y empezó a pensar que fue Dios quien le expulsó a él (ésta es la creencia en el pecado original y la expulsión del paraíso).
La caída de Adán y Eva de Miguel Angel. Al principio Adán está sólo en el Paraíso (el Hijo de Dios compartiendo su unidad con Dios). Al quedarse dormido entra en escena Eva representando la dualidad. La serpiente y la manzana son la irresistible tentación de experimentar el especialismo en un mundo de dualidad, lo que provoca la caída definitiva.
Ahora cabían dos posibilidades: que la mente dormida
despertara para volver a la unidad con Dios y aquí no ha pasado
nada; o lo que esa mente imaginó ocurrir a continuación (digo
“imaginó” porque en realidad no ocurrió pues se trató de un
simple sueño. Dicho de otra manera, la mente siguió soñando y
entró a un nivel aún más profundo de sueño, que es donde estamos ahora). El ego, tan
apesadumbrado, quiso deshacerse de la culpa y para ello hizo uso de
nuevo de su imaginación originando el Big Bang el cual fabricó todo
un universo de galaxias (en realidad mucho más) y todo lo que en él
existe, incluidos todos los seres vivientes encarnados en cuerpos
como diminutas fracciones de sí misma, pues dentro de cada ser yace
una semilla de culpa y miedo de la mente dormida. Esto quiere decir
también que el universo es holográfico y que cualquier pequeña
parte de él encierra la información de la totalidad.
La parte buena de todo éste relato es que la mente dormida o ego no pudo separarse totalmente de la mente despierta o mente recta, por lo que arrastró a ésta dentro del sueño como una reminiscencia, un recuerdo, una Voz apenas audible pero que se puede intuir en nuestra consciencia, y que resulta ser crucial para escapar del sueño ya que es quien nos conduce de vuelta al despertar. Se trata del Espíritu Santo. Otros lo llama la voz de la consciencia; otros sexto sentido, etc.
Resumiendo, la naturaleza de Dios y Su creación es la Unicidad. La totalidad, la Inmutabilidad, el Amor, la plenitud, la eternidad... La naturaleza básica del sueño es todo lo contrario, es la separación, la fragmentación, el miedo, la escasez, la individualidad, el tiempo y el cambio expresado de manera básica en la dualidad. El libro “El Kybalion” de Hermes Trimegistro resumen a la perfección estas características en los siete principios del hermetismo: Mentalismo (El Todo es mente; el universo es mental), Correspondencia. (Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba), Vibración (Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra), Polaridad. Todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado. Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso. Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa. Género. Todo tiene su principio masculino y femenino. Cualquier mecanismo o proceso que ocurre en el universo guarda las dos características básica de estos 7 principios: mentalismo y dualidad manifestada en los otros 6 principios.
Introyección y proyección
Y hablando de dualismo, ahora vamos a introducir uno de los mecanismos dualistas que interviene en las relaciones. Vamos a emplear el vocablo introyección como el proceso por el que nos apoderamos de alguna cosa positiva o buena de la que nosotros creemos carecer (amor, belleza, dinero, simpatía, inteligencia, seguridad, etc) pero que parecen tener los demás. Es importante saber que este proceso refuerza la separación entre los actores pues considera un tú y un yo entre los que existe un intercambio. La introyección tiene su origen en la alocada y diminuta idea por la cual nos quisimos separar de Dios robándole su poder creativo para crear de forma independiente y así sentirnos especiales. La introyección da lugar a la relación de amor especial, la cual es un intento de hacernos con todo lo bueno que la otra persona nos aporta.
El opuesto de la introyección es la proyección, y consiste en adjudicarle a otros lo que no queremos para nosotros por considerarlo molesto o perjudicial (miedo, resentimiento, culpa, odio a nosotros mismos, etc.) con el objetivo secreto de reforzar la separación y sentirnos mejores, especiales, y/o para expulsar la culpa que sentimos. La proyección tiene su origen en la acción por la que quisimos deshacernos de la culpa que nos causó la creencia en la separación de Dios para no reconocerla en nosotros (Big Bang). La proyección da lugar a las relaciones de odio especial pues en ellas proyectamos toda la negatividad y odio que llevamos dentro de nosotros responsabilizando a otros por ella. ¿Vas entendiendo ahora un poco más por qué el mundo es como es?
En resumidas cuentas, la introyección y la proyección en las relaciones son en realidad las dos fases de un mismo y único mecanismo que tiene su origen en el sueño de la separación y la aparición del universo: primero con la introyección al atribuirse el Hijo de Dios las facultades que robó a Dios separándose y creando aparte de Él, y segundo la proyección al proyectar la culpa fuera de si mismo en un intento de deshacerse de ella.
Introyección y proyección siempre actúan juntas porque una lleva implícita a la otra. Ambas están basadas en la idea de separación, la cual refuerzan, y por lo tanto separan aún más a quienes intervienen en ellas. Para que suceda este mecanismo tiene que darse una confusión básica de identidad (los protagonistas se confunden con la mente dormida, el ego o lo que llamamos personalidad encarnada en un cuerpo), y una falta de amor propio característico porque uno se siente débil y vulnerable ya que ahora no sabe quien es realmente (olvidó que su naturaleza básica es la del Hijo de Dios).
Como parte de la mente-ego que nos sueña, al ser nuestra naturaleza holística, contenemos la totalidad de información del universo, para lo bueno y para lo malo. Eso significa que todos y cada uno de nosotros tendemos a manifestar en nuestro comportamiento el patrón de introyección-proyección. Lo llevamos profundamente grabado en el subconsciente como una semilla indeleble, lo que hace que, mientras lo ignoremos, actuemos conforme a dicho patrón repetidamente, una y otra vez sin poder evitarlo.
La palabra "introyección" fue dada por Ken Wapnick, el que ha sido hasta ahora considerado el mayor maestro de UCdM, y es el término que da la psicología (Wapnick era doctor en psicología) para este tipo de conducta (también usaba la palabra "canibalizar" a la otra persona porque lo que hacemos es robarla, succionarla, comérnosla viva).
Por último indicar que a veces estos mecanismos se manifiestan de manera inversa, introyectando cosas negativas (“yo no valgo para nada”) y proyectando cosas positivas (“Es un tío muy majo”), pero el resultado es el mismo.
Fin de la primera parte.
(Pincha Aquí para ir a la 2ª Parte)
1. La caída de Adán y Eva - Miguel Angel
2. Nature- Aliceabc0 (Pixabay)
La diminuta y alocada idea. El sueño y la "separación de Dios"
No te pido que creas la siguiente explicación, pero léela y cuestiónala si quieres. Es conforme leas el resto del post que cobrará sentido para ti. Ésto es un resumen porque no hace falta extenderme, sino que cojas la idea principal, aunque los resúmenes no están exentos de ciertos sesgos o desviaciones, pero en este caso no importa porque es en interés de que sea más asequible a la comprensión por parte del lector. Si con posterioridad te interesa este asunto, siempre puedes profundizar más en él. Los estudiantes de UCdM que ya conocéis este relato podéis pasar directamente al siguiente apartado si así os parece.
UCdM explica que sólo existe Dios y Su creación, Su Hijo unigénito (el Cristo), compartiendo la realidad única, inmutable y eterna del Cielo. Si te incomoda el lenguaje religioso puedes llamar a Dios la Fuente, Causa Primigenia o como quieras, y al Hijo Su Creación o Extensión. Ya digo que no importan las palabras que use, ni tan siquiera que creas o no en Dios, sino que captes la idea.
¿Qué ocurrió a continuación? Que como consecuencia, ese fragmento de mente que se creyó separada sintió una enorme culpa por lo que había sucedido al desterrar a Dios de su lado, por lo que además sintió un miedo terrible a Su castigo. En realidad se sintió tan culpable y aterrada que no pudo asumir su responsabilidad y empezó a pensar que fue Dios quien le expulsó a él (ésta es la creencia en el pecado original y la expulsión del paraíso).

La parte buena de todo éste relato es que la mente dormida o ego no pudo separarse totalmente de la mente despierta o mente recta, por lo que arrastró a ésta dentro del sueño como una reminiscencia, un recuerdo, una Voz apenas audible pero que se puede intuir en nuestra consciencia, y que resulta ser crucial para escapar del sueño ya que es quien nos conduce de vuelta al despertar. Se trata del Espíritu Santo. Otros lo llama la voz de la consciencia; otros sexto sentido, etc.
Resumiendo, la naturaleza de Dios y Su creación es la Unicidad. La totalidad, la Inmutabilidad, el Amor, la plenitud, la eternidad... La naturaleza básica del sueño es todo lo contrario, es la separación, la fragmentación, el miedo, la escasez, la individualidad, el tiempo y el cambio expresado de manera básica en la dualidad. El libro “El Kybalion” de Hermes Trimegistro resumen a la perfección estas características en los siete principios del hermetismo: Mentalismo (El Todo es mente; el universo es mental), Correspondencia. (Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba), Vibración (Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra), Polaridad. Todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado. Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso. Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa. Género. Todo tiene su principio masculino y femenino. Cualquier mecanismo o proceso que ocurre en el universo guarda las dos características básica de estos 7 principios: mentalismo y dualidad manifestada en los otros 6 principios.
Introyección y proyección
Y hablando de dualismo, ahora vamos a introducir uno de los mecanismos dualistas que interviene en las relaciones. Vamos a emplear el vocablo introyección como el proceso por el que nos apoderamos de alguna cosa positiva o buena de la que nosotros creemos carecer (amor, belleza, dinero, simpatía, inteligencia, seguridad, etc) pero que parecen tener los demás. Es importante saber que este proceso refuerza la separación entre los actores pues considera un tú y un yo entre los que existe un intercambio. La introyección tiene su origen en la alocada y diminuta idea por la cual nos quisimos separar de Dios robándole su poder creativo para crear de forma independiente y así sentirnos especiales. La introyección da lugar a la relación de amor especial, la cual es un intento de hacernos con todo lo bueno que la otra persona nos aporta.
El opuesto de la introyección es la proyección, y consiste en adjudicarle a otros lo que no queremos para nosotros por considerarlo molesto o perjudicial (miedo, resentimiento, culpa, odio a nosotros mismos, etc.) con el objetivo secreto de reforzar la separación y sentirnos mejores, especiales, y/o para expulsar la culpa que sentimos. La proyección tiene su origen en la acción por la que quisimos deshacernos de la culpa que nos causó la creencia en la separación de Dios para no reconocerla en nosotros (Big Bang). La proyección da lugar a las relaciones de odio especial pues en ellas proyectamos toda la negatividad y odio que llevamos dentro de nosotros responsabilizando a otros por ella. ¿Vas entendiendo ahora un poco más por qué el mundo es como es?
En resumidas cuentas, la introyección y la proyección en las relaciones son en realidad las dos fases de un mismo y único mecanismo que tiene su origen en el sueño de la separación y la aparición del universo: primero con la introyección al atribuirse el Hijo de Dios las facultades que robó a Dios separándose y creando aparte de Él, y segundo la proyección al proyectar la culpa fuera de si mismo en un intento de deshacerse de ella.
Introyección y proyección siempre actúan juntas porque una lleva implícita a la otra. Ambas están basadas en la idea de separación, la cual refuerzan, y por lo tanto separan aún más a quienes intervienen en ellas. Para que suceda este mecanismo tiene que darse una confusión básica de identidad (los protagonistas se confunden con la mente dormida, el ego o lo que llamamos personalidad encarnada en un cuerpo), y una falta de amor propio característico porque uno se siente débil y vulnerable ya que ahora no sabe quien es realmente (olvidó que su naturaleza básica es la del Hijo de Dios).
Como parte de la mente-ego que nos sueña, al ser nuestra naturaleza holística, contenemos la totalidad de información del universo, para lo bueno y para lo malo. Eso significa que todos y cada uno de nosotros tendemos a manifestar en nuestro comportamiento el patrón de introyección-proyección. Lo llevamos profundamente grabado en el subconsciente como una semilla indeleble, lo que hace que, mientras lo ignoremos, actuemos conforme a dicho patrón repetidamente, una y otra vez sin poder evitarlo.
La palabra "introyección" fue dada por Ken Wapnick, el que ha sido hasta ahora considerado el mayor maestro de UCdM, y es el término que da la psicología (Wapnick era doctor en psicología) para este tipo de conducta (también usaba la palabra "canibalizar" a la otra persona porque lo que hacemos es robarla, succionarla, comérnosla viva).
Por último indicar que a veces estos mecanismos se manifiestan de manera inversa, introyectando cosas negativas (“yo no valgo para nada”) y proyectando cosas positivas (“Es un tío muy majo”), pero el resultado es el mismo.
Fin de la primera parte.
(Pincha Aquí para ir a la 2ª Parte)
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Imagenes tomadas de (por orden):1. La caída de Adán y Eva - Miguel Angel
2. Nature- Aliceabc0 (Pixabay)
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