sábado, 22 de diciembre de 2018

Lección 290 de Un Curso de Milagros

Lo único que veo es mi actual felicidad

1. A menos que contemple lo que no está ahí, lo único que veo es mi actual felicidad. Los ojos que comienzan a abrirse por fin pueden ver. Y deseo que la visión de Cristo descienda sobre mí hoy mismo. Pues lo que percibo a través de mi propia vista sin la Corrección que Dios me dio para ella, es atemorizante y doloroso de contemplar. Mas no voy a permitir que mi mente se siga engañando un solo instante más, creyendo que el sueño que inventé es real. Éste es el día en que voy en pos de mi actual felicidad y en el que no he de contemplar nada que no sea lo que busco.
2. Con esta resolución vengo a Ti, y te pido que me prestes tu fortaleza, mientras procuro únicamente hacer Tu Voluntad. No puedes dejar de oírme, Padre. Pues lo que pido ya me lo has dado. Y estoy seguro de que hoy veré mi felicidad.

* * * 
Reflexión: Esta lección es una continuación de las anteriores... El éxito de los ejercicios consiste en volver una y otra vez a la carga sobre el tema de la Visión para asegurar que la activas, por lo que pueden resultar innecesarios si ya la has adquirido y sabes de qué hablamos. Pero si no, si has llegado aquí de un salto y aún tienes dudas sobre lo que es la Visión y lo que ello conlleva, sigue leyendo. 

Empieza el ejercicio diciendo algo muy significativo que ofrece una pista sobre cómo alcanzar la felicidad que anhelas. Dice "a menos que contemple lo que no está ahí, lo único que veo es mi actual felicidad". Te está diciendo que si estás absorto en el pasado, anclado a la visión física y las apariencias, no puedes ver tu felicidad, la cual siempre ha estado ahí contigo. Y luego dice: "deseo que la visión de Cristo descienda sobre mí". Nuevamente el curso usa una frase metafórica. La visión de Cristo ya la tienes, como igualmente tienes la felicidad. Ninguna de las dos puede descender sobre ti porque ya son tuyas. Más bien se trata de abrirles paso en tu mente retirando toda la capa de pensamientos que las nublan. Tienes que saber que la Visión y la verdadera felicidad son consecutivos pues la primera te abre la vía a la segunda. Por lo tanto, no puedes ser feliz de manera constante si no gozas de la Visión pues tu felicidad entonces estaría basada en la percepción errónea, y esa percepción no te permite ver donde está tu verdadera felicidad.

Luego sigue una declaración de intenciones: "este es el día..." y "con esta resolución vengo a ti", para terminar con tres fuertes afirmaciones consecutivas que refuerzan tu deseo: "No puedes dejar de oírme", "lo que pido ya me lo has dado" y "estoy seguro...".

Tu deseo debe ser la dicha misma la cual está en la experiencia de tu ser interno, inmutable y constante; no en conseguir metas y objetivos mundanos lo cual solo te llevará a experiencias de miedo, frustración y dolor.

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