El Amor de Dios me rodea
1. Padre, estás delante y detrás de mí, a mi lado, allí donde me veo a mí mismo y dondequiera que voy. Estás en todo lo que contemplo, en los sonidos que oigo y en cada mano que busca la mía. En Ti el tiempo desaparece, y la idea del espacio se vuelve una creencia absurda. Pues lo que rodea a Tu Hijo y lo mantiene a salvo es el Amor Mismo. No hay otra fuente que ésa, y no hay nada que no comparta Su santidad, nada que se encuentre aparte de Tu única creación o que carezca del Amor que envuelve a todas las cosas dentro de Sí. Padre, Tu Hijo es como Tú. Hoy apelamos a Ti en Tu Propio Nombre, para estar en paz dentro de Tu eterno Amor.
2. Hermanos míos, uníos a mí en este propósito hoy. Ésta es la plegaria de la salvación. ¿No deberíamos acaso unirnos a lo que ha de salvar al mundo y a nosotros junto con él?
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Reflexión: La mente que es Dios, junto con la tuya, lo abarca todo, pero vives un sueño en la dimensión espacio-tiempo y la manera de entender que no te has apartado del Amor de Dios es explicártelo de una manera que sea comprensible con la dimensión sueño donde el héroe protagonista es el cuerpo. Así que cuando la lección dice que el Amor está delante, atrás y al lado tuyo es en sentido figurado. El término "alrededor" no existe en el Cielo donde no se conocen los cuerpos. Dios, que es Amor, está en todas partes alrededor tuyo porque está en tu mente la cual compartes con Él. Te mueves y vives en Dios porque nunca lo has abandonado.
(...) Quiero compartir mi mente contigo porque somos de una misma Mente, y ésa Mente es nuestra. Contempla sólo esa Mente en todas partes porque sólo esa Mente está en todas partes y en todas las cosas. Dicha Mente lo es todo porque abarca a todas las cosas dentro de sí. Bendito seas tú que percibes únicamente esto porque estás percibiendo únicamente lo que es verdad.
(T-7.V.7)
El Amor de Dios te "rodea" pero no podrás verlo si no lo ves en ti primero. Tú eres ese Amor pero tu mente errónea está nublando tu visión con sus creencias y fantasías, haciéndote creer que eres un cuerpo, y ahora ves otras cosas, tus proyecciones.
Tú eres la Voluntad de Dios. No aceptes nada más como tu voluntad, pues, de lo contrario, estarás negando lo que eres. Niega lo que eres y atacarás, al creer que has sido atacado. Mas ve el Amor de Dios en ti y lo verás en todas partes porque está en todas partes.
(T-7.VII.10.1:4)
Ten en consideración que no podrás ver el Amor si estás queriendo ver otra cosa.
Pero recuerda por último que no se pueden ver dos mundos a la vez, así que, o ves Amor o no lo ves. Tienes que negar el mundo que ves, pues verlo te impide tener otro tipo de visión. No puedes ver ambos mundos, pues cada uno de ellos representa una manera de ver diferente, y depende de lo que tienes en gran estima. La negación de uno de ellos hace posible la visión del otro. Los dos no pueden ser verdad; no obstante, cualquiera de ellos te parecerá tan real como el valor que le atribuyas. Su poder, sin embargo, no es idéntico porque la verdadera atracción que ejercen sobre ti no es igual.
Pero recuerda por último que no se pueden ver dos mundos a la vez, así que, o ves Amor o no lo ves. Tienes que negar el mundo que ves, pues verlo te impide tener otro tipo de visión. No puedes ver ambos mundos, pues cada uno de ellos representa una manera de ver diferente, y depende de lo que tienes en gran estima. La negación de uno de ellos hace posible la visión del otro. Los dos no pueden ser verdad; no obstante, cualquiera de ellos te parecerá tan real como el valor que le atribuyas. Su poder, sin embargo, no es idéntico porque la verdadera atracción que ejercen sobre ti no es igual.
(T-13.II.7)
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