Sólo mis propios pensamientos pueden afectarme
1. Con este pensamiento basta para dejar que la salvación arribe a todo el mundo. Pues es el pensamiento mediante el cual todo el mundo por fin se libera del miedo. Ahora cada uno ha aprendido que nadie puede atemorizarlo, y que nada puede amenazar su seguridad. No tiene enemigos, y está a salvo de todas las cosas externas. Sus pensamientos pueden asustarlo, pero, puesto que son sus propios pensamientos, él tiene el poder de cambiarlos substituyendo cada pensamiento de miedo por un pensamiento feliz de amor. Se crucificó a sí mismo. Sin embargo, Dios planeó que Su Hijo bienamado fuese redimido.
2. Padre mío, sólo Tu plan es infalible. Todos los demás fracasarán. Y tendré pensamientos que me asustarán hasta que aprenda que Tú ya me has dado el único Pensamiento que me conduce a la salvación. Sólo Mis propios pensamientos fracasarán, y no me llevarán a ninguna parte. Mas el Pensamiento que Tú me diste promete conducirme a mi hogar porque en él reside la promesa que Tú le hiciste a Tu Hijo.
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Reflexión: La salvación no es más que un estado mental en el que has deshecho todos los errores de tu mente egóica. Si aspiras a ella es importante volverte consciente de tu estado mental observando tus propios pensamientos, observándote continuamente a ti mismo para evaluar cómo y qué es lo que sientes. La prueba de que sólo te afectan tus propios pensamientos es que no reaccionas a nada hasta que lo conoces. Mientras no sabes de "ese algo" no te afecta en absoluto. Pero cuando sabes de ello, ahí está tu reacción dejándote afectar más o menos, de una u otra manera. De lo anterior viene el titulo de la lección de hoy.
Nosotros buscamos no dejarnos afectar por los propios pensamientos, aunque podrás opinar que ciertos sucesos están por encima de tu capacidad de controlar tu sentir porque son totalmente negativos o positivos, y los sentimientos que te generan te sobrepasan pues no puedes evitar sentirte mal o bien si ocurren. Por ejemplo, si pierdes a alguien querido para ti no podrás dejar de sentir tristeza. No se te pide que no la sientas al momento de conocer el hecho y durante algún tiempo después; ésa no es la cuestión. Es más, es bueno dejar fluir tus sentimientos para que se desgasten y se vaya yendo su energía la cual, si guardamos, nos afecta negativamente. El problema es que ésta energía se enquiste dentro de ti y la conviertas sin saberlo en tu hábito de vida, causándote sufrimiento cotidiano.
Sólo tus propios pensamientos te afectan cuando los tomas demasiado en serio, como algo personal, pero ninguno de esos pensamientos vale realmente para nada. Aferrarte a ellos es una manera de aferrarte a tu ego. Observa como fluyen: van y vienen como nubes. ¿Recuerdas lo que pensabas hace 20 años y cómo te afectaba? ¿Qué de válidos son esos pensamientos hoy?. Ni siquiera alcanzas a recordarlos sino sólo unos pocos como recuerdos que te crean nostalgia.
El único pensamiento válido por ser verdadero es el Pensamiento de Dios. Tú eres Su Pensamiento pensante, y tu salvación - entiéndase como tu paz y felicidad constantes - radica en tu Ser que es Su Pensamiento. Pero tus pensamientos, los que piensas que piensas, no te llevan a ninguna parte sino a perderte en la ilusión y en fantasías fabricadas. Esos pensamientos no afectan a tu Ser inmutable, pero dejas que afecten a tu vida conformando tu personalidad, dejándote sentir de distintas maneras como víctima de las circunstancias. Tú tienes el poder de tomar y moldear esos pensamientos o ignorarlos porque son tuyos. Pero tu Ser, como Pensamiento de Dios, no puedes cambiarlo ni puedes escapar de él. Ese Pensamiento que Eres es tu garantía de salvación y te conducirá finalmente a tu hogar junto a Dios. En realidad ya lo estás pero tu nivel consciencial no te permite saberlo.
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