martes, 12 de marzo de 2019

Lección 340 de Un Curso de Milagros

Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento

1. Padre te doy las gracias por el día de hoy y por la libertad que estoy seguro me ha de brindar. Hoy es un día santo, pues hoy Tu Hijo será redimido. Su sufrimiento ha terminado. Pues él oirá Tu Voz exhortándole a que busque la visión de Cristo a través del perdón y se libere para siempre de todo sufrimiento. Gracias por el día de hoy, Padre mío. Vine a este mundo sólo para llegar a tener este día, así como la alegría y libertad que encierra para Tu santo Hijo y para el mundo que él fabricó, el cual hoy se libera junto con él.
2. ¡Regocíjate hoy! ¡Regocíjate! Hoy no hay cabida para nada que no sea alegría y agradecimiento. Nuestro Padre ha redimido a Su Hijo en este día. Ni uno solo de nosotros dejará de salvarse hoy. No habrá nadie que no esté a salvo del miedo ni nadie a quien el Padre no acoja en Su regazo, despierto ahora en el Cielo, en el Corazón del Amor.

* * * 

Reflexión: Esta lección hace hincapié en "el día de hoy" porque solamente en el momento presente es que un@ se puede liberar del sufrimiento, no tratando directamente con él sino con su causa. ¿Y cuál es su causa? 

No centres tu atención en el sufrimiento ni en el pecado, ya que no son sino reflejos de lo que los causa. (T-27.VII.5...)

La causa es el ego mismo y su sistema de pensamiento. Toda liberación es en realidad de la esclavitud del ego. Pero el ego, muy astuto, nos hace creer que cualquier tipo de liberación llegará en el futuro; de esa manera consigue eludirla indefinidamente mientras él permanece intacto, a la vez que nos provoca impotencia.
Haz este día grande - Imagen de Alexas_Fotos en Pixabay 

¿No te das cuenta de que todo tu sufrimiento procede de la extraña creencia de que eres impotente? (T-21.VII.1.1)

El ego es la impotencia misma pues que no es nada y no puede hacer nada excepto hacerte infeliz. El ego es un delirio producto de la mente errónea, la cual proyecta un mundo de dualidad, esquizoide, fenómeno del que el tiempo tampoco escapa.

Vivir en el ego significa vivir dando saltos entre el pasado y el futuro, ignorando el momento presente. El ego acumula todo tipo de recuerdos, creencias e idealizaciones creyendo que le harán feliz algún día. Hipoteca su tiempo pensando de manera más inmediata para el fin de semana o las próximas vacaciones, y de forma más lejana para dentro de unos cuantos años, para cuando se retire... Pero vivir en el pensamiento, para las ilusiones, no es vivir y sólo reporta sufrimiento.

Toda ilusión alberga dolor y sufrimiento entre los tenebrosos pliegues de las pesadas vestiduras tras las que oculta su inexistencia. Sin embargo, esas sombrías y pesadas vestiduras son las que cubren a aquellos que van en pos de ilusiones, y las que los mantienen ocultos del júbilo de la verdad. (T-22.II.1...)

Sólo anclándonos al momento presente podemos escapar de la esclavitud y del sufrimiento que nos produce el ego cuando lo observamos desde el ser que somos, sin juzgarlo, dejando de darle fuerza. Entonces el ego va deshaciéndose poco a poco, al igual que el sufrimiento que nos causa. 

Lo que sufre no forma parte de mí. (L-148)

Es así que nos damos cuenta de que no tiene sentido pensar siquiera en querer liberar al mundo de su sufrimiento si no nos liberamos primero nosotros de nuestro ego, y de que el momento es siempre ahora, hoy mismo, no mañana ni en un futuro lejano. 

Por el Amor de Dios y por el tuyo propio, no te demores Más! (T-16.VI.11.6)

El ego es una simple construcción mental, una creencia de tu mente errada. No eres impotente, solo crees que lo eres...

Tu Padre te creó completamente libre de pecado, completamente libre de dolor y completamente a salvo de todo sufrimiento. Si niegas a tu Padre estarás invitando al pecado, al dolor y al sufrimiento a tu mente debido al poder que Él le dio. Tu mente es capaz de crear mundos, pero puede también negar lo que crea porque es libre. (T-10.V.9.9-11)

... y tu liberación depende únicamente de ti.

Y tú te escaparás enteramente del sufrimiento o no te escaparás en absoluto. La razón te dirá que no hay un lugar intermedio donde te puedas detener indeciso, esperando a elegir entre la felicidad del Cielo o el sufrimiento del infierno. Hasta que no elijas el Cielo, estarás en el infierno y abatido por el sufrimiento. (T-2.II.7.5-7)


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