domingo, 31 de marzo de 2019

Lección 352 de Un Curso de Milagros

Los juicios son lo opuesto al amor. De los juicios procede todo el dolor del mundo, y del amor, la paz de Dios

1. El perdón ve sólo impecabilidad, y no juzga. Ésta es la manera de llegar a Ti. Los juicios me vendan los ojos y me ciegan. El amor, que aquí se refleja en forma de perdón, me recuerda, por otra parte, que Tú me has proporcionado un camino para volver a encontrar Tu paz. Soy redimido cuando elijo seguir ese camino. Tú no me has dejado desamparado. Dentro de mí yace Tu recuerdo, así como Uno que me conduce hasta él. Padre, hoy quiero oír Tu Voz y encontrar Tu paz. Pues quiero amar mi propia Identidad y encontrar en Ella el recuerdo de Ti.
* * * 
Reflexión: Normalmente, para hacer la reflexión de la lección del día, la leo y espero en silencio que me llegue la inspiración. Empiezo a escribir de manera espontánea lo que va surgiendo dentro de mi, sin prisa, como ahora. Pero vivir en el mundo parece no seguir los mismo parámetros, pues nos urge con prisas, no puede esperar y además nos obliga a planear y juzgar todo lo que hacemos en él viviendo en una tensión continua, causándonos desasosiego, cansancio, insatisfacción, quejas, dolor... pues es la manera en que parece funcionar. 

El mundo no te parece en absoluto amoroso, pero seguir los dictados de este curso te obliga a amar el mundo. Igualmente, el mundo aparenta ser tenebroso, pero lograr la meta de este curso te obliga a hallar la luz en él y superar todo temor. ¿Por qué? Ésto aparenta ser una contradicción que se aspecta muy difícil de solucionar porque pareciera que el mundo es algo ajeno y externo a ti, y que no puedes hacer nada al respecto. Por eso a veces te sorprendes a ti mismo pensando que este curso es muy difícil y que no conseguirás llevar a cabo su propósito. Ese es un juicio más producto del desconocimiento de ti mismo y del miedo que ello te produce. Ésto significa que aún no has aprendido lo que tienes que aprender.

El verdadero aprendizaje es constante, y tan vital en su poder de producir cambios que un Hijo de Dios puede reconocer su propio poder en un instante y cambiar el mundo en el siguiente. Ello se debe a que al cambiar de mentalidad, produce un cambio en el instrumento más poderoso que jamás se le haya dado para cambiar. Esto no contradice en modo alguno la inmutabilidad de la mente tal como Dios la creó, pero mientras sigas aprendiendo a través del ego creerás que has efectuado un cambio en ella. Esto te pone en una situación en la que tienes que aprender una lección aparentemente contradictoria: tienes que aprender a cambiar de mentalidad con respecto a tu mente. Sólo así puedes aprender que tu mente es inmutable.
(T-7.V.7.5:9)

La proyección da lugar a la percepción. El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste. Nada más. Pero si bien no es nada más, tampoco es menos. Por lo tanto, es importante para ti. Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. Tal como el hombre piense, así percibirá. No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él. La percepción es un resultado, no una causa. Por eso es por lo que el concepto de grados de dificultad en los milagros no tiene sentido. Todo lo que se contempla a través de la visión es sano y santo. Nada que se perciba sin ella tiene significado. Y donde no hay significado, hay caos.
(T-21.Intruducción.1)

Este curso es un curso de amor, o de milagros, porque amor y milagro son sinónimos. Tu dolor e impotencia de creer que no puedes superarlo ni vencer al mundo se basa sólo en tu juicio. Del amor y empeño que le pongas en hacerlo sin dejarte vencer por tus propios juicios procederá la paz que finalmente alcanzarás. Muchos son los llamados y pocos los elegidos porque pocos eligen cambiar de mentalidad respecto de su propia mente.
* * * 

viernes, 29 de marzo de 2019

Lección 351 de Un Curso de Milagros

Mi hermano impecable es mi guía a la paz. Mi hermano pecador es mi guía al dolor. Y el que elija ver será el que contemplaré

1. ¿Quién es mí hermano sino Tu santo Hijo? Mas si veo pecado en él proclamo que soy un pecador, en vez de un Hijo de Dios, y que me encuentro solo y sin amigos en un mundo aterrante. Mas percibirme de esa manera es una decisión que yo mismo he tomado y puedo, por consiguiente, volverme atrás. Puedo asimismo ver a mi hermano exento de pecado, y como Tu santo Hijo. Y si ésta es la alternativa por la que me decido, veo mi impecabilidad, a mi eterno Consolador y Amigo junto a mí, y el camino libre y despejado. Elige, pues, por mí, Padre mío, a través de Aquel que habla por Ti. Pues sólo Él juzga en Tu Nombre.

* * * 
Reflexión: Posiblemente te creas una persona y que, como tal, estás separad@ del resto de personas en el mundo, así como que no te influye lo que piensas de ellas; pero la lección de hoy te dice que tal como decidas ver a tus hermanos te verás a ti mismo, afectándote. ¿En qué se basa esta declaración?. En el principio de unicidad, el cual proclama que no hay nadie más; sólo parece haberlo. 

Puede que no creas lo anterior y tus sentidos es lo que te parecen demostrar, que existimos individuos separados entre nosotros. Si conoces la metafísica del curso sabrás que éste dice que detrás de ese espejismo hay culpa escondida en la mente mayor que nos imagina proyectándonos en este mundo pecaminoso, fabricando con cada uno de nosotros un punto de vista desde el que ver la culpa en el otro; de este modo se mantiene la ilusión de separación funcionando. Esta construcción mental, al basarse en una creencia, se afirma a si misma en un círculo vicioso sin discontinuidad del que es difícil salir si no se deja de creer en lo que lo causó. La única manera, como digo, de romper ese círculo es creer otra cosa diferente, o reconocer que en realidad esta vida no es verdad, que es una ilusión. En eso se basa el perdón de UCdM. 

Perdonar una sola vez o muchas veces no parece romper el hechizo mental o sueño del que hablamos, pero sus efectos se van acumulando hasta que se consuma el proceso de perdón o despertar en lo que se llama "la expiación". No es hasta entonces que descubrirás que no existe la separación real y que tú no eres una persona en un cuerpo, en absoluto. Hasta que llega ese momento y atrapado en esta película que llamamos vida, todo lo que pienses acerca de los otros es un acto reflejo, de confianza o desconfianza en el mundo y en tus hermanos, que vuelve a ti como un boomerang. Si estás dormido te golpea, pero si estás despierto, lo puedes coger sin causarte daño. 

Como titulaba el famoso dramaturgo del Barroco español Tirso de Molina en su drama "El condenado por desconfiado", si desconfías, tu mismo te condenas, pero si confías tu mismo te salvas. La puerta es estrecha pues al final resulta que si quieres escapar de esta prisión llamada mundo, tienes que confiar en tu hermano y ver sólo su inocencia, la misma que terminarás viendo en ti.

Debe observarse con especial atención que Dios tiene solamente un Hijo. Si todas las creaciones de Dios son Hijos Suyos, cada una de ellas tiene que ser parte integral de toda la Filiación. La Filiación, en su unicidad, transciende la suma de sus partes. Este hecho, no obstante, queda velado mientras falte una sola de ellas. Por eso es por lo que, en última instancia, el conflicto no se puede resolver hasta que todas las partes de la Filiación hayan retornado. Solo entonces podrá comprenderse lo que, en el verdadero sentido de la palabra, significa la plenitud. Cualquier parte de la Filiación puede creer en el error o en la incompleción si así lo elige. Sin embargo, si lo hace, estará creyendo en la existencia de algo que no existe. Lo que corrige este error es la Expiación.
(T-2.VII.6)

Cuando hayas aceptado la Expiación, te darás cuenta de que no hay culpabilidad alguna en el Hijo de Dios. Y sólo cuando veas su inocencia podrás entender su unicidad. Pues la idea de la culpabilidad da lugar a la creencia de que algunas personas pueden condenar a otras, como resultado de lo cual, se proyecta separación en vez de unidad. Sólo te puedes condenar a ti mismo, y hacer eso te impide reconocer que eres el Hijo de Dios. Has negado la condición de su existencia, que es su perfecta irreprochabilidad. El Hijo de Dios fue creado del amor, y mora en el amor. La bondad y la misericordia le han acompañado siempre, pues él jamás ha dejado de extender el Amor de su Padre.
(T-13.I.6)

* * * 

miércoles, 27 de marzo de 2019

Lección 350 de Un Curso de Milagros

Los milagros son un reflejo del eterno Amor de Dios. Ofrecerlos es recordarlo a Él, y mediante Su recuerdo, salvar al mundo

1. Lo que perdonamos se vuelve parte de nosotros, tal como nos percibimos a nosotros mismos. Tal como tú creaste a Tu Hijo, él encierra dentro de sí todas las cosas. El que yo Te pueda recordar depende de que lo perdone a él. Lo que él es no se ve afectado por sus pensamientos. Pero lo que contempla es el resultado directo de ellos. Así pues, Padre mío, quiero ampararme en Ti. Sólo Tu recuerdo me liberará. Y sólo perdonando puedo aprender a dejar que Tu recuerdo vuelva a mí, y a ofrecérselo al mundo con agradecimiento.
2. Y a medida que hagamos acopio de Sus milagros, estaremos en verdad agradecidos. Pues conforme lo recordemos, Su Hijo nos será restituido en la realidad del Amor.
* * * 
Reflexión: El recuerdo de Dios te libera porque te hace recordar a su vez tu condición de Hijo de Dios. Cuanto más lo recuerdas a Él, más recuerdas quien eres tú. La manera de recordar a Dios, y de paso quien verdaderamente eres, es ofreciendo milagros, pues los milagros ponen de manifiesto el amor que eres; es tu verdadero yo en acción. 

Amar es perdonar y al perdonar contribuyes a salvar al mundo. Al perdonar recuerdas la verdad, acabas con la ilusión de separación y todas las creencias que se derivan de ella, pues es lo más parecido aquí en la Tierra a experimentar el Cielo.

* * * 

martes, 26 de marzo de 2019

Lección 349 de Un Curso de Milagros

Hoy dejo que la visión de Cristo contemple todas las cosas por mi, y que, en lugar de juzgarlas, les conceda a cada una un milagro de amor

1. Así quiero liberar todas las cosas que veo, concediéndoles la libertad que busco. De esta manera, obedezco la ley del amor, dando lo que quiero encontrar y hacer mío. Ello se me dará, porque lo he elegido como el regalo que quiero dar. Padre, Tus regalos son míos. Cada regalo que acepto me concede un milagro que puedo dar. Y al dar tal como quiero recibir, comprendo que Tus milagros de curación me pertenecen.
2. Nuestro Padre conoce nuestras necesidades, y nos concede la gracia para satisfacerlas todas. Y así, confiamos en que Él nos enviará milagros para bendecir al mundo y sanar nuestras mentes según regresamos a Él.

* * * 
Reflexión: La personalidad es algo fingido y fingir conlleva una gran esfuerzo y pérdida de energía. ¿No te has sentido muchas veces cansado de la vida?. Cuesta mirar el mundo cargado de prejuicios, valorando todo conforme a tu manera de pensar, tu experiencia y conocimientos aprendidos, tu fe (o falta de fe) y tus deseos. La vida cansa porque vivir desde la personalidad requiere una continua defensa basada en la autojustificación.

Hoy se te pide que dejes todas las defensas a un lado que has erigido para defender quien crees que eres y demás creencias. Cuando te permites liberarte a ti mismo, liberas también al mundo. Cuando dejas de ser un "yo" dejando la mente aparte y el juicio de lado, dejas que todo y todas las personas sean tal como son; entonces rompes con la dualidad. Eso es dar un regalo de amor. No necesitas esforzarte para dar un regalo de ese tipo porque fluye desde tu estado natural de ser cuando desnudas tu mirada de prejuicios y simplemente ves con inocencia (visión de Cristo). Entonces, la bondad conque miras te es devuelta con la misma facilitad que parte de ti porque no hay nadie más.

* * * 

lunes, 25 de marzo de 2019

Lección 348 de Un Curso de Milagros

Ni mi ira ni mi temor tienen razón de ser, pues Tú me rodeas. Y Tu gracia me basta para satisfacer cualquier necesidad que yo perciba

1. Padre, déjame recordar que Tú estás aquí y que no estoy Solo. Pues estoy rodeado de un Amor imperecedero. No hay razón para nada, excepto para la paz y alegría perfectas que comparto Contigo. ¿Qué necesidad tengo de ira o de temor, cuando lo único que me rodea es la seguridad perfecta? ¿Cómo puedo sentir miedo cuando la eterna promesa que me hiciste jamás se aparta de mí? Estoy rodeado de perfecta impecabilidad. ¿Qué puedo temer, cuando la santidad en la que Tú me creaste es tan perfecta como la Tuya Propia?
2. La gracia de Dios nos basta para hacer todo lo que Él quiere que hagamos. Y eso es lo único que elegimos como nuestra voluntad, así como la Suya.

* * * 
Reflexión: En la lección anterior dijimos que detrás de la ira subyacen tres creencias: la de separación, la de ataque y la de no responsabilidad. En realidad, la segunda y tercera derivan de la primera, de la creencia en la separación. Si no existiera separación, ¿a quién ibas a atacar? Entonces tampoco sería necesario hablar de ninguna responsabilidad pues siempre la habría. 

Acabar con la consciencia de separación pone fin a la ira pues, si vives en Dios y todo es Dios, ¿contra quien y para qué ibas a enfadarte?. Tu santidad te protege. La gracia de Dios, ésto es, el reconocimiento de tu impecabilidad, te exonera de tener que sentir ninguna ira, ningún miedo, ninguna necesidad ni ninguna culpa.

* * * 

domingo, 24 de marzo de 2019

Lección 347 de Un Curso de Milagros

La ira procede de los juicios. Y los juicios son el arma que utilizo contra mi mismo a fin de mantener el milagro alejado de mi

1. Padre, deseo lo que va en contra de mi voluntad, y no lo que es mi voluntad tener. Rectifica mi mente, Padre mío, pues está enferma. Pero Tú has ofrecido libertad, y yo elijo reclamar Tu regalo hoy. Y así, le entrego todo juicio a Aquel que Tú me diste para que juzgara por mí. Él ve lo que yo contemplo, sin embargo, conoce la verdad. Él ve el dolor, mas comprende que no es real, y a la luz de Su entendimiento éste sana. Él concede los milagros que mis sueños quieren ocultar de mi conciencia. Que sea Él Quien juzgue hoy. No conozco mi voluntad, pero Él está seguro de que es la Tuya. Y hablará en mi nombre e invocará Tus milagros para que vengan a mí.
2. Escucha hoy. Permanece muy quedo, y oye la dulce Voz que habla por Dios asegurarte que Él te ha juzgado como el Hijo que Él ama.

* * * 
Reflexión: La ira toma muchos grados. No es solamente lo que nos saca de quicio y nos vuelve locos.

La ira puede manifestarse en cualquier clase de reacción, desde una ligera irritación hasta la furia más desenfrenada. El grado de intensidad de la emoción experimentada es irrelevante. Te irás dando cuenta cada vez más de que una leve punzada de molestia no es otra cosa que un velo que cubre una intensa furia. 
(L-21.2.3:5)

Lo que tienen en común los sentimientos negativos es que existe algún tipo de pensamiento causándolos. La ira requiere tres de estos pensamientos o creencias funcionando a la vez: creerte separado, creerte atacado y creer que no eres responsable del ataque que recibes. Cuando se juntan, estas tres creencias te causan miedo y culpa; entonces ves justificado devolver el ataque para deshacerte de ambas.

La relación que existe entre la ira y el ataque es obvia, pero la relación que existe entre la ira y el miedo no es siempre tan evidente. La ira siempre entraña la proyección de la separación, lo cual tenemos que aceptar, en última instancia, como nuestra propia responsabilidad, en vez de culpar a otros por ello. No te puedes enfadar a no ser que creas que has sido atacado, que está justificado contraatacar y que no eres responsable de ello en absoluto. Dadas estas tres premisas irracionales, se tiene que llegar a la conclusión, igualmente irracional, de que un hermano merece ataque en vez de amor. ¿Qué se puede esperar de premisas dementes, sino conclusiones dementes? La manera de desvanecer una conclusión demente es analizando la cordura de las premisas sobre las que descansa. Tú no puedes ser atacado, el ataque no tiene justificación y tú eres responsable de lo que crees.
(T-6.Introducción.1)

Detrás de la ira, por lo tanto, existe el sentimiento de miedo y culpa del ego. El miedo y la culpa son contrarios al amor y bloquean los milagros. La forma de des-hacerlos es tomar responsabilidad sobre el ego, observándolo como tu propia construcción mental que es. Cuando lo haces pierde fuerza y el miedo y la culpa empiezan a desaparecer.

No le tengas miedo al ego. Él depende de tu mente, y tal como lo inventaste creyendo en él, puedes asimismo desvanecerlo dejando de creer en él. No proyectes sobre otros la responsabilidad por esa creencia, o, de lo contrario, prolongarás su existencia. Cuando estés dispuesto a asumir total responsabilidad por la existencia del ego, habrás dejado a un lado la ira y el ataque, pues éstos surgen como resultado de tu deseo de proyectar sobre otros la responsabilidad de tus propios errores. Mas una vez que los hayas aceptado como tus propios errores, no te detengas ahí. Entrégaselos de inmediato al Espíritu Santo para que Él los deshaga completamente, de manera que todos sus efectos desaparezcan de tu mente y de la Filiación en su totalidad.
(T-7.VIII.5)

Cuando te enfadas con alguien estás proyectando tu miedo y culpa, intentando deshacerte de ellos proyectándolos en quien es objeto de tu ira. 

Cada vez que te enfadas, puedes estar seguro de que has entablado una relación especial que el ego ha "bendecido", pues la ira es su bendición. La ira se manifiesta de muchas formas, pero no puede seguir engañando por mucho tiempo a los que se han dado cuenta de que el amor no produce culpabilidad en absoluto, y de que lo que produce culpabilidad no puede ser amor, sino ira. La ira no es más que un intento de hacer que otro se sienta culpable, y este intento constituye la única base que el ego acepta para las relaciones especiales. La culpabilidad es la única necesidad del ego, y mientras te sigas identificando con él, la culpabilidad te seguirá atrayendo. Mas recuerda esto: estar con un cuerpo no es estar en comunicación. Y si crees que lo es, te sentirás culpable con respecto a la comunicación y tendrás miedo de oír al Espíritu Santo, al reconocer en Su Voz tu propia necesidad de comunicarte.
(T-15.VII.10)

Cuando consideras que un ataque es real y respondes con algún grado de ira, luego que te das cuenta de tu reacción, no tiene sentido perdonarlo, pues estarías tratando de negar lo que ya has hecho real. Ese es el perdón del ego (me has atacado pero te perdono...). El verdadero perdón (el que defiende UCdM) no reacciona de ningún modo, adelantándose a todo tiempo pues no ve ningún tipo de ataque en ningún momento, ni necesidad de responder ya que no siente miedo ni culpa.

La ira nunca está justificada. El ataque no tiene fundamento. Con esto comienza uno a escapar del miedo, y con esto también es como lo logrará. Con esto se intercambian los sueños de terror por el mundo real. Pues el perdón descansa sobre esto, lo cual es tan sólo natural. No se te pide que concedas perdón allí donde se debería responder con ataque y donde el ataque estaría justificado. Pues eso querría decir que perdonas un pecado pasando por alto lo que realmente se encuentra ahí. Eso no es perdón, ya que supondría que, al reaccionar de una manera que no está justificada, tu perdón se ha convertido en la respuesta al ataque que se ha perpetrado. Y así, el perdón no habría sido apropiado, al haberse concedido donde no era debido.
(T-30.VI.1)

Tu propósito final es lograr vivir en un mundo perdonado (el mundo real) donde nunca tendrás que responder con ira ni ataque, porque tú mism@, habiendo dejado de juzgarte y de juzgar al mundo, ya no verás ningún motivo para sentir ira ni tener que defenderte absolutamente de nada.

* * * 

sábado, 23 de marzo de 2019

Lección 346 de Un Curso de Milagros

Hoy me envuelve la paz de Dios, y me olvido de todo excepto de Su Amor

1. Padre, al despertar hoy los milagros corrigen mi percepción de todas las cosas. Y así comienza el día que voy a compartir Contigo tal como compartiré la eternidad, pues el tiempo se ha hecho a un lado hoy. No ando en pos de cosas temporales, por lo tanto, ni siquiera las veré. Lo que hoy busco transciende todas las leyes del tiempo, así como las cosas que se perciben en él. Quiero olvidarme de todo excepto de Tu Amor. Quiero morar en Ti y no saber nada de ninguna otra ley que no sea Tu ley del amor. Quiero encontrar la paz que Tú creaste para Tu Hijo, y olvidarme, conforme contemplo Tu gloria y la mía, de todos los absurdos juguetes que fabriqué.
2. Y al llegar la noche, recordaremos únicamente la paz de Dios. Pues hoy veremos qué clase de paz es la nuestra, cuando nos olvidamos de todo excepto del Amor de Dios.

* * *
Reflexión: Nos vamos acercando a las lecciones finales y cada vez me cuesta escribir más; no sólo porque creo que ya lo he dicho todo y que me estoy repitiendo, sino porque la práctica de las lecciones van restando pensamiento, disolviendo ilusión para experimentar un estado de amor, dicha y paz plenos en el momento presente en el cual sobran las palabras. Así que, en cierto sentido, es contradictorio reflexionar sobre algo que realmente hay que experimentar y que se supone se viene viviendo hace muchas lecciones y tiempo atrás. Se trata de olvidarnos de todas las preocupaciones del ego y de vivir en el amor y para el Amor de Dios. Como dice la lección "Lo que hoy busco transciende todas las leyes del tiempo, así como las cosas que se perciben en él. Quiero olvidarme de todo excepto de Tu Amor." Sólo nuestra creencia de que ésto es imposible, dejándonos asediar por los pensamientos del mundo (tengo que trabajar, tengo que pagar facturas, tengo que atender tal cosa, tengo que ir a tal sitio, tengo que hacer la compra, etc.), nos separa de éste estado. ¿Eres capaz de olvidarte de todas esas obligaciones que crees tener aunque sólo sea por un rato?. Sólo tu fe te demostrará que ello es posible, que es posible escapar del tiempo y vivir en la eternidad aquí en esta vida. Eso es amor. Eso es vivir un milagro. 

* * * 

viernes, 22 de marzo de 2019

Lección 345 de Un Curso de Milagros

Hoy sólo ofrezco milagros, pues quiero que retornen a mi

1. Padre, todo milagro es un reflejo de los regalos que me haces a mí, Tu Hijo. Y cada uno que concedo retorna a mí, recordándome que la ley del amor es universal. Incluso aquí, dicha ley se manifiesta en una forma que se puede reconocer, y cuya eficacia puede verificarse. Los milagros que concedo se me devuelven en la forma que más me puede ayudar con los problemas que percibo. Padre, en el Cielo es diferente, pues allí no hay necesidades. Pero aquí en la tierra, el milagro se parece más a tus regalos que cualquier otro regalo que yo pueda hacer. Así pues, déjame hoy hacer solamente este regalo, que al haber nacido del verdadero perdón, ilumina el camino que debo recorrer para poder recordarte.
2. Que la paz sea con todos los corazones que la buscan. La luz ha venido a ofrecer milagros para bendecir a este mundo exhausto. Éste hallará descanso hoy, pues nosotros ofreceremos lo que hemos recibido.

* * * 
Reflexión: Un milagro es un reflejo del Cielo en la Tierra. Tú eres el medio a través del cual se produce ese destello con tu predisposición a ser quien verdaderamente eres, ésto es, cuando te expresas como amor pleno. Pero no lo puedes hacer intencionalmente y con el deseo de controlar el amor que eres, sino como algo que te sucede y sucede a través tuya de manera natural y espontanea. Los siguientes son algunos de los principios que describen los milagros los cuales puedes encontrar en el apartado I del Tema 1 del libro de Texto:

3. Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de amor. El verdadero milagro es el amor que los inspira. En este sentido todo lo que procede del amor es un milagro.

5. Los milagros son hábitos, y deben ser involuntarios. No deben controlarse conscientemente. Los milagros seleccionados conscientemente pueden proceder de un falso asesoramiento.

6. Los milagros son naturales. Cuando no ocurren, es que algo anda mal.

Así que no es que puedas "realizar" milagros, sino que ha de ser tu manera de vivir cotidiana los que los produzcan como lo más natural del mundo, ya que es tu ser expresándose de forma genuina después que has eliminado las barreras que imponía tu ego. 

7. Todo el mundo tiene derecho a los milagros, pero antes es necesario una purificación.

Esa purificación de la que habla el principio anterior es el des-hacimiento del sistema de pensamiento del ego. Los milagros, como reflejo del Cielo, ponen de manifiesto la ley del amor, que es que, lo que se da se recibe.

9. Los milagros son una especie de intercambio. Como toda expresión de amor, que en el auténtico sentido de la palabra es siempre milagrosa, dicho intercambio invierte las leyes físicas. Brindan más amor tanto al que da como al que recibe.

16. Los milagros son recursos de enseñanza para demostrar que dar es tan bienaventurado como recibir. Aumentan la fortaleza del que da y simultáneamente le dan fortaleza al que recibe.

Los milagros no se pueden llevar a cabo por una mente en estado de duda. El ego es el que duda siempre. Los milagros sólo son posibles cuando una mente es totalmente inocente y firme conocedora de la verdad. 

14. Los milagros dan fe de la verdad. Son convincentes porque proceden de la convicción. Sin convicción degeneran en magia, que es insensata, y, por lo tanto, destructiva; o más bien, el uso no creativo de la mente.

El siguiente principio describiendo el milagro, con el que quiero acabar la reflexión de hoy, conecta a la perfección con el dicho de Juan 13:34 con el que abría la lección anterior. Vale la pena volverlo a repetir aquí para compararlos:  

18. El milagro es un servicio. Es el máximo servicio que le puedes prestar a otro. Es una manera de amar al prójimo como a ti mismo, en la que reconoces simultáneamente tu propia valía y la de él.

"Este mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros". 
- Juan 13:34 -

El milagro es un servicio de ida y vuelta, es lo más generoso y egoísta a la vez; y por eso Jesús lo ordenó como mandamiento: "ama a tu prójimo como a ti mismo", a sabiendas de que no hay nadie más y de que el amor acabaría con todos los problemas del mundo. De hecho, si lo aplicáramos, acabaría con el mismísimo mundo; por eso el mundo no quiere saber del amor y se enreda en otros tipos de soluciones que nunca funcionan, ya que entonces el mundo dejaría de ser. 

Con cada milagro de amor se va deshaciendo un poquito el mundo del miedo, de la culpa, de la escasez y de las ilusiones.

* * * 

jueves, 21 de marzo de 2019

Lección 344 de Un Curso de Milagros

Hoy aprendo la ley del amor: que lo que le doy a mi hermano es el regalo que me hago a mi mismo

1. Ésa es Tu ley, Padre mío, no la mía. Al no comprender lo que significaba dar, procuré quedarme con lo que deseaba sólo para mí. Y cuando contemplé el tesoro que creía tener, encontré un lugar vacío en el que nunca hubo nada, en el no hay nada ahora y en el que nada habrá jamás. ¿Quién puede compartir un sueño? ¿Y qué puede ofrecerme una ilusión? Pero aquel a quien perdone me agasajará con regalos mucho más valiosos que cualquier cosa que haya en la tierra. Permite que mis hermanos redimidos llenen mis arcas con los tesoros del Cielo, que son los únicos que son reales. Así se cumple la ley del amor. Y así es como Tu Hijo se eleva y regresa a Ti.
2. ¡Qué cerca nos encontramos unos de otros en nuestro camino hacia Dios! ¡Qué cerca está Él de nosotros! ¡Qué cerca el final del sueño del pecado y la redención del Hijo de Dios!
* * * 
Reflexión: La lección de hoy habla del famoso mandamiento de Jesús, que por algo lo mandaba:

"Este mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros". 
- Juan 13:34 -

En otras palabras: Lo que des será lo que recibirás porque dar y recibir, en lo que respecta a los regalos celestiales, es lo mismo. Estamos hablando de lo que es verdadero. Esta ley no funciona con lo que es ilusorio. En el mundo, si tú consigues tu sueño es a costa de otro. Los regalos o tesoros del mundo no se pueden compartir pues los que das los pierdes, y los que tú recibes le son quitados a otros. 

Hay muchas formas de amar. Sabrás que lo haces porque tu regocijo será también el regocijo del otro, y el del otro será el tuyo. Si aquello que haces o das sólo produce regocijo a uno de los dos, no hay amor que valga. 

* * * 

miércoles, 20 de marzo de 2019

Lección 343 de Un Curso de Milagros

No se me pide que haga ningún sacrificio para encontrar la misericordia y la paz de Dios

1. El final del sufrimiento no puede suponer una pérdida. El regalo de lo que lo es todo tan sólo puede aportar ganancias. Tú sólo das. Nunca quitas. Y me creaste para que fuese como Tú, de modo que el sacrificio es algo tan imposible para mí como lo es para Ti. Yo también no puedo sino dar. Y así, todas las cosas me son dadas para siempre. Aún soy tal como fui creado. Tu Hijo no puede hacer sacrificios, pues es íntegro, al ser su función completarte a Ti. Soy íntegro por ser Tu Hijo. No puedo perder, pues sólo puedo dar, y así, todo es mío eternamente.
2. La misericordia y la paz de Dios son gratuitas. La salvación no cuesta nada. Es un regalo que se debe dar y recibir libremente. Y esto es lo que vamos a aprender hoy.

* * * 
Reflexión: El amor es incondicional. ¿Puedes imaginar tener que rezar padres nuestros y aves marías, pagar bula, flagelarte y hacer cualquier otro tipo de penitencia para tu salvación?. ¿Cuánta penitencia?, porque si te quedas corto en tu sacrificio irás igualmente al infierno o al purgatorio. Con este planteamiento entramos en la duda. Eso es lo que quiere el ego, que dudes. Si has leído el chiste de la lección anterior sabrás por qué. El Cielo es una condición mental de certeza absoluta que no requiere que hagas nada especial porque el Cielo es tu estado natural de ser. Pero estando aquí en el mundo sólo puedes recordar tu condición de Hijo de Dios si la compartes, no cuando la regateas o cuando tienes que sacrificar algo que crees de valor, porque esa actitud te aleja de ella.

Vivir en actitud de perdón y en la paz de Dios no puede suponer ningún sacrificio, ningún esfuerzo ni ninguna pérdida, porque tal como la practicas la recibes de vuelta.

* * * 

jueves, 14 de marzo de 2019

Lección 342 de Un Curso de Milagros

Dejo que el perdón descanse sobre todas las cosas, pues de ese modo es como se me concederá a mi

1. Te doy gracias, Padre, por el plan que ideaste para salvarme del infierno que yo mismo fabriqué. No es real. Y Tú me has proporcionado los medios para comprobar su irrealidad. Tengo la llave en mis manos, y he llegado hasta las puertas tras las cuales se halla el fin de los sueños. Me encuentro ante las puertas del Cielo, sin saber si debo entrar y estar en casa. No dejes que hoy siga indeciso. Quiero perdonar todas las cosas y dejar que la creación sea tal como Tú quieres que sea y como es. Quiero recordar que soy Tu Hijo, y que cuando por fin abra las puertas, me olvide de las ilusiones ante la deslumbrante luz de la verdad, conforme Tu recuerdo retorna a mí.
2. Hermano, perdóname ahora. Vengo a llevarte a casa conmigo. Y según avanzamos, el mundo se une a nosotros en nuestro camino a Dios.
* * * 
Reflexión: Con UCdM lejos queda el mito de San Pedro vigilando las puertas del Cielo. La llave del Cielo es la práctica del perdón reconociendo al Ser Uno detrás de todas las cosas aparentemente separadas que nos muestra la percepción, la cual no es más que una ilusión. Pero no basta el reconocimiento intelectual de que detrás de tu hermano está su impecabilidad. No sirve de nada ese conocimiento si luego no actúas en consecuencia, lo desprecias, peleas contra él, le robas o le perjudicas de una u otra manera hasta hacerlo pasar por el infierno. El perdón se consuma cuando lo demuestras en la práctica del día a día. La comprensión intelectual del perdón tarda un minuto, pero su consumación puede llevar toda una vida. Eso ocurre cuando diluyes la duda y confías plenamente. El Cielo es una condición mental.

Ahora un chiste. Un individuo que está haciendo cola en la fila para entrar al cielo, ve como uno a uno todos van parando, temerosos, ante San Pedro y preguntan:

- "¿Pupu...puedo entrar?" 

San Pedro replica: 

- A ver, "cómo te llamas y qué méritos has hecho?". 

La persona dice su nombre y empieza a dar muchas explicaciones, que si patatín y patatán; así hasta que San Pedro le deja pasar o lo devuelve para el infierno.

Cuando le toca al que había delante de éste individuo quien observa todo muy atento, aquél pasa sin decir nada y San Pedro hace como que ni lo ve. El hombre sorprendido le grita a San Pedro:

- PERO PEDRO, ¿HAS VISTO? ¡ESE SE HA COLADO! ¿NO LE DICES NADA?

 San Pedro contesta:

- No hace falta. ¿No te has dado cuenta de que no ha dudado? Fue estudiante aplicado de UCdM.

* * * 

miércoles, 13 de marzo de 2019

Lección 341 de Un Curso de Milagros

Tan sólo puedo atacar mi propia impecabilidad, que es lo único que me mantiene a salvo

1. Padre, Tu Hijo es santo. Yo soy aquel a quien sonríes con un amor y con una ternura tan entrañable, profunda y serena que el universo te devuelve la sonrisa y comparte Tu Santidad. Cuán puros y santos somos y cuán a salvo nos encontramos nosotros que moramos en Tu Sonrisa, y en quienes has volcado todo Tu Amor; nosotros que vivimos unidos a Ti, en completa hermandad y Paternidad, y en inocencia tan perfecta que el Señor de la Inocencia nos concibe como Su Hijo: un universo de Pensamiento que le brinda Su plenitud.
2. No ataquemos, pues, nuestra impecabilidad, ya que en ella se encuentra la Palabra que Dios nos ha dado. Y en su benévolo reflejo nos salvamos.
* * * 
Reflexión: No puedes destruir tu esencia puesto que es dada por Dios, y lo que Él crea es eterno. Sólo puedes atacar tu personalidad y generarte sufrimiento inútilmente. Cuando lo haces atacas tu propia impecabilidad sin resultado, pues ésta te mantiene a salvo. No puedes afectar a lo divino sino imaginariamente. Sólo lo ilusorio, lo fabricado por ti, es susceptible de ser atacado y destruido, aunque ésto también es ilusorio; en eso se basa el miedo, en la creencia en la pérdida y la separación, y es por lo que el miedo no existe en absoluto. Vivimos un sueño donde la personalidad, el héroe de ese sueño, es el papel que representamos. Una vez acabada la función el personaje termina desapareciendo tras el telón para diluirse en la nada, aunque para el escenario que es el mundo, los personajes lo son todo. Por eso hay que vivir en el mundo anclados a la impecabilidad sin dejar que aquel viva en nosotros, para no morir cuando acabe su representación.
* * * 

martes, 12 de marzo de 2019

Lección 340 de Un Curso de Milagros

Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento

1. Padre te doy las gracias por el día de hoy y por la libertad que estoy seguro me ha de brindar. Hoy es un día santo, pues hoy Tu Hijo será redimido. Su sufrimiento ha terminado. Pues él oirá Tu Voz exhortándole a que busque la visión de Cristo a través del perdón y se libere para siempre de todo sufrimiento. Gracias por el día de hoy, Padre mío. Vine a este mundo sólo para llegar a tener este día, así como la alegría y libertad que encierra para Tu santo Hijo y para el mundo que él fabricó, el cual hoy se libera junto con él.
2. ¡Regocíjate hoy! ¡Regocíjate! Hoy no hay cabida para nada que no sea alegría y agradecimiento. Nuestro Padre ha redimido a Su Hijo en este día. Ni uno solo de nosotros dejará de salvarse hoy. No habrá nadie que no esté a salvo del miedo ni nadie a quien el Padre no acoja en Su regazo, despierto ahora en el Cielo, en el Corazón del Amor.

* * * 

Reflexión: Esta lección hace hincapié en "el día de hoy" porque solamente en el momento presente es que un@ se puede liberar del sufrimiento, no tratando directamente con él sino con su causa. ¿Y cuál es su causa? 

No centres tu atención en el sufrimiento ni en el pecado, ya que no son sino reflejos de lo que los causa. (T-27.VII.5...)

La causa es el ego mismo y su sistema de pensamiento. Toda liberación es en realidad de la esclavitud del ego. Pero el ego, muy astuto, nos hace creer que cualquier tipo de liberación llegará en el futuro; de esa manera consigue eludirla indefinidamente mientras él permanece intacto, a la vez que nos provoca impotencia.
Haz este día grande - Imagen de Alexas_Fotos en Pixabay 

¿No te das cuenta de que todo tu sufrimiento procede de la extraña creencia de que eres impotente? (T-21.VII.1.1)

El ego es la impotencia misma pues que no es nada y no puede hacer nada excepto hacerte infeliz. El ego es un delirio producto de la mente errónea, la cual proyecta un mundo de dualidad, esquizoide, fenómeno del que el tiempo tampoco escapa.

Vivir en el ego significa vivir dando saltos entre el pasado y el futuro, ignorando el momento presente. El ego acumula todo tipo de recuerdos, creencias e idealizaciones creyendo que le harán feliz algún día. Hipoteca su tiempo pensando de manera más inmediata para el fin de semana o las próximas vacaciones, y de forma más lejana para dentro de unos cuantos años, para cuando se retire... Pero vivir en el pensamiento, para las ilusiones, no es vivir y sólo reporta sufrimiento.

Toda ilusión alberga dolor y sufrimiento entre los tenebrosos pliegues de las pesadas vestiduras tras las que oculta su inexistencia. Sin embargo, esas sombrías y pesadas vestiduras son las que cubren a aquellos que van en pos de ilusiones, y las que los mantienen ocultos del júbilo de la verdad. (T-22.II.1...)

Sólo anclándonos al momento presente podemos escapar de la esclavitud y del sufrimiento que nos produce el ego cuando lo observamos desde el ser que somos, sin juzgarlo, dejando de darle fuerza. Entonces el ego va deshaciéndose poco a poco, al igual que el sufrimiento que nos causa. 

Lo que sufre no forma parte de mí. (L-148)

Es así que nos damos cuenta de que no tiene sentido pensar siquiera en querer liberar al mundo de su sufrimiento si no nos liberamos primero nosotros de nuestro ego, y de que el momento es siempre ahora, hoy mismo, no mañana ni en un futuro lejano. 

Por el Amor de Dios y por el tuyo propio, no te demores Más! (T-16.VI.11.6)

El ego es una simple construcción mental, una creencia de tu mente errada. No eres impotente, solo crees que lo eres...

Tu Padre te creó completamente libre de pecado, completamente libre de dolor y completamente a salvo de todo sufrimiento. Si niegas a tu Padre estarás invitando al pecado, al dolor y al sufrimiento a tu mente debido al poder que Él le dio. Tu mente es capaz de crear mundos, pero puede también negar lo que crea porque es libre. (T-10.V.9.9-11)

... y tu liberación depende únicamente de ti.

Y tú te escaparás enteramente del sufrimiento o no te escaparás en absoluto. La razón te dirá que no hay un lugar intermedio donde te puedas detener indeciso, esperando a elegir entre la felicidad del Cielo o el sufrimiento del infierno. Hasta que no elijas el Cielo, estarás en el infierno y abatido por el sufrimiento. (T-2.II.7.5-7)


* * *



lunes, 11 de marzo de 2019

Dichos para reflexionar VI

Aquí recojo una recopilación de dichos propios que escribí en Facebook entre 07/01/2019 y el 07/03/2019. Espero que te sirvan.



Si una inteligencia crea problemas que ella misma no puede resolver entonces no será tan inteligente.

¿Qué es un problema sino algo que crea la inteligencia con su punto de vista? La inteligencia es un problema para ella misma.

Un alma es otra manera de llamar a lo que es un Pensamiento pensante de Dios.

El camino de la verdad es solitario, desconocido para la mayoría. No es popular. Carece de señalización.

La campaña electoral será en Semana Santa. ¡Menudo Víacrucis!

Uno quisiera compartir su plenitud, pero en un mundo que se siente pobre todos quieren robártela.

Los paranoicos espían su propia paranoia y siempre encuentran razones para sospechar.

Hay algo peor que estar muerto y es estar muerto en vida.

Vivir como escritor sólo da para comer sopa de letras.

A la mente dormida le resulta más fácil adorar ídolos de madera y barro que hacer el esfuerzo por despertarse.

El mundo es un refugio construido de ilusiones donde nos escondemos durante un tiempo de la realidad.

Realmente no vivimos la vida. Es la vida la que nos vive y nosotros ponemos las ganas conque nos dejamos vivir.

El reto del camino espiritual no es responder todas las preguntas sobre la vida sino llegar al punto de no tener que hacer ninguna.

Delante se abre un gran precipicio pero mejor acelera que con el impulso ¡quien sabe si conseguimos volar!

La malignidad aterroriza a los ignorantes. La verdad inquieta a los malignos. La ignorancia ahuyenta a los buscadores de la verdad.

El principal enemigo del ser humano es su propia enfermedad mental. La prueba de lo que digo es que siempre busca su causa afuera.

La violencia no tiene género. Es producto de lo de-generado.

La esclavitud no se ve como tal cuando no sabes que la sufres.


* * *

Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...