1. La idea de hoy describe con gran precisión la manera en que todo aquel que alberga en su mente pensamientos de ataque no puede sino ver el mundo. Habiendo proyectado su ira sobre el mundo, lo que ve es la venganza a punto de devolverle el golpe. De esta manera, percibe su propio ataque como un acto en defensa propia. Esto se convierte progresivamente en un círculo vicioso hasta que esté dispuesto a cambiar la manera como ve las cosas. De lo contrario, los pensamientos de ataque y contraataque le consumirán y poblarán todo su mundo. ¿De qué paz mental podría gozar en tales condiciones?
2. De esta fantasía salvaje es de lo que te quieres escapar. ¿No es maravilloso recibir las buenas nuevas de que no es real? ¿No te alegra sobremanera descubrir que te puedes escapar de ella? Tú has fabricado lo que deseas destruir; lo que odias y lo que quieres atacar y matar. Nada de lo que temes existe.
3. Mira hoy al mundo que te rodea por lo menos cinco veces, durante no menos de un minuto cada vez. A medida que tus ojos pasen lentamente de un objeto a otro, de un cuerpo a otro, di para tus adentros: Veo únicamente lo perecedero. No veo nada que vaya a perdurar. Lo que veo no es real. Lo que veo es una forma de venganza. Al final de cada sesión de práctica, pregúntate: ¿Es éste el mundo que realmente quiero ver? La respuesta será obvia.
2. De esta fantasía salvaje es de lo que te quieres escapar. ¿No es maravilloso recibir las buenas nuevas de que no es real? ¿No te alegra sobremanera descubrir que te puedes escapar de ella? Tú has fabricado lo que deseas destruir; lo que odias y lo que quieres atacar y matar. Nada de lo que temes existe.
3. Mira hoy al mundo que te rodea por lo menos cinco veces, durante no menos de un minuto cada vez. A medida que tus ojos pasen lentamente de un objeto a otro, de un cuerpo a otro, di para tus adentros: Veo únicamente lo perecedero. No veo nada que vaya a perdurar. Lo que veo no es real. Lo que veo es una forma de venganza. Al final de cada sesión de práctica, pregúntate: ¿Es éste el mundo que realmente quiero ver? La respuesta será obvia.
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Reflexión: Hemos enseñado anteriormente que lo que ves es una proyección propia. Entonces, ¿por qué ibas a querer
vengarte de ti mismo? Dice la lección que porque albergas pensamientos de
ataque. Pero ¿de qué quieres defenderte y
por qué? Ves todos los días los medios, periódicos y/o TV, e inmediatamente te apresuras a lanzarte como perro de presa a criticar y destrozar
a los protagonistas de las noticias, y exclamas: ¡Es vergonzoso lo
que pasa! ¡Son todos unos ladrones! ¡El mundo es una m...! ¡Los
colgaría a todos de un palo! etc. ¿No será que tienes miedo y te estás
protegiendo? ¿No será que sientes culpa y de esa manera tratas de
alejarla de ti? ¿No será que te sientes resentido, frustrado con la vida porque
tu sueño no es como esperabas y necesitas desahogarte? Sin embargo, cuando sientes miedo, culpabilidad, ira o frustración lanzándolas afuera sólo creas un torrente que vuelve a ti de regreso. ¿Has solucionado algo o sentido alivio cada vez que te has descargado contra algo o alguien ahí afuera? Al revés, parece que estuviera más justificado volverte a indignar de nuevo. Nunca hay suficiente porque no puedes escapar de tu propia proyección y por eso la lección habla de venganza. Todo lo que haces te lo haces a ti mismo.
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