martes, 31 de julio de 2018

Lección 48 de Un Curso de Milagros

No hay nada que temer

1. La idea de hoy afirma simplemente un hecho. 2No es un hecho para los que creen en ilusiones, mas las ilusiones no son hechos. 3En realidad no hay nada que temer. 4Esto es algo muy fácil de reconocer. 5Pero a los que quieren que las ilusiones sean verdad les es muy difícil reconocerlo. 
2. Las sesiones de práctica de hoy serán muy cortas, muy simples y muy frecuentes. 2Repite sencillamente la idea tan a menudo como puedas. 3Puedes hacerlo con los ojos abiertos en cualquier momento o situación. 4Recomendamos enérgicamente, no obstante, que siempre que puedas cierres los ojos durante aproximadamente un minuto y repitas la idea lentamente para tus adentros varias veces. 5Es especialmente importante también que la uses de inmediato si observas que algo perturba tu paz mental. 
3. La presencia del miedo es señal inequívoca de que estás confiando en tu propia fortaleza. 2La conciencia de que no hay nada que temer indica que en algún lugar de tu mente, aunque no necesariamente en un lugar que puedas reconocer, has recordado a Dios y has dejado que Su fortaleza ocupe el lugar de tu debilidad. 3En el instante en que estés dispuesto a hacer eso, ciertamente no habrá nada que temer. 

* * * 

Reflexión: La creencia en las ilusiones cobra por precio el miedo. Quiero decir que, si crees y vives para ellas, estarás expuesto al miedo incluso antes de que cambien sus condiciones porque siempre temerás perderlas.

La lección de hoy te dice que no tienes nada que temer porque en realidad las ilusiones no son nada. Pero no son las ilusiones en sí las que provocan tu miedo, sino la condición que han tomado en tu mente. Básicamente, se trata de un problema de apego cuando tú te identificas con tu ego o personalidad. Solamente el reconocimiento de que tú no eres tu ego, tu personalidad, es lo que te puede librar del miedo. 
little-boy - Ambermb en Pixabay 

El miedo es parte inherente de la ilusión, y como tal no existe. Cada vez que dejas de creer en una ilusión pierdes un poco de miedo, el que está asociado a esa ilusión. Eso es un milagro. El milagro ocurre cada vez que decides identificarte con lo que es verdad de ti, con quien realmente eres, con tu divinidad, con el Amor puro que eres o Dios en ti.

Así que el miedo es además una señal inequívoca, una brújula, para saber con quien has determinado identificarte en cada momento. Su ausencia te indicará cada vez más que caminas por la senda de la verdad.

"Todos los aspectos del miedo son falsos porque no existen en el nivel creativo y, por lo tanto, no existen en absoluto. En la medida en que estés dispuesto a someter tus creencias a esta prueba, en esa misma medida quedarán corregidas tus percepciones. En el proceso de separar lo falso de lo verdadero, el milagro procede de acuerdo con lo siguiente: 

El amor perfecto expulsa el miedo. 
Si hay miedo, 
es que no hay amor perfecto. 
Más: 
Sólo el amor perfecto existe. 
Si hay miedo, 
éste produce un estado que no existe.

 Cree esto y serás libre. Sólo Dios puede establecer esta solución y esta fe es Su don." (T-1.VI.5)

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