miércoles, 11 de julio de 2018

Lección 27 de Un Curso de Milagros

Por encima de todo quiero ver 

1. La idea de hoy expresa algo más fuerte que una simple resolución. Le da prioridad a la visión por encima de todos tus demás deseos. Quizá te sientas indeciso con respecto a si usar esta idea o no, debido a que no estás seguro de si eso es lo que realmente quieres. Eso no importa. El propósito de los ejercicios de hoy es aproximar un poco más el momento en que esta idea sea completamente verdadera para ti.
2. Puede que sientas una gran tentación de creer que se te está pidiendo algún tipo de sacrificio cuando dices que por encima de todo quieres ver. Si te sientes incómodo por la falta de reserva que esta idea entraña, añade: La visión no le cuesta nada a nadie. Si el temor a perder algo aún persiste, di además: Tan sólo puede bendecir.
3. Necesitas repetir la idea de hoy muchas veces para obtener el máximo beneficio. Se debe repetir por lo menos cada media hora, e incluso más si es posible. Puedes intentarlo cada quince o veinte minutos. Se recomienda que al despertarte o poco después, establezcas un horario fijo según el cual vas a repetir la idea de hoy, y que, trates de adherirte a él durante todo el día. No te será difícil hacerlo, aun si estás conversando u ocupado en otra cosa cuando llegue el momento de repetirla.
Siempre se puede repetir una frase corta silenciosamente sin que ello interfiera en nada.
4. Lo que realmente importa es: ¿con qué frecuencia te vas a acordar? ¿Hasta qué punto quieres que esa idea sea verdad? Si contestas una de estas preguntas habrás contestado la otra. Probablemente te saltarás algunas prácticas, o tal vez muchas. No dejes que eso te perturbe, pero sí trata de adherirte al horario establecido de ahí en adelante. Si sientes que una sola vez durante todo el día fuiste completamente sincero al repetir la idea de hoy, puedes estar seguro de que con ello te habrás ahorrado muchos años de esfuerzo. 
* * *
Reflexión: Si no sabes lo que es la visión, quizás te asuste la idea. Es normal, pero no debemos temerla. La visión es vivir en un estado de "darse cuenta", y eso no es malo. Sigues viendo con los ojos pero ya no juzgas porque también ves con el entendimiento. Entonces te invade una sensación de aceptación, comprensión, puede que incluso de compasión y de paz allí donde antes maldecías. Cuando estás en ese estado puedes bendecir silenciosamente. No necesitas decir en voz alta "¡Dios te bendiga!". Mucha gente lo dice de manera automática, sin sentimiento, como dicen "te quiero" sin sentirlo, solamente porque les queda muy bien, muy dulce, pero no hay nada detrás que lo sostenga, sólo es apariencia. 

Ver con la "visión" no cuesta absolutamente nada. Por eso, cuando te habitúes a ello se volverá tu manera natural de ir por la vida. Será la herramienta que te ayude a distinguir lo que es ilusión de lo que no lo es, lo que no es importante de lo que realmente lo es. ¿Y qué es más valioso que eso?

* * * 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...