Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él
1. La percepción no es un atributo de Dios. 2El ámbito de Dios es el del conocimiento. 3Sin embargo, Él ha
creado al Espíritu Santo para que sirva de Mediador entre la percepción y el conocimiento. 4Sin este
vínculo con Dios, la percepción habría reemplazado al conocimiento en tu mente para siempre. 5Gracias a
este vínculo con Dios, la percepción se transformará y se purificará en tal medida que te conducirá al
conocimiento. 6Ésa es su función tal como la ve el Espíritu Santo. 7Por lo tanto, ésa es en verdad su
función.
2. En Dios no puedes ver. 2La percepción no tiene ninguna función en Dios, y no existe. 3Pero en la
salvación, que es el proceso de erradicar lo que nunca fue, la percepción tiene un propósito sumamente
importante. 4Habiéndola inventado el Hijo de Dios para un propósito no santo, tiene que convertirse ahora
en el medio a través del cual se le restaura su santidad en su conciencia. 5La percepción no tiene
significado. 6Sin embargo, el Espíritu Santo le otorga un significado muy parecido al de Dios. 7Una
percepción que ha sanado se convierte en el medio por el que el Hijo de Dios perdona a su hermano, y,
por ende, se perdona a sí mismo.
3. No puedes ver separado de Dios porque no puedes estar separado de Dios. 2Todo lo que haces, lo
haces en Él, porque todo lo que piensas, lo piensas con Su Mente. 3Si la visión es real, y es real en la
medida en que comparte el propósito del Espíritu Santo, entonces no puedes ver separado de Dios.
4. Hoy son necesarias tres sesiones de práctica de cinco minutos cada una. 2La primera debe hacerse lo
más temprano que puedas; la segunda lo más tarde posible, y la tercera en el momento más oportuno y
adecuado que las circunstancias y la buena disposición permitan. 3Al comienzo de estas sesiones repite la
idea de hoy para tus adentros con los ojos cerrados. 4Luego mira a tú alrededor brevemente, aplicando la
idea específicamente a lo que veas. 5Cuatro o cinco objetos durante esta fase de la sesión de práctica
serán suficientes. 6Podrías decir, por ejemplo:
7Dios es mi Fuente. 8No puedo ver este escritorio separado de Él.
9Dios es mi Fuente. 10No puedo ver ese cuadro separado de Él.
5. Si bien esta parte del ejercicio debe ser relativamente corta, asegúrate, en esta fase de la práctica, de
seleccionar los objetos tan al azar como sea posible, sin controlar su inclusión o exclusión. 2Para la segunda
fase, la más larga, cierra los ojos, repite la idea de hoy nuevamente, y luego deja que cualquier pensamiento
pertinente que se te ocurra sea una aportación a la idea de hoy en tu propio estilo particular. 3Pensamientos
tales como:
4Veo a través de los ojos del perdón.
5Veo el mundo como un lugar bendito.
6El mundo me puede mostrar quién soy.
7Veo mis propios pensamientos, que son como los de Dios.
8Cualquier pensamiento que en mayor o menor medida esté directamente relacionado con la idea de hoy es
adecuado. 9Los pensamientos no tienen que tener una relación obvia con la idea, pero tampoco deben
oponerse a ella.
6. Si ves que tu mente se distrae o si comienzas a notar la presencia de pensamientos que están en clara
oposición a la idea de hoy, o si te resulta imposible pensar en algo, abre los ojos, repite la primera fase del
ejercicio, y luego intenta de nuevo la segunda. 2No dejes transcurrir grandes lapsos de tiempo en los que te
enfrascas en pensamientos irrelevantes. 3Para evitar eso, vuelve a la primera fase del ejercicio cuantas
veces sea necesario.
7. Al aplicar la idea de hoy durante las sesiones de práctica más cortas, la forma de la idea puede variar de
acuerdo con las circunstancias y situaciones en las que te encuentres en el transcurso del día. 2 Cuando
estés con otra persona, por ejemplo, trata de acordarte de decirle silenciosamente:
3Dios es mi Fuente. 4No puedo verte separado de Él.
5Esta variación puede aplicarse por igual tanto a desconocidos como a aquellas personas con las que crees
tener una relación íntima. 6De hecho, evita a toda costa hacer distinciones de esta clase.
8. La idea de hoy también debe aplicarse en el transcurso del día a las diversas situaciones y
acontecimientos que puedan presentarse, especialmente a aquellos que de alguna forma parezcan afligirte.
2A tal fin, aplica la idea de esta manera:
3Dios es mi Fuente. 4No puedo ver esto separado de Él.
9. Si en ese momento no se presenta en tu conciencia ningún sujeto en particular, repite simplemente la idea
en su forma original. 2Trata de no dejar pasar grandes lapsos de tiempo sin recordar la idea de hoy y, por
ende, sin recordar tu función.
* * *
Reflexión: La lección de hoy dice que "en Dios no puedes ver", y sin embargo "no puedes ver separado de Él". No hay contradicción. Esto quiere decir que a lo que tu llamas ver (ver con los ojos) no es ver en absoluto. Sólo existe una manera de ver, y es con lo que el curso llama la visión (visión espiritual) puesto que se deriva de tu naturaleza divina. Es la única visión real en el mundo y la que te permitirá sanar tu percepción hasta hacerla verdadera. Ver con los ojos forma parte del ámbito del ego y sólo te muestra el mundo irreal o imaginario, cambiante, lleno de escasez, dolor y miedo. La lección de hoy te dice simplemente que eso no es ver y que estás haciendo algo antinatural, contrario a lo que tú eres, pues tu verdadera Fuente es Dios. Así que lo que no veas con los atributos de la paz y amor no es verdad. Hoy se te invita a que restituyas tu verdadera visión a tu Fuente. No puedes fallar pues siempre ha sido tuya, aunque no lo sabías. Ahora lo sabes.
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