viernes, 27 de julio de 2018

Lección 45 de Un Curso de Milagros

Dios es la Mente con la que pienso 

1. La idea de hoy es la llave que te dará acceso a tus pensamientos reales, 2 los cuales no tienen nada que ver con lo que piensas que piensas, de la misma manera en que nada de lo que piensas que ves guarda relación alguna con la visión. 3No existe ninguna relación entre lo que es real y lo que tú piensas que es real. 4Ni uno solo de los que según tú son tus pensamientos reales se parece en modo alguno a tus pensamientos reales. 5Nada de lo que piensas que ves guarda semejanza alguna con lo que la visión te mostrará. 
2. Piensas con la Mente de Dios. 2Por lo tanto, compartes tus pensamientos con Él, de la misma forma en que Él comparte los Suyos contigo. 3Son los mismos pensamientos porque los piensa la misma Mente. 4Compartir es hacer de manera semejante o hacer lo mismo. 5Los pensamientos que piensas con la Mente de Dios no abandonan tu mente porque los pensamientos no abandonan su fuente. 6Por consiguiente, tus pensamientos están en la Mente de Dios, al igual que tú. 7Están en tu mente también, donde Él está. 8Tal como tú eres parte de Su Mente, así también tus pensamientos son parte de Su Mente. 
3. ¿Dónde están, pues, tus pensamientos reales? 2Hoy intentaremos llegar a ellos. 3Tendremos que buscarlos en tu mente porque ahí es donde se encuentran. 4Aún tienen que estar ahí, ya que no pueden haber abandonado su fuente. 5Lo que la Mente de Dios ha pensado es eterno, al ser parte de la creación. 
4. Nuestras tres sesiones de práctica de hoy, de cinco minutos cada una, seguirán el mismo modelo general que usamos al aplicar la idea de ayer. 2 Intentaremos abandonar lo irreal y buscar lo real. 3Negaremos el mundo en favor de la verdad. 4No permitiremos que los pensamientos del mundo nos detengan. 5No dejaremos que las creencias del mundo nos digan que lo que Dios quiere que hagamos es imposible. 6En lugar de ello, trataremos de reconocer que sólo aquello que Dios quiere que hagamos es posible. 
5. Trataremos asimismo de comprender que sólo lo que Dios quiere que hagamos es lo que nosotros queremos hacer. 2Y también trataremos de recordar que no podemos fracasar al hacer lo que Él quiere que hagamos. 3Tenemos hoy todas las razones del mundo para sentirnos seguros de que vamos a triunfar, 4pues ésa es la Voluntad de Dios. 
6. Comienza los ejercicios de hoy repitiendo la idea para tus adentros, al mismo tiempo que cierras los ojos. 2Luego dedica unos cuantos minutos a pensar en ideas afines que procedan de ti, mientras mantienes la idea presente en tu mente. 3Una vez que hayas añadido cuatro o cinco de tus pensamientos a la idea, repite ésta otra vez mientras te dices a ti mismo suavemente: 

4Mis pensamientos reales están en mi mente. 
5Me gustaría encontrarlos. 

6Trata luego de ir más allá de todos los pensamientos irreales que cubren la verdad en tu mente y de llegar a lo eterno. 
7. Debajo de todos los pensamientos insensatos e ideas descabelladas con las que has abarrotado tu mente, se encuentran los pensamientos que pensaste con Dios en el principio. 2Están ahí en tu mente, ahora mismo, completamente inalterados. 3Siempre estarán en tu mente, tal como siempre lo han estado. 4Todo lo que has pensado desde entonces cambiará, pero los cimientos sobre los que eso descansa son absolutamente inmutables. 
8. Hacia esos cimientos es adonde los ejercicios de hoy apuntan. 2Ahí es donde tu mente está unida a la Mente de Dios. 3Ahí es donde tus pensamientos son uno con los Suyos. 4Para este tipo de práctica sólo se necesita una cosa: que tu actitud hacia ella sea la misma que tendrías ante un altar consagrado en el Cielo a Dios el Padre y a Dios el Hijo. 5Pues tal es el lugar al que estás intentando llegar. 6Probablemente no puedes darte cuenta todavía de cuán alto estás intentando elevarte. 7Sin embargo, aun con el poco entendimiento que has adquirido hasta la fecha, deberías ser capaz de recordarte a ti mismo que esto no es un juego fútil, sino un ejercicio de santidad y un intento de alcanzar el Reino de los Cielos. 
9. En las sesiones de práctica cortas de hoy, trata de recordar cuán importante es para ti comprender la santidad de la mente que piensa con Dios. 2Mientras repites la idea a lo largo del día, dedica uno o dos minutos a apreciar la santidad de tu mente. 3Deja a un lado, aunque sea brevemente, todos los pensamientos que son indignos de Aquel de Quien eres anfitrión. 4Y dale gracias por los pensamientos que Él está pensando contigo.
* * * 
Reflexión: He adjuntado abajo un esquema que te ayudará a situarte dentro de todas las ideas que se dan en la lección de hoy. 

El mundo irreal viene marcado por el fondo de color amarillo en el que vives dormido y esclavo de tus creencias, ideas absurdas, tu ego y tu personalidad. 

La zona verde es el mundo real y es el puente de transición hacia el Cielo en el que vives en estado mental despierto. 

Una vez que hayas experimentado el estado mental despierto, ambas zonas amarilla y verde, parecerán alternarse en tu experiencia, y la experiencia de estado mental despierto se irá incrementando poco a poco y quitando espacio al estado mental dormido. Empiezas a desarrollar tu libertad.

El estado mental despierto es el que compartes con el E.S. y tu mente empieza a sanar. 

La zona azul es el cielo y no se toca con el mundo, es imposible, sin embargo tiene en común los pensamientos de Dios con el mundo real. 

La única parte de tu mente que es natural y por tanto verdadera es la que compartes con Dios que es también la que comparte con el E.S. en el mundo real. 

MUNDO

CIELO
Estado mental de sueño o dormido
Estado mental despierto
Estado mental iluminado
Mundo irreal o imaginario. Mundo que piensas que ves
(mente errada)
Mundo real (mente recta o E.S.)






Conocimiento o
Pensamiento de Dios
Percepción errónea
Percepción verdadera
Pensamientos que no piensas con Dios
Pensamientos dementes
Pensamientos que piensas que piensas
Pensamientos e ideas ilusorias (creencias)
Pensamientos “buenos” y “malos”
Pensamientos que
no significan nada”
Pensamientos de Dios 
Pensamientos reales
Paz, salvación, sanación y milagro
Visión física (ojos del cuerpo)
Visión, Visión espiritual, Visión de Cristo
Proyecciones de culpa, miedo
Perdón, Amor, sueño feliz


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