Dios va conmigo dondequiera que yo voy
1. Con el tiempo, la idea de hoy desvanecerá por completo la sensación de soledad y abandono que
experimentan todos los que se consideran separados. 2La depresión es una consecuencia inevitable de la
separación, 3
como también lo son la ansiedad, las preocupaciones, una profunda sensación de
desamparo, la infelicidad, el sufrimiento y el intenso miedo a perder.
2. Los que se consideran separados han inventado muchos "remedios" para lo que, según ellos, son "los
males del mundo": 2Pero la única cosa que no han hecho es cuestionar la realidad del problema. 3Los efectos de éste, no obstante, no se pueden sanar porque el problema no es real. 4La idea de hoy tiene el
poder de acabar con todo este desatino para siempre. 5Pues eso es lo que es, un desatino, por muy serias
y trágicas que parezcan ser sus manifestaciones.
3. En lo profundo de tu interior yace todo lo que es perfecto, presto a irradiar a través de ti sobre el
mundo. 2Ello sanará todo pesar y dolor, todo temor y toda sensación de pérdida porque curará a la mente
que pensaba que todas esas cosas eran reales y que sufría debido a la lealtad que les tenía.
4. Jamás se te puede privar de tu perfecta santidad porque su Fuente va contigo dondequiera que tú vas.
2
jamás puedes sufrir porque la Fuente de toda dicha va contigo dondequiera que tú vas. 3
jamás puedes
estar solo porque la Fuente de toda vida va contigo dondequiera que tú vas. 4Nada puede destruir tu paz
mental porque Dios va contigo dondequiera que tú vas.
5. Comprendemos que no creas nada de esto. 2¿Cómo ibas a creerlo cuando la verdad se halla oculta en
lo profundo de tu interior, bajo una pesada nube de pensamientos dementes, densos y turbios que
representan, no obstante, todo lo que ves? 3Hoy intentaremos por primera vez atravesar esa oscura y
pesada nube y llegar a la luz que se encuentra más allá.
6. Hoy tendremos una sola sesión de práctica larga. 2Por la mañana, a ser posible tan pronto como te
levantes, siéntate en silencio de tres a cinco minutos con los ojos cerrados. 3Al comienzo de la sesión de
práctica repite la idea de hoy muy lentamente. 4No trates de pensar en nada en particular. 5Trata, en
cambio, de experimentar la sensación de que estás sumergiéndote en tu interior, más allá de todos los
pensamientos vanos del mundo. 6Trata de llegar hasta lo más profundo de tu mente, manteniéndola
despejada de cualquier pensamiento que pudiese distraerte.
7. De vez en cuando puedes repetir la idea de hoy si observas que eso te ayuda. 2Pero sobre todo, trata
de sumergirte tan profundamente como puedas en tu interior, lejos del mundo y de todos sus
pensamientos disparatados. 3Estás tratando de llegar más allá de todo. ello. 4Estás tratando de dejar atrás
las apariencias y de aproximarte a la realidad.
8. Es perfectamente posible llegar a Dios. 2De hecho, es muy fácil, ya que es la cosa más natural del
mundo. 3Podría decirse incluso que es lo único que es natural en el mundo. 4El camino quedará
despejado, si realmente crees que ello es posible. 5Este ejercicio puede producir resultados asombrosos
incluso la primera vez que se intenta, y tarde o temprano acaba por tener éxito. 6A medida que avancemos
ofreceremos más detalles acerca de este tipo de práctica. 7No obstante, nunca fracasa del todo, y es
posible tener éxito inmediatamente.
9. Usa la idea frecuentemente a lo largo del día, repitiéndola muy despacio, preferiblemente con los ojos
cerrados. 2Piensa en lo que estás diciendo, en el significado de las palabras. 3Concéntrate en la santidad
que esas palabras te atribuyen, en la compañía indefectible de la que gozas, en la completa protección
que te rodea.
10. Puedes ciertamente permitirte el lujo de reírte de los pensamientos de miedo, recordando que Dios va
contigo dondequiera que tú vas.
* * *
Reflexión: Quiero empezar analizando estas frases de Albert Einstein. Ambas frases están muy relacionadas y conectan de cierta manera con el tema de hoy.
"Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados"
“No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”.
La vida es una locura porque es un estado de enajenación, de sueño autoinducido que no quiere acabarse. Parecemos personas que estamos aquí tratando de hacer cosas para cumplir nuestros sueños sin darnos cuenta de que es la vida quien nos sueña a nosotros. Las formas aparentes cambian, los personajes, el tiempo y el contexto, pero las historias siempre se repiten. Todo acaba siempre igual, aunque no me refiero a los detalles; me refiero a que siempre se llega a un final, y luego, vuelta a empezar. Es la eterna rueda de la vida. Esa es la locura de la mente soñadora universal que se sueña separada de Dios. Su locura consiste en que cree que soñando diferentes sueños va a conseguir un resultado distinto, pero sólo se mantiene dando vueltas y vueltas.
Aquí entra ahora en juego la segunda frase de Einstein. Si estás soñando que tienes problemas, sólo puedes soñar que resuelves los problemas que tienes en el sueño, pero en realidad no estás resolviendo nada en absoluto.
El auténtico problema, si lo podemos llamar así, es que estamos dormidos y debemos despertar del sueño y para ello hay que deshacerlo. No hay otro modo ¿Cómo? Realmente no lo sabemos. La lógica dice que si creímos poder separarnos de Dios (y esa es la causa de todas nuestras pesadillas), entonces debiéramos creer que es posible volver a unirnos a Él. Sin embargo con esa creencia seguimos atrapados aquí. ¿Por qué? Las creencias forman parte misma del sueño y creer por si solo no es suficiente para salir de él. Creer no basta para hacer algo real. Fue el deseo de experimentar la separación lo que indujo el estado de sueño y sólo el deseo contrario podrá sacarnos de vuelta.
Las creencias no son suficientes para alcanzar la realidad porque las creencias son todas falsas. Sigues unido a Dios, nunca te separaste de Él, pero la barrera es la creencia misma. Cuestionarte la creencia de que estás separado de Dios tampoco la va a disolver porque su simple cuestionamiento la hace real. ¿Entonces?.
El camino de vuelta empieza cuando te cuestionas la realidad misma del problema en si y abandonas todas las creencias, eso incluye la búsqueda de cualquier respuesta. Simplemente confías en que la separación nunca se produjo. Así que abandonas todas tus creencias y confías (vale la pena repetirlo porque aquí está la clave), aunque los efectos del "problema" de la separación no desaparecerán porque no es real y sigues soñando; quiero decir, que seguirás viviendo dentro del sueño y enfrentándote a problemas aunque ahora tu fe ciega te permiten ir por la vida con otra actitud bien diferente. Vives en el mundo sin ser de este mundo. Puede parecer una contradicción pero no lo es puesto que estás aún dentro de la ilusión y no puedes percibir la realidad. Recuerda que dije en otra lección que ilusión y realidad son incompatibles y, o estás dentro de una o de la otra, pero no de las dos a la vez.
Así que lo único que puedes hacer dentro de la ilusión es acercarte a la realidad buscando la parte que es real en ti, tu santidad. Tu santidad permanece conectada a su Fuente en cualquier lugar y circunstancias en los que parezcas encontrarte. Permaneciendo en ella, en confianza, es la única manera en que te sentirás seguro dentro de la ilusión del mundo. De lo que se trata es de que conectes con ella y la vuelvas tu referencia de vida, tu forma natural de estar aquí.