Mi cuerpo es algo completamente neutro
1. Soy un Hijo de Dios. ¿Cómo iba a poder ser también otra cosa? ¿Acaso creó Dios lo mortal y lo corruptible? ¿De qué le sirve al bienamado Hijo de Dios lo que ha de morir? Sin embargo, lo que es neutro no puede ver la muerte, pues allí no se han depositado pensamientos de miedo, ni se ha hecho de ello una parodia del amor. La neutralidad del cuerpo lo protege mientras siga siendo útil. Una vez que no tenga ningún propósito, se dejará a un lado. No es que haya enfermado, esté viejo o lesionado. Es que simplemente no tiene ninguna función, es innecesario, y, por consiguiente, se le desecha. Haz que hoy no vea en él más que esto: algo que es útil por un tiempo y apto para servir, que se conserva mientras pueda ser de provecho, y luego es reemplazado por algo mejor.
2. Mi cuerpo, Padre, no puede ser Tu Hijo. Y lo que no ha sido creado no puede ser ni pecaminoso ni inocente; ni bueno ni malo. Déjame, pues, valerme de este sueño para poder ser de ayuda en Tu plan de que despertemos de todos los sueños que urdimos.
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Reflexión: ¿Qué significa ser neutro? Existen muchas definiciones pero aquí lo que nos quiere decir es que el cuerpo, por sí solo, no hace nada, es una herramienta al servicio de la mente. Solamente la utilidad que se le dé hace que el resultado se pueda considerar bueno o malo, mejor o peor.
El cuerpo aparenta ser, en gran medida, auto-motivado e independiente, mas en realidad sólo responde a las intenciones de la mente. Si la mente lo utiliza para atacar, sea de la forma que sea, el cuerpo se convierte en la víctima de la enfermedad, la vejez y la decrepitud. Si la mente, en cambio, acepta el propósito del Espíritu Santo, el cuerpo se convierte en un medio eficaz de comunicación con otros -invulnerable mientras se le necesite- que luego sencillamente se descarta cuando deja de ser necesario. De por sí, el cuerpo es neutro, como lo es todo en el mundo de la percepción. Utilizarlo para los objetivos del ego o para los del Espíritu Santo depende enteramente de lo que la mente elija.
(Prefacio UCdM)
Siendo neutral, el cuerpo es el protagonista del sueño confundiéndonos con él, ya que es el medio a través del cual interactuamos con todos y con todo alrededor. El tema de hoy me recuerda un chiste, y por cierto que hace mucho que no cuento uno, que voy a contar ahora:
En la guerra, un soldado se parapetaba detrás de una roca mientras caía una lluvia de balas del enemigo. El sargento, al darse cuenta, jugándose la vida salta hasta la posición del soldado y le grita:
- ¡SOLDADO!, ¿ES QUE TIENE UD. MIEDO A LAS BALAS?
- NO MI SARGENTO - contesta el soldado - MIRE UD.:
El soldado saca una bala de la cartuchera cogiéndola entre el índice y el pulgar y se golpea con ella el pecho repetidas veces mientras dice:
- ¿Ve mi sargento?. No les tengo miedo a las balas. A lo que tengo miedo es a la velocidad que traen.
No tengo que aclarar que en el chiste, la velocidad se puede equiparar a la intención. Como el cuerpo, las balas y todo lo que forma parte de la ilusión es neutro. Sólo el uso que hacemos de ello lo vuelve inofensivo o peligroso, y en este caso, las balas disparadas no es que lleven muy buenas intenciones que digamos.
UCdM dice que el cuerpo no existe, pero no es cuestión de que desafíes las leyes de la ilusión exponiéndote a ningún riesgo para comprobar si el cuerpo es real o no. Un alumno de UCdM no debe ser ingenuo y no caer en la confusión de niveles.
El mejor uso que puedes hacer del cuerpo es utilizarlo para que te ayude a ampliar tu percepción, de forma que puedas alcanzar la verdadera visión de la que el ojo físico es incapaz. Aprender a hacer esto es la única utilidad real del cuerpo.
(T-1.VII.2)
Por supuesto que ampliar tu percepción o alcanzar la verdadera visión no significan que adquieras la increíble habilidad de ver venir las balas de lejos ni nada parecido, jájá. Mientras te creas dentro de la ilusión es ineludible que también te sientas dentro del cuerpo y tengas que cumplir con las leyes de la física, la biología, etc. Y lo que tú llamas milagro (p.e. parar las balas con el pecho), pues ha de ocurrir naturalmente como expresión de amor. No puedes controlarlo y si tratas de hacerlo es porque estás siendo guiado por tu ego al atribuir realidad a lo que tratas de hacer. La mente errónea está restringida al sueño, y el cuerpo, al ser su invención, también.
Dios no creó el cuerpo porque el cuerpo es destructible, y, por consiguiente, no forma parte del Reino. El cuerpo es el símbolo de lo que crees ser. Es a todas luces un mecanismo de separación y, por lo tanto, no existe. El Espíritu Santo, como siempre, se vale de lo que tú has hecho y lo transforma en un recurso de aprendizaje. Una vez más, y como siempre, reinterpreta lo que el ego utiliza como un razonamiento en favor de la separación, y lo convierte en una demostración contra ésta. Si la mente puede curar al cuerpo, pero el cuerpo no puede curar a la mente, entonces la mente tiene que ser más fuerte que el cuerpo.
(T-6.V.A.2.1:6)
Quiero contar la siguiente experiencia personal. Durante mucho tiempo caí en la trampa del ego de creer que, porque estaba en el camino espiritual, mi vibración era más alta y mi cuerpo se mostraba más resistente a la enfermedad. Y así era hasta cierto punto, por lo que cuando todos enfermaban a mi alrededor y yo no lo hacía, mi ego se aligeraba a presumir que era porque yo estaba más evolucionado. Era pensar ésto último y al día siguiente ya empezaba a tener síntomas, pues no puedes engañar a tu subconsciente pues aún vibrando más rápido, éste sigue pensando que eres un cuerpo susceptible de enfermar. Lo mismo da que pienses positivo que negativo si haces el cuerpo real pues rompes su neutralidad; entonces te vuelves vulnerable a las leyes del mundo, da igual que vibres más alto.
Las múltiples fantasías corporales a las que las mentes se entregan proceden de la creencia distorsionada de que el cuerpo puede usarse como un medio para alcanzar la "expiación". Percibir el cuerpo como un templo es únicamente el primer paso en el proceso de corregir esta distorsión, ya que sólo la altera en parte. Dicha percepción del cuerpo ciertamente reconoce que la Expiación en términos físicos es imposible. El siguiente paso, no obstante, es darse cuenta de que un templo no es en modo alguno una estructura. Su verdadera santidad reside en el altar interior en torno al cual se erige la estructura. Hacer hincapié en estructuras hermosas es señal de que se teme a la Expiación y de que no se está dispuesto a llegar al altar en sí. La auténtica belleza del templo no puede verse con los ojos físicos. La visión espiritual, por otra parte, al ser una visión perfecta, no puede ver la estructura en absoluto. Puede, no obstante, ver el altar con perfecta claridad.
(T-2.III.2)
Lo único que conseguía con mi manera de pensar "New-Age" era retrasar un poco la enfermedad y quizás también sanar un poco más rápido, pero nada más. Así que ahora cuando alguien alrededor se enferma intento no realizar ningún juicio acerca de ello, pues busco transcender el cuerpo y ver lo que hay más allá de él.
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