domingo, 27 de enero de 2019

Lección 307 de Un Curso de Milagros

Abrigar deseos conflictivos no puede ser mi voluntad

1. Padre, Tu Voluntad es la mía, y nada más lo es. No hay otra voluntad que yo pueda tener. Que no trate de forjar otra, pues sería absurdo y únicamente me haría sufrir. Sólo Tu Voluntad me puede hacer feliz, y sólo Tu Voluntad existe. Si he de tener aquello que sólo Tú puedes dar, debo aceptar lo que Tu Voluntad dispone para mí y alcanzar una paz en la que el conflicto es imposible, Tu Hijo es uno Contigo en ser y en voluntad, y nada contradice la santa verdad de que aún soy tal como Tú me creaste.
2. Y con esta plegaria nos sumergimos silenciosamente en un estado en el que el conflicto es imposible, pues hemos unido nuestra santa voluntad a la de Dios, en reconocimiento de que son una y la misma.

* * * 
Reflexión: El mundo se mueve por el deseo del ego, el cual puede ser muy caprichoso. El ego quiere hoy algo pero mañana quiere algo diferente, y así va deambulando por la vida saltando de una cosa a otra. Hay un dicho popular que describe esta situación en la siempre nos mantiene el ego atrapado; no te ofendas por la palabra que voy a utilizar, "¡culo veo, culo deseo!" (En España, el culo son las nalgas, el trasero, no el "agujero" como es entendido en algunos países de latinoamérica). Como bien dice un famoso psicólogo que también difunde UCdM por las redes, el ego es "el tonto del culo". 

¿Pero de dónde procede el conflicto?. El siguiente párrafo, tomado del prefacio de UCdM, no puede ser más claro en su exposición:

Del conocimiento y de la percepción surgen dos sistemas de pensamiento distintos que se oponen entre sí en todo. En el ámbito del conocimiento no existe ningún pensamiento aparte de Dios porque Dios y Su Creación comparten una sola Voluntad. El mundo de la percepción, por otra parte, se basa en la creencia en opuestos, en voluntades separadas y en el perpetuo conflicto que existe entre ellas, y entre ellas y Dios. Lo que la percepción ve y oye parece real porque sólo admite en la conciencia aquello que concuerda con los deseos del perceptor. Esto da lugar a un mundo de ilusiones, mundo que es necesario defender sin descanso, precisamente porque no es real.

Resumiendo, es el deseo del ego basado en la percepción lo que provoca el conflicto, el cual se ve aumentado aún más por la manifestación del deseo individual como una voluntad contrapuesta a la de otros egos compitiendo por lo mismo. Así que mientras vivas centrado en tu ego, persiguiendo las cosas del mundo y abrumado por la creencia en la separación y las carencias que creas tener, te será imposible librarte del conflicto y estar en paz.

La única carencia que realmente necesitas corregir es tu sensación de estar separado de Dios. Esa sensación de separación jamás habría surgido si no hubieses distorsionado tu percepción de la verdad, percibiéndote así a ti mismo como alguien necesitado. La idea de un orden de necesidades surgió porque, al haber cometido ese error fundamental, ya te habías fragmentado en niveles que comportan diferentes necesidades. A medida que te vas integrando te vuelves uno, y tus necesidades, por ende, se vuelven una. Cuando las necesidades se unifican suscitan una acción unificada porque ello elimina todo conflicto.
(T-1.VI.2)

* * * 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...