Donde antes había tinieblas ahora contemplo la luz
1. Padre, por fin estamos abriendo los ojos. Tu santo mundo nos espera, pues por fin hemos recobrado la visión y podemos ver. Pensábamos que estábamos sufriendo. Pero era que nos habíamos olvidado del Hijo que Tú creaste. Ahora vemos que las tinieblas son el producto de nuestra propia imaginación y que la luz está ahí para que la contemplemos. La visión de Cristo transforma las tinieblas en luz, pues el miedo no puede sino desaparecer ante la llegada del amor. Déjame perdonar hoy Tu santo mundo, para poder contemplar su santidad y entender que no es sino el reflejo de la mía.
2. Nuestro Amor nos espera conforme nos dirigimos a Él y, al mismo tiempo, marcha a nuestro lado mostrándonos el camino. No puede fracasar en nada. Él es el fin que perseguimos, así como los medios por los que llegamos a Él.
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Reflexión: Donde antes todo eran pensamientos y estábamos secuestrados por ellos, sufriendo innecesariamente por muchos que nos hacían preocuparnos, caer en la depresión o reaccionar de manera descontrolada, ahora nos hemos convertido en sus observadores. Ya no nos dejamos influir por ellos ni los obedecemos a ciegas. ¡Qué razón cuando la lección dice: "Pensábamos que estábamos sufriendo"!.
Poco a poco nos vamos acercando al final, y cada vez menos necesitamos dar más explicaciones. Las lecciones se tornan sencillas porque ya sabemos lo que es la Visión, y solamente tratamos de anclarla fuertemente a nuestra voluntad para que nos acompañe como un fiel amigo en el camino de perdón que nos regresa a casa.
Poco a poco nos vamos acercando al final, y cada vez menos necesitamos dar más explicaciones. Las lecciones se tornan sencillas porque ya sabemos lo que es la Visión, y solamente tratamos de anclarla fuertemente a nuestra voluntad para que nos acompañe como un fiel amigo en el camino de perdón que nos regresa a casa.
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