domingo, 3 de febrero de 2019

Lección 314 de Un Curso de Milagros

Busco un futuro diferente del pasado

1. De una nueva percepción del mundo nace un futuro muy diferente del pasado. El futuro se ve ahora simplemente como una extensión del presente. Los errores del pasado no pueden ensombrecerlo, de tal modo que el miedo ha perdido sus ídolos e imágenes, y, al no tener forma, deja de tener efectos. La muerte no podrá reclamar ahora el futuro, pues ahora la vida se ha convertido en su objetivo, y se proveen gustosamente todos los medios necesarios para su logro. ¿Quién podría lamentarse o sufrir cuando el presente ha sido liberado, y su seguridad y paz se extienden hasta un futuro tranquilo y lleno de júbilo?
2. Padre, cometimos errores en el pasado, pero ahora elegimos valernos del presente para ser libres. Ponemos el futuro en Tus Manos, y dejamos atrás nuestros errores pasados, seguros de que Tú cumplirás las promesas que nos haces en el presente, y de que bajo su santa luz dirigirás el futuro.
* * * 
Reflexión: El ego quiere que el futuro sea igual que el pasado, saltando por encima del presente, único instante donde podemos modificar el primero. El pasado es importantísimo para el ego pues es gracias a la culpa y el miedo que puede manipular y condicionar el futuro para que éste se repita una y otra vez. Todos sabemos por experiencia que cuando aplicamos los mismos principios obtenemos los mismos resultados; que cuando mezclamos los mismos ingredientes de una receta obtenemos el mismo plato. Esto es menos obvio cuando se trata de relaciones porque lo externo puede cambiar y las apariencias ser diferentes, pero iniciamos una relación nueva en base a las mismas creencias que nos llevaron a fracasar en la anterior y terminamos echándola a perder otra vez. ¡Y nos preguntamos qué ha ocurrido!. No vemos la causa, nos mantenemos con la mente en ristra dando vueltas a la cabeza, tejiendo historias y haciendo juicios; y de esa manera nuestro ego asegura su supervivencia. 

Pero la lección dice "busco un futuro diferente del pasado". No es que ciertamente busque el futuro. No se trata de buscar nada. Digamos más bien que ahora me centro en mi Ser el cual vive en el instante presente, libre de juicios y pensamientos del pasado, y que ese simple hecho permite que encuentre un futuro diferente el cual es una extensión (una añadidura) de mi presente. Vivir anclado al presente, saboreando la eternidad libre de tiempo, es suficiente para que el futuro rompa con el pasado y éste no se repita. Entonces escapo de las garras del ego y del tiempo. 

Abajo dejo algunos párrafos del curso que he encontrado haciendo referencia al tema de hoy, pero hay muchos más:

El ego tiene una extraña noción del tiempo, y ésa podría muy bien ser la primera de sus nociones que empiezas a poner en duda. Para el ego el pasado es importantísimo, y, en última instancia, cree que es el único aspecto del tiempo que tiene significado. Recuerda que el hincapié que el ego hace en la culpabilidad le permite asegurar su continuidad al hacer que el futuro sea igual que el pasado, eludiendo de esa manera el presente. La noción de pagar por el pasado en el futuro hace que el pasado se vuelva el factor determinante del futuro, convirtiéndolos así en un continuo sin la intervención del presente. Pues el ego considera que el presente es tan sólo una breve transición hacia el futuro, en la que lleva el pasado hasta el futuro al interpretar el presente en función del pasado.
(T-13.IV.4)

Los sentimientos de culpabilidad son los que perpetúan el tiempo. Inducen miedo a las represalias o al abandono, garantizando así que el futuro sea igual que el pasado. En esto consiste la continuidad del ego, la cual le proporciona una falsa sensación de seguridad al creer que tú no puedes escaparte de ella. Pero no sólo puedes, sino que tienes que hacerlo. Dios te ofrece a cambio la continuidad de la eternidad. Cuando te decidas a hacer este intercambio, reemplazarás simultáneamente la culpabilidad por la dicha, la crueldad por el amor y el dolor por la paz.
(T-5.VI.2.1:7)

En la realidad del "ahora", sin pasado ni futuro, es donde se puede empezar a apreciar lo que es la eternidad. Pues sólo el "ahora" está aquí, y sólo el "ahora" ofrece las oportunidades de los encuentros santos en los que se puede encontrar la salvación.
(T-13.IV.7.6:7)

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