jueves, 14 de febrero de 2019

Lección 324 de Un Curso de Milagros

No quiero ser guía. Quiero ser simplemente un seguidor

1. Padre, Tú eres Quien me dio el plan para mi salvación. Eres asimismo Quien determinó el camino que debo recorrer, el papel que debo desempeñar, así como cada paso en el sendero señalado. No puedo perderme. Tan sólo puedo elegir desviarme por un tiempo, y luego volver. Tu amorosa Voz siempre me exhortará a regresar, y me llevará por el buen camino. Mis hermanos pueden seguir el camino por el que les dirijo. Mas yo simplemente recorreré el camino que conduce a Ti, tal como Tú me indiques y quieras que yo haga.
2. Sigamos, por lo tanto, a Uno que conoce el camino. No tenemos por qué rezagarnos, ni podemos soltarnos de Su amorosa Mano por más de un instante. Caminamos juntos, pues le seguimos. Y es Él Quien hace que el final sea seguro y Quien garantiza que llegaremos a salvo a nuestro hogar.
* * *
Reflexión: Tienes un guía a quien seguir y no es tu ego. Que te declares simplemente un seguidor no quiere decir que tengas que buscarte un gurú. Y si ya lo tienes pero te pide cosas que te crean conflicto, miedo o limitan tu libertad, yo empezaría a despedirme; mejor aún, me iría sin decir adiós. 

¿Quieres saber por qué escribo? Para aprender. Muchas veces no tengo ni idea de lo que puedo decir en la lección del día; entonces intento forzarlo poniendo cualquier cosa, pero no me sale nada coherente. Mi función no es explicar el significado de la lección; es dictar lo que me viene al entendimiento. Así que cuando no estoy inspirado me retiro dejándolo para otro momento. Cuando reconozco mi incapacidad pero confío que me llegarán las palabras, es que se produce el milagro. 

Sólo aquellos que reconocen que no pueden saber nada a menos que los efectos del entendimiento estén con ellos, pueden realmente aprender. Para lograrlo tienen que desear la paz, y nada Más. Siempre que crees que sabes, la paz se aleja de ti porque has abandonado al Maestro de la paz. Siempre que reconoces que no sabes, la paz retorna a ti, pues has invitado al Espíritu Santo a que retorne, al haber abandonado al ego por Él. No acudas al ego para nada. Eso es lo único que necesitas hacer. El Espíritu Santo, por Su Propia iniciativa, ocupará toda mente que, de esta manera, le haga sitio.
(T-14.XI.13)

Conducirte por la vida no difiere mucho de escribir una reflexión sobre cualquier lección de UCdM. No sabes conducirte tú solo porque no sabes lo que te conviene. ¿No te ha pasado que a veces intentas algo y la vida te pone de vuelta?. Al ego le cuesta mucho soltar la responsabilidad de tomar decisiones. La educación que recibimos va encaminada a reforzar el pensamiento de autonomía del ego, y muchos de los sistemas de desarrollo personal de hoy día refuerzan el auto-empoderamiento para alcanzar el éxito en la vida; pero es a base de marcar objetivos, trazar planes y hacer sacrificios, lo que te esclaviza más aún al mundo. ¡Sin quererlo te vuelves más vulnerable al perseguir con tesón tus ilusiones las cuales has vuelto reales!. UCdM rompe con el esquema del ego, pues te dice que confíes y sueltes toda responsabilidad dejándote guiar por el E.S, y que perdones quitando importancia y realidad a todo. Entonces se pueden producir los milagros. Así, un milagro no tiene que ser un fenómeno portentoso, sino todo lo contrario, un fluir con la vida con natural aceptación, en armonía y paz.

Sigue, pues, las enseñanzas de perdón del Espíritu Santo porque el perdón es Su función y Él sabe como llevarla a cabo perfectamente. Eso es lo que quise decir cuando dije que los milagros son naturales, y que cuando no ocurren es que algo anda mal. Los milagros son simplemente la señal de que estás dispuesto a seguir el plan de salvación del Espíritu Santo, y de que reconoces que no sabes lo que dicho plan es. La función que a Él le corresponde llevar a cabo no es la que te corresponde a ti, y a menos que aceptes esto no podrás saber cuál es tu función.
(T-9.IV.6)

Tu función se convierte así en perdonar todo lo que te ocurra y dejarte guiar. No digo que no tengas planes y traces metas. A veces son necesarios, pero no te pierdas en ellos. Úsalos pero no dejes que ellos te usen a ti. No te rompas si fallan tus planes y tus metas se derrumban. Muchas veces no conseguimos el éxito que queremos sin saber que el Cielo nos está haciendo un favor. ¿No vales tú mucho más que todos tus éxitos? Si sigues a tu amorosa Voz ella te dirá qué todo está bien tal como sucede. Tu Voz te dirá qué hacer en toda circunstancia, y te llevará siempre de la mano por el mejor camino.

El Espíritu Santo te dirigirá sólo a fin de evitarte dolor. Obviamente nadie se opondría a este objetivo si lo reconociese. Mas el problema no estriba en si lo que el Espíritu Santo dice es verdad o no, sino en si quieres escucharle o no. No puedes reconocer, lo que es doloroso, de la misma manera en que tampoco sabes lo que es dichoso, y, de hecho, eres muy propenso a confundir ambas cosas. La función primordial del Espíritu Santo es enseñarte a distinguir entre una y otra. Lo que a ti te hace dichoso le causa dolor al ego, y mientras tengas dudas con respecto a lo que eres, seguirás confundiendo la dicha con el dolor. Esta confusión es la causa del concepto de sacrificio. Obedece al Espíritu Santo, y estarás renunciando al ego. Pero no estarás sacrificando nada. Al contrario, estarás ganándolo todo. Si creyeses esto, no tendrías conflictos.
(T-7.X.3)
* * * 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Regresar a Dios

  "Imagen satelital del río Amazonas fundiéndose con el Océano Atlántico.  Fuente: Agencia Espacial Europea (ESA), dominio público. La ...