Sigo el camino que se me ha señalado
1. Tengo una misión especial que cumplir, un papel que sólo yo puedo desempeñar. La salvación espera hasta que yo elija asumir ese papel como mi único objetivo. Hasta que no tome esa decisión, seré un esclavo del tiempo y del destino humano. Pero cuando por mi propia voluntad y de buen grado vaya por el camino que el plan de mi Padre me ha señalado, reconoceré entonces que la salvación ya ha llegado, que se les ha concedido a todos mis hermanos y a mí junto con ellos.
2. Padre, Tu camino es el que elijo seguir hoy. Allí donde me conduce, es adonde elijo ir; y lo que quiere que haga, es lo que elijo hacer. Tu camino es seguro y el final está garantizado. Allí me aguarda Tu recuerdo. Y todos mis pesares desaparecerán en Tu abrazo, tal como le prometiste a Tu Hijo, quien pensó erróneamente que se había alejado de la segura protección de Tus amorosos Brazos.
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Reflexión: La lección de hoy es afín a la Lección 98, la cual decía "Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación". Es un voto de fe. Ese papel es tu misión especial porque sólo tú, y nadie más que tú, lo puede desempeñar. Nadie te puede salvar. ¡Ah! Y sólo lo puedes hacer de buen grado, porque para salvarte tú y salvar al mundo hay que sentirse bien. Recuerda que la antesala del cielo es un mundo feliz, y no puedes ver un mundo feliz si tú mismo no lo eres pues el mundo será un reflejo de tu propia dicha.
Nadie que no esté convencido de poder hacer algo puede llevarlo a cabo. Solamente la creencia de que eres incapaz te impide hacer lo que este curso propone, que es seguir su camino. No se te pide que no te salgas ni que no te pares en ningún momento. Está bien tomar un descanso si sientes que lo necesitas; pero no abandones.
Nadie que no esté convencido de poder hacer algo puede llevarlo a cabo. Solamente la creencia de que eres incapaz te impide hacer lo que este curso propone, que es seguir su camino. No se te pide que no te salgas ni que no te pares en ningún momento. Está bien tomar un descanso si sientes que lo necesitas; pero no abandones.
"¿No te das cuenta de que todo tu sufrimiento procede de la extraña creencia de que eres impotente?"
(T-21.VII.1.1)
La impotencia que puedas sentir a veces quizás se deba a que aún no tienes claro hacia dónde te conduce este curso. Seguir un camino que has olvidado requiere confianza. Por eso la fe es tan importante, porque es sólo cuando camines que puedes descubrir que ya pisas sobre tu destino; que tus pies te sostienen sobre tu salvación, pues ésta ya está contigo. Sólo necesitas mantenerte en marcha siendo seguro que llegarás a tu destino. Si no lo haces seguirás esclavo de los designios del ego y de su mundo de infelicidad.
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