Yo soy el medio para la salvación, así como su fin
1. En mí -el santo Hijo de Dios- se reconcilian todos los aspectos del plan celestial para la salvación del mundo. ¿Qué podría estar en conflicto, cuando todos los aspectos comparten un mismo propósito y una misma meta? ¿Cómo podría haber un solo aspecto que estuviese separado o que tuviese mayor o menor importancia que los demás? Yo soy el medio por el que el Hijo de Dios se salva, porque el propósito de la salvación es encontrar la impecabilidad que Dios ubicó en mí. Fui creado como aquello tras lo cual ando en pos. Soy el objetivo que el mundo anda buscando. Soy el Hijo de Dios, Su único y eterno amor. Yo soy el medio para la salvación, así como su fin.
2. Permíteme hoy, Padre mío, asumir el papel que Tú me ofreces al pedirme que acepte la Expiación para mí mismo. Pues lo que de este modo se reconcilia en mí se reconcilia igualmente en Ti.
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Reflexión: Sólo el ego busca y cree que tiene que evolucionar y lavar el karma por su culpa; por eso cree que necesita un pasado y un futuro. Por eso el ego, en su búsqueda, necesita estar creando espacio-tiempo. Siempre que estás buscando algo separado de ti estás identificándote con el ego.
Fuiste creado como aquello tras lo cual andas a la búsqueda. Ni siquiera tienes que buscar sino, simplemente, encontrarte. Encontrarte lo puedes hacer ahora, continuamente en el instante presente y sin tener que ir a ninguna parte. Sólo el espíritu se puede encontrar porque se sabe a si mismo como extensión de Dios, por lo tanto se reconoce como medio y como fin. El espíritu no tiene que evolucionar ni tiene necesidad de tiempo pues ya es todo lo que puede ser, ahora. Y ese reconocimiento produce la expiación al deshacer todas las ilusiones del ego, el karma, la evolución, el espacio-tiempo y la necesidad de salvación. Nunca has tenido necesidad de ella porque nunca fuiste condenado ni nunca te separaste de Dios.
Fuiste creado como aquello tras lo cual andas a la búsqueda. Ni siquiera tienes que buscar sino, simplemente, encontrarte. Encontrarte lo puedes hacer ahora, continuamente en el instante presente y sin tener que ir a ninguna parte. Sólo el espíritu se puede encontrar porque se sabe a si mismo como extensión de Dios, por lo tanto se reconoce como medio y como fin. El espíritu no tiene que evolucionar ni tiene necesidad de tiempo pues ya es todo lo que puede ser, ahora. Y ese reconocimiento produce la expiación al deshacer todas las ilusiones del ego, el karma, la evolución, el espacio-tiempo y la necesidad de salvación. Nunca has tenido necesidad de ella porque nunca fuiste condenado ni nunca te separaste de Dios.
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