lunes, 11 de febrero de 2019

Lección 321 de Un Curso de Milagros

Padre, mi libertad reside únicamente en Ti

1. No entendía lo que me podía hacer libre, ni lo que era mi libertad o adónde ir a buscarla. Y así, Padre, busqué en vano hasta que oí Tu Voz dirigiéndome. Ahora ya no deseo seguir siendo mi propio guía. Pues la manera de encontrar mi libertad no es algo que yo haya ideado o que comprenda. Pero confío en Ti. Y me mantendré consciente de Ti que me dotaste con mi libertad por ser Tu santo Hijo. Tu Voz me dirige, y veo que el camino que conduce hasta Ti por fin está libre y despejado. Padre, mi libertad reside únicamente en Ti. Padre, mi voluntad es regresar.
2. Hoy respondemos por el mundo, el cual será liberado junto con nosotros. ¡Qué alegría encontrar nuestra libertad por el inequívoco camino que nuestro Padre ha señalado! ¡Y cuán segura es la salvación de todo el mundo cuando nos damos cuenta de que sólo en Dios podemos encontrar nuestra libertad!

* * *
Reflexión: Tu libertad reside en ser quien realmente eres. Cuando te mientes acerca de ti mismo identificándote con tu ego no puedes ser libre porque te vuelves rehén de tus creencias, las cuales básicamente te producen miedo. Miedo y libertad son incompatibles, y cualquier estado en ti que te produzca temor coartará tu libertad. 

Mi aconfesionalidad (UCdM no es ninguna religión) no me cohíbe de usar pasajes bíblicos cuando quiera llevar al lector a reflexionar sobre un tema. Me gustaría que leas el siguiente pasaje de Juan 8:31-38, "La verdad os hará libres":

31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?
34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
37 Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
38 Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.

Voy a analizar lo que dice Juan desde el punto de vista de UCdM. Juzga por ti mismo si te parece razonable:

"Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos". Por supuesto que la palabra de Jesús no es la palabra de ninguna iglesia. No existía ninguna iglesia cristiana cuando Jesús vino al mundo. Jesús se refiere a su palabra como su mensaje, y seguirlo ya supone ser su discípulo. La cuestión es ¿cuál era su mensaje". No tienes que creerte lo que proclama UCdM, como tampoco tienes que adherirte a ninguna doctrina específica las cuales te venden su mensaje como la verdad absoluta. Cada iglesia tiene su propia verdad que supuéstamente te hará libre, pero ¿cuál de ellas es la buena? (primera ley del caos del ego, "la verdad es diferente para cada persona". T-23.II.2)

Cuando se menciona el Linaje de Abraham se refiere al personaje. Sólo el ego se identifica con los personajes. Cuando te identificas con uno de ellos lo haces también con un cuerpo el cual es susceptible de sufrir el miedo en sus carnes; no puedes escapar de él. Por eso Jesús dice que "todo aquel que hace pecado...", que se identifica con un cuerpo, "...esclavo es", deja de ser libre.

"El esclavo no queda en casa"... quiere decir que la mente que sueña que ha pecado abandona el Reino, su estado de unidad con Dios. "El hijo sí queda para siempre", o sea que, aunque conciencialmente abandonas el Cielo, permaneces en él aún sin darte cuenta. Y luego dice que sólo "si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres"; ésto es, cuando te reconozcas como quien realmente eres, el Hijo de Dios, despertarás a tu libertad genuina.

"Sé que sois descendientes de Abraham"... Jesús se dirige a los judíos sabiendo que están dormidos, identificados con el ego y que viven una ilusión de separación; y "mi palabra no halla cabida en vosotros", ya que el ego no puede entender lo que es el Cristo. Observa que Jesús no hablaba como ellos, desde su personaje Jesús, sino que se identificaba plénamente como el Hijo de Dios. 

En el último renglón, "vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre". El padre de los judíos a que se refiere Jesús es la mente-ego demiurgo creadora del mundo que conocemos, lleno de pecado, miedo y culpa. Sin embargo Jesús se sabe inocente ya que se identifica con el Cristo, sabe que Dios es su Padre, y es así que se dirige con autoridad y sin ningún miedo hacia los judíos.

Camina gloriosamente, con la cabeza en alto, y no temas ningún mal. Los inocentes se encuentran a salvo porque comparten su inocencia. No ven nada que sea nocivo, pues su conciencia de la verdad libera a todas las cosas de la ilusión de la nocividad. Y lo que parecía nocivo resplandece ahora en la inocencia de ellos, liberado del pecado y del miedo, y felizmente de vuelta en los brazos del amor. Los inocentes comparten la fortaleza del amor porque vieron la inocencia. Y todo error desapareció porque no lo vieron. Quien busca la gloria la halla donde ésta se encuentra. ¿Y dónde podría encontrarse sino en los que son inocentes?
(T-23.Int.3)

Quiero terminar la reflexión de hoy con el siguiente párrafo el cual, por su claridad, no necesita ninguna explicación adicional.

Todo miedo se reduce, en última instancia, a la básica percepción errónea de que tienes la capacidad de usurpar el poder de Dios. Por supuesto, no puedes hacer eso, ni jamás pudiste haberlo hecho. En esto se basa el que puedas escaparte del miedo. Te liberas cuando aceptas la Expiación, lo cual te permite darte cuenta de que en realidad tus errores nunca ocurrieron. Sólo después del sueño profundo que se abatió sobre Adán pudo éste experimentar pesadillas. Si de repente se enciende una luz cuando alguien está teniendo un sueño aterrador, puede que inicialmente interprete la luz como parte de su sueño y tenga miedo de ella. Sin embargo, cuando despierte, la percibirá correctamente como su liberación del sueño, al que dejará entonces de atribuir realidad. Esta liberación no se basa en ilusiones. El conocimiento que ilumina no sólo te libera, sino que también te muestra claramente que eres libre.
(T-4.I.2)

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